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Amatista no paraba de reír ante la escena.
Ese día habían salido nuevamente los tres. Amatista sugirió un refrigerio antes de seguir visitando los diversos locales de la ciudad, en esta ocasión, optó por unas papas de "Beach Citywalk Fries".
El asunto es que la gema morada había dicho a Alejandrina que quitar el dedo corazón era un gesto de agradecimiento, más si lo hacía con ambas manos. El pobre niño, Peedee, quedó sorprendido por tal acción por parte de la nueva gema que no supo qué decir. Sus ojos bien abiertos sin parpadear y su boca ligeramente abierta reflejaban su desconcierto.
—¡Gracias por la excelente atención! —exclamó con sinceridad. Aunque el gesto no expresó dichas palabras.
Tan pronto como pudo reaccionar ante la situación, Steven apartó las manos de la exploradora, soltó una risa con nerviosismo y se disculpó con el niño quien los atendió. La arrastró lejos del lugar y con la cara totalmente roja por la vergüenza reclamó a Amatista. Quien aún seguía riendo.
—¿Cómo se te ocurre decirle algo así?
—No creí que en verdad lo haría. —confesó entre risas, sin remordimiento alguno.
—¿Cómo que no creíste...? ¡Uh! —Steven llevó ambas manos a su rostro intentando ocultar el sonrojo. Se mantuvo inmóvil, deseando retroceder el tiempo y recobrar el valor para volver a mirar a la exploradora a los ojos.
—Viejo, no te comportes de ese modo. Ya pasó.
—¿Acaso lo hice mal? —cuestionó A17, prestando atención a la actitud del joven. Steven la observó por los huecos de sus dedos, mordiéndose las mejillas.
—Sí/No. —contestaron ambos. El de rizos apartó ambas manos y observó a la gema contraria con indignación.
Alejandrina llevó su mirar en Amatista a Steven. De Steven a Amatista. Y nuevamente viceversa.
Sí, había hecho algo mal.
—Amatista. —su semblante serio había aparecido. Mala suerte para la albina. La gema contraria alzó ambas manos antes de oír el sermón de Alejandrina.
—¡Realmente no creí que lo harías! Sólo había sido una broma, creí que ya sabías sobre ello con tantos libros que habías leído.
—¿Crees que existen libros con párrafos dedicado a "gestos vulgares y no para la sociedad"? —exclamó Steven.
—¡Yo que sé! Nunca he tocado un libro en mi vida.
—¿Cómo qué gestos vulgares? —A17 observó a Amatista, esperando una respuesta coherente al gesto que acababa de realizar por culpa suya. No dijo nada.— ¿Steven...?
—Es... Ofensivo. No lo vuelvas a hacer. —concluyó el joven, sin éxitos a que su rostro deje de tornarse roja.
[🌹]
La pálida gema verificó por quinta vez la lista en sus manos, para asegurarse mejor a que nada sea olvidado o pasado por alto. Caminó de un lado a otro en la sala, pensando en qué más se podría necesitar para el festejo de la próxima semana. Perla ya lo tenía todo planeado, sólo estaba actuando de manera ansiosa. Lo cual era extraño, haber sido parte de la corte de Diamante Rosa -quien llegó a ser más reconocida por sus fiestas para los demás Diamantes-, esta labor debería ser más sencillo ya que, esta vez, no asistiría media galaxia al evento.
—Los carteles están listos. —anunció Garnet, captando su atención. Perla llevó su mirada en los afiches que la otra gema traía en brazos. Bastantes a decir verdad.
—Perfecto. Lo siguiente en el itinerario es ir a pegarlos en los lugares más visibles de la ciudad. —el cuaderno que yacía en sus manos pasó a desaparecer una vez Perla lo haya guardado dentro de su gema junto al lápiz. Ambas se dividieron entre sí la mitad del montón de afiches— Quizá esto nos tome todo el día. Aún hay cosas por hacer. Sugiero darnos prisa.
—Tal vez tengamos ayuda extra en el camino.
El primer local donde pidieron autorización para colocar el afiche fue en la Gran Rosquilla. Ahora aquella estancia disponía de un llamativo cartel donde anunciaban la tan esperada Noche de la Fogata. Consistía de una pequeña fiesta organizada por las gemas, para celebrar el segundo aniversario del "renacimiento" -como gustaban llamarlo-, de las gemas corruptas al nuevo mundo, aquí en el planeta Tierra.
Muchas gemas y, por supuesto, también las personas, se han estado preparando para esta festividad desde hacía semanas. Por ejemplo, varias pastelerías ofrecían sus servicios para los postres de esa noche, las tiendas de ropa promocionaban descuentos a quienes asistirán al evento, las zapaterías, peluquerías y más. Era como una fiesta de Nochebuena adelantado o algo así para aquella pequeña ciudad.
Varios postes y paredes quedaban adornados por los afiches de la fiesta por donde ambas gemas pasaban, con cuidado a que no se desprendan y salgan volando y con ello ensuciar las calles. Perla no se lo perdonaría, cada trabajo realizado por ella debía mantenerse de una manera pulcra y responsable.
En esta ocasión, la esbelta gema esperó fuera del local mientras Garnet iba a pedir autorización para colocar el afiche en el establecimiento. El sol se encontraba en el punto más alto, varias nubes blancas parecían hacerle compañía y el viento caliente chocaba de vez en cuando contra el cuerpo de Perla. A pesar del caluroso día había muy buena circulación de personas por las calles y veredas, y dicha gema no perdía la oportunidad de anunciarles sobre la Noche de la Fogata a algunos peatones y regalarles un afiche, sin olvidar pedirles amablemente votarlo en el cesto de basura más cercano una vez que ya no lo necesiten, por supuesto.
Sus ojos celestes captaron a un familiar trío corriendo de vaya a saber qué por la misma vereda que ella y en su dirección. La mano de alguien la jaló a un lado al mismo tiempo que uno de ellos tropesaba y echaba a los otros restante al suelo. A pocos metros de donde se encontraba parada.
—Perla. Cuidado. —advirtió Garnet, con una expresión neutral soltando de su brazo.
Perla ahogó un grito, agradeció que Garnet la había salvado de ser atropellada por Amatista, Alejandrina y Steven, si no fuera así, los afiches habrían salido volando y no tendría oportunidad de recogerlos todos. ¡Habría ensuciado las calles!.
—¿Se puede saber qué es lo que ocurre con ustedes? —chilló, sujetando con fuerza las hojas entre sus delgados brazos. Los tres elevaron la mirada hacia Perla, el tono severo de su voz y mirada causó un corte repentino a sus risas.
—Lo siento, Perla.
—Fue un accidente. —prosiguió a hablar el más joven, siendo asistido por la albina para volver a estar en pie.
—En todo caso, ¿qué hacías estorbando en medio del camino?
—No estaba en medio del camino, Amatista. Es una vereda. —replicó, mientras la morada ofrecía ayuda a la exploradora, quien también lo recibió por parte de Steven, así que ambos la jalaron al mismo tiempo.— Tienen suerte de no haber herido a alguien más con ese choque.
—Ya relájate.
—¿Qué son todas esas hojas? —Perla inclinó levemente sus brazos, permitiendo mejor visibilidad para el más bajo. La sonrisa de Steven no tardó en llegar.— ¡Son los afiches para el evento! ¿Porqué no me dijeron que ya estaban listos? Las hubiera ayudado con la distribución por la ciudad.
—Sí. Incluso yo. —afirmó Amatista, siendo sorpresa para muchos.— He esperado esa fiesta todo el año. Es súper cool.
La exploradora se ubicó a un lado del joven, observando con curiosidad el afiche del que tanto hablaban. Podría decirse que se trataba de una invitación, para gemas y humanos. Eso estaba claro en la impresión.
—Noche de la Fogata. ¿De qué se trata exactamente? —cuestionó tras una leve pausa en la conversación. Perla se apresuró en aclarar su duda.
—Es un evento, donde celebramos el aniversario del renacimiento de las gemas corruptas y el tratado de paz logrado con la Gran Autoridad Diamante. También asisten algunos humanos. El objetivo de la reunión es la interacción. Muchas de las gemas aún no logran adaptarse al nuevo mundo.
—Hay música, juegos, canto, baile, y lo más importante, ¡comida! —agregó Amatista, siendo obvio el toque de entusiasmo en ella. A17 soltó una risa al oírla.— Sin olvidar que debo defender mi récord en el juego "Camina sobre el fuego". ¡Nadie ha podido aguantar más que esta increíble y fabulosa gema! —sus brazos cambiaron a unas más musculosas, alardeando con poses raras de victoria.
—¿Cualquiera puede asistir? Es decir, ¿incluso una ordinaria gema exploradora como yo? Claro que no tuve la oportunidad de asistir a algún evento desde... En realidad, nunca. No éramos consideradas dignas para asistir a los bailes de los Diamantes. Y ahora que lo pienso, no sé cómo debo comportarme en una. Así que, supongo que no iré. Sí, no iré.
Alejandrina no supo en qué momento se había puesto a jugar con las manos, las movía de un lado a otro, como si estuviera siendo molestada por algún insecto invisible. La mirada de todos había recaído en ella. Ahogó un grito al sentir una mano sobre su hombro, se trataba de Steven, quien como las demás, acostumbraban el contacto físico. En cambio, A17 siempre quedaba paralizada sin saber cómo reaccionar en momentos como esos. El joven híbrido formó una sonrisa cuando la exploradora le prestó atención.
—Todos son bienvenidos. En especial tú.
—¿En serio? —él movió la cabeza, confirmando lo dicho.
—Por supuesto que sí, Alejandrina. No puedo creer que lo dudes. —sentenció Perla. Dividió su pila de afiches para dárselo a Amatista. La más baja a penas podía ver en frente suyo por tantas hojas.— Ahora, sigamos con el itinerario. Han dicho que ayudarían, pues aquí tienen.
—Claro. A puesto a que terminaremos antes. —Steven sacó una porción justa de la pila de hojas que Amatista traía, permitiéndole ver mejor.
—Confío en que así será. —agregó Garnet. Dándole un par de hojas a A17, quien también ofreció ayudar.
[🌹]
—Saben, es extraño pero, ahora que intento hacer memoria, recuerdo haber visto gemas similares a Alejandrina en el Planeta Madre. Muy al fondo. —mencionó la albina, deteniéndose a colocar un afiche por un poste. Ambos se detuvieron a esperar a que termine de colocarlo.
—¿Ah sí? ¿Cuándo? —cuestionó la aludida, elevando ambas cejas.
—En una fiesta que Steven organizó como Diamante Rosado —el joven mordió sus mejillas internas al recordar aquel baile, con un final fatal según los diamantes.—, fue hace dos años. Cuando aún intentaba hablar con Blanco. ¿Recuerdas, Steven?
—Desafortunadamente sí. —soltó una risa.— Aunque no creo haber visto gemas Alejandrinas en el lugar. Recuerdo estar más centrado en que aparezca Blanco que en el mismo baile.
—Humm. Es grato oír que al menos ellas lograron asistir a una fiesta de los diamantes. Debió ser agradable.
—No estoy tan seguro de eso. —se apresuró en contradecir el joven.— Stevonnie quedó encerrada al final del baile y hubo algunas gemas poofeadas.
—Eso suena bastante familiar. —hizo una pausa.— ¿Quién es Stevonnie?
—Es el nombre de la fusión. Mi amiga Connie y yo formamos parte de Stevonnie.
Alejandrina parpadeó varias veces antes de reaccionar.
—Aguarda. ¿Puedes fusionarte aún siendo orgánico?
—Así es. —los ojos de Steven fueron a parar por una pared con varios grafitis y otros afiches viejos, rotos y desteñidos en ello. Fue directo a esa dirección para colocar uno más oyendo a la exploradora preguntar más cosas.
—Entonces, esta Connie, ¿también es humana? —lo observó asentir con la cabeza, a espaldas de ella, mientras dejaba el afiche pegado a la pared.— Oh, santas galaxias. ¿Se fusionaron en frente de los diamantes? —cuestionó con algo de terror.
—En frente de todos los invitados, incluyendo a los diamantes.
—Lo bueno es que este chico sigue con vida. —agregó la albina golpeando de forma burlona su brazo, Steven soltó una risa.— Y también el hecho de que esta vez no habrá nada de encierros o gemas despojadas de su forma física. Ni siquiera los diamantes asistirán al evento. ¿No es eso genial?
La exploradora se dignó a encogerse de hombros. No estaba segura si afirmarlo en voz alta, aún mantenía aquel leve temor a que los diamantes la oyeran y destruyeran por tal motivo.
«Qué tontería», comentó para sus adentros.
El futuro se veía prometedor, pacífico y sin oportunidad de volver a alguna guerra sinsentido. Debería sentirse más libre en expresar sus ideas sin que hubiera miedo a la fragmentación. El mundo había cambiado para mejor. Era hora de disfrutarlo.
Mientras dure.
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Por fin logro publicar esto, mi celular casi muere y es donde tengo los borradores principales con la línea de tiempo de este libro :'c
Bien, a partir de este capítulo en adelante las interacciones entre A17 y Steven se empezarán a demostrar más a fondo. Ya era hora, ¿no? Jajaja.
Sólo para aclarar, estos hechos ocurren antes de la llegada de Espinela/Spinel (como gusten llamarla), así que, sí, pasará parte de la película sólo que con un toque extra. Como sea, ya verán. ✨
Gracias por su tiempo. ¡Cuídense, los quiero! 🌹💕
-Yellow🌙-
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