Semblante triste
De manera torpe pronunció su nombre, sintió su rostro ruborizarse cuando la sonrisa agradable de Leonardo apareció.
ㅡ Un gusto, Donatello. Lamento mucho que nos hayamos conocido de manera tan dolorosa.
El pronunciado soltó una pequeña risa, mostrando su inusual dentadura que, a los ojos de Leonardo, eran tiernas.
Después de conocerse y disculparse mutuamente, quisieron continuar con su conversación por mas tiempo.
Caminaron juntos y, entonces, entablaron una charla amena y entretenida para ambos.
En algún punto de la charla para conocerse mutuamente, Leonardo decide hacer una pregunta importante:
ㅡ Donatello, no quiero sonar entrometido, pero he querido preguntar esto desde que vi tu rostro; ¿estás bien?
El rostro del joven se oscureció, la pregunta de Leonardo lo había tomado por sorpresa, sin embargo no lo molestó.
Su vista se hallaba en el piso y una melancólica sonrisa formaron sus labios; sintió su garganta cerrarse poco a poco, pensó que seria muy vergonzoso llorar en frente de una persona que conoció hace un par de horas, por lo que contuvo con todas sus fuerzas las lágrimas que deseaban salir.
Leonardo percató cada uno de los movimientos que hacía su acompañante, creyó haber <metido la pata> y deseó disculparse inmediatamente.
ㅡ Hace medio año perdí a mi pareja en un accidente.
Leonardo se apresuraba a disculparse, pero las frías palabras, llenas de dolor, de Donatello lo detenieron al instante.
ㅡ Estoy de luto, Leonardo. Esa es la razón de mi rostro triste.
Las palabras que pronunció fueron rápidas, no eran muy expresivas. Ya que si lo decía con delicadeza o duda, seguramente sus esfuerzos por no llorar habrían sido en vanos.
Un largo silencio se formó en ambos jovenes. Leonardo no se atrevía a decir algo, ni siquiera una disculpa. Donatello, por su parte, siguió luchando por no parecer un "llorica".
ㅡ No desees disculparte, no me ha molestado en lo absoluto que tuvieras curiosidad.
ㅡ No he pasado nunca por tal dolor, Donatello. Me siento mal por preguntar por algo del cual tenía completa ignorancia, ya que he producido recuerdos dolorosos.
El habla de Leonardo se tornó amable y comprensiva, Donatello pensó estar hablando con su madre, a la cual la consideraba la mujer mas amable y buena que ha conocido.
Pero no era ella y lo sabia, por lo que el tono de Leonardo le sonó cálido.
Ofreció una media sonrisa, aún con el triste semblante, y lo miró a los ojos.
ㅡ No te disculpes, no hiciste nada malo.
Leonardo también sonrió, demostrándole que, aunque son dos chicos que se conocieron hace un par de horas, podía ser alguien de confianza.
Las horas siguieron pasando, Donatello le contó sobre Raphael a Leonardo toda la tarde, hasta la llegada de la noche.
ㅡ Él era increíble, en serio que lo era.
Culminó el relato con aquella frase, sintiéndose mejor, no había gran tristeza como antes y eso alegró a Leonardo, que oía atentamente como fue la relación de su nuevo amigo, con el difunto novio de este.
De cierta manera le pareció como una novela romántica y adoró ver las distintas expresiones que hacía Donatello depende el recuerdo que contaba.
ㅡ Ah. Ya es de noche. Perdóname por tenerte aquí, oyendo mis tontos recuerdos. Seguro te aburriste con las absurdas palabras que soltaba mi boca.
ㅡ Por lo contrario; creo que tienes una agradable voz y forma de relato, disfruté cada una de tus palabras, Donatello.
El joven bajó la mirada, completamente avergonzado.
Se sentía bien estar así, aquel día sonrió y rió después de bastante tiempo, lo extrañaba.
ㅡ Toma. Este es mi número de celular. Volvamos a vernos, Donatello.
El joven de ojos azules le regaló una última sonrisa y se despidió educadamente.
Donatello, ahora solo y a dos calles de su hogar, observó el papel con el número de Leonardo, escrito con un bolígrafo negro. Sonrió y levantó la mirada, guardó el papel y volvió a casa.
ㅇ ㅇ ㅇ ㅇ
No tengo ni la menor idea si alguien va a leer esto, pero tengo que hacerlo. Al menos para aclararle lo sucedido a mi mente por el día siguiente, puesto a que me mantengo en vela por mi gran estupidez.
Ha pasado un largo tiempo, un larguísimo tiempo. Cuatro años ya, no sé que jodidos me sucede al actualizar una historia que todo el mundo, (incluso su servidora), daba por perdido/muerto/abandonado, etc.
No lo sé, tal vez estoy siendo movida por la melancolía o las ricas drogas que me tragué para poder salir de esta mierda de resfriado.
No prometo que vaya a continuarlo hasta su conclusión, al menos traje esta parte que ha nadie le importa, pero me hace sentir bien el retratar algo que estuvo en mi cabeza por tantos años, de una serie que ya no sigo, pero que le tengo bastante cariño.
Entonces, lo de siempre; vota y comenta si deseas la continuación de esta basura.
Gracias por leer, cuídate, toma agua y come muchas frutas.
Hasta pronto = cuando me salga del orto hacer la continuación ;)
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