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14 | El último acto, damas y caballeros

༺CAPÍTULO CATORCE༻
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En un mismo instante acababa de conocer el amor y el odio. Sabía a quién amaba. Quería saber a quién odiaba.

Gaston Leroux |El fantasma de la ópera






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Luego de protagonizar la escena más romántica de su vida y acabar con las mejillas más coloradas que una manzana, Rosaline se marchó a casa sintiéndose más ligera que un ramo de campanillas silvestres y con esperanzas renovadas, muy a pesar de que sus alegrías fueran tan efímeras como las corrientes de aire que la envolvían y la guiaban a través de las calles, pues la espina de la preocupación hacía sangrar pensamientos negativos en su cabeza ¿A qué exactamente se estarían enfrentando los hermanos Holmes ahora que sabía que sus casos estaban más interconectados de lo que había creído? ¿Estarían ambos adentrándose a una jaula de leones sin saberlo? ¡Qué inconsciente había sido al no haberle comentado a Sherlock lo que descubrieron sobre Sarah Chapman antes de partir! En su lugar, su mente se dejó llevar por los sentimientos largo tiempo reprimidos, y en respuesta, él también mostró los suyos.

De solo recordarlo la piel se le ponía de gallina.

No lo había dicho con palabras, claro, Rosaline sabía que tendría que pasar largo tiempo antes de poder sacarle una confesión de tal grado. Pero tampoco hizo falta que lo hiciera. Ella pudo sentirlo. Lo sintió por la forma en la que correspondió a sus besos, en la manera que sus brazos la recibieron como si siempre hubiese pertenecido a ellos, como si finalmente perteneciera...

Sintió el corazón agitado, y se llevó una mano al pecho, donde yacía el guardapelo con el viejo retrato de su padre. Así que así se sentía la verdadera felicidad... cuando todas las piezas comenzaban a encajar unas con otras.

Se preguntó por un segundo qué seguiría a continuación ahora que la lista de planes en su vida parecía haber cambiado, y entonces, le vino a la cabeza su apellido y toda la carga familiar que traía consigo. Antes ni siquiera se habría preocupado por las consecuencias, puesto que cuando se es un don nadie, no se teme decepcionar a otra persona más que a uno mismo. Pero Rosaline era alguien completamente distinto a quien había sido el año pasado. De la nada se había ganado un nombre, un título, una familia y una riqueza como la nunca imaginó tener en su vida. Muchas cosas quedaban en juego, entre ellas, la seguridad de sus primas y la reputación de los suyos. Pero a pesar de los tabúes que les imponía la sociedad, se dijo que estaba decidida a no dejarse influenciar nuevamente por ningún un hombre, que perseguiría su sueño de ser profesora y convertirse en la primera mujer floriógrafa de la historia... con o sin el apoyo de su familia.

Al llegar al portón de la residencia, la castaña se cepilló los densos rizos con cuidado para espantar la cama de hojas y ramas que se le habían quedado pegadas luego de su altercado en el bosque. La luz que desprendía el interior era tenue, aunque no lo suficiente para darle a entender que era lo bastante tarde para que los inquilinos estuviesen ya dormidos.

━Buenas noches, Sra. Park ━saludó cuando atravesó la puerta, dispuesta a subir las escaleras hacia su alcoba. Una tarea que hubiese tenido éxito de no ser porque su casera se le acercó nerviosa y hablándole en voz baja.

━Tiene una visita esperándola, milady.

Con el entrecejo fruncido, Rosaline se preguntó quien podría ser. Puesto que su tío Whimbrel estaba de vuelta en Basilwether Hall y no regresaría hasta la mañana siguiente, Edward por seguro no querría ni verle la cara luego de su discusión, así que eso dejaba a su primo como único posible visitante. Pero terminó llevándose una sorpresa cuando la Sra. Park le dijo que se trataba de una mujer.

Una mujer a la que no tardó en reconocer gracias a la abundante melena rubio oro, perteneciente a la joven que la esperaba sentada en la tranquilidad basta del tocador, y la cual había conocido en un baile días atrás.

━¡Señorita Tewkesbury! ━exclamó la ojiazul al verla, yendo a su encuentro con una expresión angustiosa━ Gracias a Dios está aquí.

Rosaline la recibió en sus brazos con la misma familiaridad con la que se recibe a un viejo amigo.

━¿Lady Cecily? ¿Qué ha ocurrido? ━cuestionó confundida━ No es que me moleste, claro, pero resulta muy inusual encontrarla aquí ¿A qué debo su inesperada visita?

La muchacha apretó sus manos enguantadas alrededor del bolso minúsculo que traía. Parecía desesperada. Era imposible no sentirse ansioso a su alrededor cuando esta solo desprendía una inquietud difícil de controlar.

━Es... un asunto de vital importancia que debía tratar con su primo el marqués, pero ha tenido otros pendientes y se ha negado a recibirme esta noche. También soy consciente de que mi visita debió resultarle algo escandalosa puesto que no cuento con un chaperón y él es un hombre respetable y soltero, lo cual no se vería nada bien a ojos de...

Hablaba tan rápidamente que a la nombrada como las rosas le fue difícil comprender todo lo que salía por su boca, así que tuvo que obligarse a llamar a la compostura, llevarla hasta los sillones y ordenarle a su casera que trajera una bandeja con dos tazas de té.

━Lady Cecily, por favor... ━susurró cuando se quedaron solas━ Me parece que está usted muy alterada y necesita tomar un poco de aire para continuar.

━Lo sé, pero no puedo permitirme ni un solo segundo más, señorita Tewkesbury. No lo entiende, esto que tengo que revelarle es un crimen. Una injusticia que hemos descubierto en una de las fábricas de fósforos del East End.

Enderezándose como la etiqueta lo ordenaba, Rosaline se le quedó mirando con sus ojos verdes muy abiertos y una expresión de clara estupefacción, casi como si acabara de lanzarle el abanico a la cara. ¿Sería posible? ¡No, claro que no! Las características no coincidían con ninguna de las descripciones que había recibido de Enola. Sería mucha casualidad (o mala suerte) que se tratara de la misma persona.

No obstante, las palabras no hicieron más que escapar de su boca.

━¿Acaso usted... ━empezó a decir, pero la dama no la dejó continuar.

━Mi nombre es Sarah Chapman, milady, y necesito desesperadamente de su ayuda ━reveló con la frente en alto, adoptando una posición tan auténtica que Rosaline no dudó que estuviese reconociendo cuales eran sus orígenes delante de ella y aún así se mostrase fervientemente orgullosa, ignorando completamente que su cara fuese un poema y no supiese como reaccionar ante tal sorpresita━ Mire, me gustaría poder contar con más tiempo para poder explicarle, pero...

La castaña negó, saliendo del repentino trance en el que se encontraba para levantar una mano y obligarla a cortar sus palabras. Poco sabía Sarah Chapman que no había nada de su persona que Rosaline no conociera ya.

━No necesita explicarse, señorita Chapman. Ya lo sé.

━¿Como podría?

Rosaline quiso pensar en alguna estrategia que le resumiera los detalles para hacer la historia más corta, pero al final tan solo terminó encogiéndose de hombros con simplicidad.

━Digamos que me muevo muy bien en el mundo de los detectives.

Al principio, no supo cómo descifrar sus palabras, aunque al final se dio cuenta que no importaba mucho. Ambas se dedicaron una sonrisa cómplice, y Rosaline percibió un extraño e inesperado compañerismo surgido de la nada entre ella y Lady Cecily (es decir, Sarah). El tipo de compañerismo que podría ser explosivo, digno de un buen equipo y que le indicaba que podrían ayudarse mutuamente.

Y estaba cien porciento segura de que la segunda se sentía exactamente de la misma forma.

Luego de beberse el té de golpe, Sarah dejó su taza sobre la bandeja y miró a la vizcondesa, quien todavía continuaba manteniendo su rostro tras la porcelana.

━Necesito regresar al Paragón. Allí están escondidos todos los documentos de la investigación que hicimos junto con los nombres de las víctimas fallecidas por la sustancia del fósforo. Si lo traigo, tal vez su primo acepte ayudarnos.

━Mm. Iré contigo ━declaró la castaña━ Imagino que necesitarás alguien que te sostenga el cerebro.

━¿Segura?

━Por supuesto ━exclamó como si no fuese obvio, al tiempo que se ponía en pie e iba hacia el perchero para agarrar el abrigo de la rubia y lanzárselo. Sarah lo alcanzó en cuestión de segundos━ No voy a arriesgarme a que algo te pase. Hay que darles su merecido a esos idiotas ¿No es verdad? Se lo debemos a todas las chicas que murieron.

Su mente fue a parar automáticamente en su querida Kath y el sufrimiento que su pérdida había dejado en ella y Olivia. Oh... la dulce y buena de Olivia, a quien debía sacar de aquella vida miserable cuanto antes.

No accedió a ninguna de las insistencias de Sarah para que la dejara ir sola al Paragón, donde se suponía que debía estarla esperando su novio William, aunque realmente no fueron muchas, ya que se había percatado de que Rosaline era muy tozuda con sus propósitos, y si bien no estaba dispuesta a dejarla vagar sola a esas horas por calles tan peligrosas, tampoco tuvo muy en cuenta que ella misma carecía de la fortaleza necesaria para defenderse si se presentaba algún imprevisto. Por lo tanto, iba rezándole al Dios Altísimo para que la dotara de pies de correcaminos en caso de que se vieran envueltas en algún aprieto.

Tomaron una berlina hasta el lado Este de la ciudad, donde Sarah la guió por una serie de callejones húmedos y mohosos mientras le hablaba de como ella y sus amigos trabajaron meses en secreto y sin descanso para lograr reunir pruebas suficientes que dejaran en evidencia la corrupción a través de la alianza entre McIntyre y Lord Lyon. Rosaline no dejaba de exclamar, ahogar gritos y abrir los ojos ante cada detalle, impresionada por todo el trabajo que llegaron a desempeñar y segura de que si hubiese sabido de aquel secreto antes podría haber ayudado a que se hiciera público.

━No era el momento ━comentó Sarah, entretanto aminoraba el paso y su vestido verde parecía brillar bajo la luz de las farolas━ Necesitábamos la ayuda de alguien importante que nos apoyara. Pues de nada sirve dar un grito si el resto de la sociedad se mantiene tan ignorante que ni siquiera lo escuchará. No, necesitamos más de una voz para ello.

Rosaline la siguió con la mirada. Estaba claro que ambas eran un par bastante raro: Una institutriz y un cerillera recorriendo juntas los atajos del East End como si fueran sombras de la misma noche. La aristocracia y la clase baja juntas, como el Príncipe y el Mendigo, aventurándose en un mismo camino lleno de intrincados desafíos y peligrosos... vale, tal vez nos pasamos un poco con las metáforas.

Cuando llegaron al teatro, Rosaline sintió su cuerpo tensarse ante la imponente fachada del edificio delante suyo, y sin previo aviso, Sarah echó a correr hacia la parte trasera.

━¡SARAH! ━siseó/gritó, viéndose de repente sola en medio de los adoquines, por lo que no le quedó de otra más que perseguirla hasta dar con la puerta de los empleados.

La apellidada Chapman se sacó un prendedor del hermoso tocado que llevaba y rápidamente empezó a maniobrar con la cerradura, sorprendiendo a su compañera de sobremanera.

━¿No nos meteremos en problemas por esto, verdad?

━Créame, señorita Tewkesbury, yo en su lugar me preocuparía más por lo que estamos a punto de hacer que por entrar ilegalmente a un edificio.

Rosaline estuvo a punto de preguntarle si aquello era una frase motivadora, porque no estaba funcionando en lo absoluto. Pero en el instante que Sarah logró abrir la puerta, tiró de su brazo con fuerza para hacerla pasar al interior.

━¿Qué es esto? No puedo ver nada.

━¡Shhh! ━le chitó la cerillera con ferocidad, provocando que esta la mirase con mala cara.

━Se supone que estamos solas ¿Por qué entonces me manda a callar?

━Tan solo baje la voz.

Al instante de haber recibido este mandato, la castaña se percató entonces de las otras voces que provenían del palco del teatro y por las cuales se suponía que debían mantenerse calladas ¿Acaso Grail y sus hombres ya les habrían tomado la delantera?

Sarah la guió a través de sacos llenos de polvo y cajas viejas que guardaban máscaras y trajes brillantes que ya no se usaban hasta dar con unas escaleras que ambas subieron con extremo cuidado, sigilosas, muy a pesar de que el ruido seco de la madera hinchada lograba emitir un ruido molesto bajo su peso.

━Sarah espera... ━Rosaline la detuvo tomándola por el brazo, el sonido de las voces era cada vez más cercano. Entre estos, creyó reconocer la sinfonía de una voz femenina.

Enola.

Desde la distancia alcanzó a notar una melena color pardo que se acercaba a los polvorientos asientos del palco de los dioses, registrando uno a uno hasta dar con un cojín hueco que ocultaba algo en su interior. A pocos pasos, Sherlock Holmes la vigilaba con ojos felinos, probablemente su presencia allí se debiera a un abrupto reencuentro luego de descubrir los hilos que conectaban sus casos respectivamente, y además estaba también Tewkesbury, que... un segundo ¡¿Tewkesbury?!

Habiéndose distraído en medio de su análisis, Rosaline no notó en qué momento la apellidada Chapman se había liberado de su agarre y el eco de sus pasos en el palco logró captar la atención de la menor de los Holmes.

━Sarah... ━sus palabras, casi arrastradas, se quedaron suspendidas en el aire al tener frente a frente a la persona que había estado buscando sin descanso por los últimos días, y con quien había logrado simpatizar incluso sin conocer del todo.

━Está todo ahí ━habló la cerillera, a la vez que se retiraba la peluca rubia y la dejaba olvidada en una silla. Ya no había por qué esconderse━ Ahí están las pruebas que necesitamos.

Enola clavó sus ojos de vuelta en los papeles, revisándolos uno a uno:

━El contrato entre Lyon y McIntyre para cambiar el fósforo, lo que William robó por ti, y las páginas del registro de la fábrica. ━su voz se cortó en el instante que pronunció esto último, sin saber como expresarse luego de haber descubierto todo━ Eso lo robaste de la oficina: Los nombres de las chicas que mataron.

━No podía dejar que quedaran en el olvido ━susurró Sarah━ Ninguna de nuestras hermanas. Ni Mae, o Katherine...

Al decir esto último, su mirada se desvió hasta colisionar con los ojos tristes de Rosaline. Ella no lo sabía, pero Sarah había conocido bien a Kath, y esta había sido quien les incitó a la idea de dirigirse a los Tewkebsury. Estaba más que segura que ellos los podrían ayudar.

Por instinto, la castaña agachó la cabeza. Ojalá y hubiese podido actuar antes.

━Esto es prueba de que las fosforeras mueren por trabajar en esa fábrica y que ellos siempre lo supieron ━finalizó Enola, dejando que sus pies bajaran los últimos dos escalones del palco hasta quedar delante de la ahora pelirroja

Sarah dejó escapar un corto suspiro. Un suspiro que contenía exhaustividad y alivio a partes iguales.

━Eres muy buena Detective, Enola Holmes.

La aludida tomó una honda respiración, dejando escapar el aire segundos después:

━Tú también lo eres, Sarah Chapman.

Rosaline se tomó de las manos. Claramente su presencia en esos momentos era irrelevante, pero sin saber exactamente por qué, se sentía feliz de poder ser partícipe secundaria de tan esperado final.

A su lado, Sherlock le dedicó una mirada de consternación que ella le devolvió en silencio. Todos estaban en terreno minado, uno donde se podría esperar cualquier cosa, y él la había creído a salvo en casa, donde no pudiera arriesgarse a salir mal parada de un conflicto como ese. Él no era Enola, no concebía la idea de que se pusiera a sí misma en peligro. Y Rosaline tampoco era Tewkesbury, no contaba con ningún tipo de talento en la lucha, más que el de solo meterse en problemas.

Aunque esto último más bien parecía ser una característica heredada de familia en realidad.

━Todo el mundo lo sabrá, lo prometo ━habló entonces su primo, haciendo que todos desviaran su atención hacia él y que Sarah sonriera en agradecimiento. Y no solo a él, sino a todos los que estaban ahí dispuestos a colaborar.

A los detectives por su esfuerzo, y a los nobles por su apoyo.

━Gracias ━sollozó, limpiándose una lágrima que amenazaba con escaparse y recomponiéndose como toda una guerrera━ Ahora debemos hallar a William. Le espero hace seis horas.

Rosaline estuvo a punto de decir que esa era una idea estupenda, pero fue interrumpida por Sherlock:

━Me temo que William no va a venir.

Lo había dicho con el semblante bajo, y Rosaline, horrorizada, se dio cuenta de que algo muy malo debió haberle sucedido al joven Lyon.

Porque Sherlock nunca hablaba con la cabeza gacha.

Automáticamente, una de sus manos fue parar sobre su boca, reprimiendo una exclamación ahogada que se le quedó atorada en la garganta. Oh pobre Sarah... el silencio que se apoderó del ambiente debió resultarle insoportable.

La pérdida de un ser querido era una noticia que nadie nunca espera que sea así de inesperada, y cuando esa otra persona es el amor de tu vida pues... Rosaline no quería ni imaginar cuan doloroso podría ser.

La mirada de la cerillera se paseó lentamente por cada uno, confundida.

━¿Q-Qué? ━su voz era apenas un hilo, y Tewkebsury no supo cómo reaccionar.

━Lo siento.

Sin saber a quien dirigirse, Sarah se quedó estática y con la vista perdida en algún lugar de la nada. Enola entonces reaccionó por instinto, atrayéndola por los hombros para abrazarla y decirle que lo sentía grandemente.

━Le dije que teníamos lo que necesitábamos. Que debíamos hacerlo público. Pero él insistió en que a nadie le importaría sin la ayuda de alguien con poder ━la pelirroja dijo sin más, tragándose sus lagrimas mientras luchaba por no venirse abajo━ Él solo intentaba mantenerme a salvo... y ahora lo perdí.

━Y si no nos apresuramos te perderemos a ti ━dijo Sherlock, sin ser consciente de que los demonios les habían tomado la delantera una vez más, y que estos reptaban como serpientes a su alrededor, arrastrándose en las sombras hasta que uno de ellos alzó la voz triunfante:

━Perder esto, perder aquello... parece que lo han perdido todo.

De la oscuridad, la figura de chaqueta y bombín perteneciente al superintendente Grail emergió como un fantasma, sujetando el filo de un cuchillo contra el delgado cuello de la hermana menor de Sarah.

━Bessie ━prácticamente gritó la pelirroja al ver a la niña temblar bajo el fuerte agarre del hombre y la inminente llegada de todos sus secuaces.

Rosaline fue la primera en ser capturada por brazos ajenos, sintiendo como colocaban una navaja bajo su cuello a modo de amenaza, y a pesar de que Sherlock hizo el intento por llegar a ella, la advertencia del cañón de una pistola apuntándole directamente a la cabeza lo detuvo.

Todos estaban rodeados. Incluso Tewkesbury debía mantener cuidado si no quería ser apuñalado sin piedad. No le quedaban más alternativas que la de ceder sin remedio a las órdenes de Grail.

━Todos han sido muy descuidados ━se burló el policía, viendolos tan vulnerables como un grupo de corderos que se encaminan hacia el matadero.

━Suéltela ━espetó Enola.

━Dame los papeles y la soltaré.

Era eso, o acababan con la vida de todos en un santiamén. A la joven detective se le estaban acabando las ideas, y mientras veía el rostro de sus amigos sin más ningún remedio, se vio obligada a acceder y estirar el brazo con renuencia para darle los documentos al villano, quien ponía una expresión de creciente satisfacción.

Lo que no se esperaba, ni por asomo, era que la niña que tenía sujeta se atreviera a morderle la mano con tal fuerza que terminó soltando la navaja.

En ese momento se escuchó un disparo, y de no ser porque sintió la voz desesperada de Sarah alertando a su pequeña hermana de que corriera, Rosaline habría jurado que ella misma había soltado un grito del susto.

Vio a Enola doblar del brazo de Grail hasta quedar lo bastante cerca como para darle una patada en la entrepierna, arrancándole los papeles y echando a correr. Sherlock, por su parte, se debatía en una pelea con los otros dos policías mientras que ella, ni lenta ni perezosa, le propinaba un codazo en las costillas al matón que la mantenía sujeta para lograr escapar en lo que Tewkebsury... bueno, tan solo se limitaba a ser Tewkebsury.

━¡Reacciona y huye, tonto! ━Rosaline le propinó una sacudida que lo hizo despertar de su repentino shock y salir desprendido escaleras abajo.

Al voltearse, descubrió que Sarah al igual que su hermana pequeña habían desaparecido. Tan solo quedaban ella y Enola, junto con un montón de policías corruptos recuperándose en el suelo.

━Nos vemos luego, Rosaline ━anunció la menor de los Holmes, y cuando atinó a ver lo que estaba haciendo, Rosaline abrió los ojos desmesuradamente al notar el trapecio en sus manos.

━¡¿Acaso te volviste loca, chiquilla?!

━Ya deberías estar acostumbradaaaa... ━fue lo último que escuchó de su parte antes de que esta saliera volando por todo lo largo del Paragón hasta aterrizar de cara contra la madera del escenario. Auch.

Al voltearse, se percató de que Grail ya estaba de pie, y un objeto metálico brillante parecía resplandecer en sus manos como la plata:

Una pistola.

━¿Qué haces? ¡No te quedes ahí parada! ━le gritó Sherlock, tirando de su brazo fuertamente para obligarla moverse y salir de allí.

Ambos bajaron las escaleras tomados de la mano, o más bien, con Sherlock arrastrándola porque era evidente que se encontraba demasiado asustada como para no tropezar con cualquier cosa a su paso. Sentía el aire frío entrar y salir de sus pulmones a una velocidad alarmante, pero no podía detenerse, su cerebro la obligaba a seguir en marcha a pesar de que sus sentidos se nublaban como si estuviera a punto de perder la consciencia.

Del otro lado del palco, Grail alzó el arma en su dirección y apuntó en un ángulo certero.

━¡Sherlock cuidado! ━chilló Rosaline a modo de advertencia, pero ya era demasiado tarde.

El disparo había logrado darle en el hombro y su querido detective había caído al suelo por la fuerza del impacto. Una mueca de evidente dolor asomó por su rostro ¡Maldito fuese aquel gusano de Grail!

━Madre mía. Estás sangrando ━Rosaline cayó de rodillas, los ojos se le llenaron de lágrimas y la sangre manchó sus dedos cuando le tocó la camisa. El pelinegro hizo una mueca ante la sensación de la bala incrustada en su piel. Debía dolerle horriblemente.

━Olvídate de mí. Tienes que buscar a Sarah y Bessie y ponerlas a salvo.

━¡Debes estar loco si piensas que te dejaré solo!

━¡Sólo corre, Rosaline! ¡Yo estaré bien! ━espetó con rudeza, empujándola lejos para que los guardias que se acercaban a sus espaldas no la alcanzaran.

Aún renuente, la institutriz se obligó a creer que él estaba en lo cierto, y con el corazón queriéndosele salir del pecho, huyó. Más tarde recordaría su cuerpo moviéndose con independencia de su mente, escabulléndose y corriendo hasta la puerta de los camerinos hasta que un par de brazos la sorprendieron de la nada. Una vez más, su mente flotaba por encima de ella, desconectada, y cuando la lanzaron con increíble fuerza contra una pared, a Rosaline se le cortó la respiración.

No podía respirar, no oía nada.

━Lo que faltaba. Verme obligado a tener que golpear a una mujer ━bufó el mastodonte que la había tirado. Este era un hombre de gran tamaño y con una apariencia descomunal━ Debió haberse quedado bordando camisas en lugar de meterse en asuntos que no la inquieren.

Exhausta, Rosaline hizo un esfuerzo sobrehumano y trató de huir, pero el gorila volvió a tomarla por el cabello. El tirón que le dio le hizo tanto daño que el cráneo comenzó a dolerle, sacándole un par de lágrimas de impotencia ¡Estaba cansada de ser la damisela en apuros!

━Ya basta ━soltó con firmeza. Arremetió contra el sujeto como una cabra loca, le arrancó la pistola de debajo del cinturón y apuntó directamente a él sin miedo alguno.

¡Al carajo las malditas costumbres!

Él hombre se quedó inmóvil. La aparición de la pistola lo había dejado mudo de asombro, estupefacto porque estuviese ocurriendo algo tan sorprendentemente vulgar delante de él.

━Señorita, no estoy seguro de que pueda esperar que una dama como usted vaya a dispararme de verdad.

Rose sostuvo el arma con firmeza.

━¿Está dispuesto a apostar por ello, maldito bastardo?

Este la vio con horror al escuchar tal ofensa salir por su boca, momento exacto cuando la institutriz aprovechó para dispararle en la rodilla, haciéndolo caer al tiempo que liberaba un alarido.

━Para la próxima se la pensará dos veces antes de poner a prueba a una dama, mi señor ━dijo de forma altanera, pasando por encima de este para regresar por el laberinto de recovecos que estaba hecho el teatro.

Sin siquiera pretenderlo, terminó subiendo las escaleras de vuelta al palco de los dioses, el mismo lugar donde todo aquel lío había iniciado. Desde su posición, pudo ver a Sherlock debatiendose en una acalorada pelea contra uno de los policías en el escenario, justo como si fueran personajes en medio de un duelo de la novela del Conde de Montecristo ¡Y vaya si el detective sabía pelear incluso con una herida de bala en el brazo! La expresión ceñuda que tenía en el rostro a la hora de la batalla logró poner a Rosaline tan fatigada como si fuera ella la que hubiese recibido el disparo, pero viendo que este, al igual que su torpe primo parecían estar perdiendo sus respectivas luchas, la llevó a pensar en que lo peor aún no había llegado ¡¿En dónde demonios estaría metida Enola?!

Casi como si la hubiera manifestado con la mente. Vio a la joven detective correr por sobre las tablas ubicadas encima del escenario, siendo perseguida por el superintendente.

━¡Enola! ━gritó, pero claramente estaba demasiado lejos como para que la castaña pudiese escucharla.

Abajo, su primo estaba a punto de perder la consciencia debido a la cantidad de golpes que su oponente le estaba propinando, lo cual la hizo reaccionar casi por reflejo ¡Nadie se atrevía a golpear Tewkesbury delante de sus narices y salir vivo en el intento!

Impulsada por un arranque de valentía, Rosaline se subió en la baranda de madera y tomó la soga entre sus manos. Trató de darse coraje obligándose a pensar que era uno de esos coloridos trapecistas de los que su madre mencionaba en las historias del circo de su abuelo, y de repente, imaginó a una chica con la piel morena como los atardeceres que se movía por los aires sin miedo alguno mientras la invitaba para que hiciera lo mismo. Abajo, un montón de criaturas extraordinarias la llamaban emocionados. Las historias empezaban a cobrar vida en su cabeza, las luces del teatro la iluminaban, los aplausos de los espectadores la recibían con vítores de júbilo y la voz de su madre que le susurraba al oído "Este será el show más grande todos los tiempos, bicho. Pero ahora tienes que saltar"

Y así lo hizo.

Sus manos se quemaron debido al material de la soga, pero al menos en su descenso, logró estrellar su cuerpo contra uno de los guardias que planeaba atacar por la espalda a su querido primo, al tiempo que este, como si estuviera poseído por un arrebato de fuerza, logró asestar su puño contra el rostro del otro de forma que lo dejó sin conocimiento.

━Rosaline, querida prima ¿Estas bien? ━Tewkesbury se acercó preocupado hacia donde la castaña hubo aterrizado, llevándose un montón de mesas y sillas a su paso.

Rosaline estaba exhausta, le dolía la cabeza, y tenía un labio cortado. Pero en su rostro resplandecía una sonrisa radiante.

━¿Me has visto? ¡¿Haz visto lo que hice?! ━exclamó con emoción, desfigurando su cara en una mueca dolorosa cuando intentó ponerse en pie.

Tewkebsury trató de sonreír, pero algo más había captado por completo su atención. Arriba, en la cima del escenario, Enola yacía volteándose lentamente a punto de precipitarse al vacío.

Los sentidos de Rosaline parecieron entrar en corto circuito.

━¡Enola! ━creyó haber sido ella, pero en realidad, fue Tewkesbury quien gritó su nombre.

Antes de caer, la detective logró sujetarse de uno de los sacos de arena colgantes, el cual iba conectado a un artilugio que hizo que Grail saliera disparado hacia arriba y colisionara su nuca contra el techo en un golpe mortal. Rosaline se llevó las manos a la boca, ahogando un grito que hizo amago por salir, justo en el instante que el cuerpo de Enola caía sobre el suelo del teatro, y detrás de ella, el cuerpo sin vida del superintendente.

Todos se quedaron observando el cadáver por largo rato, hasta que Rosaline dejó escapar un jadeo tan alto que cualquiera pensaría que comenzaba a faltarle el aire, y habría caído desmayada de no ser porque los fuertes brazos de Sherlock la sostuvieron en su sitio.

¿Qué es lo que acaba de ocurrir?

Enola se levantó corriendo, yendo a abrazar a su chico aterrada y con el corazón latiéndole descontroladamente. Aliviado, Tewkebsury la recibió en sus brazos, escondiendo la cara en los mechones oscuros de su cabello. Ambos estaban heridos, cansados, y probablemente el cuerpo les dolería un mundo por los próximos días... pero al menos estaban a salvo.

De la nada, Sarah llegó corriendo para reunirse con ellos en el escenario, recuperando los documentos del suelo. Su hermana Bessie la seguía de cerca, y luego de ver que todo finalmente había acabado, ambas se abrazaron estrechamente.

Rosaline habría hecho lo mismo si no se hubiese encontrado a punto de desfallecer.

━Trata de controlar tus respiraciones o acabarás teniendo un infarto de miocardio ━pudo sentir la voz de Sherlock a su lado, susurrándole bajito. Ella liberó una risa corta, a la vez que enterraba el rostro sobre su pecho.

━Pues si muriera ahora, lo haría en el mejor lugar del mundo.

━Este sitio es un asco, Rosaline.

━Me refería a tus brazos, tonto.

Los dedos del detective se tensaron entre los suyos. Cada palabra que pronunciaba era como un rayo de luz directo a su pecho, intenso e implacable. No estaba seguro de poder soportar aquello, de poder soportar escucharle decirle esas cosas si no cambiaba nada. Si en el día de mañana ella sería la esposa de otro hombre, y él continuaría arrepintiéndose por haberla dejado marchar.

━Felicitaciones ━una voz autoritaria se escuchó de fondo, acompañada por un aplauso que rebotó por todas las esquinas de aquel teatro destruido.

Un grupo de hombres habían irrumpido sin previo aviso, entre ellos el inspector Lestrade, acompañados por una personalidad que llevaba capa y sombrero de copa.

━Lord McIntyre ━Enola parecía sorprendida━ ¿Qué hace aquí?

━Me llamaron. Tu hermano sabía que quería atrapar a los criminales, y realmente no sé cómo agradecerle por recuperar esta propiedad del gobierno y exponer a este asesino

Tanto ella como Rosaline le dedicaron una mirada asesina al aludido, el cual no parecía impresionado en lo absoluto.

━Una verdadera manzana podrida ━continuó diciendo el Lord━ El mundo entero conocerá el nombre de Enola Holmes. Me aseguraré de eso.

La joven detective dudó por un instante, su corazón encontrándose dividido por el deber de un detective y los sentimientos de justicia. Sabía que Lord McIntyre no dudaría en cumplir con su palabra, pero ¿A qué costo?

━Lestrade, arreste a esa chica ━señaló a Sarah, quien abrazó a Bessie con todas sus fuerzas.

━¡No hizo nada malo! ━protestó Rosaline.

━¿Por qué cargo, señor? ━cuestionó Lestrade.

━Por robo.

━¡Lo único que le robó fue la verdad!

━Se llevó información personal que usó para extorsionarme y chantajearme, señoritas Holmes y Tewkesbury. Por eso cumplirá su condena ━argulló el hombre mientras caminaba en dirección de la cerillera y le arrebataba los documentos de las manos a pesar de su resistencia.

Rosaline le suplicó con la mirada al inspector Lestrade que interviniera, pues sabía tan bien como ella que eso era algo injusto. Un desastre mayor se escondía detrás de aquellos papeles, pero para su sorpresa, Sherlock intervino antes de que la policía pudiese arrestar a la pelirroja.

━Se equivoca. Ella no era su chantajista ━reveló, con ese típico tono de Sherlock Holmes que dejó a todos confundidos━ Lo llamé aquí para atraer a esa persona. La ejecución fue magistral. Una maraña de raíces, pero todas apuntaban a un único bolsillo. Una persona que recibía los frutos de su plan sin que nadie lo notara.

La mirada del detective buscó por instinto la de su hermana, quien habiendo repasado bien en su memoria, pareció captar el mensaje rápidamente.

━Alguien que oía todo y veía todo. Alguien que ignoraron por años. Que jugaba con todos... ━su voz se quedó estancada por unos segundos, hasta concentrar sus ojos en la verdadera culpable de aquel caso━ La Srta. Mira Troy.

Automáticamente, los ojos de Rosaline se posaron en la mujer que venía junto a Lord McIntyre. La que había visto días atrás en la fábrica de fósforos, y si mal no pensaba, era su asistente.

━Qué absurdo ━exclamó el lord. Claramente creyendo que una mujer sería incapaz de llevar a cabo todo aquel circo.

Pero se equivocaba.

━Es... increíble lo que se puede hacer cuando la gente te subestima ━murmuró Mira Troy, con un tono de voz calmo y orgulloso, que hizo que a Rosaline se le pusiera la piel de gallina.

━Pero hubo un problema ━intervino Enola━ William robó el contrato.

━Lo cual arriesgó tu fuente de dinero ━completó Sherlock.

━Y no podías dejarlo así. Contrataste a Grail para recuperar el documento, pero las cosas se te fueron de las manos e intentaste inculpar a Lord McIntyre.

Vale, aquella manía de los hermanos Holmes de completar las frases del otro se estaba volviendo escalofriante. Pero eso no venía al caso, porque si la Srta. Mira Troy era la persona que había mantenido al mejor detective de todo Reino Unido retornando a callejones sin salida, entonces eso significaba solo una cosa.

━Un raro paso en falso en tu juego... Moriarty

La morena volvió a sonreír. Tal parecía que aquella situación la estaba divirtiendo.

━Es una pena que nuestro entretenimiento tenga que terminar, señor Holmes. Lo estaba disfrutando muchísimo ━dijo, clavando su vista seguidamente en la hermana del detective━ Lo mismo para ti, Enola.

━Señorita Troy, ¿usted estaba detrás de todo esto? ━exclamó Lord McIntyre indignado, pero la mujer lo ignoró olímpicamente.

━Por supuesto, nunca se puede hallar personal adecuado. Solo quería recuperar los acuerdos y no podían verme interrogar a William, pero tú fuiste tan amable en hacerlo. Es una pena que él haya sido más astuto y valiente de lo que esperaba. Los dos ━resaltó, refiriéndose también a Mae━ Sus muertes fueron muy innecesarias. Pero el superintendente Grail era una herramienta despiadada.

━¡Tu! ¿Cómo te atreves a sacar ventaja de tu posición? ━bramó Lord McIntyre, ahogado por la rabia de saberse burlado.

Moriarty se volteó para encararlo. Resultaba increíble el descaro con el que aún osaba dirigirse a ella después de todo lo que le había costado soportarlo.

━¿Yo saqué ventaja? ¿Cuáles fueron mis ventajas? Me trataste como sirvienta cuando soy mucho más astuta que tú. Que cualquiera de vosotros... ━Sherlock y Enola intercambiaron una mirada dudosa. Cuanta modestia en una sola persona━ ¿Por qué no debería tomar parte de tus riquezas ilícitas y castigarte al mismo tiempo? ¿Por qué no debería ser recompensada por lo que puedo hacer? ¿Cuál es mi sitio en esta sociedad? Soy mujer. No puedo unirme a clubes, no puedo tener acciones, no puedo avanzar como ellos. Así que... encontré mi propio camino... ━esta vez miró hacia Sherlock, otorgándole una expresión desafiante━ Y fue... muy divertido.

━Lestrade, arréstela ━todos se quedaron mudos cuando, para sorpresa colectiva, fue Rosaline quien gritó la orden consumida por la inquietud y el miedo.

No sabía por qué, pero la presencia de aquella mujer le transmitía un terror como el que nunca había sentido en su vida. Ni siquiera antes de saltar al vacío.

━Sí, señorita Tewkesbury. Ejem ¿Por qué cargo?

━¡Por extorsión, tonto! ━gritó Lord McIntyre━ Por chantaje, homicidio. Tan solo arréstala.

Temblando como una hoja, Rosaline se abrazó al brazo de Sherlock, sintiendo como la mirada de Moriarty se concentraba en ella al igual que un depredador cuando ubica un nuevo interés.

━Es una pena que nuestro bailecito deba terminar. Al menos por ahora ━rió cínicamente━ Quizá volvamos a la pista. Guárdeme un lugar para su próxima fiesta de cumpleaños, Lady Tewkesbury.

No supo como, pero por alguna extraña razón, aquella retorcida frase se le quedó dando vueltas en la cabeza. Sabía que era una amenaza, y a pesar de que la estaba viendo ser esposada y arrastrada a la cárcel en esos momentos, Rosaline supo que haría todo lo posible para cumplirlo.

Sintió la presencia de Sherlock a sus espaldas, tenso como sólo él podría estar luego de escuchar sus palabras y antes de que ambos vieran como se la llevaban de allí.

━¡No! ¡No! ━el grito de Sarah volvió a romper el silencio. A pocos pasos, Lord McIntyre había prendido fuego a los papeles que probaban el horror de su crimen.

━Listo, se acabó. Quemé mis documentos por accidente. No tiene nada de malo.

━Usted es corrupto, señor ━espetó Tewkebsury con enojo.

━Y cómplice de la muerte de cientos de chicas ━agregó Sarah, aunque a esas alturas sus palabras fueran solo como un montón de cenizas sin importancia.

━¿Y tus pruebas? ¿Donde están? ━al ver que nadie tenía una estrategia lo suficientemente buena para acusarle, el mayor se colocó su sombrero despreocupado e hizo una reverencia con la cabeza para despedirse━ En fin... volvamos al trabajo.

Sintiéndose impotente, Rosaline vio el montón de hojas arder bajo las brasas, las esquinas ennegrecerse y calcinarse. Contempló las palabras que habían escrito hasta que ya no pudieron leerse, como si no albergaran más que solo tinta. Pero no era simplemente eso: El nombre de Katherine estaba ahí, al igual que todas las chicas cuyas vidas habían sido robadas a causa de la codicia y la crueldad de los hombres. Hombres que nunca cargarían con la responsabilidad de lo que habían hecho.

Aspiró el aire con olor a sal, humo y papel quemado, mientras contemplaba las llamas, sus colores y formas cambiantes. Se llevó una mano al guardapelo con la foto de su padre, pensando que algún día serían capaces de contar la verdadera historia.

━Dios bendito ━escuchó murmurar a Lestrade desde alguna galaxia lejana, pero ella se mantuvo impasible en su sitio. Su mano le ardía debido a las quemaduras de la soga, pero ella las sentía como si las hubiese puesto encima del mismo fuego.

Aquel día les habían arrebatado la voz... pero pronto volverían a levantarla.

Capítulo dedicado a CrisShadow 💐💙

Solo quedan dos capítulos para el final

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