14 | El baile
༺CAPÍTULO CATORCE༻
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Ella camina en la belleza, como la noche de clima despejado y cielos estrellados; y lo mejor del brillo y la oscuridad se encuentra en su aspecto y en sus ojos.
Francine Rivers | Amor redentor
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EL RELOJ marcó las ocho menos cuarto de la noche, y aún, Sherlock Holmes daba vueltas en el interior del salón como un sabueso enjaulado.
Uno de los rasgos que más lo caracterizaba como el gran detective que era y por el que la mayoría de la comunidad londinense lo conocía era su agudo ingenio, siendo un pensador profundo, que pasaba gran parte de las horas del día dedicando su cerebro a encontrar respuestas, pistas, soluciones... cualquier cosa referente al deber que desempeñaba en su trabajo como única prioridad. En ocasiones, no obtener el resultado que esperaba lo sacaba de quicio con mucha frecuencia, pero esa noche, siendo víctima de sus sentimientos más bajos, su mente se debatía en más de una cosa.
"Hablaré con ella. Sí, le haré saber" se decía por momentos, tan solo para instantes después regresar a su posición de cobardía inicial y regañarse diciendo "No ¿Acaso perdiste la cabeza? No está bien. Tú no eres así. No dejes que tus emociones nublen tu juicio"
Y es que a decir verdad ¿Qué era eso tan importante que debía decirle con urgencia? Si es que hasta él ni siquiera sabía cómo expresarlo o ponerlo en orden en su maldita cabeza ¿Qué iba a decir cuando la tuviera delante? ¿Que la necesitaba? ¿Que no deseaba verla con nadie más? ¿Que lo hacía enloquecer con sus manías pero el solo pensamiento de verla marchar en algún momento lo estaba matando?
Sherlock se sentía tan frustrado que tuvo el instinto de tirarse del cabello por tanto pensar.
Él no era así. Jamás se habría dejado llevar por lo que su corazón le dictaba antes que su cerebro. Disfrutaba de estar solo como nada en el mundo, de que nadie lo pudiera entender más que sí mismo. Pero entonces ella había llegado, con su sencillez y su cariño absurdo por quienes la rodeaban, haciéndolo cuestionarse todo y a la vez nada. No pasaba de ser una mujer como cualquier otra, e incluso extremadamente ordinaria, pero era esa sencillez precisamente lo que lo tenía prendado como un idiota de sus faldas.
La tarde anterior, mientras bailaban, Sherlock sintió que moría lentamente por un solo roce de sus manos sobre su pecho, por la profundidad de sus ojos verdes mirándolo con el mismo anhelo que lo consumía lentamente...
¿Quién era esa mujer y qué estaba haciendo con él? ¿Quién se creía para venir a perturbar su paz de esa forma? La dulce institutriz de Ferndell Hall, la joven que antes ni habría mirado siquiera, pero que ahora ocupaba todos y cada uno de sus pensamientos.
"NO! Tienes que controlarte, Sherlock" se regañó a sí mismo "No vas a ceder por lo que te está provocando. Vas a alejarte, y te comportarás. Eso vas a hacer, sí..."
━Bueno, ya estoy lista ¿Qué tal me veo?
► Pero entonces ella apareció por su puerta, luciendo espléndida en aquel vestido de tul azul, y su fuerza de voluntad se fue literalmente al carajo.
Sherlock se quedó mudo por un corto período de tiempo que se extendió más de lo que hubiese querido. Sus ojos sin ser capaces de abandonarla ni por un solo segundo, queriendo grabarse cada detalle a fuego en su memoria.
Aquella divina pieza de tela azul resaltaba tan bien en ella, con los pequeños bordados en la falda y las mangas caídas a ambos lados de sus hombros desnudos. Al detective casi le provoca un ataque ver aquel escote en forma de V que se ajustaba perfectamente a sus formas, y su figura curvilínea aún mas acentuada debido al corsé bajo sus ropas. Traía el cabello recogido, pero incluso con las pinzas algunos bucles oscuros lograron escaparse del peinado, delineando su rostro y mostrando sus ojos que brillaban como dos gemas esa noche.
━Ay no... ¿Es demasiado? ━ella se estudió a sí misma con miedo. Tanto tiempo sin recibir una respuesta por su parte la había hecho sentir insegura sobre su aspecto━ ¿Usé mucho maquillaje es eso? ¡Dios, sabía que no debí usar tanto colorete!
Sherlock se regañó internamente por ser tan imbécil. Un malentendido que trató de arreglar rápidamente, pero su voz era temblorosa, apenas permitiéndole formular una oración coherente.
━No es nada de eso. Es solo que... luces tan distinta ━confesó, observándola devotamente y sin aliento━ ...te ves hermosa esta noche, Rosaline.
Sintiéndose con ganas de molestarlo un poco, la mujer se cruzó de brazos y lo miró con una ceja elevada.
━¿Eso quiere decir que la mayor parte del tiempo me veo fea?
━No pongas palabras en mi boca que no son ━interrumpió él, haciéndola reír graciosamente.
━Lo sé. Fue solo una broma ━le dijo, paseando sus manos por la amplia falda de su vestido━ Creo que me ves así porque nunca me he vestido con un traje de gala con crinolette y tres enaguas. Uff ¡Dios me dé fuerzas!
Estaba nerviosa ¿Y cómo no estarlo? Después de una hora de empujones y pinchazos casi tortuosos, y una pequeña cantidad de humo de las tenazas rizadoras, querer estar a la altura era todo lo que esperaba. Poco sabía ella que a los ojos ajenos del detective, resultaba la criatura más hermosa y exquisita de todas. Un hecho que lo asustaba tremendamente.
Las palabras de la señora Hudson resonaban una y otra vez en su cabeza, haciéndolo temer de lo que podría o no ocurrir esa noche en su vida. Lucía encantadora, obviamente más de un lord de seguro se acercaría para pedirle un baile ¿Y qué tal si conocía a uno más atento y acorde a sus gustos? ¡Oh la incertidumbre lo estaba matando!
━Rosaline...
━¿Uhm? ━ella no le prestaba atención, estaba inquieta, mirando de vez en vez por la ventana a esperas de ver el carruaje de Mycroft llegar en cualquier momento.
Sherlock debía darse prisa.
━Hay algo de lo que me gustaría hablarte...
Ella se giró para dedicarle su completa atención, la falda del vestido moviéndose como un trompo al hacerlo. Pero aún repasando las palabras en su cabeza, Sherlock no fue capaz de decirlas en alto. El nudo de la garganta se lo impedía.
En su lugar, volvió a quedarse embelesado por lo encantadora que se veía esa noche. Tan encantadora que dolía.
━¿De qué quieres hablar?
━Yo... ━él tragó grueso, con la vista clavada en sus ojos verdes. No iba a alejarse esta vez. Debía tomar las riendas del asunto de una vez por todas.
Pero en el instante que sus labios se movieron, el ruido de los cascos de caballo combinado a un coche de cuatro ruedas se oyó de fondo, y Rosaline fue corriendo hacia el ventanal para comprobar que, ciertamente, se trataba de Mycroft.
━Debo irme ━anunció con voz triste━ Pero puedes decirme cuando regrese ¿Si?
Había un dije de súplica en su voz, como si también se sintiera ansiosa por escuchar aquello que él tenía para compartirle. Por lo que a Sherlock no le quedó de otra que asentir resignadamente.
━Nos vemos luego, Sherlock ━se despidió con una sonrisa mientras se detenía en seco delante de la puerta━ ¡Oh! Casi se me olvida.
Regresó corriendo por donde mismo y plantó un rápido beso en la mejilla del detective antes de partir, haciéndolo cerrar los ojos debido al contacto. Luego se marchó, dejándolo allí varado con la única certeza de que estaba completa e irremediablemente perdido por ella.
Si al menos hubiera tenido tiempo de confesarlo antes que su cobardía hiciera acto de presencia... no habría terminado como un miserable, en la cantina de un bar desahogando sus penas más tarde esa noche.
Por otro lado, al llegar al portón del 221 Baker Street, Mycroft Holmes se mostró muy complacido con lo que sus ojos vieron al verla bajar por la escalerilla de entrada.
━Se ve muy cambiada, señorita Barnum, y también bien vestida ━observó impresionado━ Estoy tan contento de que finalmente haya escuchado a la razón.
Rosaline estuvo a punto de argumentar que nada de lo que había dicho había sido razonable, pero decidió reservárselo.
━Y usted se encuentra particularmente generoso hoy. Pero gracias, lord Mycroft.
━¿Nos vamos? ━ofreció su brazo para ayudarla a subir al carruaje, un gesto que ella aceptó gustosamente.
Media hora después ambos estaban arrivando al lugar donde se desarrollaría la fiesta. Al parecer, los anfitriones no habían escatimado en gastos, pues la velada era grandiosa en todos los sentidos. Flores frescas adornaban cada superficie plana. La banda estaba animada y la pista de baile se inundó de cuerpos que se movían al ritmo de las melodías. Las mesas de refrescos estaban llenas de entremeses de todo tipo, dulces y salados.
Rosaline lo encontró un poco abrumador, este no era su círculo social. Los ricos y altivos.
━¡Cuanta cantidad de personas hay en este sitio! ━exclamó con los ojos abiertos como platos.
━Es la mansión de Lord McIntyre, de la Cámara de los Lores ━le hizo saber Mycroft mientras ambos cruzaban las puertas de entrada junto a otros invitados━ La mayoría de sus miembros estarán aquí, junto con algunos colegas del gobierno ¿Tienes tu tarjeta de baile?
Ella se fijó en el papelito que traía colgado de la muñeca izquierda, mostrándoselo.
━Muy bien ━asintió el apellidado Holmes, tomando una de las copas de champán de una bandeja y bebiéndola hasta el fondo━ Resérvame un último vals ¿Quieres?
Tras dejarle la copa vacía en las manos, Rosaline lo vio partir de su lado para ir derechito hacia un grupo de hombres que charlaban seriamente en el gran salón, sin siquiera disculparse antes o darle una explicación.
━¡Mycroft! ━lo llamó en medio de un gritito, esperando no llamar mucho la atención de las personas que la rodeaban. Pero, como suponía, las personas continuaron ignorándola al igual que si fuera un fantasma.
Pronto la gran marcha inició, y las parejas se trasladaron hacia el centro del salón. Rosaline las vio deslizarse graciosamente por todo el lugar al ritmo de la música que se escuchaba al fondo. Los violines sonaban a la par del piano y el resto de los instrumentos, haciendo del ambiente mucho más animado.
Sherlock había tenido razón, todos allí parecían tener un papel que cumplir. Desde hombres sumergidos en temas de política, mujeres solteras buscando con ojos de depredador a un buen partido, esposas dedicadas vistiendo joyas caras y ancianos de actitud pomposa relatando experiencias heroicas de la guerra.
Tan excluida de ese mundo se sintió, que no le quedó de otra que dedicarse a estudiar una de las plantas ubicadas en macetas de porcelana china, especialmente traídas para complementar la decoración de la casa. Esta poseía flores blancas y pequeñitas como las margaritas, aunque no lograba reconocer específicamente de qué clase de especie podrían ser. Tardaría minutos rebuscando en el herbario de su cerebro para dar con una descripción semejante.
━Disculpe ━una voz a sus espaldas la hizo voltearse súbitamente━ ¿Le incomoda que me quede aquí con usted?
Era un hombre mayor, de estatura mediana, con la edad suficiente para ser su padre, y traía un uniforme que exhibía todas y cada una de sus medallas. Debía ser un ex soldado.
━En lo absoluto ━respondió ella con una tímida sonrisa, al tiempo que ambos dirigían su vista de vuelta al salón.
━¿No baila?
━No. No soy muy buena en las marchas.
━Yo tampoco ━este rió, observándola detenidamente como si le recordara a alguien━ Es curioso. Nunca la había visto en ninguno de estos eventos, pero me resulta familiar.
━Es mi primera vez aquí ━contestó Rosaline, extendiendo la mano en su dirección para presentarse formalmente sin importar que no fuese un gesto propio de una dama━ A propósito, soy Rosaline Barnum.
Contrario a como pensó que reaccionaría, el desconocido correspondió a su saludo y ambos estrecharon las manos amistosamente.
━Whimbrel. Whimbrel Tewkesbury.
━¡Oh! ¿Está familiarizado con el joven marqués? ━cuestionó al asociar su apellido con lo que había leído el día anterior en el diario. En respuesta, este asintió con expresión perdida.
━Es mi sobrino ━habló bajito, casi como si recordarlo le sentara mal━ Vine aquí precisamente porque quisiera comunicarme con su acompañante, lord Mycroft. Me gustaría saber si su hermano estaría disponible para tomar su caso.
Apenada, esta paseó su vista del lugar donde el mayor de los Holmes se encontraba en la mesa de aperitivos, hablando sobre algo respecto a política con otro comensal del gobierno.
━Bueno... él se encuentra ahora mismo un poco ocupado. Pero estoy segura de que no le importará ser abordado luego.
━En ese caso ¿Me permite este próximo vals? ━cuestionó el mayor, a la vez que extendía una mano en su dirección a modo de invitación.
Aunque en un principio se sintió temerosa por su falta de experiencia, tampoco quiso ser descortés con el hombre después de haberla animado un poco con su conversación, así que, guardandose su miedo en un bolsillo, aceptó que la guiara hacia el centro cuando la banda empezó a tocar las primeras notas.
Los valses, admitió Rosaline felizmente, eran la danza fácil, y los pasos consistían principalmente en caminar con gracia alrededor. Si bien superarlo sin errores la hizo sentir más segura de su capacidad para interpretar a la dama de sociedad, no pudo evitar pensar que un baile más complicado revelaría su verdadera naturaleza. Cosa con la que se equivocó grandemente cuando el siguiente llegó, y el lord la condujo para bailar un divertido carrete. La joven no pudo evitar sonreír mientras ambos contaban sus pasos y trataban de no tropezar con los muchos pies en el suelo.
Al final, el lord tuvo que hacerse a un lado cuando Mycroft, con una expresión osca, reclamó su turno en el siguiente vals. Obligándola a despedirse de su único aliado dentro de aquel evento.
━¿Qué estabas haciendo? ━exigió saber.
━Bailando ━ fue lo único que respondió, en lo que trataba de recordarse a sí misma que no debía mirarse los pies, que de todos modos no podía ver.
━Me refería a hablando con el viejo Tewkesbury y sin un chaperón.
━Solo fue cortés, Mycroft. Contrario a tí... ━ambos se separaron en la danza y luego regresaron a sus posiciones━ Que me dejaste a un lado para resolver tus asuntos.
━¿Te dijo qué quería?
Ella dejó escapar un suspiro:
━Está preocupado por su sobrino.
━Ese chiquillo problemático ━maldijo silenciosamente, tal y como si conociera de antemano al personaje del que hablaban━ Es igual a Enola, necesita ser domesticado ¡Los jóvenes de hoy en día!
De repente, entre el gentío apareció un hombre vestido no de forma adecuada para asistir a un baile de sociedad y le hizo una seña para que Mycroft lo siguiera. Una acción que provocó la extrañeza de Rosaline y que este se disculpara con ella para retirarse a hablar con el desconocido, dejándola sola nuevamente.
Aquello se estaba convirtiendo ya en una costumbre.
Sin nada más que hacer, se dirigió hacia la mesa de refrigerios para probar algo. Los pastelitos de naranja parecían tener muy buena pinta, pero fue en ese tiempo en el que se dedicaba a trasladar dulces a su plato que escuchó hablar acaloradamente a tres jóvenes posicionadas a solo unos metros delante suyo.
━¿Habéis visto la mujer con la que vino el señor Holmes? ━comenzó la primera.
━No. Nadie de aquí la conoce ━le siguió la segunda.
━He oído que ni siquiera es de buena familia, ella es solo una pequeña pilluela de la calle. Debería estar cosiendo vestidos, no usándolos.
Rosaline sintió que sus manos enguantadas se cerraban en puños, mientras las escuchaba reír y cabecear entre ellas. Lo mejor era ignorarlas y salir de allí silenciosamente como si no hubiese escuchado nada, pero ellas siguieron murmurando cosas a sus espaldas, haciéndole imposible apartarse.
━Apostaría mi sombrero a que la señorita ha encontrado una manera horrible de pasar de amante a acompañante ━¡Listo! A pesar de las enseñanzas de Sherlock, sintió que no podía contener su lengua suelta por más tiempo.
━La última vez que lo comprobé no era propio de una dama hablar de otra a sus espaldas ━siseó a la cabecilla del grupo, quien parecía bastante alarmada al notar su presencia cercana━ Y mucho menos insinuar que es una cualquiera.
Las tres jóvenes la miraron sin saber qué decir, claramente no se habían esperado que ella estuviera tan cerca como para escucharlas, y menos que tuviera la osadía de venir a encararlas. Al mismo tiempo, lord McIntyre, quien había pasado por allí y se acercó nada más notar la tensa escena, se colocó a su lado y para evitar mayores escándalos preguntó:
━¿Sucede algo, señoritas?
━En lo absoluto, mi lord ━respondió Rosaline con una falsa sonrisa━ Solo estaba comentándole a mis nuevas amigas que no soy de tan baja cuna como ellas piensan.
━¿Cómo?
━¿No sabía, mi lord? Mi abuelo fue el primer hombre que creó el circo en América. De seguro habrá oído hablar de él: Phineas Taylor Barnum ━su comentario había hecho que varios ojos alrededor se posaran en ella, volviéndola el centro de atención━ Muchos comentaristas aquí en Europa lo llaman "El mejor showman del mundo".
━¡Yo sí que he escuchado sobre él! ━exclamó una dama a pocos metros━ Las personas asistían a su espectáculo para ver su desfile de rarezas.
━Así es. Mi abuelo creía fervientemente que para alcanzar el éxito, antes debía probarse a sí mismo... más que nada probarle al mundo que por ser distintos no debemos hacernos menos. Algo que claramente la sociedad europea aún no acepta del todo...
Orgullosa de poder llevar una conversación con miembros de la alta sociedad londinense y sin cometer ninguna imprudencia, Rosaline se puso en la postura que Sherlock le había enseñado y continuó hablando sobre su legado familiar, tratando de ignorar los cientos de pares de ojos desconocidos que la miraban fijamente mientras debatía sobre algunos puntos de vista que su abuelo transmitió a su madre y que ella le había transmitido. Por supuesto, inventándose una que otra mentira piadosa entre todo esto.
Habló sobre la parte de su familia que aún vivía en América, de los que actualmente residían en Escocia y de todas y cada una de las cosas que aún se presentaban en el Barnum & Bailey Circus. También conocido como el espectáculo más grande e inclusivo de la historia.
En este tiempo, Mycroft regresó de su pequeña reunión con el inspector Lestrade y buscaba a su acompañante por todos lados hasta divisarla conversando con varias personas junto a la mesa de aperitivos.
━¡Lord Mycroft! ━el viejo coronel Tewkesbury se acercó a él rápidamente━ Esperaba poder tener un minuto con usted...
━Quizás luego. Estoy muy ocupado ahora ━lo cortó mientras se dirigía rápidamente hacia el grupo de mujeres, más específicamente a su invitada━ Rosaline, querida, debemos irnos.
Sin darle tiempo a preguntar qué ocurría, él tomó su mano con fuerza y la arrastró consigo lejos de la fiesta, hacia el exterior, donde un carruaje ya los esperaba en la entrada listo para partir.
Rosaline miró hacia el cielo. Parecía que iba a llover.
━¿Qué pasó? ━preguntó confundida cuando ambos estuvieron dentro del coche. Apenas había empezado a disfrutar de la fiesta haciendo nuevos amigos al fin ¿Por qué debían irse ahora?
Claramente Mycroft se veía más agitado y su expresión más impenetrable de lo que había estado al llegar.
━Lestrade ━dijo a medias━ Finalmente dio con la niña.
Fue en ese momento cuando la joven institutriz sintió que su corazón se saltaba un latido nada más escuchar esto último.
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A ver ¿Cuantos dejaron a su cita plantada para venir a leer esto? Que levanten la manito ✋🤪
No sé si muchos ya la hayan visto, pero El Gran Showman es mi película favorita de todos los tiempos ❤💙 La música, el reparto, la historia... ¡Absolutamente todo me encanta! Y el hecho de poder crear una pequeña relación de esta con mi fic de Enola Holmes y mi personaje me hace muchísima ilusión.
Espero les haya gustado este pequeño detalle que próximamente profundizaré más. ¿Habéis encontrado alguna otra curiosidad?
Also ¡Feliz Día de San Valentín! 🌺 El capítulo 14 un 14 de febrero jajaj
Nos leeremos próximamente el 16 porque entre hoy y mañana me encuentro un poquito ocupada 😅
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