07 | Detalles ocultos
༺CAPÍTULO SIETE༻
━─━────༺❃༻────━─━
━─────╮•╭─────━
Los verdaderos misterios están ocultos en los detalles que se suelen pasar por alto.
Sir Arthur Conan Doyle |Estudio en escarlata
━═━═━═━═━═━═━═━═━
━APENAS saliste de aquí hace solo unas horas y ahora regresas vestida como un harapiento ¿Qué es lo que, en nombre de todos los santos, hiciste para acabar así?
Que no se alarme usted, querido lector, de pensar que para un hombre tan desinteresado del mundo como lo era Sherlock Holmes podría resultar siendo un acto alarmante ver a su hermana llevar puestos aquellos pantalones de franela. Sino que, desgraciadamente, el resto del mundo no pensaba de forma tan ligera. Dos años atrás, durante las bodas de oro de la reina, una de las damas se había sentado en los escalones del Palacio de Cristal para quitarse una ramita que se le había metido en la bota. No tardaron en enviarla a un manicomio, pues en esos tiempos no era nada inusual que una mujer fuera encerrada en una institución mental por hacer cosas tan absurdas como leer novelas a la vista de todos, ir a sesiones espiritistas, pelearse, insubordinarse o incluso... vestirse como un hombre.
━Nada ilegal, eso te lo aseguro.
Una sonrisita inocente emergió por los labios de Enola, esperando que eso fuera suficiente para convencerlos a los dos, a su hermano cascarrabias y su pasmada institutriz (ex institutriz), pero, para mal de su repentino sarcasmo, él la tomó por el brazo y la obligó a entrar al apartamento casi a rastras.
Aquello había sido una bienvenida bastante abrupta, pero ¿Qué más podría esperarse de alguien cuya hermana no dejaba de darle dolores de cabeza? O más bien ¿De meter sus narices donde no la llamaban? ¡Era increíblemente desesperante! Y Rosaline se veía como una simple espectadora entre ambas voluntades en discrepancia.
━Sherlock, ya te ha dicho que está en problemas. Creo que su vestimenta es lo que menos importa ahora ¿No te parece? ━su comentario surgió para calmar las aguas, interponiéndose entre los dos como una barrera en orden de evitar las miradas asesinas y ofensivas que se estaban lanzando ¡Es que había que ver lo mucho que se parecían esos dos!
Tuvo que poner ambas manos sobre el pecho del detective e impulsarlo hacia atrás, de forma que soltara de una vez el brazo de su hermana antes de que se lo arrancara de cuajo. Al hacerlo, la tensión del momento pareció aliviarse un poco, y ella pudo voltearse finalmente para observar el rostro de la joven sin ocultar su ilusión.
Aún así, pareciera ser como si un abismo de dudosa profundidad las mantuviera separadas.
━Largo tiempo sin saber de tí, Enola ━expresó, curvando los labios en una sonrisa pequeña que no fue correspondida.
━Hola para tí también, Rosaline.
La castaña pudo haber cuestionado la forma tan fría y seca con la que se había dirigido a ella, pero supuso que esto tenía algo que ver con el que no hubiese respondido sus mensajes en los últimos meses, y de veras habría insistido en saber de no ser porque alguien más llamó a la puerta.
━Es Lestrade... ━tras echar un vistazo por la mirilla, Sherlock murmuró tan bajito que las dos mujeres apenas alcanzaron a escuchar.
━¡No abras! Ha de estar buscándome ━advirtió/siseó Enola.
━La señora Hudson ya debe haberle dicho que estoy aquí. Vas a tener que esconderte.
━¿Pero donde?
━Rosaline, llévala al estudio. Allí hay una pared hueca detrás del pizarrón donde puede meterse ━ordenó hacia la apellidada Barnum, que yacía tan tieza en su sitio como un maniquí de tienda. Acto seguido, volvió a dirigir su mirada reparadora a su hermana━ No te resultará una tarea difícil, estás tan desnutrida que sobrará espacio.
━Hijo de la...
━Cierra la boca y andando ━la interrumpió la castaña mientras la empujaba por los hombros hacia el despacho, desde donde, en efecto, estaba el pizarrón con el mapa esbozado de la ciudad de Londres.
Al alzarlo, descubrieron el pequeño compartimento similar a un closet que había justo detrás. Claramente, no contaba con espacio suficiente para que un adulto se metiera dentro, pero la joven Holmes era menuda, más baja y delgada que un adulto promedio; por lo que no habría problema alguno para ella a la hora de acomodarse en su interior tan solo sentándose y encogiendo las piernas.
━¿Crees que puedas respirar ahí dentro? ━preguntó Rosaline con cierto temor.
━Solo hay una forma de averiguarlo ━contestó Enola, a la vez que la obligaba a soltar el pizarrón para encerrarse a sí misma dentro del compartimento.
La castaña rezaba para que la pobre no muriese ahogada dentro de aquel hueco, puesto que por lo que iba escuchando de la conversación entre el recién llegado agente de policía y el detective, aquella visita se extendería más de lo supuesto.
━Lestrade de Scotland Yard. Se acordará de mí, espero.
Hubo silencio, uno que Rosaline aprovechó para deslizarse silenciosamente hacia el borde de la pared en aras de poder escuchar mejor.
━Buscamos a su hermana. Ha causado algunos problemas ¿Puedo pasar?
Para no faltar a las normas de educación formal que le había instruido su madre desde muy niño, Sherlock se hizo a un lado para darle algo de espacio al hombre, el cual soltó una exclamación de asombro al encontrarse en el interior del 221B por primera vez en su vida.
La institutriz asomó la cabeza solo un poco por el resquicio, sin hacer el menor ruido posible. Lestrade era un señor mayor, de piel aceitunada, una ridícula barba y claramente guardaba cierta admiración hacia el trabajo de Sherlock Holmes, puesto que parecía maravillado por todos y cada uno de los objetos que veía dentro de aquel cuchitril que solo los solteros llamaban salón. Evidentemente no debía tener esposa si ni siquiera se molestaba en resaltar el desorden.
━¿Es esta la...? ¿Es esta? ━Lestrade señaló la famosa pipa que yacía olvidada sobre la mesita esquinera, a lo que el detective suspiró con resignación.
━Llévesela. Tengo otras.
━¿Llevármela? Oh, no puedo. ━expresó, aunque claramente podía notarse en el brillo de sus ojos lo entusiasmado que estaba con la invitación━ Pensándolo mejor, sí puedo. O tal vez no. Quizá sí que pueda ¡Uh! ¿Y este es el famoso violín?
━Ése sí es el único que tengo ━el detective ya comenzaba a perder la paciencia, pero por supuesto, eso no debía mostrarlo delante del agente si pretendía sacarle cierta información━ Quizá pueda explicarme lo que cree que hizo Enola.
━Ojalá pudiera decirlo, señor ━Lestrade señaló el despacho━ ¿Le importa?
Oh Dios, pensó Rosaline con el corazón atascado en la garganta. Si aquel tipo la veía ahí podría pensar cualquier cosa, inventarse miles de escenarios siempre inconvenientes para ella. Pues como ya sabrán, en ese entonces no era bien visto que una dama se encontrara en el interior del apartamento de un hombre soltero sin una chaperona. Así que tenía que pensar en algo ¡Y rápido!
No habían muchas opciones de disfraces alrededor, ni mucho menos un escondite donde meterse porque estaba claro que bajo el escritorio sería pillada, y su tiempo era mínimo. Así que hizo lo primero que se le ocurrió.
Se precipitó hacia la silla de las visitas en el escritorio, cogió un pañuelo de su bolsillo y se pellizcó con tanta fuerza el brazo que las lágrimas empezaron a salir por sí solas. De esa forma, cuando Lestrade pasó al interior del despacho y la vio allí sentada hecha un mar de lágrimas, se sintió repentinamente incómodo.
━Oh... esto... perdóneme por pasar así. No sabía que hubiese alguien más aquí ━se disculpó, muy apenado por su irrupción. Luego dirigió su mirada hacia el detective━ Así como tampoco sabía que tenía una esposa, mis disculpas.
¿¡Esposa? No, no, no, no. Lo estaba malentendiendo todo.
━Discúlpeme usted a mí, oficial ━sollozó Rosaline, usando un tono de voz entre bajito y vergonzoso━ No sabía que el señor Holmes recibiría una visita hoy. Yo solo... vine porque necesito encontrar a mi marido. Desapareció hace dos noches sin dejar rastro y me encuentro muy angustiada.
Tras decir esto, volvió a explotar en llanto. Provocando que el mayor se quedara sin palabras.
Perfecto, un caso de una mujer desesperada, llorosa y torpe que busca a su esposo sin darse cuenta de que probablemente este la abandonó era todo lo que necesitaba para que desviaran su atención de ella.
Lestrade tragó grueso, mientras que Sherlock, siendo consciente de tal mentira, contuvo por primera vez en su vida las ganas de reírse.
━Su caso actual ━exclamó el hombre entonces, ignorando la presencia de Rosaline para ir hacia el mapa del pizarrón━¿De qué se trata? ¿Otro estrangulador de Brixton? ¿Otro Periwinkle? Espero que no otro Clerkenwell.
━¿Qué tienen contra mi hermana?
━Si me dice su caso, le diré el mío ━argulló, y sin que la vieran, la fémina sentada desde su silla entornó los ojos con fastidio.
Aquel hombre era realmente insistente.
━Es del gobierno, robo de dinero ━respondió el detective━ Ahora usted.
━El superintendente la busca.
━¿Por qué?
━Sigo órdenes, Sr. Holmes. ¿O puedo decirle Sherlock? ━inquirió, luego se señaló a sí mismo para presentarse formalmente━ Graydon. Graydon Lestrade. Mi padre lo creía un nombre distinguido y en verdad lo es. En fin, si alguna vez desea llamarme así...
Sin siquiera verlo, ambos habían estado caminando hacia la salida y fue cuando el mediano de los hermanos Holmes abrió la puerta de par en par para decirle, sin necesidad de usar palabras formales, que se marchara de una vez por todas. Una orden que el agente de policía pareció entender a la primera.
━Bien ━asintió al cruzar el umbral━ Siga con lo suyo.
Y claro que lo haría. Por eso le cerró la puerta en la cara sin esperar a que le saliera con algo más.
━Ya puedes parar con el show, Rosaline.
Haciendo del pañuelo una bolita para lanzarla hacia el cesto de basura más cercano, la castaña se paró de su sitio y se miró en el espejo para asegurarse de que los rastros de lágrimas en su rostro hubiesen desaparecido.
━Menos mal. Creí que nunca se marcharía ━suspiró━ Auch. Me parece que me pellizqué con más fuerza de la debida.
Sin previo aviso, Sherlock se dirigió hacia el costado de su despacho y alzó el pizarrón para dejar al descubierto a su hermana, quien se precipitó como una bala de cañón al suelo en medio de un grito de sorpresa.
━Lo siento. Debí advertirte que iba a abrirlo ━sonrió el pelinegro, bromista aunque no lo pareciere, ofreciéndole una mano a su hermana para ayudarla a ponerse en pie y la cual ella rechazó con un manotazo.
━No ━espetó, y al intentar reincorporarse por su cuenta su rostro se desfiguró en una mueca de dolor.
Si mal no suponía, debía de haberse fracturado el coxis. Pero orgullosa como era, trató de disimularlo aguantando como una campeona mientras alzaba el semblante y se enfrentaba a los dos adultos que la observaban fijamente, uno divertido y la otra cruzada de brazos en consternación.
━¿Quiero saberlo? ━inquirió Sherlock, siendo secundado por la voz de la mujer a su lado.
━Tal vez tu hermana quiera centrarse en algo más que no esté relacionado con su ropa.
━No puede ser ¿Acaso crees que no tengo derecho a preguntarle por qué la policía la está buscando?
━Tampoco he dicho que no puedas hacerlo.
━Entonces por qué no dejas de cuestionar mis métodos.
━Oh por favor, ambos son como un matrimonio mal llevado. Vayamos directo al punto... ━los cortó Enola en medio de una queja, y luego, señaló los datos ubicados en el mapa de la pared━ ¿Un caso del gobierno?
━No empieces.
━"Si me dice su caso, le diré el mío" ━se burló, imitando el tono egocéntrico de Lestrade que logró sacar una leve risita de parte de su hermano.
━Es un bufón. Solo quería saber qué tenía contra ti.
Seguidamente se hizo el silencio, uno que advertía con obviedad que Enola no desistiría en su intención de hacerlo revelar aunque sea un poquito del reciente caso que lo traía tan ocupado y extremadamente frustrado. Al final, fue que tras un ligero estornudo por parte de Rosaline, el detective decidió complacer la curiosidad de su hermana pequeña.
━Transferencias inexplicables de oficinas del gobierno ━le dijo━ Mi teoría es soborno, extorsión o chantaje.
La castaña se volteó entonces hacia el mapa, analizándolo con extremo interés.
━¿Y qué descubriste?
━Transferencias de cinco cuentas que pasan por el Tesoro a un banco privado.
━¿Alguien se vuelve rico con esto?
━Sí.
━¿Quién?
━No tengo un nombre, sólo un número ━Sherlock fue y se colocó a su lado━ Fui al banco y consulté. El dinero desapareció, fue a otro banco y luego a otro, y otro, y otro, y otro y otro. Cada una de ellas ocultas con números de cuenta diferentes. Un total de 27.
Desde su lugar, apoyada en una mesa con las manos tomadas sobre su falda y sin entender un rábano de lo que ambos se encontraban hablando, Rosaline se dedicó a mirar detenidamente todos los cordones de colores que iban de un punto a otro en el pizarrón, formando figuras geométricas y ángulos que, inconscientemente, le recordó a una clase de matemáticas en la que la señorita Stacy las ayudó a entender la geometría basándose en un libro llamado "El lenguaje de la danza", usando pasos de bailes tales como la polca, el promenade y los dos pasos. En total, 27 danzas.
━Es como bailar... ━dijo inconscientemente, pero al notar la mirada que le dedicaron ambos hermanos, se dio cuenta de que tal vez había pensado en voz alta━ Vale, ya guardo silencio.
La menor habló entonces:
━¿Qué deduces de eso?
━Tres cosas. Primero: El hombre es un jugador, quizá un genio en matemáticas, capaz de cubrir todas sus huellas. Segundo: Las fuentes son variadas. Cinco bancos, al sur del río, pero sin un nexo aparente. Todas anónimas. Y todo va a parar a un sólo bolsillo.
━¿Y la tercera?
El pelinegro tomó un profundo respiro, para entonces, revelar su última suposición.
━Sabe que lo persigo.
Rosaline dirigió una mirada de incredulidad hacia el detective, elevando una ceja y mirándolo como si acabara de decir la mayor estupidez del mundo.
━Pero ¿cómo? ━ante la interrogante de Enola, la institutriz no pudo aguantar más.
━¡Ay, por favor! Háganse una limpieza mental a vosotros. En serio no van a creer que un ladrón tan listo planee todo este circo sin esperar que la policía recurra al mejor de detective de Londres para que investigue el caso ¡Es que es más que obvio!
Ante los constantes gestos que hacía con los brazos, como si escucharlos antes le hubiese hecho perder la cabeza (por supuesto, no como Ana Bolena), ambos Holmes se quedaron callados. Al parecer, sus palabras los habían hecho caer de la nube donde estaban, y la primera en darle razón fue Enola.
━Tu amante tiene un punto ━le dijo, y complacida con que alguien finalmente la escuchara, la institutriz suspiró.
━¿Ya veis? Espera... ¿Cómo me haz llamado?
Para no desviarse del tema por cosas sin sentido, Sherlock sacudió la cabeza y se masajeó el puente de la nariz en aras de no volver a estresarse por culpa de aquel caso.
━Da igual. Cada vez que jalo un cabo, se afloja, desaparece y reaparece en otro lado. Me hace bailar en círculos. Es... Es exasperante.
━¿No tienes ninguna pista? ━volvió a preguntar su hermana.
━Una. Días antes de la primera transferencia, un hombre con sombrero irrumpió al Tesoro.
━¿Con sombrero? ¿Qué robó?
━Un documento. No sé de qué. Debe tener datos importantes. Pero hasta ahora no logro comprender cómo se conecta con todo esto. ━terminó de decir, girándose sobre sus propios talones para regresar al salón con la pipa en mano━ Ahora tú. Espero que esa no sea tu sangre.
Con el entrecejo fruncido, Rose no se había percatado antes de los ligeros rastros rojos en la palma de la mano de su ex pupila, llevándola a preguntarse en qué clase de lío se habría metido aquella jovencita y si realmente debía hacerle caso a Sherlock cuando decía que estaba preocupado por lo que podría pasarle.
Enola lo siguió hacia la sala de estar, sacando algo del bolsito que llevaba sujeto a la cintura.
━Busco a una chica llamada Sarah Chapman. Su hermana me contrató. Bessie. Trabajaba en la fábrica de fósforos y en el music hall.
El entrecejo de Rosaline se frunció con impresión:
━¿La hermana de la dulce Bessie está metida en esto?
━La pregunta más bien es: ¿Cómo conoces tú a esa chiquilla? ━cuestionó Sherlock.
━Pues... en la fábrica de fósforos de Lyon. Mi primo Gustav trabaja ahí y fuimos a discutir un tema de familia. La niña se ofreció a acompañerme cuando salí. Es un verdadero Sol. Realmente es una lástima que esté sometida a ese trato desde tan joven.
Tras decir esto, agachó la cabeza con cierta pena, no siendo consciente de la mirada que Enola le dedicó al enterarse que ella también había estado en los barrios marginales y también había visto todo lo malo que allí residía, comprendiendo con pesar y admirando con el corazón abierto la resiliencia de esas personas que se esforzaban por vivir cada día.
Siempre supo que su institutriz tenía un corazón inmenso por querer ayudar a otros, pero nunca había imaginado hasta qué punto.
━Sarah tiene un amante y fui a su apartamento. Le había dado esto ━informó la joven detective entonces, extendiéndole la carta que había encontrado en la mesa de maquillaje de El Paragón, y la cual él leyó rápidamente.
━¿28 Bell Place?
Los ojos de Enola se abrieron como platos ¿Cómo rayos lo había descifrado tan rápido?
━En Whitechapel, sí. ━dijo, arrebatándole el papel de un manotazo━ Y ahí encontré a su amiga... asesinada.
━Por todos los cielos, que horrible ━exclamó Rosaline horrorizada, a lo que Sherlock entornó los ojos como si hablar de los muertos fuese algo tan simple como ir a tomar una taza de té.
━¿Y quién la mató? ¿Este tipo que se hace llamar Amapola?
━Eso sospecho. Quizá secuestró a Sarah y su amiga lo descubrió.
Repasando los detalles de a poco, Sherlock le pasó el papel a Rosaline para que también lo leyera. Ella simplemente le echó un vistazo, dejándolo de lado ante su imposibilidad para asimilar toda esa información sin que le acabara dando un mal de estómago.
Esto, por muy agobiante que fuese para ella, a él le hizo recordar los días en los que trabajaban juntos. La castaña en muchas ocasiones había estado a punto de desmayarse cuando leyó las descripciones de algunos casos de asesinatos en Whitechapel, los cuales se iban incrementando con los años, y para él no eran tan relevantes. Sin embargo, sí le hizo pensar en la inclinación que había sentido en su momento hacia la joven Barnum, y la cual se fue transformando con el tiempo en algo más profundo. Pero a veces, ese algo cuando se trataba de personas viles no consistía en nada bueno. Claramente, ese hombre al que Enola perseguía guardaba algún tipo de obsesión por la tal señorita Chapman, y eso lo habría llevado a raptarla para tenerla solo para él.
━Amor ━suspiró━ Qué cosas hace a la gente...
Sus ojos intentaron buscar a la persona por la que verdaderamente creía que aquella frase cobraba sentido, pero esta tenía la vista perdida en algún punto invisible del suelo, puesto que no deseaba elevar el semblante y encontrarse con el azul de sus irises. Muy a pesar de que el peso de su mirada quemaba por sobre sus hombros.
━¿Cómo la mataron?
━Con un cuchillo.
━¿Lo tocaste?
━No.
━¿Entonces por qué huiste?
━Porque encontré más pruebas y un policía las quería. Camina un poco extraño.
━Grail ━dedujo Sherlock━ Él y yo tenemos historia.
La menor de los Holmes sacó otro papel de su bolsa y se lo pasó.
━Tenía esto en el bolsillo.
Era una partitura, como las que usan los directores de orquestas para dirigir la banda sonora de las presentaciones teatrales. La sonata se titulaba "La verdad de los dioses", y mientras Sherlock tomaba su violín y empezaba a tocarlo muy torpemente, produciendo sonidos que no tenían ritmo alguno, Rosaline y Enola intercambiaron miradas que combinanan extrañeza y espanto a partes iguales.
━Es tan malo como el poema ━dijo una vez culminó con su pieza━ Déjamelo a mí.
━No. Es mío y es importante ━protestó Enola, a la vez que le arrebataba su pista de las manos━ Grail dijo que había robado algo y que los chantajeaba. Pero Sarah no lo haría.
━¿Cómo sabes? No la conoces ━intervino Rosaline, robándole de los labios la pregunta que el detective estuvo a punto de formular.
━Siento que sí.
Su respuesta hizo que el hombre sacudiera la cabeza, negando ante un caso sin remedio y algo que ella jamás entendería de ese trabajo que se empeñaba en llevar a cabo y del que aún no sabía absolutamente nada.
━Viniste huyendo de la Policía, alguien ya murió y eres sospechosa de homicidio. Te dejaste llevar por tus emociones. ━espetó. Acto seguido, fue y buscó su abrigo y su bastón, dispuesto a ir al lugar de los hechos━ Quédate aquí con Rosaline. No te vayas. Yo investigaré esto.
━¡Pero ella es mi responsabilidad! Nadie se preocupa por estas chicas. Se lo juré a su hermana.
━El primer error que comete un Detective es centrarse en ellos y no en el caso. ━al pasar por debajo del umbral, se detuvo━ Enola, sé que no te gustan los consejos innecesarios, pero por favor... no te conviertas en mí.
Ninguna protesta emergió por los labios de la joven Holmes después de esto, sino que se quedó ahí hasta escuchar el sonido de la puerta al cerrarse, y solo entonces, murmuró:
━Tal vez debería anotarlo.
Viendo lo deprimida que estaba por la situación que cargaba a sus espaldas, Rosaline quiso acercarse y reconfortarla como había hecho el día de su cumpleaños número 16, cuando su madre las dejó, pero estando allí en medio del silencio hueco que las envolvía, no podía evitar la sensación de que quizá su cabra de montaña ya no la quisiese cerca como antes.
Sin embargo, impulsada por la complicidad que habían compartido en algún momento del pasado, estiró una mano para apoyarla sobre su hombro en señal de comprensión.
━Sé que puede ser un poco exasperante, pero creo que deberías escuchar a tu hermano por esta vez. No es seguro afuera si la policía te busca.
Enojada como estaba, Enola prácticamente gritó cuando le dijo:
━Pero es MÍ caso. Sherlock solo quiere llevarse el mérito. Pero nadie lo entiende, no saben por lo que tienen que pasar todas esas chicas en los barrios bajos, el hambre, la carga de trabajo... eso ni siquiera les importa.
━A mí sí ━susurró Rosaline, y en su interior algo se estrujó con dolor. Ella también había sido una chica de barrios bajos, que trabajó en un puesto de flores por varios meses para tratar de llevar algo de comida al minúsculo y sucio apartamento donde cuidaba a sus primas. Pero claro, eso Enola no lo había contado a la hora de recriminarle. Aunque pareció ser consciente de su error nada más ver su reacción. Porque no era justo tomarla con Rosaline cuando estaba más que claro que el problema residía directamente en ella. Y aún así, su ex institutriz era tan buena que ni siquiera continuó ahondando en el asunto.
━¿Cómo está tu madre? ━preguntó, y a pesar de que lo había hecho con intención de cambiar de tema, lo cierto es que era algo que venía deseando saber desde que llegó a Londres. Puesto que llevaba bastante tiempo sin conocer nada sobre paradero de Eudoria.
━Desaparecida, gracias por preguntar ━respondió Enola━ De todas formas ¿Qué más te da? No debería interesarte ahora que...
Se calló, probablemente reparando en que tal vez sus pensamientos pudiesen ser demasiado ofensivos si los decía en alto. Pero la apellidada Barnum, intrigada por saber qué tipo de contestación iba a darle, simplemente la incentivó a que continuara.
━¿Ahora que qué?
━Nada ━Enola se volteó, yendo hacia el interior de la sala nuevamente con la institutriz pisándole los talones.
━¿Sabes? Siento que es muy cobarde huir de una conversación dando evasivas, y que yo recuerde, no te crié para que fueras así.
━No estoy siendo cobarde.
━Ignorarme en lugar de enfrentar el problema sigue siendo un acto de cobardía ━repuso Rosaline, y por un instante, Enola se preguntó cómo rayos podía lucir tan paciente y calmada━ ¿Qué sucede? Dejaste de responder mis cartas sin ninguna explicación, y ahora me recibes con este trato. Ni siquiera me haz dejado abrazarte después de tanto tiempo. Es como si ya no fueras tú, sino una versión femenina más fría e insensible de tu hermano.
━No soy una niñita ya, Rosaline. No necesito abrazos. ━protestó━ Además, las personas cambian.
Lástima, pensó la castaña con pesar. Es una verdadera lástima ¿Donde habría quedado aquella jovencita ocurrente y especial que ella conocía? ¿Acaso Londres la había hecho cambiar tanto como para acabar así? Un recipiente vacío que detesta la compañía, incluso de aquellos dispuestos a ayudarla ¿O acaso solo se comportaba así porque se trataba de ella? ¿Qué podría haberle hecho Rosaline para merecer su indiferencia?
Fuese lo que fuese, ese día no lo iba a saber porque, convencida de que su presencia no hacía más que incomodarla, Rosaline fue en busca de su capa y su manguito con la intención de marcharse de regreso a su hospedaje.
Enola necesitaba espacio, y lo entendía. Nadie mejor que ella para saber lo extenuante que era el oficio de ser detective, por lo que esperaba que en otro día ambas contaran con el tiempo suficiente para arreglar sus discrepancias.
━Por cierto, la flor de tu carta no es una amapola... ━le dijo antes de irse, con los dedos apenas rodeando el pomo de la puerta━ Es un clavel de poeta. Sweet William. Espero que aunque sea en eso sí me hagas caso.
Un detalle en el que se había fijado mientras leía la carta, y que ninguno de ellos notó antes. No era recomendable contradecir a Rosaline cuando se trataba de flores, así que más le valía a aquella pequeña granuja analizar mejor los detalles de sus pistas y valorar los aliados que la intentaban ayudar. Nunca se sabía cuando podrían estar en lo cierto.
Y vaya que el detalle del clavel de poeta fue necesario.
¡Fósforos! ¡Compren sus fósforos! Sólo un centavo por caja ¡Fósforos!
Rosaline escuchaba los gritos de las niñas vendedoras de cerillas incluso estando ya en el interior de la casa de huéspedes, e intentó que estos no fueran una molestia para el desagradable dolor de cabeza que empezaba a avecinarse.
Al entrar al tocador antes de las habitaciones se encontró con la señora Clark, quien acababa de dejar un bulto de ropa doblada sobre una mesita y la saludó cordialmente preguntando como había estado su tarde.
━He tenido mejores a decir verdad ¿Sabe si mis primas ya llegaron?
━¡Oh! La señorita Daisy salió con el señor Laurence y lady Caroline a por un vestido nuevo. Su hermana, en cambio, quiso quedarse. Le preparé su baño hace unos minutos.
Ella le dio las gracias encarecidamente, y decidió que esperaría a Violet en su habitación para charlar un rato. Esperando que el dolor en sus sienes se aliviara solo un poco. Hablar con Violet siempre la ayudaba a calmarse.
La alcoba de sus primas, a diferencia de la suya, era la personificación de la dulzura y la juventud, con camas tipo trineo decoradas con delicadeza, más apropiadas para dos niñas que para jóvenes damas. En una esquina, estaban todas las pinturas pequeñas que su prima había traído de Escocia, realizadas en su mayoría con colores de acuarelas pasteles: una anciana que tejía al lado de la chimenea, a quien reconoció rápidamente como la señora Laurence, unas campesinas con un cesto de huevos, un chiquillo de mejillas sonrosadas que sostenía en sus brazos a un cachorro de perro, etcétera...
Violet era realmente talentosa con sus obras, y observarlas le trajo a Rosaline cierta paz. Todo hasta que se acercó al caballete para ver qué había estado pintando últimamente, y descubrió, absorta, lo que había plasmado en el papel al carboncillo.
Chiquillos flacuchos que jugaban en una alcantarilla debajo de un tendedero del que colgaban varios pescados. Justo como en el vecindario de Glasgow, donde vivieron antes de...
Pero no solo había uno. Sino varios como ese. Pesadas cartulinas de papel bastante grandes apoyadas contra la pared como si no quisiera que nadie más las descubriera.
Rosaline las tomó por los extremos y las llevó hacia la ventana para examinarlas a la luz. Una a una, las colocó sobre el caballete, tan grandes que empequeñecían al resto de las pinturas pasteles. Y no solo por su tamaño, sino también por su temperamento, por decirlo de algún modo. No se parecían en nada a los borrones rosados y azulados que colgaban enmarcados de las paredes. Aquellos carboncillos habían sido creados con potentes trazos negros, directos y afilados como un cuchillo y, asombrosamente, sin ningún tipo de sombreado, lo que aumentaba su intensidad.
Pero lo más sorprendente eran los temas elegidos:
Una mujer sin sombrero cosiendo de noche bajo una farola.
Un hombre sin afeitar que recogía colillas de la calle.
Una familia italiana cantando para ganar unos peniques.
Un chico descalzo que se arrodillaba en los adoquines para lustrar las botas de un caballero.
Una mujer harapienta con un bebé enfermizo «vendiendo» cerillas puerta a puerta.
Y muchos, muchos más.
Gente de las calles más pobres de Londres. Gente que había sido retratada con tal nitidez, con tanta seguridad, con tal imperturbable honestidad que no podían haber surgido únicamente de la imaginación. Alguien que había nacido para ser artista los había visto con sus propios ojos y luego los había dibujado. Rosaline conocía aquel sentimiento de intensa conexión entre los ojos, el corazón y la mano. Un artista inspirado había observado a aquella gente.
Con pasión.
Con la misma pasión con la que ella los contemplaba.
Varios de los dibujos mostraban a unas ancianas famélicas que dormían sobre los escalones del asilo para pobres. Las más pobres de los pobres, aquellas que se arrastraban, las "holgazanas", que apenas tenían fuerzas para moverse.
Rosaline las conocía. Y, por lo visto, Violet también. Pero ¿cómo?
━¿Rosie?
La castaña dio un brinco en su lugar, ahogando un grito en su garganta cuando descubrió la melena roja de su prima en la puerta de la habitación. Esta la miraba como si acabara de ser pillada en medio de alguna travesura, como si estuviera metida en un gran problema.
Ella señaló los dibujos.
━¿C-Cómo... ━trató de recuperar el aire perdido━ ¿Cómo haz podido dibujarlos?
Avergonzada, Violet agachó la cabeza. Su piel luciendo más pálida que el propio papel.
━Los primeros los hice cuando aún vivíamos en Calton, los otros son de aquí del East End ━dijo rápidamente━ Te seguí hace unos días, no pude evitarlo.
Aquello la dejó aún más confusa ¿Violet? ¿La callada y sumisa Violet? ¿Yendo sin supervisión a los barrios pobres para poder expresar en su arte la verdadera miseria del hombre? Tantas cosas bellas que tenía a su alcance, a su propio alrededor, y ella decidió reflejar la vida de otros en sus esbozos...
━Sabes que es peligroso ━dijo mientras se llevaba una mano a sus labios, Violet corrió rápidamente hacia ella para tomarla.
━Pero nadie más se interesa por ellos ━susurró━ Y quería hacer algo como lo que planeas con el marqués... para recordarme cada día que hay vidas más grises que otras y sueños que mueren o son masacrados.
Rosaline se sintió repentinamente mareada ¿Sería posible que realmente estuviera escuchando eso?
━Nunca te hablé de eso.
━No hizo falta ━ella negó━ También pasamos por lo mismo una vez ¿Recuerdas? Y sé que no fue nada ni remotamente cercano al infierno que muchas de esas personas viven. Pero me gusta pensar que, al igual que yo hice en algún momento, ellos continúan teniendo la esperanza de que el día de mañana las cosas cambiarán y el Sol se alzará más brillante que nunca en sus vidas.
Aquello hizo que la castaña pensara en lo vivido meses atrás, durante la Navidad en la que no tuvo dinero suficiente para pagar regalos. Habían tantas personas sin esos privilegios en el mundo, a veces incluso más que los pudientes. Pensó entonces en Sarah Chapman ¿Se habría involucrado ella también en aquel problema para darle una mejor vida a Bessie?
━Por favor, no estés enojada ━pidió Violet con la voz rota por el arrepentimiento, pero en sus ojos azules continuaba brillando una apasionada luz perseverante.
Rosaline movió su cabeza en negación.
━No lo estoy ━le dijo━ ¿Cómo podría? Acabas de darme una lección que ni yo sabía que necesitaba.
Y aunque la pelirroja no comprendiera a qué se refería con esto, la castaña sonrió mientras la abrazaba.
Sonrió, porque hasta en el corazón del ser humano más miserable, la esperanza es una llama de belleza oculta que no se apaga ni se extingue nunca.
+ 50 votos y 5 comentarios para continuar.
...
Hola a todos por aquí!! Recién vi que ya era momento de actualizar con un capítulo nuevo y aquí estoy, superándome con más de 5500 palabras 😁💐
Una vez más, quiero dar gracias a esos lectores que continúan dándome su apoyo e impulsándome con sus lindas palabras ♡ Me alegra muchísimo que estén disfrutando de esta historia, porque lo cierto es que le he tomado un cariño especial. Espero que con ustedes sea así.
Antes de despedirme quiero avisar de que, probablemente (y si no hay una película de Enola Holmes 3), estaré haciendo mi propio Acto III de esta historia 🌹🔎🎩 Así que si desean leer sobre qué tratará pueden pasarse por la plot shop de Meylan_Caridad. Allí les da una pequeña premisa.
Así que, sin nada más que agregar. Por favor, voten, comenten opiniones y conduzcan con cuidado.
Debbie 🌷
(Btw, me he estado leyendo un fic de Enola Holmes recientemente llamado Gold Rush que estoy segura que les encantaría leer!! El usuario que la escribe es @AllyNicole_C por si desean ir a leerlo. La narración es excelente ✨)
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro