06 | Un mensaje oculto
༺CAPÍTULO SEIS༻
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Mi vida es un perfecto cementerio de esperanzas muertas.
L.M. Montgomery |Ana la de Tejas Verdes.
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DESDE MUY PEQUEÑA, Rosaline conservaba todos y cada uno de los recuerdos que compartió con sus padres, desde las visitas a la villa del tío Barnum hasta los días de trabajo en la floristería donde su madre le permitía adornar los ramos de rosas rojas con cintas de colores brillantes. Sin embargo, aquellos que eran más vívidos y se reproducían en su mente cada noche eran los de la hora de irse a dormir, cuando su cama era apenas iluminada por la llama de una vela solitaria en medio de aquel cuartucho de ventanas cerradas, y su madre, con su rostro aún juvenil agrietado por el cansancio (o quizás por la enfermedad que empezaba a afectarla), se mantenía recostada a su lado mientras sus dedos le acariciaban la frente, entonando a su vez una estrofa de su canción de cuna predilecta.
Lavender's blue pasaría a ser años después la misma canción que Rosaline cantaría para ayudar a dormir a sus primas, encargándose de disipar el miedo absurdo por el monstruo imaginario que se escondía bajo sus camas, y más tarde, la misma que ayudaría a Enola a alcanzar el sueño luego de caer rendida por el entrenamiento de un día agotador. Al principio amando cada segundo, pero luego rechazándola con la típica frase de toda adolescente en su etapa más rebelde: "Ya no soy una niña".
No obstante, acostumbraba a pasar delante de su habitación todas las noches para asegurarse de que no necesitara nada. Chequearla solo por un minuto, aunque bien sabía que la joven Enola era de esas jovencitas que disfrutaban su soledad, y eso jamás se atrevería a interrumpirlo. Pero esa noche, en especial, luego de la pelea con sus hermanos y que estos por consiguiente la obligaran a asistir a un colegio para señoritas, Rosaline estaba segura de que su pupila necesitaba un hombro amigo donde apoyarse, por mucho que se mostrara ignorante hacia los sentimientos débiles o intentara aparentar serenidad.
━Rosaline, normalmente no me molestas en las noches sino viceversa ━habló en el segundo que vio a su institutriz atravesar las puertas de la habitación, llevando consigo una gran maleta de mano que despositó sobre el alfeizar de la ventana.
Rosaline curvó la comisura de sus labios con ligereza, mientras sacudía sus manos sobre la tela de su falda.
━Bueno, la señora Lane encontró esta maleta y pensé que quizás podríamos empacar juntas en la mañana ━sugirió━ Era de tu hermano Sherlock. Recuerdo que tu madre me contó una vez que tampoco le gustaba mucho la escuela y solía escaparse cada trimestre. Aún así, tu padre siempre seguía enviándolo de vuelta.
━¿Y Mycroft?
━Imagino que no sería tan parecido.
Eso podía apostarlo. Mycroft era del tipo que de seguro en su etapa de estudiante se sentaba en la primera mesa y respondía a todas las preguntas del profesor sin dejarlo siquiera terminar la frase. Había conocido muchas alumnas así en el Colegio Atwood, pero afortunadamente, no pasaba estudiando tantas horas en la biblioteca como para considerarse una más de las polillas.
La mayor se deslizó hacia el borde del colchón cuando terminó de relatarle esto último, momento que aprovechó para alizar con sus manos la arrugada sábana. Una mala costumbre que cargaba desde niña y que la impulsaba a mantener todo pulcro y arreglado porque a su tío así le gustaba.
Eudoria, a diferencia de August, nunca le exigió nada que estuviera fuera de su alcance ni la obligó a cambiar sus actitudes por muy distintas que fueran la una de la otra, siendo esta una de las razones que justificaban su respeto hacia la señora Holmes.
Eudoria no era una dama, sino una pensadora, y Rosaline nunca había conocido a una mujer tan excepcional. Quizá, después de todo, su hija tenía razón en referirse a ella de esa forma delante de sus hermanos. No era una mala señal, sino todo lo contrario, solo una muestra de que la echaba desesperadamente de menos.
━¿Por qué no me llevó con ella?
━Eso no puedo responderlo.
━¿Por qué en mi cumpleaños?
━Habrá tenido sus razones ━justificó con un ligero encogimiento de hombros━ Además, ambas sabemos que es una mujer que le gusta guardar secretos. Tenía su propia manera de hacer las cosas... así como la tienen todos vosotros.
►La mirada color café de Enola se confundió en un suave parpadeo, antes de devolverla por completo a su profesora. Al hacerlo, el eco de las palabras que Mycroft había dicho aquella tarde resonaron en su cabeza, trayendo otro doloroso golpe de realidad que la hizo sentir todavía más miserable que su propio destino.
━Te vas mañana.
Rosaline pudo sentir un nudo formándose en su garganta. Impidiendo que su voz fluyera correctamente para poder contestarle.
━Por órdenes del estirado de tu hermano, sí ━pronunció en baja voz━ Tomaré el primer tren que parta hacia la ciudad de Londres, y de ahí, otro hasta Escocia.
━Es un viaje largo.
━Sí. Lo es ━asintió levemente, estirando su mano para agarrar la de Enola━ Pero no estés triste. Tienes la dirección, puedes escribirme cada vez que quieras y yo responderé todas y cada una de tus cartas contándome de tus aventuras en el colegio.
A pesar de la emoción que quería transmitir con su voz en orden de despertar aunque sea una pizca del interés de Enola, sus intentos parecieron fracasar olímpicamente. Pues bien sabía que ella no era ese tipo de chica acostumbrada a seguir órdenes, mucho menos recatada, y lo dejó especialmente claro con la cara larga que puso en el momento que esta terminó de hablarle.
Apreciaba las buenas intenciones de su institutriz, pero permanecía firme en su creencia de que nunca se acostumbraría a vivir encerrada dentro de esa institución al igual que lo estaría un ruiseñor dentro de una jaula dorada.
━No quiero ir a ese sitio, Rosaline ━dijo en apenas un susurro, correspondiendo a su mirada con ojos suplicantes━ Llévame contigo. Podemos escaparnos antes de que salga el Sol y nadie se dará cuenta. Mycroft jamás podrá encontrarme en Escocia.
Aquella petición, por más ilusión que le hiciese, terminó solo sacándole una corta risita de los labios debido a lo descabellada que sonaba. No dudaba que Enola fuese capaz de escaparse con ella hacia un destino incierto, puesto que tenía una voluntad bastante osada, pero ¿Y Rosaline? ¿Sería capaz de desafiar a un administrador poderoso del gobierno con influencias en todo Reino Unido? ¡Ni que estuviera loca!
Si, le había dicho a Sherlock que sería capaz de enfrentarse con la propia reina Victoria, pero tampoco es que fuera un comentario tan literal. De nada le serviría violar las leyes si después la atrapaban y Enola volvería a caer en manos de Mycroft.
━Por mucho que me agrade la idea, sabes que eso podría interpretarse como secuestro y yo me convertiría en una criminal. Es mejor no tentar a nuestro destino.
A pesar de todo lo dispuesta que estuviera a hacer lo que sea con tal de no ir a la Escuela de Señoritas, Enola era consciente de que no podía empujar a Rosaline a un plan así. Arriesgar su vida era una cosa, pero arrastrar a otros consigo era algo muy distinto, más cuando se trataba de darse a la fuga.
El caso era que... le iba a costar tanto separarse de ella.
Ya había perdido a su madre, no quería separarse de la otra persona que la hacía sentir bien en el mundo. Sin embargo, así como su nombre al revés significaba Sola, quizá su destino la llevaría a estar siempre así.
La escocesa, abrumada por la pena que empezaba a reflejarse en la oscuridad de sus ojos, se acercó con los brazos extendidos en su dirección para que ella misma fuera quien decidiera rodearla con los suyos.
Percibió su miedo en la fuerza con la que se aferró a su menudo cuerpo, al igual que si buscara un refugio seguro. Que ciertamente, en ausencia de su madre, ella lo era.
━Voy a echarte mucho de menos, cabra de montaña ━expresó, acariciando su cabello suavemente antes de separarse━ Pensé que podrías necesitar eso.
Enola le regaló una pequeña sonrisa, asintiendo antes de volverse a echar sobre su almohada. Rosaline le dejó una leve acaricia en el cabello y luego fue hacia la puerta. Le dejaría la vela prendida hasta que ella quisiera apagarla.
━Vendré a despertarte mañana a primera hora ¿Vale?
La vio asentir repetidas veces, quedándose observando pensativa hacia el techo mientras su institutriz abandonaba la habitación para retirarse a la suya propia. No sin antes regalarle una última sonrisa.
La última que le daría en mucho tiempo...
En el camino, con el sonido de sus pasos marcando un ritmo a través del pasillo, la castaña se preguntó internamente qué le depararía el futuro a partir de la mañana siguiente.
No era la primera vez que se aventuraba hacia un destino incierto, pues cuando decidió irse de la institución Atwood para moverse a Inglaterra tampoco había estado segura de lo que le esperaría al llegar allí. Afortunadamente, encontró el anuncio en el periódico sobre la contrata de una institutriz en un pueblo alejado de la capital, y allí vio una oportunidad perfecta para empezar desde cero. La mejor decisión que pudo tomar en su vida hasta el momento.
Sin embargo, de eso ya habían pasado casi cinco años, y la idea de enfrentarse de nuevo a Londres la aterraba tanto como la emocionó en un inicio.
"No puedes luchar grandes batallas si siempre tienes miedo, Rose" le había dicho Eudoria en una ocasión, cuando las dos estaban leyendo el diario tranquilamente en el salón principal. Había adoptado la manía de acortar su nombre en cada conversación que tenían, en su opinión, porque sonaba más británico y menos germánico, de modo que luego se acostumbró a solo llamarla de esa forma "El miedo es el sentimiento más cobarde de todos. La vida es de tomar riesgos y afrontar las consecuencias sean buenas o malas. No lo pienses mucho, solo actúa"
Rosaline habría necesitado uno de esos consejos para ese momento, en el que las paredes de su alcoba la recibieron en silencio y las plantas ubicadas en pequeñas macetas junto a la ventana se movían con el mínimo soplo de viento que envolvía las cortinas.
La soledad a veces podía ser de sus peores compañías...
Ya envuelta en su camisón de dormir, la joven se dio cuenta de que necesitaba distraer su mente en algo más antes de irse a la cama, pues la ansiedad la estaba consumiendo y no le permitía pensar con claridad. Así que decidió que si a la mañana siguiente ayudaría a Enola con su maleta, esa noche iba a encargarse de hacer la suya.
Sin embargo, no esperó que algo extraño sucediera mientras doblaba sus vestidos.
Al principio, cuando vio aquel trozo de papel en uno de los bolsillos del chal de su madre, su entrecejo se frunció con notable extrañeza. No recordaba haber dejado nada allí, y precisamente por eso se vio impulsada a dejar de lado lo que estaba haciendo para leer lo que ponía en ella.
Una oración de palabras desordenadas que la dejó aún más confusa.
Sasor sanipse ednod acsub sal neneit on.
Era de Eudoria. Indudablemente.
A su jefa le encantaban los juegos de palabras. La había visto jugar en más de una ocasión con su hija a crear frases desorganizadas usando un rompecabezas de letras. Lo que la llevó a darse cuenta que, quizá, le había dejado un mensaje antes de desaparecer y hasta ahora no se había dado cuenta.
Solo faltaba saber qué quería con esto.
Más rápida que una bala, Rosaline fue corriendo a encender la vela de su mesa de noche y, tras apagar el cerillo, se sentó con papel y pluma en mano para comenzar a enderezar cada una de las palabras que iba leyendo, tarea que la dejó con un resultado menos complicado, pero igual de frustrante.
Busca donde las rosas no tienen espinas.
Esto dejó la mente de Rosaline todavía más liada que antes. Preguntándose en dónde rayos podría conseguir rosas cuyos tallos estuviesen limpios. Si es que la señora Holmes se había referido a eso con exactitud, o de lo contrario, podría considerarse como algún tipo de metáfora o lenguaje sobrebuscado que la llevara a pensar en otra respuesta que no fuese referente a...
Flores.
Rosas.
Su libro de historia.
¡La biblioteca!
En menos tiempo del que le fue posible contar, la fémina se precipitó por el pasillo nuevamente en dirección al lugar ya dicho. De puntillas para no despertar a ninguno de los inquilinos de la casa, y con la pobre llama de la vela iluminando su camino hasta posicionarse delante de uno de los libreros.
"La perspectiva histórica es la mejor forma de empezar el día" recordó .
Tras revisar cada uno de los títulos, Rosaline se detuvo en uno en específico. "Historia de Inglaterra", y fue allí donde encontró las respuestas que necesitaba.
━La Rosa Tudor no tiene espinas ━murmuró bajito, y cuando sus dedos dieron con la página que buscaba, por ella se deslizó un sobre blanco que cayó directamente al suelo.
Adentro, encontró una extraña moneda de oro con las armas reales de Inglaterra flanqueadas por H R y coronadas por la diadema real. En el reverso una rosa coronada con la siguiente leyenda:
HENRICUS VIII: RUTILANS ROSA SINE SPINA
Eso era una clara alusión histórica que más tarde le serviría de mucho, más un fajo pequeño de dinero y otra nota con la imagen de una rosa roja dibujada en una de las esquinas.
━En caso de que alguna vez necesites ayuda, puedes dirigirte a esta dirección... ━leyó detenidamente━ Las mejores aventuras empiezan con un arranque de valentía, Rose.
Con esto último, a Rosaline no le quedaron más dudas para creer que la desaparición de la señora Holmes había sido debido a un plan estricta y perfectamente calculado por ella misma. Todas las pistas apuntaban a eso, su jefa nunca había sido una mujer de actuar sin una razón de por medio y, al parecer, había tenido la intención de guiarla incluso en medio de su ausencia.
Ahora el verdadero misterio era saber para qué exactamente.
━¿Qué es lo que estás tramando, Eudoria?
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Mmmm... esto se pone interesante.
Me pregunto qué tendrá preparado Eudoria para Rosaline ahora que todo empieza a tomar su rumbo. Pero supongo que es algo que tanto ustedes como yo iremos averiguando poco a poco jajaja.
Sí. Soy de esas escritoras que van sobre la marcha. Pero tengo algunos detalles ya planeados que apuesto les gustarán... y muchos de ellos incluyen la participación de Sherlock 💖.
Anyways, mientras tanto ¿Qué opinan de la relación de Rosaline y Enola? 😍 Siento que dan ese aire de hermandad en el que a pesar de sus diferencias ambas se tienen mucho cariño ¿Y la parte del misterio? ¿Quedó a la altura de una peli de Enola Holmes?
(Recordemos también que este es el primero de muchos mensajes ocultos, más los misterios que vendrán a continuación)
Por favor, me gustaría interactuar con ustedes y saber qué piensan a través de sus comentarios ♡. Su apoyo es como una caricia al alma de su fiel servidora.
Saludos a todos y nos leemos pronto,
Debbie 🌹
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