04 | Las Margaritas significan nuevos comienzos
༺CAPÍTULO CUATRO༻
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Por primera vez en la vida comprendí que hay en el mundo un misterio oculto que todo lo domina, que ilumina y prende el tejido de nuestros pobres y aciagos días, y que trenza las hebras de nuestros destinos sin que nosotros lo sepamos siquiera.
Sue Monk Kidd |La vida secreta de las abejas.
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EN LA VILLA de Ferndell Hall, detrás de la gran casa de los Holmes y casi tocando la línea que la separaba del bosque, existía una arboleda pequeña, pero repleta de manzanos en la que Eudoria solía dar clases de defensa personal a su hija mediante el "arte" del jiu jitsu. Una actividad física riesgosa que a Rosaline en un primer momento le pareció demasiado violenta para una niña, pero que con el paso del tiempo y tras largas horas de emocionante observación, empezó a encontrarle sus ventajas.
Desde que era pequeña, el mundo siempre se había empeñado en enseñarle que los golpes eran una cosa que solo los hombres sabrían manejar, pero allí, en Ferndell Hall, las Holmes le mostraron que no era tan así, pues con una buena práctica y determinación, la diferencia entre uno y otro no parecía ser tan abismal en lo absoluto ¡Y eso era asombroso! Muy a pesar de que ella nunca se atrevería a aprenderlo. No porque no quisiera, sino porque era demasiado torpe con los puños y sus escuálidos brazos tenían la misma fuerza que las alas de una gallina. Así que tras fallar en más de cinco intentos por dar el primer ataque que terminaron con su precioso trasero besando el suelo churroso, decidió que solo se conformaría con ser espectadora. Pero como toda espectadora, en algún punto la impaciencia le ganaba, y era en ese momento donde Rosaline aprovechaba para encaramarse en las ramas y cortar las flores blanquecinas que nacían entre las hojas y las cuales poseían un aroma fuerte, unas veces dulce y otras con toques alicorados, que bañaban su cuarto durante casi todo el año.
No importaba si era primavera o invierno, la alcoba de Rosaline siempre olía a flores de manzano. O al menos eso era lo que siempre decía Enola, quien detestaba cualquier cosa que estuviera directamente relacionada con las plantas.
Para su institutriz, en cambio, esto era un pasatiempo con el que se sentía muy familiarizada y que, a veces, le traía gratas memorias de las que ya poco se acordaba. Desde el haber crecido rodeada de estas en la floristería de su padre, hasta el día que ya no volvió a sentir sus olores nunca más.
Por eso, desperdiciar una oportunidad de salir al prado durante el atardecer para recolectar nuevos ramos era una idea impensable. Aunque ese día, mientras regresaba por el sendero de la casa arrastrando sus pies sobre la hierba, se percató de algo que antes no había tenido tiempo de pensar.
¿Qué haría ahora?
Allí, parada en medio del camino entre un paisaje y otro, con la frescura del viento nocturno despeinando su moño, Rosaline supo que ni todo el conocimiento que había adquirido con sus estudios sería suficiente para hacer que su tío August la quisiera de vuelta. La había enviado a aquel colegio por una razón ¿No? Además de que su ignorancia ante cada una de las cartas que enviaba ya decía suficiente. La única solución con la que podría reconciliarse era aceptar el matrimonio, y esa era la última de todas sus opciones.
Rosaline estaba segura de que primero se revolcaría en el corral de los cerdos de la primera granja porcina que encontrase en Londres antes de ligarse a una vida miserable con un desconocido solo para darle el gusto al arrogante del tío Barnum.
Si fuera por ella, pasaría el resto de sus días allí, con la libertad que hasta ahora le había sido dada, siendo lo que sea que quisiera ser, recogiendo flores del prado y disfrutando de la compañía excepcional de los únicos aliados que tendría en su vida. O aliadas, para ser más precisas.
━Encontré estas en el prado ━dijo, a la vez que depositaba los ramos envueltos con una cinta de tela sobre la superficie de la mesa de la cocina━ Son margaritas.
La señora Lane las tomó entre sus manos y las acercó para aspirar su aroma.
━Son adorables.
━Crecen en todas partes del campo. Mi padre solía decir que encontrarlas es señal de que una etapa de nuestra vida está por cerrarse y con ella se acerca un nuevo comienzo ━sonrió, casi con sarcasmo━ Curioso. Esto no parece un buen inicio en lo absoluto.
━Nadie sabe exactamente cómo pueden marchar las cosas luego de esto, Rose ━quiso resaltar la señora Lane, buscando siempre el lado bueno en todas las situaciones━ El futuro es incierto, pero depende de nosotros mismos.
━Es un poco más complicado que eso para mí, señora Lane. No tengo a donde ir. Y sinceramente, ahora mismo no busco creer que las cosas mejorarán... busco soluciones para arreglarlo.
Podrían llamarlo desesperación o paranoia, pero aquella cuestión era todo en lo que podía ocupar su mente ahora, y por mucho que deseara tomarse las cosas con calma hasta encontrar alguna vía, resultaba dificil, y esto precisamente fue lo que hizo que el entrecejo de la anciana se frunciera ligeramente. Pero no por duda o enojo, sino más bien por pena.
━No me imagino lo que habrás tenido que vivir antes para llegar a tener esa mentalidad tuya.
Cierto, si tan solo se hiciera una idea...
Rosaline siempre había sido reservada en cuanto a los conflictos desastrosos en los que se vio envuelta de niña, los cuales ocurrían en Sythorn Hall, justo bajo las narices de su tío, pero para los que él se hacía el de oídos sordos con tal de nunca darle la razón. Ella siempre había estado tratando de ser comprensiva con su punto de vista, de agradarle, de impresionar... pero todo era en vano cuando se es la cruz de la familia.
Resignada, asintió ligeramente y se dejó reconfortar por las suaves palmaditas de apoyo que le dio en el hombro.
━Uh, casi se me olvidaba ━saltó la mayor cuando puso distancia entre ambas━ Los señores querían que te reunieras con ellos en la biblioteca en cuanto llegaras. Tuve que mentirles y decir que tu tardanza se debía a que fuiste a buscar un telegrama de tu familia al correo.
La piel de la castaña se crispó al escuchar esto ¿Y si pensaban despedirla esa misma noche? Ni siquiera había hecho las maletas.
━¿Dijeron para qué era?
Una negación por parte de la señora Lane fue todo lo que recibió, cosa que solo aumentó aún más el salto de sus nervios. Ahora solo le quedaba llenarse de valor y enfrentarlo.
Los encontró a ambos en la biblioteca, delante de la mesa de billar en desuso. Ninguno de los dos se percató de su presencia porque estaban demasiado hundidos en su conversación como para notar su figura en el umbral.
━¿Qué es lo que trama, Sherlock? ━cuestionó el mayor, y debido al rumbo de los últimos acontecimientos, Rosaline pudo suponer sin siquiera preguntar que se refería a su madre━ Es vieja para casarse, no tenía pasiones ni ambiciones. Sólo debía darle una vida decente a Enola y vivir sus años restantes con dignidad. Desde que papá murió, esta es mi casa, no la suya. Me pidió 16 años para criar a Enola aquí. Se los di. ¿Por eso merezco que me roben? Yo no soy el villano.
Conteniendo sus deseos de pronunciar un argumento en defensa de la mujer que la acogió en aquella casa, la castaña se mordió la lengua y agachó la cabeza. No debía ir en contra de Mycroft. No debía y era mejor ser cuidadosa antes que suelta.
━Quizá necesitaba el dinero ━escuchó cómo le respondía su hermano━ Tú no lo necesitas, ¿o el gobierno te bajó el sueldo?
━Siempre lo mismo, ¿no? Siempre lo mismo. No nos vemos hace meses, y no bien llegas me juzgas con tus comentarios agudos.
━Sólo pregunto.
Mycroft bufó como si le estuviera tomando el pelo.
━No. Me juzgas. Cuando tú jamás te hiciste cargo de nada. Jamás te interesó esta familia. ━apuntó, dándose cuenta que no estaban solos cuando su vista fue más allá del hombro de Sherlock━ ¡Señorita Barnum! Hasta que al fin aparece.
La mencionada movió sus labios hasta lograr darles una sonrisa que, aunque forzada, logró transmitir cierto encanto.
━Me mandó a llamar.
━Exacto, y precisamente lo hice porque creo que usted como educadora de nuestra Enola debía estar presente mientras nosotros discutimos cual será su futuro ahora que nuestra madre ha desaparecido ━"nosotros", pensó Rosaline dentro de sí. Esa era una buena forma de excluirla de la toma de decisiones a pesar de estar presente━ Al fin y al cabo, lleva viviendo aquí desde hace años ¿O me equivoco?
━No, señor.
━Muy bien. Tenemos dos problemas. ━se volteó hacia su hermano━ Uno es encontrar una escuela de pupilas que esté dispuesta a aceptar a Enola para que no se convierta en un fracaso total, y estoy cerca de resolverlo con la ayuda de una vieja amiga. El otro es encontrar a mamá. El primero es mi problema, el segundo es tuyo.
━Quizá Enola prefiera quedarse aquí ━interrumpió la fémina entre dientes. Esta vez no podía quedarse callada━ Ella ya tiene una institutriz.
━Necesita mano firme, Miss Barnum. Y sin intención de ofenderla, dudo mucho que usted posea el carácter que se necesita para domar a esa fiera. Debemos reconstruirla desde cero.
━Habla de Enola como si fuera una marioneta a la que puede manejar a su antojo ¿Se le ha ocurrido pensar en lo que ella quiere en verdad?
Se esperó que ellos le dieran ese tipo de mirada, la mirada severa y silenciosa que transmitía su notable impresión por escucharla exponer su opinión sin filtros, y ciertamente era algo más que obvio por parte de Mycroft. Sin embargo, Sherlock continuaba observándola como si fuera la única persona cuerda de esa habitación y sus palabras fueran lo único que valiera la pena oír.
Él era callado la mayor parte del tiempo, pero sus facciones eran muy expresivas. Todo lo contrario a Mycroft, cuyo rostro se tornó adusto ante su respuesta.
━Si no le molesta, nos gustaría que mantuviera los labios cellados por todo lo que nos queda de conversación.
Resignada, Rosaline no pudo hacer otra cosa más que asentir. No le gustaba el rumbo por el que iba yendo esa charla, pero (ignorando el hecho de ser mujer) ella no era más que otra trabajadora dentro de aquella casa. Llevarle la contraria a las decisiones de sus superiores sería una insolencia de su parte.
━En ausencia de mamá, yo seré el tutor de Enola ━continuó diciendo━ Una mujer salvaje y peligrosa crió a una niña salvaje.
━Parece inteligente ━resaltó Sherlock.
━En efecto, lo es ━interrumpió Rosaline con sus mejillas coloreadas por la rabia━ ... y mucho. Si la conociera tan bien como la conozco yo se daría cuenta de que es una joven extremadamente astuta, además de especial a su propia forma
━¿Especial? ¡Si se ha convertido en un desastre andante! Y todo por culpa de madre ━se quejó Mycroft━ Confío en que la Srta. Harrison hará que encaje en la sociedad. Papá se revolcaría en su tumba si viera esto.
━No es un desastre, es solo una adolescente.
━Hermano, quizás quieras considerar...
━¿Considerar? ¿Es que acaso ambos se han puesto de acuerdo para ir en mi contra ahora? ¡Estoy harto de seguir considerando! Lo hice con mamá por dieciséis años y mira como ha resultado todo. No pienso permitir que mi hermana se convierta en una vergüenza por su falta de cordura ¡Ni hablar!
Ninguno de los dos dijo nada, tan solo guardaron silencio por tal de no alterar al mayor de los Holmes más de lo que ya.
Este dejó escapar un suspiro profundo, a la vez que pasaba la palma de la mano por sobre su frente perlada de sudor.
━Ha sido suficiente por hoy ━anunció━ Iré descansar, porque siento que la falta de sueño comienza a pasarle factura a mi humor.
Dejó caer el palo de billar sobre la mesa en un sonoro estruendo, y luego salió hecho una furia, haciendo resonar la suela de sus zapatos por todo el pasillo hasta el final. Los ojos de Rosaline continuaban pegados a la puerta por donde este se había ido, sin atreverse a mover un solo músculo. Era consciente de la presencia de Sherlock a sus espaldas, pero aún así, no era capaz de voltearse y mirarlo de frente... porque no sabía qué decir después de tal escena.
━Miss Barnum...
►Vale, era ahora o nunca. Solo necesitaba agarrar la valentía suficiente y de la cual no poseía ni una pizca.
Con lentitud, se fue girando sobre sus pies hasta encontrarse con sus inquisitivos ojos azules. Tan azules como un cometa o el mismísimo cielo, los cuales la dejaron en un estado momentáneo de shock del que le costaría bastante reaccionar.
La primera vez que Rosaline escuchó a alguien hablar sobre Sherlock Holmes había sido en Londres, en la estación de trenes central, donde todas las personas a su alrededor se la pasaban comentaban sobre el complicado caso que el famoso detective acababa de resolver, y por el cual su nombre se había hecho reconocido en todo el país. En aquel entonces le había despertado cierta curiosidad, pero no fue hasta llegar a Ferndell Hall que Rosaline realmente comenzó a interesarse por saber más con respecto a su trabajo.
Quizás, por eso ahora se sentía casi tan nerviosa como si estuviera delante de un miembro de la familia real británica.
━¿Se le ofrece algo, señor?
La mirada del hombre se mantuvo puesta en ella, no queriendo abandonarla ni siquiera cuando se apoyó en la mesa de billar. No era una mirada grosera o incómoda, mas bien analítica.
━No en realidad. Solo quería preguntarle si fue un camino muy largo hasta la oficina de correos.
━En algunas ocasiones se me hace más lejano que en otras. ━trató de sonreír en un intento por ocultarle su rubor, cosa de la que él se percató al instante, pero al final decidió no resaltarlo.
━Parece cercana a mi hermana Enola ¿Cuántos años dice que ha estado aquí?
━Cuatro. Casi cinco.
━Eso es mucho tiempo. Su familia debe echarla de menos.
━No tengo familia, señor. Soy huérfana.
El pelinegro frunció el entrecejo tras escucharla.
━La señora Lane me habló de que tiene un pariente vivo en Escocia.
━Mi tío solo me hizo el favor de darme un techo por respeto a la memoria de mi padre hasta que alcancé la edad suficiente para ir a una Escuela de Modales. Después de eso quedé por mi cuenta y vine aquí a Ferndell Hall para instruir a su hermana en cuanto a Ciencias Naturales, Matemáticas y Literatura.
━En ese caso ¿Cree que... me pueda hablar un poco más sobre ella?
Tenía que aceptarlo, aquella inesperada petición la había tomado por sorpresa, sobretodo viniendo de parte del hombre que decidió ignorar a su familia por tantos años. Muy en el fondo no tenía idea alguna de a qué se debía ese repentino interés por saber más de su hermana pequeña, pero quiso relacionarlo con la posibilidad de que quizás quería redimirse a sí mismo, y ella tenía la mejor de las opiniones en cuanto a esa jovencita que había quedado bajo su tutela desde los once años.
━Enola es una niña extraordinaria. Es sumamente inteligente, leal a todo lo que se propone cumplir. Le gusta hacer bromas, y se frustra cada vez que algo no sale de la forma que ella quiere. Es impaciente, hiperactiva, y un poco cabezota a veces. Pero le aseguro, señor Sherlock, que dista mucho de ser un desastre en lo absoluto. Aunque supongo que eso lo sabría si hubiera venido a visitarla en algún momento de los últimos dieciséis años.
Ese había sido un golpe bajo, pero se lo merecía. Sherlock supo reconocerlo como eso, y lo recibió abiertamente con una media sonrisa de resignación. Mycroft había estado equivocado, aquella chica no parecía sumisa en lo absoluto.
━Cargo con una vida muy complicada, Miss Barnum. Una que me obliga a permanecer en la ciudad la mayor parte de mi tiempo.
━Oh, ya entiendo ━exclamó la fémina con fingida impresión━ Es usted otro adicto al trabajo ¿No es así? Ya me lo figuraba. He leído mucho sobre sus casos en el periódico.
━¿En serio?
━Enola siempre recorta los artículos para guardarlos en su libreta. Lo admira muchísimo ━resaltó, inmediatamente sintiendo que su corazón se apretujaba al pensar en la menor de los Holmes━ Imagínese lo difícil que debe ser para ella ajustarse a esta situación con dos hermanos a los que considera unos completos desconocidos.
Él sabía que todo lo que estaba saliendo por sus labios era la más fría verdad, pero aún así, prefirió mantenerse al margen.
━Estoy seguro de que Mycroft hará lo que sea mejor para ella ━se aclaró la voz, dejando de lado su bastón de billar para dirigirse a ella por última vez esa noche━ Fue bueno charlar con usted...
━Rosaline ━lo interrumpió━ Puede llamarme Rosaline.
Sherlock asintió con ligereza, dedicándole una última mirada de despedida antes de dirigirse a la puerta.
━Buenas noches, Rosaline ━le dijo, haciendo énfasis en su nombre de pila━ Y a propósito, la próxima vez que quiera inventarse una buena mentira, asegúrese de remover bien la tierra de sus botas antes.
Avergonzada, la castaña miró rápidamente hacia sus zapatos, percatándose de que las suelas todavía estaban sucias por la humedad del campo.
Quiso dar una disculpa tan pronto como se dio cuenta de su falta, pero él ya se había marchado, dejándola sola y con el corazón latiéndole desbocado en medio del silencio espectral que consumía aquellas paredes.
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Holiss! Primer día del año y ya les dejo por aquí esta cortita actualización para desearles un muy feliz 2023.
Esperemos que este año traiga muchas cosas buenas para todos ♡
Antes de irme les quiero dar un enorme gracias a ustedes por pasarse por aquí, y agradecería igualmente poder recibir sus votos y comentarios para saber si hasta aquí os va gustando la historia.
¿Qué creen del personaje de Rosaline?
¿Cómo esperan que vaya a desarrollarse con el transcurso de la historia?
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