Gimiendo, Rosalie Potter estiró los brazos por encima de la cabeza y se frotó los ojos para quitarse el sueño.

Las sábanas volaron de su cuerpo cuando se levantó de la cama. Caminó lentamente hasta la ducha y se lavó.

Rosalie había decidido la noche anterior volver al callejón Diagon y buscar cosas que le pudieran gustar, además de que era mejor que estar sentada sola en una mansión enorme todo el día.

Lechuza real que jamás había visto voló a través de su ventana y aterrizó frente a ella. Rosalie miró sorprendida al pájaro, quien la miró con impaciencia. Con delicadeza, tomó la carta atada a su pierna y observó cómo el pájaro se alejaba volando. Confundida, miró la carta que tenía su nombre y dirección.

Le dio la vuelta y se dio cuenta de que tenía el escudo de Gringotts. Rápidamente abrió el sobre y sacó la carta, desdoblándola suavemente, la leyó y sonrió, parece que tenía algo que hacer hoy.

Saltando, se apresuró a buscar su chaqueta y tomó una pequeña bolsa lateral azul y la colocó sobre su hombro, la bolsa se usaba para las llaves de su puerto. Llamó a Missy y le dijo que iría al callejón Diagon y que regresaría esta noche y que le pediría a Loopy que tuviera la cena lista para cuando regresara.

Missy lo hizo felizmente. Sacando el candelabro de su bolso, rápidamente dijo la contraseña y se la llevaron.

Levantándose de donde aterrizó en el suelo, Rosalie corrió hacia Gringotts. Pero mientras corría no miraba por dónde iba y tropezó con alguien. Cayó de espaldas, pero rápidamente se levantó de un salto.

-Oh, Dios mío, lo siento tanto, quiero mirar por dónde iba.

-¿Estás bien?-La chica frente a ella la interrumpió

-no, no, fue mi culpa, lo siento mucho- Rosalie notó que la chica era muy familiar y se dio cuenta de que era Susan Bones de Hufflepuff.

La mujer detrás de Susan suspiró con  irritación, esa debe haber sido su tía Amelia Bones-um, aceptemos que no fue culpa nuestra-dijo Susan con una sonrisa.

Rosalie sonrió-suena genial-se rió.

Susan sonrió cálidamente y le tendió la mano.

-Soy Susan Bones, encantada de conocerte-dijo Rosalie agarró su mano y se la estrechó.

-Soy Rosalie Potter, encantada de conocerte-.

Susan jadeó e incluso su tía parecía interesada ahora, por dentro, Rosalie se reía alegremente.

-¿Eres realmente? Soy Amelia Bones, por cierto, la tía de Susan-

-Es un placer conocerla, Sra. Bones, sí, soy realmente Rosalie Potter-

-¿Qué haces aquí sola?-preguntó con los ojos entrecerrados.

-Gringotts me pidió que viniera a verlos-respondió ella.

Madame Bones no parecía satisfecha con mi respuesta-ok pero ¿por qué estás sola? ¿Dónde están tus tutores?- preguntó con impaciencia.

Rosalie se mordió el labio sin saber cómo responder-Ahora vivo sola, mis parientes no eran adecuados para criarme por más tiempo-.

Madame Bones levantó una ceja.-Ya veo, ¿te gustaría decirme por qué Gringotts te pidió que vinieras aquí hoy?- preguntó.

Susan nos miraba de un lado a otro como si estuviera en un partido de tenis, Rosalie.

Se movía de un lado a otro con nerviosismo, tendría que responder. Suspiró en voz baja.

-Le pedí al gerente de Potter que viera si podía conseguir un juicio justo para mi padrino Sirius Black-.

Amelia y Susan Bones la miraron como si estuviera loca-¿p-por qué harías que él mató a un montón de gente y él-que-no-debe-ser-nombrado partidario más leal-tartamudeó Susan.

Rosalie suspiró-porque él es mi padrino y creo que él es inocente-explicó frustrada porque tenía que explicar su razonamiento.

Amelia suspiró-Supongo que no estaría de más ver lo que tiene que decir, sin embargo me gustaría estar allí ahora y para su juicio, está bien- Rosalie sonrió.

-gracias a usted-dijo honestamente.

-De nada- dijo.

Las tres caminaron hacia Gringotts y entraron al edificio. Se detuvieron cuando un duende se paró frente a él.

Rosalie le sonrió-Thornspike es maravilloso verte de nuevo-.

-sí Potter, tú y tus amigos por favor síganme-gruñó.

Lo siguieron y entraron a su oficina, se sentaron y esperaron a que Thornspike hablara.