CAPÍTULO 15
—Sí, gracias. No te preocupes.— le sonríe ella. —Es lo que pasa cuando caminas con tacones y no lo haces muy a menudo, pero hoy tengo una visita importante que hacer y debo ir muy arreglada. —le explica ella mientras se intenta levantar del suelo. —Sé que los tacones son bonitos y estilizan, te hacen más sexy y femenina, que embellecen a una mujer pero yo los odio. De hecho solo tengo estos zapatos de tacón que uso para ocasiones especiales. — se sincera la empresaria con el hombre de piel chocolate.
—Las mujeres cuando ser hermosas de verdad no necesitar tacones, ni demasiado maquillaje, ni accesorios ostentosos. —dice el mánager de Raúl mirando a la rubia.
Ella le sonríe agradecida y en ese instante se da cuenta que el tacón que se quedó atrapado en el hueco de la alcantarilla se ha partido.
—¡Mierda! —exclama la mujer. —Esto no puede ser.
—Lo siento. —responde el afroamericano.
—No es ningún drama que se rompa un tacón pero sí un contratiempo. Esto me va a retrasar porque tendré que perder tiempo comprando unos nuevos. —se lamenta la dueña de la clínica capilar.
En ese momento Rosalía comienza a quejarse de dolor en la mano que se golpeó al caer al suelo.
—Voy a acompañarte al médico y luego a comprar unos zapatos nuevos. —asegura Jason.
—No es necesario. —dice la joven mujer.
—Insisto. —vuelve a decir el hermoso hombre de piel chocolate.
—Vámonos entonces. —contesta ella.
En Venezuela, la supuesta nueva admiradora de Mónica, admirador en realidad, se va ganando la simpatía de la joven. Es el primer paso para ganarse su confianza. La conoce demasiado bien y sabe cuál es la mejor forma de acercarse a ella. Sabe que es lo que le gusta, es fácil obtener de ella lo que uno desea siempre y cuando le bailes el agua. Eso, para alguien como la chica, tan egocéntrico y tan enamorada de si misma, es lo ideal.
Mónica se ama demasiado y ama que la amen, que la veneren como a la diosa que cree ser. Hacer lo contrario,es decir no alabarla, no darle la razón en todo la saca de sus casillas.
—¡Què idiota eres, Mónica! ¡Eres tan básica! Unos cuantos halagos y la gente te tiene comiendo de su mano. ¿Te gusta la fama? Tranquila que dentro de poco vas a salir por todas partes, todo el mundo va a saber de ti.
En Barcelona, la madre de Rosalia intenta averiguar que cosas le está diciendo el e marido de su hija a los hijos que ambos tienen en común, pero hasta el momento sus nietos no le han dicho nada. Tendrá que ser mucho más cuidadosa y sutil a la hora de preguntar a sus nietos. Pero su hija tiene que saber los planes de su exmarido si es que no los conoce ya.
Raúl, por su parte ya piensa en la táctica que va a usar para seducir a Rosalía. Hasta el momento ha conquistado a toda la mujer que se ha propuesto aunque en algunos casos tampoco puede decirse que le haya costado mucho ya que algunas de el las prácticamente se echaban en sus brazos, bien fuera para seducirle y terminar saliendo con una persona o bien porque lo amaban, al menos eso creían, y se sentían halagadas de haber captado de su artista favorito que además es un hombre atractivo.
Aunque su mente está ahora centrada en Rosalía. Tiene que trazar un plan para seducirla. Pero solo eso ya que no tiene intención alguna de implicar sentimientos más profundos. No va a enamorarse de ella, no quiere enamorarse nunca más de nadie. Las pocas veces que se ha enamorado se han aprovechado de él para obtener algo a cambio y eso ya se acabó.
La seducirá, la tendrá entre las sábanas y ya. Por mucho que esa mujer le haya removido todo por dentro solo va a ser una conquista más. Es perfecta para él y cualquier hombre, pero no quiere volver a vivir otra experiencia similar a la que vivió con Mónica. Raúl ha cambiado desde su relación con su ex novia y ahora es un poco como su versión masculina. Él no era así, pero estar con esa caprichosa mujer le cambió. Aunque bueno, dicen que uno no cambia si no quiere, que es como quiere ser.
Es posible, pero él no quiere pasar por la experiencia de volver a enamorarse y convertirse en un trofeo para una mujer como hizo Mónica con él.
Ella estaba encaprichada con él, deseaba conquistador al cantante guapo y de moda para poder presumir de ello. Y lo logró.
No tardó mucho en darse cuenta que ella en realidad no le amaba, que él solo había sido un triunfo, un trofeo más en su vitrinas del cual presumir. Raúl se había vuelto como ella, ambicioso, caprichoso e interesado y algo irresponsable también con su carrera.
Lejos de allí, el manager de Raúl lleva a la ejecutiva hasta urgencias. No sabe lo que tardarán en atenderla pero él se quedará allí con ella hasta que lo hagan. El hermoso hombre manda un WhatsApp a su representado avisando que le ha surgido algo y que tendrá que ir él solo al programa en el cual le van a entrevistar y cantar. No le va a decir que está con Rosalía porque seguro que el cantante se molesta pues es evidente que se siente atraído por ella. Aunque conociendo a Raúl y su comportamiento desde que estuvo con Mónica es posible, casi tiene la certeza, que el artista solo la quiere seducir para tener sexo con esa mujer y ya está. Y Rosalía es para algo más. Es para cuidarla, enamorarla y permanecer a su lado.
«¿Pero, qué estás diciendo, Jason?» «Tú no puedes enamorarte de esa mujer por mucho que te guste. Además, aunque no lo quiera admitir es Raúl quien le gusta.» piensa el afroamericano observando a la rubia en silencio y con una ligera sonrisa en los labios.
Lejos de allí, el marido de Rosalba, la amiga periodista de Rosalía, prepara una noche romántica para celebrar su aniversario de bodas con ella. Lo que no sabe es que su mujer le tiene reservada otra sorpresa. Está embarazada. Ambos van a ser padres.
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