CAPÍTULO 11: EL SEDUCTOR
Aunque la ejecutiva se siente incómoda con la situación intenta disimular delante de sus hijos. No entiende lo que su exmarido pretende con esa efusividad, ¿confundir a los hijos que ambos tienen en común? Espera que no pretenda volver con ella, ni reconquistarla, pues lo suyo está muerto hace mucho tiempo. Él se encargó de acabar con ello. Su engaño le dolió mucho, ella siempre le fue leal y fiel con el cuerpo, quizás no tanto con el pensamiento, porque aún no había podido olvidar del todo a aquel al que tanto amó y al que la vida se llevó de su lado tan pronto, de manera tan injusta el mismo día de su boda. Tardó mucho tiempo en olvidar a ese hombre tan especial con el que iba a casarse.
El sueco se portó muy bien con Rosalía, la ayudó mucho en esos duros momentos. Y ella con el tiempo empezó a sentir cosas por él, aunque nunca llegó a amarle como amó a Marcus. Tal vez tuviera parte de culpa en la infidelidad de su marido, pero jamás le engañó.
De alguna forma, él siempre supo que su mujer no había podido sacar a Marcus del todo de su corazón y su pensamiento, tal vez por eso ella de manera inconsciente, pudo empujarle a los brazos de otra dama.
Aunque su esposa nunca le engañó, él siempre supo cuanto había amado a su amigo. A él lo quería, sin duda, pero nunca como lo quiso a él. Eso no es excusa para lo que hizo. Su traición, su deslealtad.
El europeo le pidió perdón muchas veces, pues a pesar de su infidelidad en realidad él la amaba, siempre la amó. Rosalía le perdonó, no era quien para no hacerlo. Nadie es perfecto y John cometió un error del que parecía arrepentido.
La empresaria espera que haya aprendido la lección pero entre ellos ya no queda nada y no tiene intención de volver con él. Sus hijos son el mayor tesoro de su vida, lo más bonito que ha sacado de su matrimonio con ese hombre. Nunca le amó como merecía, a pesar que la convirtió en madre y además siempre la trató bien. Es un gran padre, un gran hombre y seguro que sería un gran marido....pero para otra mujer que pueda darle su corazón por completo.
Su vida con él, mientras duró su matrimonio, fue tranquila, se esforzaba por hacerla feliz hasta que la engañó con otra.
Incluso entonces no actuó como otros hombres infieles que tachaban de loca a sus mujeres cuando les reprochaban su infidelidad. Intentó ocultar su infidelidad, eso es cierto, aunque una vez descubierta nunca la negó. Al menos en ese momento se comportó como un hombre. Eran amigos y así debió ser siempre. Ambos adoran a sus tres hijos pero nunca debieron casarse.
Rosalía se aparta de su exmarido y dirige una sonrisa forzada a sus hijos.
Lejos de allí, Raúl es entrevistado en un magazine matinal que se graba en la ciudad condal. La presentadora es una atractiva mujer de unos cuarenta y tantos años, el venezolano actúa como siempre hace cuando ve una mujer hermosa, es decir, luciendo la mejor y más grande de sus sonrisas para tratar de impresionar a las mujeres. Y lanzándole piropos sutiles acompañados de miradas seductoras.
Por desgracia para él, la conductora del programa es inmune a sus encantos y aunque se siente halagada hace alusión a su marido cuando tiene la más mínima oportunidad, con cierto disimulo. De esa forma el cantante se da por enterado y desiste en su empeño de seducirla.
Esa mujer le recuerda tanto a ella...aunque a diferencia de esta la presentadora va mucho más maquillada debido a su trabajo. Pero son del mismo tipo de mujer, segura de si misma, ya adulta y con algunas arrugas que comienzan a aparecer con timidez alrededor de sus ojos y que el maquillaje logra camuflar tan bien que apenas se nota. Esa mujer trabaja en un mundo en el que la imagen es muy importante, como en el del cantante. Por lo menos ahora es así.
Atrás quedaron los tiempos en los que se valoraba más el talento que el aspecto, ahora parece más importante tener una buena imagen que tener una buena voz para cantar. Si tienes muy buena imagen pero andas escaso de voz eso se puede arreglar en el estudio de grabación y en los vídeos clips "enseñando carne." Hasta para presentar un programa siendo periodista o simplemente comentar noticias en un programa se mira la imagen.
Sin embargo, Rosalba Sánchez, la presentadora del espacio en el que Raúl está siendo entrevistado no parece preocupada por las arrugas que comienzan a aparecer en su rostro.
—Son parte de mi vida, son las señales de haber vivido. Se pueden cubrir con maquillaje así que no pienso inyectarme botox, ni nada similar solo para borrarlas. El día que a los hombres se les sugiera que borren sus arrugas tanto como se nos "sugiere" a nosotras entonces y solo entonces comenzaremos a hablar. Pero no se va a hacer porque el mundo es así de machista y mientras a ellos se les acepta con ellas porque están más "interesantes" a nosotras no por que nos hace ver "mayores". —respondió Rosalba en alguna ocasión muy enfadada.
En su casa, Rosalía ayuda a instalarse a su exmarido y cuando tengan un momento a solas le dejará las cosas claras para que desista de tratar de reconquistarla.
Sospecha que tiene esas intenciones con ella y no quiere darle falsas esperanzas. Y también hablará con sus retoños para aclararles que sus padres no volverán a estar juntos...nunca.
Sabe que es algo duro y difícil de digerir para los chicos aunque es mejor que lo sepan desde el principio para que no alberguen ilusiones sobre algo que no va a suceder. Siempre ha sido muy honesta con sus hijos, pues al contrario de lo que otras personas piensan a los niños no hay que mentirles, ni ocultarles cosas. Son niños, no idiotas y se dan cuenta de algunas cosas a pesar que los adultos no se las cuenten.
Eso fue lo que sucedió cuando ambos atravesaban la crisis que acabó con su matrimonio. Se estaban distanciando por la infidelidad de John que Rosalía acababa de descubrir, aunque eso fue algo que evitaron contar a sus hijos. Ellos se percataron que algo estaba ocurriendo entre la pareja, hasta que un día su madre decidió hablar con ellos y comunicarles su decisión de separarse de su padre. Los muchachos lloraron y trataron de hacer desistir su madre de esa idea pero ya era una decisión tomada por ella, además los tres habían sido testigos involuntarios de varias peleas de sus padres. El matrimonio les aseguró que lo que ocurría no era culpa de ellos tres, sino problemas de adultos. Asimismo les dijeron que podrían verlos cada vez que ellos lo desearan.
Se divorciaron en no muy buenos términos ya que él, a pesar de todo, no deseaba divorciarse. El enfado de Rosalía aumentó cuando su exmarido le comunicó que se volvía a vivir a Suecia, eso significaba que estaría lejos de sus hijos. Él la aseguró que viajaría todo lo a menudo que pudiera hasta Barcelona para visitar a sus hijos y ellos podrían ir a pasar una temporada en Suecia cada vez que quisieran.
Y cumplió su palabra.
Por la tarde, la chica de ojos verdes, recibe la llamada de una amiga de hace años y ambas quedan en verse en su cafetería preferida.
Rosalía es la primera en llegar y cuando su compañera llega, abraza de forma cariñosa a su amiga, la presentadora del magazine que entrevistó a Raúl; Rosalba Sánchez.
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