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Por Gay

Enid sostuvo un bostezo y lo fue soltando poco a poco disimulando el sueño que le daba la voz del profesor de pociones. 

Ella siempre intenta ser la mejor en todo y prestar atención en todas las clases, pero no ve nada útil en su vida el saber hacer una poción que provoque taquicardia. Tampoco le preocupa la nota, por que su compañera de habitación había murmurado un "poción de niños" cuando el profesor indicó el nombre de esta, por lo que supuso que ya la sabia preparar. 

Enid está tan aburrida que ni recuerda cual era su nombre. Cree que Merlina tenía varios pasos adelantados al profesor mientras hacia la poción solo para salir de eso lo más pronto posible. 

— ¿te puedo ayudar en algo, Merli? 

— ya terminé el jugo de niños que el profesor quiso enseñar el día de hoy — respondió como siempre en monótono sin dejar de mezclar ingredientes. — ahora solo hago un veneno, te conviene no tocar nada. 

La rubia dio un pequeño gemido de cachorro, estaba muy aburrida. 

— ¿cuanto falta para que acabe esto? 

— si la carencia de coordura tipica de mi familia aún no a alterado mi persepcion del tiempo, llevamos 15 minutos de clases, por lo que falta un total de

— ¿¡45 minutos!? — susurró simulando un grito — morire de aburrimiento — echó su cabeza hacia atras mientras recargaba todo su peso en el respaldar. 

— por más que me atraiga ver el proceso de descomposición de un cuerpo vivo en tiempo real, debo aclararte que es un proceso de años, no solo minutos. 

—es un — se detiene — olvidalo. 

— la proxima vez te traere un cubo de rugbi, adoro los lamentos, pero los tuyos no los soporto, e de suponer que es por tu voz irritante… —deja de hacer sus procesos para detenerse a pensar un momento — que curioso, juraría que antes si lo hubiera disfrutado pese al inconveniente ya señalado. 

Enid decidió ignorar esta vez a su compañera, se centró en las conversaciones bajas de sus compañeros, capaz se enteraba de un buen chisme para colgarlo en su blog más tarde. 

Suspiro profundo  observando el delicado perfil de su compañera de cuarto. Mer era muy bonita, pese a su aptitud aún a descubierto a personas prendidas de ella, si no fuera por el aura maligna que la rodea y tuviera un 10% de carisma como alguno de sus padres esta segura que le harían fila nada más para hablar con ella.

Sonrió de lado, hoy se cumplían 16 días sin que Merlina la amenazara de muerte, todo un récord que ni Eugine podría superar jamas, agradece que su linda compañera se sienta más agusto con ella. Con suerte en la graduación será Merli quien tenga la iniciativa de un abrazo. 

—dijo "¿cola de aracnido"  ¿no?— se concentró en esa conversación que parecía graciosa. 

— los aracnidos no tienen cola, animal. Creo que de lagarto dijo. 

— estoy seguro que si hay aracnidos con cola. 

— no tenemos tiempo para esto, metele cualquier cosa — escuchó como al parecer  agarro algo con brusquedad. 

— nooo, deja, no se puede echar a lo loco. 

— ya perdimos esta materia, ¿que importa una nota menos? 

— tu perdiste la materia, yo aún tengo salvación y no dejaré que lo arruines con eso.

—quítate, Alex

— no, baja eso no permitire que

— te distrajiste— escucho la burla y luego como algo parecía escocer. 

— ¿¡que!?, ¿que esta pasando? 

—¿por que tiene ese color? 

—¡esta brillando, idiota! 

Todo fué muy rápido, casi al tiempo que Enid le tomo parpadear. 

El profesor alzó la vista a la mesa de atras, mientras uno de los chicos alarmado por lo que tenia tomó el pomo de tierra donde estaban mezclando la poción y la lanzó al azar pensando que explotaria. Los instintos de Lobo ayudaron a Enid a levantarse y darse la vuelta rápido para detener lo que fué arrojado en su dirección, estaba lista para tomarlo en manos con cuidado hasta que sintió como fué empujada a un lado con ofensiva facilidad por un pequeño cuerpo con dos trencitas. Merlina tuvo el reflejo de atraparlo también, pero su velocidad humana solo alcanzó a que pusiera la mano chocando el pomo contra esta mientras se rompía y su cara estuvo dentro de un humo rosa. 

Al segundo siguiente la loba estaba en el suelo sentada con la boca abierta sin saber como evitar que su compañera de cuarto asecine a los jovenes torpes. 

No se preocupa por ella, por que Merli ya le habia confesado que tenía alta tolerancia a los venenos, en caso de que esos dos idiotas hayan creado algo dañino. 

— ¡que demonios estan — una tos interrumpió el reclamo del profesor, como si de una caricatura se tratara Enid escuchó como toda la clase trago grueso espectante de la reacción de la Adams. 

Se levantó con rapidez al ver que esta comenzó a reaccionar luego de dos segundos enteros muy quieta. La más bajita se apoyo con la palma en su mesa con claros mareos. 

— ¿estás bien? — preguntó una chica que estaba sentada detras de ellas, con voz temblorosa y Enid estaba muy segura que con todas las intenciones de correr. 

La rubia sintió lastima por la futura respuesta que recibiría, Merlina la miró un momento y contra todo pronóstico le sonrió a la desconocida. 

— Si una beauté à couper le souffle como tú se preocupa por mí ¿como no estaré bien? 

Esta vez a Enid si le dió tiempo de parpadear al menos dos veces, pues todo el salón volvió a quedar en silencio. 

—¡que! — se escuchó la genuina sorpresa e indignación de la rubia, mientras todos seguian procesando lo dicho por la Adams

— eeh, yo, yo — la chica estaba roja y muy, pero muy asustada y tembló cuando Merlina camino hasta estar al lado de su silla acorralandola con su cuerpo casi encima del suyo. 

— cuidado al hablar, veuve noire. No vaya a ser que muerdas tu lengua y me imposibilite después oir tu terrible voz, reine des coeurs. 

Ahora Enid sí que se preocupó. 

— ¿gracias? 

— ¿se encuentra bien, joven Adams? — esta vez fué el profesor, recordando que existe. 

— mi estado es perfecto, profesor Casck— ladeo su sonrisa fijando su vista en la compañera de quien le había preguntado primero. Esta notoriamente sirena se atraganto con su saliva al tener la mirada coqueta de la Adams encima. Nunca antes le habría atraído una chica pero… 

— ¿¡que le echaron a esa poción!? — exigió saber la rubia enojada dirigiéndose a los idiotas que estaban jugando en clases. 

Normalmente Enid no infunde miedo, ella es el solecito de Nevermore y todos la conocen por ser tierna y linda, sin embargo ahora estaba con los colmillos afilados y su voz sonó como un gruñido feroz recordandole a todos los presentes que se cargó un puto hyde y al parecer no tenia problema alguno en cargarse esos dos tarados que retrocedieron 3 pasos al oirla. 

— señorita Sinclair, calmese. Al parecer no es algo de vida o- o muerte —tartamudeo un poco cuando esta lo miró con los ojos brillando. 

— ¡Merlina Adams tiene hoyuelos, Profesor! — se acercó rápidamente a él — ¿cuando ha visto un Adams con hoyuelos? ¿Tendrá que tener mejillas rosáceas para que se preocupe? — en realidad lo que más le molestaba a Enid es no ser la única que haya visto esos hoyuelitos lindos. Le gustaba el ser la única con quien Merlina tenga la suficiente confianza para reir, aunque era un secreto que juró llevarse a la tumba. 

— disculpe, señorita — el profesor de 2 metros de altura se pegó lo más que pudo a la pared — pero no entiendo el problema — un gruñido salió de Enid — a -a aunque si gusta la puede llevar a la enfermería mientras yo recojo los residuos de la explosión y saber cómo contrarestarlo. 

Enid se detuvo un segundo y se acercó con velocidad a los idiotas de antes para gruñirles muy bajo. 

— más les vale que esto tenga solución y no lo digo solo por mí. — les señaló con su garra de color — si huyen será peor. 

— Vamos, Mer. — la más baja ahora estaba sentada en la mesa coqueteando descaradamente con las dos chicas que parecen metidas en su mundo, no la escuchó y la más alta con un gruñido feroz por ser ignorada con su brazo rodeó la cintura de su compañera de cuarto y la cargo como si de un balón de rugby se tratará. 

— ¡mis Stürme¡ — grito dramáticamente la más pequeña y las dos chicas la acompañaron extendiendo sus brazos intentando detenerla — me alejan de ustedes, oh cruel destino. 

Caminó varios metros escuchando a Merlina mascullar como si de verdad estuviera triste. Por alguna razón la joven lobo se encontraba muy enojada y no tenía ánimos ni para preguntarse el por qué. 

— ¡Enid! — escuchó la voz de Yoko — el twitter esta que explota ¿que pasó? — la rubia negó con la cabeza bajando a la Adams y suspirando.

— ni sé cómo empezar — suspiró llevándose ambas manos a la frente, tenía que calmar su rabia — voy a llevar a Mer a la enfermería por ahora. Allá te explico mejor. 

— ¿y dónde está la pequeña Adams?

Enid abrió lo ojos alarmada y comenzó a ver a todos lados. No estaba a la vista. 

— ¡mierda! — Yoko retrocedió, nunca, nunca habia escuchado a Enid decir una mala palabra. —¿viste a donde fué? 

— no, pero

— ¡eres un vampiro, como es posible que una humana se desaparezca delante de tí!? 

— ¡tú eres un lobo y se te escapó a tí! — respondió indignada Tanaka. — solo usa tu olfato — la empujó levemente de un brazo para que comenzará a caminar. 

La vampiro no le iba a explicar por qué no sabe donde se metió la Adams por que ni ella entiende como es posible que esa pequeña criatura tenga un andar mortalmente sigiloso. Ni los vampiros de la escuela que sienten la vitalidad de todo lo vivo son capaces de captar cuando Merlina va de un sitio a otro. Hasta un cuerpo naturalmente frío como el de ella se estremece al recordar la vez que la pelinegra en menos de un parpadeo la acorralo contra la pared y le puso una estaca de madera a la altura del corazón, la inmovilizo y amenazó de muerte solo por una pequeña bromita que obviamente no volvió a repetir. 

Encontraron a Merlina a dos pasillos de distancia, con otra chica. 

Yoko alzo una ceja al oir el gruñido de Enid, eso sonaba a celos… Retuvo su sonrisa, ese dato lo guardaría para más tarde. 

— ¿eso fue una amenaza? — la chica en cuestión no sabía si sonreír o huir. 

— claro que si mi hermosa araña. La amenaza constante de vivir por siempre a mi lado, donde podre adorarte los días y las noches sin descanzo — Merlina es muy bajita a comparación del promedio de Nevermore, pero no tenia problema alguno en tener a la chica contra los casilleros mientras se apoyaba con una mano de estos. — sería un dulce delirio que seas tú. 

El estado de la chica no cambió, tenía miedo y lo que estaba escuchando no ayudaba en nada a ese estado, pero el tono de la voz, el tallo de rosa rozando sus labios, pinchandola con una espina y la fuerte mirada de la más bajita le hacian replantearse su cordura, por que… como que le gustaba, aunque le aterraba. 

— solo necesito tu respuesta, tote Blume ¿quieres ser enterrada-

— suficiente — la Adams fue alejada de la chica por el cuello de su ropa, Enid esta vez no iba a permitir que se escapara, la alzó como un saco de papas. 

— ¿estás segura que esa es Merlina? — Yoko seguía en Shock, vió un momento la mirada de la pelinegra. Siempre fue profunda y fácil de perderse ahi por el odio que destilaba, pero ahora esa intensidad era seductora, por un segundo también tuvo deseos de ahogarse en esas aguas negras. 

Escalofriante. 

— no, pero la regresaré a la normalidad — no va a permitir que más gente vea esos hoyuelos. 

A Yoko le pareció inquietante que Adams se quede tan tranquila mientras Enid la cargaba, estaba segura que era alguien de fácil escape, pero no parece poner resistencia. 

— ¿por fin me lleva la muerte? — se escuchó al saco de papas decir — tiene sentido que use faldita y medias de gatitos, si querías infundir miedo lo has logrado, vieja amiga, esta imagen la veré en mi pesadilla eterna. 

La vampiro frunció el ceño. 

— ¿siempre habla así? 

— es lo más Merlina que ha dicho en la ultima hora— la rubia estaba comenzando a sentir un leve dolor de cabeza. 

— aúnque haya anhelado ser llevada por tí desde el día de mi nacimiento — siguió la Adams — debo rechazar esta oferta por esta ocasión, dulce muerte. — con fuerza no típica de un humano jalo los pies de Enid, quien sus reflejos esta vez solo le alcanzaron para evitar golpearse en el suelo cayendo en posición de flexión. 

Tanaka quiso atraparla, pero esta de un grácil movimiento se safo del intento, haciéndola perder el equilibrio y casí cayendo al lado de Enid. 

Una vampiro y mujer lobo burladas patéticamente por una humana. Esto sin duda será un secreto con el que van a morir. 

En lo que la rubia se levantó ya su compañera de habitación no estaba a la vista. Se llevo las manos a las cienes empezando a masajear. 

— esa chica es peligrosa. — Tanaka volvió a sentir otro escalofrío. — necesitamos refuerzos. 

— no, solo tenemos que atraparla y llevarla a la enfermería — dejó de masajearse— si es necesario la amarrare. 

De nuevo siguiendo su olfato la consiguieron. Ahora estaba sosteniendo a otra chica sin rostro como si de un baile se tratara, susurrando quien sabe que con su cara muy cerca a donde la otra debería tener los labios. 

Yoko podría jurar que nunca se había registrado a un sin rostro sonrojado, esa Adams tenía talento. 

Los amigos de la chica sin rostro no sabían como reaccionar, era algo sumamente extraño que la salvadora de la escuela, más conocida por ser cruel, fría y despiadada esté coqueteando con alguien o amenazando, ni saben lo que esta ocurriendo. Es lo más random que te puede ocurrir en Nevermore

— ¡Wednesday Fridays Adams! — se escuchó con fuerza en el pasillo. — los sin rostro se asustaron pensando que era un profesor que descubrió que se habían escapado de clases. Pero no, solo era Enid.

Wednesday ignoró sin problemas aquella voz, toda su concentración estaba en la chica que tenia entre sus brazos. Pero no pudo hacer mucho cuando nuevamente aquella fuerza la alejó de su conquista, quien se quedó con las piernas temblando. 

Finalmente Enid logró meter a Merlina a la enfermería, seguida de Yoko quien estuvo muy al pendiente de cualquier mínimo movimiento de la pequeña para evitar sus rutas de escape. 

—¿en que les puedo ayudar? 

—¡no! — exclamó Yoko tapando los ojos de Wednesday cuando Enid la dejo en el suelo enfrente a la enfermera que estaba en el escritorio. 

— e escuchado una  voz — dijo Wednesday con voz ronca seductora que provocó que la enfermera se remueva incomoda. Ta potente el cortejo Adams. 

 — ella no puede verla, señorita Mends  — explicó Tanaka — usted es muy bonita y no la podemos perder también. 

—¿de qué habla, a que se refieren? 

— preciso ouvir essa voz dentro do meu quarto com um liz bem baixinho — la enfermera casí sonríe y todo su rostro se puso como un tomate. 

— usted no la va a revisar — afirmó Enid muy enojada. El no entender lo que dijo y que la enfermera nueva de 22 años no se haya asustado como las demás la hizo enfurecer más. 

— el problema es  que ella reacciona a las mujeres, supongo. Y, no sé como pero 

— ¿insinúa que no seré profesional, Tanaka? — la gorgona se levanta lentamente. 

— no, es que no entiende, tiene fuerza sobre humana y

— le conviene que la vea alguien más — esta vez el gruñido posesivo de Enid  no dejó lugar a reclamos. 

10 minutos después Wednesday estaba sentada muy tranquila en una camilla con un libro en mano siendo cubierta por cortinas a los 4 lados. De ahí salió el asistente de la enfermera, un vampiro de tez morena alto y músculos marcados, Yoko se mordió el labio sin poder evitarlo. 

—miau — Enid solo la miró. 

— tiene los signos estables, su corazón va a un ritmo normal, sus pupilas

— esta mal

—¿disculpe? 

—El corazón de Merlina tiene un latir muy lento, casi como si estuviera muriendo, así es siempre. Osea que si va a ritmo normal tiene taquicardia. — el vampiro frunció el ceño. — sé lo que digo. 

— su compañera es humana, tengo entendido. 

— si lo es, solo que… es Wednesday ¿capta? 

—la verdad no. 

—no importa. — se metió la enfermera, quien estaba escuchando la explicación de lo que ocurrió a Enid — ¿le tomaste las muestras? 

— si, señorita. — se las entregó y esta rápidamente comenzó a verlas bajo un microscopio. 

—¿no te dijo nada raro? — esta vez quiso saber Yoko. El vampiro entrecerro sus ojos. 

— todo lo que me dijo es raro — se rasco la cabeza. — lo más normal creó fué "¿tiene una hermana?" 

— esta Merlina parece agradable, Enid — alzo las cejas ante la mirada que recibió — aparte de que coquetea con todo espécimen femenino que se le atraviesa, no me corto el brazo cuando le tape los ojos ¿por que te enoja tanto? 

— por qué esa no es mi Merli. 

— desde cuan-

— ¡no sé Yoko! Solo… Me Molesta verla con otras chicas, siento que es como un insulto a su persona. 

— ¿es eso, o te molesta que no te haya coqueteado a tí? 

— ¿que tratas de decir, Yoko? 

Se escuchó una pequeña explosión del escritorio de la enfermera. 

— listo — se vió feliz. 

— ¿ya sabe que tiene? 

— si, es gay. 

— ¿ah? — dijeron las dos adolecentes en unísono. 

— Wednesday Adams, tenia residuos de la sustancia en la nariz — mostró un hisopo que tenia mocos levemente rosados. — la combinación de los ingredientes es muy rara. Se nota que fué por accidente por eso nunca se habia descubierto algo así antes. Esos chicos han echo una poción que vuele "rosa" a las personas. De hecho, debería ser incluso más alegre que tú, Sinclair. Pero solo quedó la atracción por el mismo genero, se ve que tiene un carácter algo difícil. 

— de acuerdo…— no entendió nada — ¿va a volver a la normalidad? 

— estimo que el efecto dura al rededor de 24 horas.  Pero no es peligrosa para nadie, puede llevar clases de forma normal. 

— rotundamente no. — Enid se levanta asustando a los presentes.

«hace años que no oía esa palabra,¿ de donde la sacó? » pensó Yoko

— tiene que darle un permiso para faltar hoy y mañana. 

— pero no es peligroso ni contagioso. — la loba pensó rápido. 

— ¡si lo es! — llevo ambas manos a la cadera— mañana cuando se le quite el efecto va a querer matar a todos los que tengan un recuerdo de ella siendo…. No Siendo ella. 

— exageras 

— no, no lo hace — se metió Yoko mostrando una pequeña cicatriz en su muñeca que su regeneración vampirica no a podido borrar — ella es muy especial, no lo dice por decir, su sola existencia es un peligro. Creame que no la quiere provocar es muy capaz de incendiar la escuela. 

La enfermera respira hondo. 

— llamaré a la directora. 

— bueno, ella me dará la razón. — se cruzó de brazos. 

Para cuando llegó Larissa Weems, Merlina ya no estaba en la enfermería, pero eso es algo que ningúno de los presentes sabia. 

— buenos días — su melódica voz anunció su llegada, como siempre con su alto porte y elegancia — ¿que era lo que no me podía explicar por llamada, señorita Ricxi? — se dirigió directamente a la enfermera. 

Cuando la directora apareció un día cualquiera en la escuela más de uno se asustó y comenzó a rezar. Pero esta no le tomó importancia a nadie  e ignoró las preguntas. Con el paso de los días la gente vió con normalidad que haya regresado de la muerte con funeral y todo. Igual no era lo más raro que habia pasado en esa escuela. 

— si, es que. 

— Merlina esta mal

— no esta "mal" Sinclair — interrumpió la enfermera. 

— bueno, esta rara. 

— ¿que Wednesday no es naturalmente rara? 

— más de lo normal — la directora hizo un gesto con la boca antes de sentarse con elegancia. 

— explíqueme que pasó— Enid iba hablar — señorita Ricxi. 

— ok, desde el inicio. Lo que contó la señorita Sinclair fué que unos compañeros mezclaron mal los ingredientes en clases de pociones y el resultado explotó en la cara de Adams — Larissa descruzo las piernas asustada. 

— están ellos… 

— Merlina no les hizo nada —aclaró rápido la loba. 

— ¿como es posible eso? — la enfermera frunció el ceño, tal vez si debería creer un poco más sobre el carácter de su paciente. —continúe Señorita Ricxi. 

— en resumen la combinación de esos elementos resultó en una poción "rosa" — Larissa inclino la cabeza hacia un lado — la puso toda gay. 

— ¿y cual es el problema con eso? En Nevermore no juzgamos a nadie por sus gustos, ni que fuéramos normies.

— lo que le incomoda a Sinclair es

— ¡anda coqueteando con todas las chicas que se le atraviesan! — interrumpió Enid rápido. — necesita un permiso para faltar hoy y mañana a clases, para que se encierre en nuestra habitación y — Weems alzo una mano deteniendo el parloteo de la rubia. 

— ¿es contagioso o tiene algún riesgo para su salud, señorita Ricxi? 

— No directora. 

— ¿y por qué me mandó a llamar? 

— Weems, tú conoces a Wednesday, si hoy y mañana se muestra "rosa" cuando se recupere ¿que cree que hará con quienes la han visto actuar gay? — Larissa analizó esto y no le gustó la respuesta. — ya salvo esta escuela de ser quemada, ¿que le hace pensar no cree que tiene el derecho a destruirla también? — eso es un pensamiento muy Adams, le tocó aceptar a la directora. 

— entiendo su punto, señorita Sinclair. Pero no estoy segura — no podía quedar como alguien de fácil convencimiento delante del personal nuevo de enfermería. — quisiera pasar a verla. Pará entender que tan alarmante es su comportamiento. 

— pero… — Yoko quiso impedirlo 

— ¿que ocurre señorita Tanaka? 

— nada, solo tenga cuidado. — Weems entendió rápido y sonrió para tranquilizarla. 

— no se preocupé. Conocí a sus padres, me hago una idea de como está ahora. 

«tal vez podría tomar una muestra de esa poción» 

Pero al fin descubrieron que Wednesday se había escapado. La directora se pellizco el puente de la nariz, debió haberlo anticipado. Era la combinación de Homero y Morticia, a fin de cuentas. 

— se fué — anunció abriendo la cortina Enid se levantó con rapidez casi corriendo hacia donde debería estar su compañera de cuarto. 

— ¿¡como hace eso!? 

— no se altere, Sinclair. Lo escapista está en la sangre Adams. Así se le vigile 24/7 puede huir, haya las criaturas que haya en el lugar. — aclaró para calmar a los vampiros, mujer lobo y gorgona presente. 

—¿que son los Adams? — cuestiona la enfermera. — Weems no sabe como explicarlo. 

— son solo Adams ¿entiende? 

— la verdad no. 

— voy a buscarla. 

— cuando la encuentre la lleva a su habitación, Sinclair. Tiene permiso para faltar hoy y mañana. — es escuchó la alarma de receso. — apresúrese. — la rubia casi salió volando — o le quitaran a la novia. 

La loba casi se alivió al notar que Merlina al parecer se metió por unos pasillos vacios, luego recordó la facilidad con la que puede secuestrar personas y corrió más rápido pensando que esta con una chica. 

Finalmente la vió sola frente a la estatua de Edgar Alan Poe, con el libro que le habían dado en la mano. Sin pensar en las consecuencias se lanzó directamente a ella derribandola al suelo. 

— quien se atreve a — Wednesday abrió lo ojos para matar a su atacante. Pero la poción hizo efecto y sus pupilas se ampliaron al notar a Enid— Mio Dio, se ti manifesti così, inizierò a pregarti ogni giorno. 

— no puede ser — la loba quiso golpearse la frente, claro  Wednesday no la había visto antes y ahora debe lidiar con ella en ese estado. — Mer, vamos a la habitación— se levantó jalando a la más pequeña de la mano. Luego de decir eso por primera vez desde que la conoce vio a Wednesday parpadear. 

— claro que vamos, mia lupa. Pero primero un café. — un tomate tendría envidia de Enid en este momento. 

— no lo decía para eso, Wednesday — la más pequeña volvió a sonreír con galanteria — no te acerques. 

— entiendo el sentimiento, la mia persona perfetta, hemos perdido mucho tiempo divagando ¿como es posible? — quiso acorralarla contra una pared, pero Enid se safó quedando la pelinegra del lado de esta. 

— detente, Merli no te conviene acercarte. — la bajita suspiro 

— Nunca te dije lo que me encanta que me hayas robado algunas frases. Tu personalidad en sí es avasallante como un tornado cruel y despiadado, de esos que asesinan a millones de personas y yo solo soy una fiel admiradora del trabajo de estos. Pero como adoro que copies una que otra costumbre mía, me hace soñar con el día que seas parte de mi familia como Enid Adams. Te anhelo en mi vida volcando todo a su paso para amoldarme a tí y defenderte siempre. 

La rubia tenía tiempo suficiente conociendo a la Adams como para saber que es lo más romántico que le dirán jamas en la vida, su corazon se saltó dos latidos. Pero no podía caer, solo es la poción hablando. Sacó sus garras de colores de forma amenazante. 

— no te metas conmigo, no dudaré en herirte. 

— Sole mio, non devi fare sforzi per piacermi, io ti amo già — de acuerdo, esto iba a ser difícil. En muchas ocasiones Merlina le habló en italiano y Dedos se lo tuvo que traducir en secreto, no captaba bien lo que había dicho. Pero si entendió lo suficiente como para hiperventilar

(Mi sol, no hace falta que te esfuerces en gustarme, ya te amo) 

— hablo enserio, Wends — pero Wends tenía un brillo espeluznante en sus ojos, le gustaba demasiado lo que estaba viendo. Como buena Adams, era medio furra — vamos a ir a nuestra habitación y ahí te vas a encerrar hasta mañana ¿esta bien? 

— mio sole, ya te he dicho que comprendo tu sentimiento, porque hemos perdido valioso tiempo. Pero antes que una mujer que te ama, soy una Adams y debo cortejarte como tal. — sabrá Dios de donde saco una rosa negra — ya conoces a mi familia, pero nos faltan veladas donde yo pueda alabarte, adorarte y volverme cada vez más adicta a tí, para poder rozar la dulce locura que me provoca el violento mar que tienes en el mirar. 

Esta vez Enid no lo pudo evitar y quedó atrapada en los brazos de la bajita, quien optó por la pose de un tango y comenzó a moverse a ese suave compas. 

— ¿quieres… quieres una cita?  — tenía que vencer a la Adams en su juego si quería encerrarla en su habitación. 

— no — la rubia quiso separarse, pero estaba muy bien sujetada — deseo muchas de esas, las suficientes como para ahogarte en mi locura por tí y que te obsesiones conmigo como yo estoy de tí. 

— para eso no necesitas mucho, Wends — eso no era del todo mentira… Creo.

— ¡oh mi dulce tormento y anhelo! — susurro fuerte Merlina, como si no tuviera aliento — ¿escuchas esa música que nos envuelve cuando estamos juntas? Ese tango apasionado que nos rodea es tan exquisito como el dolor que siento cuando no te veo. Admirarte es mi castigo favorito, mi alergia al color arde cada vez que estás frente a mi, nunca un dolor fué tan satisfactorio. 

Vale, vale, vale, vale, vale. Enid cree ya estar captando el por que varias chicas cayeron tan rápido, Merlina siempre fue muy elocuente y ahora que usaba esa habilidad para conquistar es muy complicado rechazarle, pero debe ser fuerte. 

— no digas esas cosas, Mer. 

— solo es la verdad, te anhelo tanto que es doloroso, antes no lo entendía pero hoy por fin abri los ojos, hablarte en mi idioma favorito, hacer un personaje inspirado en ti en mi novela, no poder sacarte de mi mente en ningún momento, siempre tenerte presente, las intensas ganas de alimentarse por tu bienestar, aceptar leerte para que te vayas con morfeo, haberte invitado a mi casa para que seas parte de mi entorno, todo lo hacía sin entender por qué y finalmente lo veo. Eres la terrible maldición de la cual siempre quise huir y alta razón tenia, por que eres altamente adictiva. Como te adoro, amada mía. Por favor permite que lleve tus anhelos y siempre sea yo quien llene copa para que nunca este vacia, con esta rosa te pido que seas mia. 

No llores, no llores, no llores, no llores ¡no! ¡Tampoco te desmayes! 

Enid se sintió muy débil y entre el balanceo del tango imaginario de Wednesday se hubiera caído de no ser por los fuertes brazos que la rodeaban, quien solo la inclinó continuando con la coreografía que tenía en su mente. 

— no puedo seguir aquí — la loba se forzó a seguir fuerte al enderezarse y deteniendo el leve balanceo de Merlina, ignorando también la tenue melodia de su cabeza. 

— no me abandones, mio sole. No lo soportaría 

— nunca te dejaré, Mer. Sigueme — la tomó de la muñeca para adentrarse al mar de estudiantes. Necesitaba aire y tal vez que Merli se distraiga con otra chica para pensar mejor, de lo contrario comenzará a creer todo lo que diga la pelinegra. 

El plan no funcionó, Merlina le sostuvo fuerte la mano todo el trayecto y más cuando algún chico le preguntaba o saludaba a la rubia. Tal vez se le esté pasando el efecto, teorizó la loba.  Para cuando llegaron a la habitación Wednesday seguía igual de intensa con Enid como si recién la hubiera visto. 

— ¡dedos! — gritó la loba apenas abrió la puerta. — plan de encierro número 4

La mano comenzó a correr de un lado a otro. Esos dos tenían mucho tiempo libre. Obviamente sabían que en algún momento tendrían que encerrar a Wednesday por su habilidad de meterse en problemas, por eso idearon (dedos) varios planes para distintas situaciones. 

— ¿debería preocuparme por lo que acabo de escuchar? ¿O debo ignorar que la maldición de mi vida y mi sirviente confabulan en mi contra? — dedos se detuvo abrupta mente — en efecto Dedos, si tengo la aprobación de Enid la voy a cortejar. — la mano comenzó a saltar. 

— no, dedos. No te entusiasmes. Luego te explico lo que pasó. Mientras hay que evitar que salga de aquí — se escuchó golpes en la puerta — quedate quieta — apuntó a Merlina con una garra. 

— vuelve a hacerlo — Enid quiso ignorarla viendo hacia la puerta— vuelve a decirme que hacer mio sole. 

— ¿que ocurre, Yoko? 

— Weems me mandó para preguntar si te encuentras bien. 

— si, solo es Merli. Nunca me haría daño, lo sabes. — Yoko la miró fijamente 

— ¿te esta coqueteando, verdad? —sonrió perversamente 

 — si, como está haciendo con todas

 — tu no eres todas, Sinclair y me parece que te gusta. — cambió su mueca por algo más serio — físicamente no te hará daño, pero recuerda que esta así por la poción, no quiero ver ese corazoncito de loba triste o roto ¿esta bien? 

— si, lo tengo claro. No te preocupes Yoko. 

— tenemos esta charla pendiente, loba. Por cierto ¿como has hecho para resistir? 

— ¿resistir que? 

— la mirada Adams. Yo la vi por un segundo y wow, Wednesday en plan coqueteo es simplemente potente. 

—¿que mirada? Me está viendo como siempre, solo actúa raro. 

— suficiente — la puerta se abrió más mostrando a Wednesday y dirigiendole una mirada muerta a Yoko — te has robado muchos minutos de su atención y yo debo saber su respuesta. Ve secar ratas o algo así. — jaló a Enid de la cadera hacia su cuerpo y cerró la puerta con tal fuerza que retumbó en toda Ofelia Halls. 

Dedos también estaba expectante de la respuesta. 

— Wends, me alagas pero ahora no eres tú. 

— ¿que hablas, Sinclair? Te revelo lo más profundo de mis sentimientos y en vez de rechazarme correctamente ese es tu intento de respuesta. 

— ¡es que esos no son tus sentimientos! Solo es la poción rara hablando por tí. 

— no entiendo de lo que hablas, mio sole. Puedo tolerar caer en la grácil locura que significa ser rechazada por tí. Sería un honor incluso para mí, pero veo casí ofensivo que quieras cuidar de mis sentimientos cuando me confieso ¿tan patética me creés? 

— claro que no, Merli — tomó sus manos — sé que ser amada por tí seria la más grande delicia probada por alguien vivo jamás — llevó una de las manos a su rostro.— Pero nunca mostraste indicios de eso y ahora una poción loca te está manipulando para que no actúes como lo haces siempre. ¿Entiendes mi dolor? 

— podría intentarlo — ahora ella tomo la otra mano de la loba y la llevó a sus labios para dejar un pequeño beso en los nudillos — pero soy resistente a todo tipo de sustancias, no entiendo de lo que hablas — la loba cerró los ojos, no tenía sentido explicarle nada a esta Wednesday. Por más de ensueño que sea, no es de quien se enamoró.

Por que sí. Lo entendió al casi desmayarse. Siempre busco tener la mirada muerta de esa chica sobre ella, siempre quiso protegerla, incluso dejo al que pensaba que era el chico de sus sueños para ir a salvarla, se enamórate de su compañera de habitación y no le molesta nada esa información. Siempre tuvo buena relación con sus sentimientos y algo tan bonito no sería la excepción. 

— hagamos algo, Mio amore — dedos y merlina reaccionaron a Enid hablando italiano — mañana al atardecer me vuelves a preguntar y te daré la respuesta real de mi corazón. 

— así será, mio sole. 

—y fin. 

—¿como que fin? 

— quiere decir que terminó la historia. 

—se lo que es "fin" pero así no pudo terminar — reclamó el niño haciendo un puchero que era la versión miniatura del de su mami.

— ustedes preguntaron "¿como mamá y tú se dieron cuenta de que se querian?" y esa es la historia. Si querían todo el cuento hubieran preguntado   "¿como mamá y tú empezaron a salir?"

— ¡pero no es justo! 

— mamá siempre nos habla del poder de las palabras, Vlad y mami te acaba de dar el ejemplo de por que es importante cuidar lo que decimos. 

— ¿como mamá y tú 

— no, ya es hora de dormir. 

— ¡No quiero! — siguió haciendo berrinche el menor. 

— hazlo a cuando llegue mamá se va a enojar con los dos — Enid acarició la cabellera rubia de su hija mayor. Era tan idéntica a su esposa que fue su mayor locura apenas la vió, se podría decir que se volvió a enamorar de Merlina cuando la miro a los ojos por primera vez. 

— yo también los puedo castigar. Les recuerdo — se levantó — si escucho ruido  de aquí ambos se quedarán sin taxidermia por dos meses

— ¡mami! — reclamaron los dos. 

— ya saben — se levantó dejando un beso a la frente a ambos — terribles pesadillas, mis niños. 

Apenas cerró la puerta fué jalada hacia el cuerpo de su esposa quien con absoluta facilidad invadió sus labios, llevaba anhelando su sabor por mucho tiempo. 

— ¿por qué demoraste tanto , mio sole? — escondió su cara en el cuello de la rubia rodeándola con un fuerte abrazo. 

— los niños querían saber cómo supe que te gustaba. 

— los hubieras ignorado y apagado la luz — murmuró contra la piel de su cuello. 

— y por eso te prohíbí darles las buenas noches. 

— esos niños se llevan mucho de tu tiempo — Enid casí se ríe, sabe que es una broma. Wednesday casi babea por sus hijos, sobre todo por Vlad. Pero ama lo posesiva que puede ser su esposa. 

— podemos hacer otro, pero sin el niño, si quieres— alzó una ceja alejandola de su cuerpo para que vea su cara. 

— dioses, sí. — beso sus nudillos antes de llevarla a su habitación. 

Fin, ahora sí xd

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