Capítulo 34
Naruto despertó con un ligero dolor en su parte baja, milagrosamente sus heridas no se habían abierto al contrario se estaban cerrando demasiado rápido algo que lo tomo por sorpresa, pero lo dejo pasar.
Ahora mismo se encontraba solo, su lado que se encontraba cálido hace unos minutos antes se enfrío, dándole una sensación de abandono.
-¿Sasuke?- pregunto a la nada.
La puerta de la habitación se abrió y el hombre que esperaba, apareció con un cuenco en la mano.
Naruto suspiro de alivio y se cruzó de brazos molesto- ¿Dónde estabas? -
Sasuke sonrió y le dio un beso en la mejilla -Fui a conseguir algo de comer -
-¿Eh? -
El azabache se sentó a su lado – Debes de tener hambre -
Naruto miro el contenido y sonrió grandemente al ver lo que era -¡Es ramen! ¿Dónde lo conseguiste?-
-En algún lugar cercano, por favor come – el azabache tomo una cuchara - ¿Puedo darte de comer?-
El rubio asintió -Puedes hacerlo, siempre y cuando me des carne -
-Lo hare – tomo una cucharada de sopa, lo soplo y se lo dio en la boca. Naruto sonrió como niño pequeño disfrutando un dulce, nunca cambiaria el Ramen por nada.
Después de unas horas, el cuenco quedo vacío y el rubio quedo satisfecho.
Sasuke lo miro por un buen rato antes de hablar -Naruto, tengo que hablar contigo -
La pequeña burbuja de felicidad se rompió y le prestó atención al azabache.
Sasuke suspiro y tomo las manos de su amante -Necesito que te vayas al clan Sabaku -
-¿¡Qué?! ¿¡Por qué?!-
-Es seguro que te quedes ahí -
.- ¿Y por qué no puedo quedarme contigo?.-
-Estas embarazado, no puedes quedarte conmigo-
Naruto aparto sus manos -¡¿Solamente por eso?! ¿¡Y si no lo estuviera?! -
- Sería diferente, ahora mismo me preocupo por ti y por mi hijo-
Naruto frunció el ceño y aparto la mirada -Yo... quiero quedarme, quiero tomar venganza y ver como tu padre cae -
Sasuke lo tomo de la barbilla e hizo que lo mirara -Lo tendrás, pero no estás seguro aquí, además necesito que vayas a convencer a tus amigos que se unan a nosotros -
-No creo que quieran, ellos siempre han odiado a los Uchihas-
-Lo sé, pero nosotros no somos como nuestro padre, enserio deseo cambiar las cosas, quiero que la guerra se acabe y vivamos felices con nuestro hijo -
El rubio observo esos ojos negros, buscando una pizca de mentira, pero solo encontró la verdad.
-Está bien, pero prométeme que yo seré el que mate a tu padre -
-Lo prometo -
Naruto decidió creer en su promesa y sonrió levemente. Aun tenía una pequeña espina de duda, no podía creer que el azabache decidiera acabar con el reino de su propio padre y cambiarlo con los ideales que antes tuvo el clan Namikaze.
-Ponte esto -
El rubio tomo el Kimono color naranja y se lo puso en silencio pensando en lo que iba a suceder más adelante.
Hace mucho tiempo que no veía a sus amigos, ni siquiera se asomo a verlos cuando llegaron al palacio Uchiha porque el miedo lo venció, pero ahora iba a ver a uno de sus mejores amigos Sabaku no Gaara. Cuando lo conoció apenas tenían 6 años y era un niño algo serio, pero amable.
"¿Qué es lo que voy a decirle?" tenía tantas cosas que decir, estaba seguro de que Gaara se enojaría por el hecho de no decirle que estaba vivo o de no pedir su ayuda cuando lo necesitaba. Lo necesitaba mucho cuando sucedió la masacre del clan Namikaze, necesitaba que salvaran a sus padres y a su gente, pero la ayuda nunca llego.
Sasuke tomo su mano y lo llevo hacia la puerta.
Los dos salieron de la casa con el sol en lo alto. En la entrada los esperaba un carruaje común y corriente. La madera se veía algo defectuosa al igual que las ruedas, parecía peligroso para una persona.
Sasuke alzo una ceja y miro al soldado pidiendo una explicación.
-Tu dijiste que querías un carruaje que no llamara la atención -
-Bastardo, ¿No ves que esta embarazado y herido? ¿Qué crees que le pasara si llegara a subirse a esa cosa? -
Konohamaru se encogió en su lugar -Yo... no se preocupe, buscare algo cómodo dentro de la casa – al terminar sus palabras, se apresuro a entrar y buscar algunos cojines.
-Tch, buscare mejor otra carreta –
Naruto lo tomo del brazo y negó con la cabeza -No te preocupes, con los cojines es suficiente –
Sasuke lo miro dudoso -¿Estás seguro? –
-Si, le pediré a Konohamaru que no vaya tan rápido, así no habrá problemas -
Aun así, el rostro del Uchiha no cambio, se le notaba preocupado. El rubio apretó su agarre, se paro de puntitas y le dio un beso corto en los labios.
-Estaremos bien -
Sasuke sonrió y abrazo su cintura, acomodando su cabeza en el hombro del rubio -Te mandare mensajes todos los días si es posible –
Naruto alzo una mano y acaricio el cabello del azabache -No tardes en buscarme –
-No lo hare, te prometo que esto acabara pronto-
El soldado llego con varios cojines -Majestad, ya es hora -
Sasuke lo soltó y miro al soldado -Esta bien -
El azabache tomo su mano y lo introdujo en el vehículo. La madera no estaba en tal mal estado como afuera y había también una pequeña lampara en el suelo.
- Te tiene bien consentido-
Naruto se sobresalto al escuchar esa voz, no se había dado cuenta que había alguien más adentro.
Jiraiya lo observaba desde una esquina, estaba vestido con un Kimono color blanco y su cabello estaba algo desordenado, se veía algo pálido.
-¿Jiraiya? ¿Qué te paso?-
Jiraiya sonrió levemente -No fue fácil escapar del castillo Haruno-
Naruto se arrodillo y miro las piernas de Jiraiya. Se dio cuenta de los grilletes que apretaban sus tobillos.
-Jiraiya...-
-Levántate hijo, no es necesario que te preocupes por mi
Ya era tarde, las lágrimas ya estaban resbalando de sus mejillas.
-Lamento, lamento meterte en problemas -
-Nada es tu culpa, la culpa es mía por meterte en un lugar peligroso – Jiraiya lo tomo del brazo e hizo que le levantara -Ya no llores por este anciano-
Jiraiya limpio las lágrimas con un trapo y trato de tranquilizar al rubio con palabras.
La puerta del vehículo se abrió, Konohamaru dejo los cojines en el asiento y cerro la puerta en silencio.
.-Siéntate, no quiero que te caigas y sufras un aborto-
Naruto obedeció y se sentó encima de los cojines.
Sasuke apareció después de unos segundos y dejo en el suelo una canasta llena de alimentos.
-Esto es para ti, por si tienes hambre en el camino-
Naruto asintió con lágrimas en los ojos. El azabache subió y beso sus parpados suavemente, mientras con una mano acariciaba su barriga.
-¿Yo también puedo comer de ahí?-Jiraiya pregunto.
Sasuke se aparto y miro sobre su hombro -Claro que sí, empaque lo suficiente -
Jiraiya asintió con una sonrisa.
Volvió su mirada en el rubio -Cuídate y no te metas en problemas – metió una carta en el kimono de Naruto -dáselo a Gaara, ahí explica la situación –
Naruto sonrió, al parecer el azabache se dio cuenta de su miedo en convencer en su amigo.
Con un ultimo beso se despidieron y el carruaje avanzo rumbo a su destino.
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