-Quitate la ropa-

Al final de la boda, una sirvienta la condujo a la cámara nupcial. Con la ayuda de las criadas, se lavó y se sentó en la cama, y después de un rato su esposo la siguió hasta la habitación. Su mirada fría nunca se apartó de ella y eso la hacía sentir nerviosa.

-¿Qué esperas?-

Ella respiró sorprendida y lentamente se quitó el kimono rojo, quedando su desnudo expuesto.

-Tch- Sasuke se acercó a la cama -No olvides nuestro trato-

Se inclinó sobre ella. En el rostro casi perfecto, sus ojos negros estaban algo apagados. 

-¿No te fue bien, con Menma?-

Sasuke sonrió con cinismo -Mi mal humor no es con él, sino contigo-

Sakura tembló de ira, pero antes de que dijera algo, el azabache abrió sus piernas y toco su parte intima.

-Ah- sus labios temblaron de asombro.

Sus piernas temblaron de miedo. El azabache, que solo intercambió miradas con ella varias veces, ahora estaba tocando su parte más íntima del cuerpo sin dudarlo. 

-Mierda- empujó su mano un poco más profundo.

Sakura llenaba la habitación con sus gemidos y se sintió vacía cuando el azabache retiró su mano.

-Sasuke-

El Uchiha no contestó y se enterró entre sus muslos. 

Sakura grito de dolor y de placer. No le importaba que el azabache no la besara o le diera caricias como había leído en libros, lo importante es que esta noche él estaba con ella.

Cada vez que su cuerpo se movía; su propio cuerpo temblaba. Su mente se volvió más y más turbia a medida que pasaba el tiempo. Las sabanas que apretaba con las manos parecían estar a punto de romperse. 

En el momento de la liberación Sakura no escucho su nombre salir de sus labios, sino el nombre de Menma, que hizo que su placer se desvaneciera y quedará como una noche amarga.

-¿Menma?-

Hinata vio a su amigo tirado en el suelo en posición fetal, parecía como si estuviera borracho o como si le hubieran roto el corazón. Se arrodilló y tocó su hombro con el dedo índice.

-Menma ¿Estás bien?-

Naruto murmuro palabras incoherentes y luego dijo - Siento que alguien se me confesó-

-¿Sientes? ¿Confesar? ¿Quién?-

-Hinata, soy un idiota-

Una pequeña sonrisa se extendió en su rostro -No eres idiota, Menma solo eres algo despistado-

-¿Si? tal vez-

-¿Puedo saber que paso?-

Naruto se sentó- Hoy antes de la boda, alguien toco mi puerta y abrí pensando que eras tu, pero se trataba de un... de un...- la miró inquisitivo- Promete que no se lo dirás a nadie-

Hinata puso una mano en el pecho y la otra la alzó- Lo prometo-

El rubio siguió contando - Bueno un amigo que conozco desde niño se me confesó, me dijo que le gustaba y yo... yo le dije que tambien me gustaba pero...-

-¿Pero?-

-Pero como amigo...-

-Oh...-

Los dos quedaron en silencio.

Hinata  pregunto después de unas horas -Pero ¿A ti te gusta de manera romántica?-

-¿Si?-

Silencio. 

Naruto no estaba seguro de querer el azabache de manera romántica, pero si estaba seguro de sentir muchas mariposas en el estómago cada vez que lo veía o de ponerse nervioso con su toque. No sabía si eso era amor, ya que nunca se había enamorado y lamentablemente sus padres no le pudieron enseñar.

-Menma... no puedo juzgarte porque no se como te sientes o que piensas, tu eres el único que puede encontrar la respuesta-

-¿Tu te has enamorado alguna vez? - 

Hinata se sonrojo como respuesta.

El rubio puso una mirada picarona -Oh, vaya ¿Quién es? - 

-No es alguien del palacio si es lo que piensas... es alguien del pueblo- empezó a jugar con su cabello- Es alguien muy tierno con los animales, lo veo de vez en cuando-

- ¿y has hablado con él?- 

-No me atrevería, si lo hago siento que me moriría ahí mismo-

Naruto sonrió juguetonamente y revolvió su cabello -A la próxima que salgas, llevame, me gustaria conocerlo-

-También me gustaría conocer al chico que te gusta- 

Naruto sintió que se le caía un balde de agua fría -¿No... no se te hace asqueroso que me guste un hombre?-

Hinata alzó una ceja- No ¿Por qué? -

-No por nada- apartó la mirada avergonzado -No quiero que me mires extraño, eso es todo - 

-Claro que no, eres mi amigo, un amigo no se juzga solo se aconseja - sonrió 

-¡Hinata! - la abrazo fuertemente, se sentía feliz de tener por primera vez una amiga que la apoyara, ya que Sakura no lo consideraba un amigo y estaba seguro de que quería matarlo.

-¡Oigan ustedes dos!-

Los dos se apartaron rápidamente y miraron a la dueña de la voz.

-Nekobaa-sama- Hinata se levanto del suelo, junto con Naruto.

-¡Pueden luego coquetear, tenemos trabajo que hacer!- la anciana suspiró y caminó en el pasillo   - La princesa se volvió loca-

Los dos se miraron extrañados, pero decidieron no preguntar y la siguieron.

Llegaron a la cámara nupcial, donde varios objetos se encontraban en el suelo, las cortinas estaban rasgadas y la sabanas estaban llenas de sangre. Una sirvienta se acercó con un pañuelo blanco y lo manchó con la sangre.

- No le digas al emperador lo que sucedió aquí - dijo Nekobaa.

La sirvienta asintió y salió de la habitación con el pañuelo en mano.

-Ustedes dos, barren y recogen las cosas del suelo-

Naruto y Hinata obedecieron. 

-¿Qué habrá sucedido aquí?- pregunto Hinata, mientras recogía los pedazos de cerámica.

-¿Pelea matrimonial?- respondió Naruto, mientras ayudaba a su compañera -O tal vez Sakura sufrió otros de sus ataques -

- Es verdad que antes trabajabas para ella ¿Cómo es?-

- oh, no trabajaba directamente con ella, solo trabajaba en almacenes acomodando o poniendo etiquetas , pero escuchaba de los soldados que a veces ella se volvía loca y tiraba objetos de la nada, sus criadas son las que pagaban los daños-

-Vaya, ahora nosotros nos tocará.-

Naruto estuvo de acuerdo, Sakura ya se casó con Sasuke y eso significaba que a partir de ahora iban a vivir juntos en el palacio. 

-Válgame Dios- 

Los dos se sobresaltaron por el grito de Nekobaa.

-¡¿Ahora tenemos que soportar a esa princesa malcriada?!- Nekobaa se sentó en la silla más cercana y se abanico con la mano - No creo poder soportar-

Los sirvientes asintieron en total acuerdo.

-Bueno, una princesa sigue siendo una princesa- Nekobaa aplaudió- sigamos con el trabajo-

Siguieron recogiendo y barriendo hasta el amanecer.