Cap.2 Un Extraño
Capitulo: 2 Un extraño
—¿Charlotee, eres tú? —Me pregunto un hombre al cual no se le veía el rostro con claridad, pero bueno la verdad no pensaba voltear a mirarlo como si nada, no tenía buena pinta encontrarse con alguien a estas horas de la noche y que te empiece hablar en una calle solitaria y oscuro como si te conociera.
—No —Dije y seguí caminando tratando sé sonar tranquila, pero mi corazón latía como loco —No conozco a alguien que se llame así.
—¡Espera! Claro que eres tú— grito él, cuándo estaba a pocos pasos de mí y mi nerviosismo crecía de manera descontrolada.
—Mira, no crees que es mala idea, que me detenga a hablar, con alguien que se tapa el rostro a las 9 de la noche, en una calle vacía, lo siento, pero no sé el motivo para que estés a estas horas de la noche, en la calle, pero me voy— hable rápidamente e intente "caminar" o bueno casi correr lo más rápido posible.
-¡Espera!- grito él nuevamente viendo que me disponía a salir corriendo si se seguía acercando más.
Yo solo lo ignoré y seguí caminando, pero él no paraba de seguirme, parecía loco o yo me estaba volviendo loca en cierto sentido.
-Mierda voy a llegar a mi casa con un loco siguiéndome, solo camina - me repetía una y otra vez en mi cabeza, así paso un buen rato hasta que llegue a mi casa y él seguía ahí manteniendo cierta distancia, pero adelantaba el paso cada vez que yo lo hacía
Cuando logre llegar a mi casa lo primero que hice fue intentar alejarme lo más posible y correr hacia la puerta, tomes las llaves de manera torpe por el nerviosismo, sentía que temblaba e iba a tener un ataque al corazón.
Torpemente, logre quitar el seguro, la entreabrí un poco y entrar rápidamente de manera ágil, la cerré de un portazo y me deslice dentro de la casa aún asustada.
Trascurrieron unos cuantos minutos cuando decidí mirar por la ventana, pero el seguía ahí mirando a la nada, su rostro me sorprendió girando en mi dirección, cerré la ventana de golpe y me escabullí de su mirada curiosa.
Respire agitada esperando que mi cerebro me diera una idea de que hacer.
¿Llamar a la policía? ¿Ignorarlo y olvidarme de que está ahí? ¿Razonar con el para que se vaya?
Pero mi cerebro tonto y precipitado abrió la puerta, lo miré fijamente y me sorprendí a mí misma por lo que hice.
Bendita curiosidad.
-¿Dame una razón válida por la cual tengo que escucharte?- dije rápidamente, no muy consciente de lo que decía
-¡Charlotee!- grito nuevamente
-A la mierda contigo -Le cerré la puerta en la cara y entre nuevamente -¿Qué le pasa a la gente? Giré y él estaba al frente mío -¿Cómo carajo entraste?
Dije sorprendida pegándome en la espalda con la puerta por un intento de alejarme de él.
-Eso no importa, ¿Me puedes escuchar?- dijo de manera desesperada
-Es... esta... bien -Dije mientras me movía lentamente hacia la cocina de mi casa -Si puedes hablar- movía dándole la espalda a la habitación sin perderlo de vista -habla- ordene.
Ok Elizabeth, cálmate un poco todo estará bien, logra hacer que este chico se vaya de tu casa y sigue tu vida quejándote de todo y de todos.
-Bueno, como te explico que eres Charlotee, pero a la vez no algo como su reencarnación.
Eso distráete idiota. Yo no prestaba atención a ninguna de sus palabras, toda mi concentración estaba en caminar hacia la cocina, coger un cuchillo y sacarlo de la casa como sea posible, por un momento temí que estuviera armado, pero parecía que no
-Y te he estado buscando desde hace siglos.
-¿Si sabes que los humanos no vivimos siglos no? Idiota – Mientras él decía cosas incoherentes, yo tome el cuchillo y lo deje hablar mientras lo agarraba disimuladamente.
-Si tiene razón, pero no soy un humano, aunque no lo parezca, soy un vampiro.
-Oye, ¿no te han dicho tus padres, que las drogas son malas?
-No, no uso esas cosas.
Vampiro, cosa sobre natural, manipulada solo por mitos que hablan de brujas, demonios y ese tipo de cosas, seres que consumen sangre de humanos.
Tonterías, pensé, pero me recorrió un pequeño escalofrío.
-Bueno, he escuchado demasiado para saber que estás loco, sal de mi casa, ahora mismo. -Dije mientras lo amenazaba con el cuchillo, observando sus ojos esperando una reacción agresiva o de miedo, pero fue todo menos lo que me esperaba, me miro durante unos instantes.
-Oye, ¿No crees que es peligroso que sostengas un cuchillo de esa forma?
-¿Eso a ti no te importa?, vete o te cortaré- afirme, mientras aparentaba no tener miedo, espera que haces? – Dije mientras él acomodaba el cuchillo en mis manos.
El tacto de sus dedos género una sensación extraña en mí, eran frías y rígidas como las de los... ash déjalo así.
-Así es como se sostiene- dijo con su voz suave y gruesa a la vez.
—A la mierda, como se deba de tener, quítate— Yo moví el cuchillo de manera fuerte, enterrándolo en su piel y le corte la palma de la mano, sangre salió de ella deslizándose por su muñeca la cortada fue profunda, sentí que mis piernas me temblaron, él movió la mano y con sus dedos limpió la herida desde la muñeca hasta el costado en la mitad de la palma y después como por arte de magia ya no estaba.
Como si nada hubiera pasado en cuestión de segundos, él estaba intacto, las drogas no hacen eso, ¿verdad? Podría decir que en ese momento empecé a creer que tal vez él está diciendo la verdad, o yo me estaba volviendo loca.
Probablemente, la segunda porque intente hablar y me sentí mareada como si en cualquier momento me fuera a desmayar.
Problemas con la sangre.
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