-final alternativo
“Hay que cuidar de Sung en esta fiesta” decían.
“Echarle un vistazo de vez en cuando” decían.
Sus dedos golpeaban levemente la mesada de la barra, jugaba con el limón en su vaso, con el sorbete; y seguía sin encontrar algo que lo saque del aburrimiento.
—Es una fiesta, deberías bailar —MinHo tomó asiento al lado suyo.
—No tengo a nadie —se acomodó para que pueda ver como todos sus amigos se besaban a sus parejas.
La risa del rubio no tardó en venir.
—Estamos en la misma. Mí primo me abandonó.
—Y para colmo nos tuvimos que quedar juntos.
—Ah, ¿perdón?
—Pues no sé si me llevarás a robar vodka en otro edificio.
—Tú me seguiste —sonrió. —Y a aparte la pasamos increíble.
—Tal vez...
—Deja de ser tan así conmigo —tironeó levemente su brazo.
—Me hiciste tomar, y para colmo no respondiste una —murmuró lo último aprovechando la alta música.
—¿Quieres que me arrodille?
—No, tú eres capaz― apretó su hombro.
Rió. —Bien... Ahora dime porqué tus amigos fueron tan crueles.
—No son crueles, sino que ellos sí tienen personas con quién divertirse.
—... Yo igual.
JiSung decidió no preguntar, ni siquiera responder. Le ardia la sangre el hecho de imaginarse que diría “DaeHwi”. Suspiró profundamente, ahora estar junto a MinHo no era tan malo, ni incómodo, era como ese compañero de clase con el que no siempre hablaba.
Excluyendo que era el chico que le gusta.
—¿Te vas a quedar aquí? —preguntó, viéndolo beber de su vaso.
—¿Ya me estás echando? Bien —se levantó.
—Me refería a que los chicos como tú andan bailando por ahí —volvió su vista a su bebida.
—¿Los chicos como yo?
—Sí, ve y busca a alguna chica. Seguro te están esperando.
MinHo sólo rió ante JiSung, para luego comenzar a caminar hacia el interior de la fiesta.
Algo repercutió en él al ver que su presencia ya no era del tan agrado de Sunggie, y que seguía siendo el MinHo de antes para él.
¿Tenía que pensar mucho? Antes se divertía más, mucho, más.
—¿En qué piensas, ardillita?— hizo revivir, básicamente el chasquido muy cerca de su rostro.
Los días en la oficina eran algo aburridos desde que estaban en una situación relativamente tensa, y de no tanta actividad.
Luego de graduarse como contador, JiSung junto a Tzuyu encontraron trabajo en una inmobiliaria.
Todo fue de colores pastel y felices, hasta que una demanda acabó con los días buenos.
Ahora sólo se dedicaba a intentar con todo su ser a no perder su empleo.
—No me gusta que me llames así— volvió a prestar atención al periódico.
—Pero es lo que eres —rió la chica acomodándose en la silla—. ¿Qué haces?
—... Lo que tú deberías hacer, buscar un abogado.
—¿O sea pasarme encorvada leyendo números y llamando a gente que estoy segura que no nos ayudará?
La miró. —¿Quieres quedarte sin trabajo? Genial Tzuyu, hazlo.
La misma permaneció quieta, rodando sus ojos. Sabía que JiSung tenía razón, pero algo seguía sin convencerle.
Permaneció viéndolo anotar números por unos minutos, hasta que parece que su lámpara se encendió.
—Sunggie... ¿Te acuerdas de la universidad?
Al decir aquello, logró sacarle una pequeña sonrisa. —Claro que sí.
—Creo yo, fueron los mejores años que nunca tuvimos.
—Sí —asintió. —Nos volvimos más unidos, salimos juntos, de todo.
—Mmm... Hablaba del primer año, Sunggie. Tú primer año.
JiSung dejó de escribir.
Su primer año de universidad.
¿Había algo que no le haya pasado allí?
Rió, le gustó, volvió a reír, se enamoró, lo rechazó, más llantos, sus hermosos amigos, las risas volvieron y disfrutó.
De todas formas creia que era un tema superado.
Tzuyu se levantó y acarició su cabello.
—No pienso escribir y llamar como un robot. No es mí estilo.
—Así no lograremos nada, ¿por qué no me ayudas? —preguntó a su mejor amiga, quién dejaba el lugar.
—¡Soy revolucionaria!
—¡Veamos cuánto te dura eso! —exclamó una vez ella se fue—. Mierda.
La chica revolucionaria llevaba una hora esperando, y ni siquiera tenía un asiento.
Tal vez anotar y llamar números, con el 99,9% de que la rechacen, en su oficina con JiSung, era mucho más cómodo.
Ir de buffet en buffet no fue tan idea.
De todas formas, en media hora más, logró que la atiendan.
—Señorita, tenemos un sólo abogado disponible-
—Lo quiero. No me importa que se haya graduado ayer, necesito verlo.
—Bueno, puede-
—Si, si, ¿dónde está?
—Dos puertas a la dere-
—Gracias.
Sí, tal vez estaba algo apurada y cansada.
No le importó absolutamente nada, y tocó cualquier puerta que le pareció. Obviamente, sin nada de paciencia.
La misma se abrió luego de aquel llamado desesperado; al parecer un matrimonio queriendo divorciarse estaban allí, y salieron viéndola de reojo, por su insistencia.
—Debió ser un equivocación, estoy ocu... pado. ¿Tzuyu?
Sus ojos se tornaron en modo análisis, de arriba hacia abajo, al contrario, izquierda a derecha, todos los ángulos posibles.
¿Era que MinHo se ponía más guapo a medida crecía?
—Creo que merezco que me ayudes.
El joven acomodó su cabello y se hizo a un lado para que Tzuyu pase.
—Toma asiento —indicó. —Me sorprende pero, es muy lindo verte.
—Ajá sí, ¿puedes ayudarme o no?
—¿Te vas a divorciar de JeongYeon? ¿Y ni siquiera me invitaste a la boda?
—Mhmm, idiota —bufó. —Es por una demanda de terreno, ¿O sólo te gusta separar personas?
—Hago mi trabajo —se encogió de hombros. —¿Quieres contarme qué es o también soy adivinador?
La chica prosiguió a contar cómo comenzó todo el problema, y terminó acudiendo a MinHo. Como en toda inmobiliaria, ella (y JiSung) como contadora tenía el trabajo de controlar los ingresos y egresos, gastos de manutención y hasta a veces, tasaciones.
A esta misma, acudió una familia adinerada de Corea, con el fin de obtener un terreno, que ya no se encontraba a la venta.
Y como la gente rica no se convencen con nada, decidieron contratar al “mejor abogado” y denunciar el lugar.
Si ganan el juicio, todas las personas que trabajan ahí ya no tendrán ingreso alguno, y aquella familia se quedará con absolutamente todo.
MinHo suspiró. —¿Nada más?
—¿Te parece poco?
—Me refería a si es la única demanda —Tzuyu asintió. —Bien. Será fácil. ¿Puedo reunirme con tu jefe?
—Si, ah... ¿Fácil?
—Linda, no pueden demandarlos por difamación, así que si utilizan daños y perjuicios, no es difícil dar vuelta la carta con simples documentos, de evidencia, ¿Ok? Déjame esta parte.
—Es increible que tú logres tranquilizarme —suspiró. —Gracias.
Se levantó. —¿Nos vamos o...?
—Aguarda, ¿Pueden reunirse ya?
—¿Y cuándo más?
Ambos jóvenes salieron rápido del buffet.
Tzuyu debió controlar su mandibula, al ver el auto de MinHo.
—Camisa de marca, lentes de marca, lindos zapatos, reloj, y el auto —suspiró. —Te va bien.
Sonrió. —Gracias. Pero esto tardó, tardó mucho.
—¿En serio?
—Claro, ¿crees que todo viene de arriba? ¿Qué hay de ti?
—Pues esta inmobiliaria es lo que siempre tuve, si ese juicio... Perdería algo más que sólo trabajo, ¿Entiendes?
—Tranquila. No lo perderás.
—Mmm, no sé si decirte que confío en ti, pero lo hago— miró un poco por la ventanilla. —¿Cómo has estado luego de cortar con JiSung?
—Ja, ¿Luego de eso o de graduarme?
—Sabes de lo que hablo, MinHo.
—No he tenido otra relación, si es que lo quieres saber.
—¿No? —lo miró.
Negó―. Aún es difícil eso de “superar” a Sunggie —estacionaba. —Es increíble que él haya terminado conmigo.
—Sí... Por idiota.
—Dime lo que sea, tendrás razón igual.
Al salir de vehículo y estar frente a su lugar en el mundo, a veces, Tzuyu sonrió profundamente.
Pues estaba seguro que JiSung tampoco había superado a MinHo.
Con esa felicidad interna, guió al chico hasta la oficina de su jefe, por más que su inconsciente malévolo quería hacerlo pasar por la que compartía con su mejor amigo.
El juicio estaba primero.
Al dejarlos a ellos discutir sus temas legales, fue hasta donde su futura víctima.
—Llegué —tomó asiento en sus rodillas.
—Oye —se impresionó. —Necesito seguir buscando.
—No, no necesitas. El jefe ya está hablando con uno.
—¿Qué?
—Un viejo amigo, fui por él.
—¿Ya tenemos abogado? —preguntó sonriente.
—¡Si! Y estarás muy contento.
—Lo estoy —dejó su mentón en el hombro de Tzuyu. —Es un pesomenos.
Ambos continuaron una hora medio libre, ya que no debían buscar más a un abogado.
Tzuyu sabia que la felicidad de JiSung era por salir de la tensión problemática, pero, ¿qué tensión tendría al volver a ver a MinHo?
Pues si tenía que explicar cómo fue ese loco romance, no se le escapaba ni un detalle.
No recordaba cuanto exactamente habían durado, pero sí la cantidad de cosas que habían hecho juntos.
Ya sea más de esas salidas súper soft que tenían, iban de fiestas en fiestas bailando pegados, besándose y coqueteando.
Amaba con todo su corazón esa pareja, lo admitía.
MinHo lo llenaba de peluches y JiSung sacaba hasta los lados más tierno de él.
Todo llegó a su fin cuando un par de diferencias y mal entendidos llegaron, y MinHo no fue capaz de soportarlos; por eso JiSung decidió terminar todo.
Pero, ahora estaba maduros y conscientes, ¿Podian volver a intentarlo, no?
Los minutos pasaron, y la puerta de la oficina del jefe se escuchó abriéndose.
Las voces de profundo agradecimiento no tardaron en llegar, lo cual era señal de probablemente, haya aceptado defenderlos.
JiSung y Tzuyu, emocionados, fueron a esperar ansiosos.
La joven se lo imaginaba, todo, tal vez do re mi de fondo o sex, iba perfecto mientras MinHo parecía caminar en cámara lenta hacia ellos, haciendo un claro contacto visual con JiSung.
Tiempo sin verse, y parecía que más se extrañaban.
El chico de ahora cabello negro permaneció piedra, viendo como un dios griego se le acercaba.
Un dios griego que en algún momento llamó novio.
Emanar sensualidad no era nada difícil para Lee, mucho más si se trataba de algo que él quería.
—Nos vemos en estos días —sonrió, pasando por el medio de ambos.
Podía jurar que lo vió guiñar un ojo, mientras su perfume permanecía donde sea que vaya.
Tzuyu sonrió viendo la expresión de JiSung.
—¿Qué pasó? ¿Viste un fantasma?
Asintió. —Pero uno muy guapo.
—Espero que te controles en el juicio —pasó por al lado.
—Ya lo superé.
—Tienen más tensión sexual que... No sé, pero la hay.
—Noona No-Tzuyu, no la hay, fue hace mucho.
—Ajá― asintió. Entonces supongo que no te molesta que vaya sola a invitarlo tomar algo.
—¿Qué?
—Pues para agradecer. ¿O quieres ir?
—Te odio.
JiSung era una persona nerviosa, muy, muy nerviosa.
Y presenciar un juicio fue un claro ejemplo de ellos.
Aunque siendo sincero, el momento donde más sufrió fue cuando el tribunal daba el discurso final, para después de tantas palabras, innecesarias para él, fallen a su favor.
Obviamente, también sufrió con la habilidad de MinHo con las palabras, su oratoria (y como le quedaba el traje).
Los cruces de miradas eran desafiantes, y como su mejor había dicho, llenos de tensión.
Ni siquiera charlaron mucho y aún así se deseaban. O bueno, él lo hacía.
Aunque se puede decir que las amplias ganas de poder interactuar, eran altas por parte de ambos.
Al terminar todo, el abrazo entre Tzuyu, su jefe y él, fue de los más sinceros que sintió. Sin incluir a los abrazos con sus amigos.
El mismo estrechó la mano de MinHo, luego Tzuyu apretó su hombro.
Y si, tenía que hacerlo.
JiSung decidió hacer más y abrazar a su ex también, ¿por qué no? Si no hubiese sido por él, todo se iba a desmoronar.
—Gracias, hyung —susurró de puntitas, aferrándose a él con ambos brazos.
—Ah, no tienes que agradecer nada —se separaron. —Tiempo sin verte, Sunggie.
—Sí... ¿Puedo agradecerte? No lo sé, ir a un bar o-
—¿Es una excusa para que salgamos? Me gusta —asintió.
Su él de antes se hubiese enojado, con esos comentarios medio egocéntricos que solía decir MinHo.
Pero ahora entendía que era parte de él, y sólo intentaba darle humor a su reencuentro.
Sabía que era peor, y que antes en serio solía ser muy egoísta; y con sólo verlo ahora, sentia que ambos maduraron, y era bonito verse en esos momentos.
También sentía que era un avance que él mismo lo haya invitado a salir; otra vez.
Ya estaba ambos, solos, en aquel bar, por supuesto sin saco, de camisas por los codos.
—¿Me vas a decir cómo has estado?
—Bien —bebió un poco de su botella. —Sobreviviendo.
—¿Vives sólo... O con Tzuyu?
—¿Me veo muy propenso a?— el contrario asintió. —No puede ser. Vivo con Jake.
—Jake, wow; no sé de tus amigos hace mucho.
—Ya sabes, vidas perfectas —suspiró.
—¿Vas a decirme que no eres feliz?
—No es eso —negó. ―Sino que ya sabes, ellos tienen pareja y-
—Sunggie, tienes que aprender a soltar indirectas —se acercó un poco. —No tienen que ser tan directas, justamente.
—No estoy- olvídalo.
—No te estás quejando de que estás soltero con tu ex, no, claro que no.
—Que seas lindo no significa que tenga que hablar siempre de ti.
—¿Entonces? —apartó su bebida. —¿Buscas a alguien más?
—¿Para qué? Si lo único que llevas esperando en toda la noche, es que diga que te extraño.
El castaño claro no podía culparle a la bebida, pues JiSung no era de tomar y era apenas la primera que abría.
Sus ojos sólo se conectaron con los suyos y entonces, mordió sus labios para callarse, no quería ir rápido.
—Es absurdo, lo sé.
—¿Por qué absurdo?
—Porque no podemos olvidarnos.
—Oh —acomodó su cabello. —¿Y eso es lo que queremos? ¿Olvidarnos?
—No leo tu mente.
—Entonces no hay manera de que te asegures que quiero olvidarte —decidió acercar su silla. —No sé cómo salió este tema de conversación, pero me gusta.
JiSung decidió dejar de ver a los ojos de MinHo un momento, le estaba matando.
Sí, él sólo sacó aquel tema como si nada, y sin dejar que hablasen de sus propias vidas, alejadas de su pasada relación.
Pero siendo sincero, lo único que quería era sentir esos labios tan suaves y rojos otra ves, una y otra vez.
—Ni siquiera intenté algo y ya corres tu vista— rió.
—¿lbas a intentar algo? —volvió a mirarlo.
—Depende —su brazo, como siempre hizo, se las arregló para llegar a su cintura. —¿Qué quieres que intente?
Lo estaba haciendo.
Cuando comenzaba a tocarlo, jugar con palabras, intentando hacerlo caer en su juego de seducción, sólo le hacía notar algo.
El MinHo que habia conocido, el que pasó por un cambio profundo y dejaba que al final, él tomé la iniciativa seguía ahí.
La nostalgia pasaba por su mente.
Así como su primer beso, con el pepero, el de su primera cita. Tenía tantos recuerdos con él.
Por eso fue que decidió estirar el cuello de su camisa para besarlo. Pues, se estaba tardando.
Obvio no era nuevo que esas cosas pasen entre ellos, por lo que MinHo no desaprovechó en lo absoluto.
Hacía mucho no se sentía así, ya que también tenía que admitir que él fue la última y única persona a la que besó.
Ni se tomó la molestia de contar cuánto duraron “poniéndose al día”, pero preservaron el hecho de estar aún en el bar.
El viento los llevó a dónde los llevó, porque el resto es historia.
Sólo esperaba que Jake no esté en casa.
Ya que siempre pensó lo mismo.
No quería a nadie más que MinHo como roommate.
cómo me olvidé de publicarlo 😭😭
1 disculpa
bueno, se acabó está aventura... JSJDJSJS
ya, no voy a llorar, lo juro
gracias a ustedes, que me dieron apoyo en esta adaptación. duró más de un año en emisión, wao
en fin, de nuevo gracias, por su apoyo, por estar ahí leyendo y comentando, en serio me hacen el día 😔
y por supuesto, a juli, que me dejó adaptar su fic. vayan a su perfil, ella es un sol
espero nos veamos pronto <3
gracias por todo!!!! los amo <3
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