21: Hold me
Y sostenía su mano.
Su pequeña y delicada mano.
No había otra cosa que podía hacer.
Por primera vez, todo era tan diferente.
Sus ojos con los suyos, su cuerpo, cada alrededor de él lo tenía atentamente ocupado, preguntándose qué le gustaba más, sin llegar a tener una respuesta.
La piel de JiSung era suave como su corazón, era tan hermosa y pálida que daban ganas de guardarla y evitar que algo malo le pase.
Sus manos seguían juntas, reprimiendo el dolor que alguna vez tenía que llegar.
Aún no tenía respuesta de cómo alguien tan puro le haya dado su primera vez; sólo sabía que podría cuidarlo más que a él mismo.
Darse besos era una experiencia exquisita y llena sentimientos mezclados que al final dejaban un sabor dulce.
Un sabor imposible de igualar.
Su mano recorrió de nuevo todo el torso temblante, su cintura, su favorita; procuró tener cautela, y estaba sobrando.
La lentitud y delicadeza con la que trataba a JiSung era única, jamás la había tenido; pero eso le ocasionaba aquel pequeño.
Cuando ese cuerpo comenzaba a estremecerse, podía sentir su mente y corazón en el cielo, que tal vez eran esos ojos.
Su pecho temblaba, sus manos y el resto de sus alrededores sudaban. Jamás había estado tan hermosamente nervioso.
Con su fuerte mano, secó el sudor de la frente contraria, acomodó su cabello y por último depositó un beso allí.
Siguió por sus mejillas.
Su mentón.
Y conectaron miradas.
Tal vez sus ojos eran más valientes que su boca, y expresaban todo lo que estaba metido en algún rincón de su ser. Evidentemente era un cobarde.
Sus brazos se encargaron de abrazarlo, parecer ser que habían sido hechos totalmente para eso; para esa cintura, para esos hombros.
Nunca se había sentido... ¿Qué sentía?
En definitiva todos y cada uno de ellos lo llevaban a un sólo lugar.
Y ese lugar era acostado, con JiSung entre sus brazos.
Con el amor de su vida junto a él.
No podía.
MinHo caminaban a eso de las cinco y media de la mañana, en aquel camino junto al mar que estaba lleno de momentos inolvidables.
Estaba totalmente consciente de todo lo que había pasado.
Consciente de la persona que era y la veía en el espejo ahora.
Consciente de todo lo que hizo.
Frenó en una banca y tomó asiento.
No sabía qué le pasaba, hasta existir se sentía raro, porque ni siquiera sabía qué responder si le preguntaban cómo estaba.
Su mente comenzaba a recopilar todas y cada una de las veces que JiSung sonreía, que lo miraba, que lo abrazaba, besaba; simplemente las veces que era la razón de su sonrisa, por más mínima.
Era desesperante las veces que el pequeño agradecía por todo, y no se imaginaba lo que sostenía.
Porque MinHo no sería lo mismo, claro que no.
JiSung lo era todo.
—Todo —murmuró para él mismo, mientras que su inconsciente no tuvo otra opción que emanar lágrimas.
En sus mejillas se creaban caminos cristalinos.
Gotas llenas de sinceridad, y con sólo la intención de expulsar, de alguna forma, todo lo que llevaba contenido semanas.
¿Por qué no se dió cuenta antes?
Al fin todas las cosas que salían de la boca de Jae concordaban; entendía su enojo, fue un completo ciego de mierda.
¿Y por qué lloraba?
¿De felicidad?
¿Qué era?
Dejar a JiSung durmiendo no le agradaba del todo, pues tal vez esté cansado, pero lo conocía.
Aún así no quería volver tan pronto, porque si lo hacía, era para dar la gran pregunta.
Y no tenía ni puta idea de cómo hacerlo.
Entonces partía la idea de que en serio, ¿Cómo JiSung pudo enamorarse de alguien como él?
Su llanto incrementaba de a poco, sin darse cuenta; lo que sí notaba era lo torpe que había sido, las palabras que había dicho, todo.
—¿Y a dónde iremos? —preguntó el castaño correspondiendo los besos entre sonrisas.
—A un hotel, no creo que pueda resistir más —rió el joven rubio.
Aún así, debió acomodarse los anteojos, si es que estaba viendo bien.
—Brian... Espera.
Corrió, sí, Jae Park corrió por alguien.
Apretó los hombros de MinHo, quien no tardó en voltear y dejar su frente en el hombro de su primo.
Jae no era ese tipo de persona que cuando veía llorar a alguien, imaginaba una escena tétrica.
Primero que nada, conocía a MinHo, y sobretodo la situación.
¿Para qué involucrar teorías de psicología? Sólo tenía que escuchar sollozos y saber que esas lágrimas eran de amor.
—Lo descubriste —dijo delicadamente, con una sonrisa en su rostro. —Y estoy orgulloso de ti.
Aquello generó más llanto, claro, pero aunque sea estaba seguro que era para bien.
Brian se acercó a ellos, y dejó algunas palmadas en el hombro de MinHo.
Una vez se separaron, el semi-rubio secó sus ojos, y en medio de un profundo suspiro, dió una sonrisa a medias.
—Bueno, amor, aplausos —los dos mayores aplaudieron. —Bien, MinHo, bien.
Asintió. —Gracias. Yo... Lo siento por haberte explotado la cabeza.
—Cariño, tengo que soportar los problemas de personas que ni siquiera conozco.
—Lo sé, pero yo fui todo un caso —rascó su nuca.
—Sí, es verdad. Pero lo bueno es que ya notaste que estás enamorado, ¿No?
—Falta decirle —suspiró. —¿Tengo que ser directo?
—¿Quieres que te diga cómo?
—Yo lo haré —interrumpió Brian. —Tuve que lidiar con algo difícil.
—Definitivamente quiero escuchar su historia de amor —asintió MinHo.
—No pongas esa cara, amor —el castaño abrazó a su novio. —Le diré cómo fue todo.
—Adelante —cruzó sus brazos.
—Bien, MinHo, tú sabes del temperamento de este hermoso bebé; y el hecho de que haya tenido quince años no modificó nada —el menor rió. —Pues, llevábamos tiempo saliendo, y yo ya estaba seguro de que bueno... Ese desquiciado chico rubio, de anteojos, el de los consejos, el que escribía canciones en las tapas de los libros, y adoraba el sarcasmo era el indicado para mí.
Jae ocultó su rostro en el hombro de su pareja.
—En fin, WonPil me dijo que no lo hiciera, pero sólo fui, tomé sus pómulos, lo besé y le dije todo lo que sentía. No es necesario nada en grande, o cenas costosas; lo único que importa, es que quede claro tu amor, ¿Sí?
—Wow... Sí, gracias —asintió. —Lo haré.
—Bien, nuestro trabajo terminó —el rubio se levantó. —Vamos, necesito procesar esas palabras en privado.
—¿Ahora se le dice procesar? —rió. —En serio, gracias por todo esto.
—No hay de qué —sonrió Brian. —Dinos cómo termina.
—Lo haré; disfruten.
Entonces... Ahora tenía que encontrar una buena manera de dejar en claro su amor.
lo logré amistades, no saben cómo me costó y era re facilito JAJDKSK 😩
en fin, los extrañé mucho y ahora me toca decirles que estamos a casi nada del final JAKDKA
espero poder actualizar más seguido, ya que esto de estar en último año de secundaria me está consumiendo. dios, ya no quiero ser tu mejor guerrera 😭
espero se estén cuidando, nos leemosss <333
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