JiSung se despertó tras una hermosa noche.

Nada era mejor que correr por las calles, cantando en la madrugada, hasta no poder más.

Con MinHo obvio, él le daba ese toque tan único.

Desayunar con sus padres, luego que el hombre de la casa vaya al trabajo, lo hacía sentir de nuevo en sus épocas de secundaria.

—Bebé, estamos tú y yo —habló su madre. —¿Ya me contarás sobre el chico?

—Está bien —bebió un poco de café. —Su nombre es MinHo, en mi compañero de cuarto.

—Uh, interesante.

Relatar la parte de la fiesta fue algo vergonzoso, así como decir que lo golpeó y que disfrutó verlo sin camiseta, ¿qué? Su madre siempre insistía en saber todo.

Al hablar de besos, se tensó, su corazón ya latía y MinHo ni siquiera estaba con él.

¿Mas evidente de que si le gustaba?

La mujer terminó soltando gritos con los detalles de la última cita, y por culpa de su prima que le enseña todo, ahora los “shipea”.

Ah, su prima Rosé, ¿será que vendrá a visitarlo? Tal vez sí, tal vez no.

Jugó un par de videojuegos en su consola, para así esperar a que sus amigos pasen por él.

Le agradaba tanto la idea de que básicamente todos los días, vendrían a buscarlo, y así ir por SeungMin y HyunJin a su academia de baile, como siempre hacían en anteriores años.

Irían a jugar al pool, o a los bolos, o a algún parque donde hacían días de campo y la pasaban de lujo.

Sintió su teléfono vibrar en la mesa, y entonces lo tomó.

Mensaje de Min-ah❤️:

Buenos días, Sunggie. ¿Haz dormido bien? ¿Y MinSunggie?

Espero que salgamos pronto, cuídate <3

¿Quién le dió el permiso de ser tan hermoso?

Porque definitivamente él no.

Caminar bajo el sol, junto a sus mejores amigos no tenía precio.

—¡Dios! Hace demasiado calor —se quejó ChangBin arrastrando su paso.

—Usa de motivación que vamos por tu novio... ¿Es tu novio cierto? —habló Jake.

—No aún. Necesito preguntárselo de una buena forma.

—Nicisiti priginitirsili di ini bini firmi, eres un perdedor.

—Ok, se me calman —rió Felix. —Ya casi llegamos.

Siguieron algunas cuadras, y entonces JeongIn y ChangBin compitieron en ver quién llegaba primero.

—¡Cuidado en las escaleras! —gritaba Chan.

—No te harán el mínimo de caso, cariño —le sonrió su pareja, y junto al resto subieron como personas normales.

Al llegar al salón, los jóvenes ya habían finalizado. Algunos estaban en la banca, otros sentados en el suelo, otros haciendo un poco de estilo libre, y luego estaba HyunJin con JeongIn colgando de su cuello, y SeungMin con ChangBin en su espalda.

¿Dulce, no?

—¿Por qué hacen como si no los ven hace siglos? —preguntó Jake.

—¿Cómo no quieres que lo extrañe? —JeongIn devolvió la pregunta.

—Sunggie, Sunggie —SeungMin se acercó. —Quiero mostrarte algo.

Los dos caminaron por la academia hasta otros salones.

Por lo general, siempre habían diversos grupos, ya sea por edad, rango, o número.

SeungMin lo miró sonriendo, JiSung seguía sin entender.

—¿Qué sucede, Seung?

Ambos se asomaron a una ventana.

De no ser porque su mayor lo sujetaba, y por estar encima de un banco, a habría caído.

¿Podemos repasar las cualidades de MinHo?

•Lindo rostro ✓
•Buen cuerpo ✓
•Labios irresistibles ✓
•Ingenioso besador ✓
•Tierno y sexy a la vez ✓

Y ahora tendría que agregar que movía muy bien su cintura, su cuerpo en sí.

Digamos que era el estereotipo perfecto, pero jamás se imaginó que pudiese bailar tan bien.

En su grupo distinguía a YugYeom, un pelirrojo, uno alto de gorra y a otro que estaba de espaldas.

El pelirrojo le seguía en el estilo libre, pero su vista estaba en él.

—No sabía que bailaba, ¿tú sí?

—... No, para nada.

Sonrió. —Mira, ya conoces a YugYeom, el de gorra se llama SeHun, el que está bailando con él es Daniel, un buen chico, faltaría Eric y por allá está DaeHwi, va a nuestra universidad.

¿Era una maldita broma, cierto?

No podía volver a escuchar ese nombre.

Y le daba lástima, porque nunca escuchó nada malo del joven, ni había hecho nada; pero no podía evitar irse por la nube de pensamientos.

Porque si MinHo abrazaba a alguien, antes era por coqueteo, lo cual no duraba un día; ahora, sólo a él.

Pero se ve que a DaeHwi también.

—¿Qué hacen ustedes aquí? —escucharon la voz de Chan.

—Ah, ¿le mostraste, Seung? —preguntó HyunJin.

—Sí, lo ví —respondió algo desanimado, JiSung.

—¿Qué tienes? —el joven de cabellos medianamente naranjas se acercó para tenerlo en sus brazos.

—Está el tal DaeHwi otra vez, no entiendo.

—Aww, está celoso —rió JeongIn.

—No es gracioso.

—Ok, ok, ya —lo abrazó más. —Tranquilo, es normal que le tengas algo de enojo. ¿Quieres ir por un batido?

—Si tu invitas.

—ChangBin paga —habló Jake. Todos estuvieron de acuerdo y se fueron.

El joven quedó parado algo serio, y SeungMin volvió por él tomando su mano, y siguieron al resto.

—Te apuesto...

—¡A HyunJin!

—Ni muerto. Te apuesto un helado a que gano en esta —JeongIn y Jake estaban negociando.

—¿Un helado? ¿Tengo cinco años? Paso, no quiero —tomó asiento junto a los demás.

—Entonces... Un helado, más un golpe a ChangBin.

—Te ganaré —se levantó.

—¡Hey! ¿Acaso me vendiste por un puto helado, JeongIn? —bufó ChangBin. —Los odio a todos, muéranse. Excepto SeungMin.

—Nadie le va a pegar a Baby Binnie —dijo HyunJin haciendo que el joven pelinegro se enoje aún más.

—Dile a tu novio que aunque sea gane.

—Tienes razón. ¡JeongIn si no ganas no tendrás sex-

—Entendió, no tienes que gritarlo —Felix tapó su boca.

Ordenaron alguna cosa para cenar ya, luego de todo un día juntos.

Si fuese por JiSung, se hubiese quedado a ver a MinHo, pero no podía con el chico ese, DaeHwi, allí.

Se odiaba a sí mismo, no era bueno tener cierto desprecio a alguien que no hizo nada; pero, ¿cómo evitarlo?

No veía que SeungMin esté celoso de por ejemplo, MinHo valga la redundancia, o que ChangBin odie internamente a Eric.

Porque ambos no eran novios formalmente aún; pero suponía que era diferente, se gustaban, se adoraban, y sólo un poco de vergüenza les impedía avanzar; y eso era adorable.

Luego de una noche de risas, golpes a ChangBin y tiempo de hermanos; todos lo dejaron en la puerta de su casa.

Ahora no hacía más que mirar al techo, pensando.

¿Le gustaba o no?

¿Era lo idea o no?

¿Estaba bien tener celos?

Tantas dudas y pocas respuestas, hasta que de repente saltó ante un trueno.

Definitivamente no le prestó atención cuando a cuando HyunJin dijo “Salgamos pitando que esta camiseta no la mojo ni en sueños”.

Rápidamente se le vino la imagen de cuando MinHo tenía una foto suya durmiendo con Mr. Cuack.

Lo buscó entre sus bolsos, y junto a MinSunggie, se acostó de nuevo.

El ringtone de su teléfono comenzó a sonar, y casi se le va el aire cuando vió Llamada entrante de Min-ah❤️

—¿Hyung?

—¡Sung, Sunggie! ¿Estás en casa?

—¿Tu estás en medio de la tormenta?

—¡Sí! ¿Puedo ir o no?

—¡Ven, te vas a enfermar! —cortó la llamada y salió corriendo.

Tomó una toalla y una manta, se deslizó por la baranda de las escaleras, como pudo abrió la puerta y esperó.

Al verlo en medio de toda esa agua, resbalar, no tuvo otro pensamiento más que salir corriendo hacia él.

Lo ayudó a levantarse, y juntos caminaron hasta la entrada, totalmente mojados.

Sin importarle su condición, envolvió con la toalla a MinHo, y luego con la manta.

El joven temblaba, se ve que había estado afuera por lo menos quince minutos o más.

Subió por otra, y bajó secando su cabello, a tomar asiento junto a él.

—¿Estás bien, hyung? Tu rodilla...

—Es sólo una herida, no te preocupes. No debiste buscarme.

—¿Es broma? —lo ayudó a quitarse la mayor ropa mojada posible. —No iba a dejar que te levantes solo.

—Como sea. Gracias, Sunggie.

—No hay de qué. Mis padres seguramente se queden en su trabajo hasta que esto se calme. ¿Quieres tomar una ducha?

—No tienes que-

—Cállate. Vamos.

Mientras MinHo ocupaba la ducha, él estaba con su pijama a cuadros, en su cama.

Ya había preparado otra para él, pues seguro dormiría allí.

Lo único que tenía que pudiera irle a MinHo, eran unos shorts que le iban algo grandes, y así es como salió.

Sólo con el short.

Ignoró aquel hecho, y sólo prestó atención a que camine bien por su rodilla. No se esperó que se acueste junto a él, pero tampoco era nada nuevo.

—¿Estás mejor, hyung?

—Sí, algo —suspiró. —¿Tú?

—No fui yo el que se cayó —bufó. —Pero sí, estoy bien, gracias.

En el silencio que se había formado, MinHo pasó su brazo por detrás de los hombros de JiSung y lo atrajo.

Con su otro brazo tomó su cintura y cerró sus ojos.

JiSung no sabía dónde mierda colocar su mano, es decir, no tenía la camiseta, le daba un... No sabía qué era.

Pero tratando de ocultar su rubor, su palma reposó en el pecho de su mayor; ¿por qué se sentía tan bien?

Tal vez porque cuidaba su piel, porque amaba tocarlo, o los dos.

Era evidente, era obvio. Y ya lo había admitido, sólo faltaba una charla profunda con Chan.

MinHo daba vuelta su corazón por completo.

* resucita entre los muertos *

YA SOY LIBRE, AAA
tanto tiempo, ojalá se estén cuidandooo, ah
muchas gracias por el apoyo<3