A pesar de que el contacto era poco, pero único, MinHo sabía que en estos días, seguro JiSung podría caminar.

La última vez que se vieron fue esa vez en la tina; luego nunca más.

Es decir, pudieron cruzar pequeñas miradas, pero era imposible interactuar con Chan allí.

Aún no se le ocurría que hacer, y Jae lo dejó plantado por HyunJin. Y ni hablar de que su novio YoungHyun estaba en la ciudad, y seguro no vendría en la semana.

Últimamente estaba confundido, desde esa vez tocando y mojando su cabello sentía que era el lugar donde su corazón estaba cómodo.

Pero... Ahg, era complicado, muy.

Por otro lado, Chan no era el único bache, pues cuando se miraban, JiSung sólo sacaba su vista pronto, sin siquiera su mayor lo note.

Seguía molesto, claro.

¿Qué tenía que hacer? ¿Comprar flores, peluches y decir lo siento?

Jae, se te necesita urgente.

De igual forma trató que su cabeza se centre en la última clase del día, aunque nadie lo esté haciendo, pues era viernes.

Wow, cuánto tiempo ya había pasado.

¿Cómo se volvió común esto?

El timbre finalmente dio por hecho, y todos salieron despedidos.

Se ve que había una fiesta.

Y bueno, le había perdido el rastro a todos esos; los mensajes de sus antiguos ligues seguían llegando, y él simple y amablemente les decía que jamás estuvo interesado.

A veces lo criticaban por haberse vuelto una persona normal, qué hipocresía.

Salió de la clase con sus cosas, y el atardecer comenzaba a pegar.

Saludo a un par de conocidos, DaeHwi y Daniel, y sólo caminó hasta su edificio.

Su vida había decaído mucho.

Entró a la ya acostumbrada habitación solitaria, y marcó a Jae.

—Idiota, ¿dónde estás?

—Mis piernas no son de corredor bobo, ya llego.

Rió al cortar; su primo era único.

Decidió por cambiarse el uniforme, y prepararlo para llevar a la lavandería.

La mayoría de veces su ropa estaba tirada por cualquier lugar, pero tenía que ser ordenado porque sino JiSung se enojaba.

Dios, qué tiempos.

Llevó un pepero a su boca, y la puerta ya había soñado.

—Llegaste tarde.

—Muévete —lo empujó. —Estoy cansado como para que me retes.

—Es que me cambiaste.

—No te cambié, sólo hice lo que me pediste.

—Ajá, sí.

—¿Con quién tienes problemas ahora? —se acostó.

—Con el mismo de siempre. No sé qué hacer con Chan, en serio.

—Cómprale algo de pollo frito.

—¿Qué?

—¿A quién no le alegraría eso? Incluye una caja de cervezas, whoa, el regalo perfecto.

—Pero-

—Y si quieres, algo de lubricante y estará satisfecho.

—Eres tan... Pero es un buen plan.

—Ja, ¿lo ves? Si quieres te acompaño a comprar, no hay problema. De paso cenamos.

—Tú pagas la cena.

—Ya, ok.

—¿Es en serio?

Jae observaba como MinHo estaba sentado hecho bolita, en la escalera del edificio de Chan y Felix.

Había escuchado cosas del joven australiano, pero, ¿tanto miedo daba?

—Estás temblando por darle pollo y cerveza a alguien, y sólo decir lo siento. ¿Qué tienes? Levántate.

—Me van a hacer algo, me van a hacer algo.

—¡Les darás pollo, bruto! Te van a abrazar y decirte “cógete a JiSung todo lo que quieras” —imitó una voz aguda. —Mientras se acaban el lubricante.

—¿Qué? ¿En serio pusiste eso? ¿Dónde?

—Lo oculté para que no lo quites, vamos —comenzaron a subir la escalera.

El brazo de Jae apretaba el bíceps de MinHo, para que dejase de temblar.

Mientras el otro quería caminar lento, él lo empujaba.

Casi grita cuando llegaron a la puerta, pero el rubio impidió que se fuera.

—Lo último que haré es hablar por ti —tocó el timbre y salió básica volando a esconderse tras las escaleras.

El semi-rubio lo miró asustado, y entonces hizo señas de “todo estará bien”.

La puerta de abrió, y sus piernas ya ni le respondían.

Pero para su suerte era el angelito de Felix; se sorprendió al verlo, igual le dedicó una sonrisa.

—Lix —hizo una reverencia. —¿Por las dudas... Se encuentra Chan?

—Oh, ya veo... Seguro, ¡Christopher! —exclamó sabiendo cómo reaccionaría el joven.

—Me pones nervioso cada vez que...

Sí, ambos permanecieron callados, y ante la mirada de su novio, Felix decidió desaparecer.

—Hyung... Hola.

—¿Qué necesitas?

—Nada, nada —negó. —Quería —miraba de reojo a Jae. —Disculparme.

—... ¿Conmigo?

—Es confuso, pero sí. Supongo que un lo siento, o cosas así no es lo que arreglará las cosas entre JiSung y yo, es por eso que me estoy tomando mi tiempo, y sólo iré con la verdad. Siento que ambos comenzamos pésimo, y lo que menos quiero es quedar en malos términos —le acercó la bolsa. —Por favor.

—¿Esto es...?

—¡Estoy oliendo pollo! —exclamó por alguna parte de la habitación, Felix.

—¡Cállate! MinHo, no era necesario que gastes-

—Si lo era, aunque sea para mí. Puedo arrodillarme si quieres y decirte que en ningún momento pensé en lastimar a JiSung, y ustedes dos tienen un lazo muy fuerte.

—Eso es cierto... Wow, yo, no sé qué decir, pensé que era un patán.

—Lo fuí —Jae ladeó su cabeza y contuvo su risa. —Y estoy trabajando en ello.

—Pues... Sigo pensando que no deberías gastar, pero aún así gracias.

—¿Entonces ya no me odias?

—Nunca te odié —su sonrisa le dió calma. —Y ahora que esto, bueno, ya estamos bien... ¿Te importaría llevar a Sung al doctor mañana?

Jae le hacía exageradas señas de que acepte. —Claro que sí.

—Oh, gracias por sacarme de este apuro. Es que SeungMin es bueno, pero... ChangBin es la respuesta; pasa por él a las siete de la tarde más o menos.

—Lo haré. Disfruten, adiós.

—Cuídate, MinHo —cerró la puerta y caminó hasta la cocina. —Apaga eso, amor, ¡Tenemos pollo!

—¡Pollo! —por poco derrama la sopa.

—¡Hey, cuidado!

Desde que la vida de los mejores roommates se acabó, JiSung pasaba la mayoría de noches solo.

Sí, SeungMin estaba con él exactamente todo el día, obvio que en algún momento tenía que verse con ChangBin.

Y Dios, cómo le encantaría decir “Hoy no puedo, Tzuyu, saldré con MinHo”

“Lo siento Chan hyung, quedé con Jinnie”.

Hasta le había dicho sobrenombres tiernos.

Estaba cayendo de nuevo, pero también ¿cómo no hacerlo? Si prácticamente lo bañó y lo único que tapaba su miembro de su vista, era agua con jabón.

Joder.

Lo conocía, lo conocía muy bien.

Sabía que entre ambos había una química y atracción inigualables, que MinHo también sentía pero por alguna razón fue idiota.

¿Por qué no podían superarse de una vez?

Ver otros chicos, salir.

Tampoco quería que MinHo piense que no le importaba, porque ante cualquier cosa que hacía, era él quien se apoderaba de su mente.

¿Necesitaba seguir demostrando debilidad? Porque aunque no esté enamorado, estar con MinHo era... Inexplicable.

Extrañaba mucho esos labios tan carnosos y suaves, que sabían besar muy bien.

Tantas cosas podían estar en su cabeza cuando los audífonos emanaban musicas de ese tipo.

Hasta que le llegó un mensaje:

Chan hyung 😎:

Ya lo solucionamos Sunggie; MinHo te llevará al doctor mañana, espéralo, ya sabe qué hacer.

ayy, cada vez más cerca del final, naoo 😭

y una joyita de shawn mendes; why. quería poner el sub español, pero ninguna pegó, procedo a llorar T-T