Jungkook estaba viendo de reojo a Jimin que estaba sacando un estuche de CD's de la guantera. No le dio importancia, sabía que el omega era muy curioso.

—¿Qué significa 《Mix K》? —preguntó Jimin sonriendo, mientras sostenía un disco en alto, tenía pintado un montón de corazones con algún rotulador rojo.

El alfa abrió los ojos y apretó los labios. La expresión de Jungkook se había ensombrecido y soltando feromonas agrias.

—Dámelo —dijo con una tranquilidad inquietante.

Jimin tragó saliva y obedeció ante la petición. En un abrir y cerrar de ojos, el disco estaba partido por la mitad. El omega lo miró sorprendido, clavando la vista en el parabrisas al ver que Jungkook había soltado ambas manos del volante. 

《Seguro es el regalo de una ex novia. Alfa herido》

Jeon volvió a tomar el volante como si nada hubiera pasado.

—Bueno… ahora que has sacado toda tu rabia, podríamos poner este —propuso el omega enseñando uno de sus álbumes preferidos de Thirty Seconds To Mars.

Jungkook tomó el disco sin fijarse cuál había puesto. Cuando comenzaron a sonar los primeros compases, Jimin notó de nuevo la mirada del alfa.

—Lo de Taylor Swift te encaja a la perfección, pero la verdad es que nunca habría dicho que te gustaban estos.

El pelirosa correspondió a una de las miradas intensas que había lanzado. Volviendo medianamente a la vista desde la ventana, no quería perderse de nada. Fue un día espléndido, con montañas, todo era espectacular.

—Alguien como tú debería saber mejor que nadie que hay que evitar los prejuicios…

—¿Qué quieres decir?

—Estoy seguro de que la gente a menudo se lleva una impresión de ti —comenzó diciendo Jimin—, que muy poco tiene que ver con cómo eres en realidad, por esa tendencia generalizada a sacar conclusiones precipitadas.

—Y tú te incluyes entre esa gente, ¿no? —preguntó Jungkook. Jimin lo miró de vuelta.

Desde su posición, veía al alfa con el brazo apoyado en la ventanilla abierta y la mirada al frente. Tenía puesto una gorra de pescador negra, le quedaba bien.

—¿Mmm? —no supo qué responder.

—Nada más ver mis tatuajes, me colgaste la etiqueta de chico malo —le respondió.

—Claro que no. Eso no lo dije por tus tatuajes —de hecho me gustan—, sino por lo que transmites.

—¿Y se puede saber qué transmito?

—Oh, vamos, Jungkook —respondió arqueando una ceja, sonriendo levemente.

—No, en serio. ¿Qué quieres decir? —insistió.

Jimin soltó un suspiro. Buscando en cómo decir lo que pensaba sobre él.

—No suelo elogiar a quién no lo necesita.

El alfa soltó una sonora carcajada que acabó disolviendo en la música.

A partir de allí, todo el camino fue en silencio, pero en uno cómodo. El paisaje de la ruta era simplemente hermoso y lo estaba disfrutando.

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