29. Taehyun
Maraton 2/3:
Los días pasaron y caí en la desesperación. En el momento en que vi a Beomgyu acostado en la cama, con las llamas bailando tan cerca de su cuerpo, fue cuando supe con certeza que lo amaba.
Deseé haber sido lo suficientemente valiente para decirle acerca de esa noche que había profesado su amor por mí. Pero, ¿qué había cambiado entre nosotros? Sí, lo amaba también con todo mi corazón, pero yo no sería quien lo retuviera.
Me odié por no confrontarlo en el segundo en el que tuve la oportunidad. Me odié incluso más por buscar una vacante de trabajo en Tokyo en mi descanso para comer. Sabía que las cosas entre nosotros habían terminado, pero eso no detuvo a mi cerebro de fantasear sobre cómo sería volver a empezar, o mudarnos a un nuevo país, para explorar las cosas de verdad con él.
Por otro lado, mi vida había vuelto a la normalidad. Trabajé, comí, dormí, y fui al gimnasio, pero noche tras noche, solo en mi casa, lloré hasta dormirme. Mientras que todavía tenía una relación algo tensa con mi mejor amigo, me sentí seguro de que después de un tiempo nuestra amistad se recobraría.
Era la noche del viernes, y Soobin estaba listo para una bebida y un maratón de nuestro programa favorito del momento, Era una oportunidad de escapar de la realidad por una noche.
Coloqué un cóctel de arándanos y vodka enfrente de él en la mesa de centro, y luego me senté a su lado con mi propia versión más rígida.
—Salud.
Soobin levantó la copa a sus labios.—Rico. Gracias.
Apuntó el control remoto a la televisión, le dió REPRODUCIR al capitulo, nuestro tercer episodio de la noche y probablemente no nuestro último.
—Quiero decirte algo, pero no quiero que lo tomes a mal....—Hizo una pausa para acomodar su cabello mientras intentaba averiguar qué pasaba en su mente.
Bajé mi cóctel enfrente de mí.—Solo dilo, hyung.
Soobin colocó una mano en mi hombro y me dio una ligera sonrisa.—No mires atrás, Tae
Era su manera de decirme que necesitaba aceptar esto y seguir adelante. Supongo que él lo sabía, o al menos sospechaba, que había sentimientos más profundos entre Beomgyu y yo de los que le estaba dejando saber. Y la cosa era, tanto como dolió, tenía razón. Necesitaba aceptar la forma en como las cosas habían pasado. No dije nada, no estaba seguro si lo esperaba, pero le regresé la sonrisa.
—¿Cuándo se muda?—le pregunté después de unos pocos minutos de silencio entre nosotros. No estaba seguro si él estaba viendo el programa o meramente viendo un punto en blanco en el espacio como yo.
—Se va mañana—dijo, apretando el limón en la orilla de su bebida y lamiendo sus dedos. Levantó su copa hacia la mía nuevamente—. A lo más grande y lo mejor.
Mis ojos deberían haber estado en la pantalla, pero no vi nada. Mi ser entero estaba enfocado en el hecho de que el chico que robó mi corazón se lo estaba llevando con él cuando se mudase mañana a otro país. Y no había una maldita cosa que pudiera hacer el respecto.
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