Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

12. Taehyun


Beomgyu no mintió cuando dijo que no lo vería mucho esta semana.

Era jueves y nuestros caminos solo se habían cruzado dos veces mientras él iba y venía. Trabajó toda la noche en el hospital y luego durmió todo el día. De vez en cuando nos dejábamos notas de Post-it alrededor de la casa, pequeñas cosas tontas como las estrictas órdenes que le daba para mantenerse alejado de mis sobras de comida china, o la que me había dejado haciéndome saber que no teníamos leche de almendras, pero él traería más.

El estar ocupado y no ver a Beomgyu, me dio tiempo para ahogar mi decisión de acostarme con él. Mi estómago se encontró atado en nudos durante toda la semana cuando pensaba que hacer. Claramente, nuestro intento fallido de sexo fue una señal del universo. Dormir con el hermanito de mi mejor amigo era una idea terrible, después de todo. Mi lujuria me había nublado el juicio. Solo necesitaba echar un polvo, y tenía un plan para encargarme de eso. Una que no arruinaría mi amistad más antigua, ni convertiría las cosas extrañas con mi nuevo compañero de piso.

Estaba oscuro afuera, y el pelinegro se había ido por la noche. Mientras me sentaba con una copa de vino en una mano y mi teléfono en la otra, me desplacé a través de las fotos de chicos con los que la aplicación de citas me había emparejado.

Soobin me había cansado; así que, finalmente me registré. Había sido fiel a su palabra echando a su ex novio y todas sus cosas fuera de su apartamento, así que permitirle esta pequeña victoria era lo correcto.
Pasar toda esta semana a solas, sintiéndome solitario y arrepentido, solo me había empujado más duro en esa dirección.

Tomando otro sorbo de vino, hice clic en el icono de sobre en la esquina superior derecha de la pantalla. Tenía dos mensajes no leídos: el primero era un mensaje automático que me daba la bienvenida al sitio, pero el otro era de alguien llamado Huening Kai. Su mensaje fue breve y juguetón.

Kai: Luces como un problema. ;)

Sonreí e hice clic sobre su foto para agrandarla. El chico de cabello rubio platinado y ojos castaños de la foto parecía muy bien, supongo. Beomgyu estaba mucho más caliente con su desordenado cabello oscuro, enormes bíceps y sonrisa magnética. Pero no está aquí ahora, y se encuentra fuera de los límites de todos modos. Hice clic en Responder y escribí un mensaje de vuelta.

Después de otra copa de vino y varios mensajes de ida y vuelta, en realidad estaba pasando un buen rato hablando con Kai.
Vivía en una ciudad cercana y trabajaba como analista financiero. Además, sus mensajes me hicieron reír. Luego, me invitó a cenar mañana por la noche, y aunque no tenía nada para hacer, dudé.

Una parte de mí se sentía extraña saliendo con alguien más cuando el miembro de mi compañero de piso había estado tan cerca de penetrarme hace tan solo unos pocos días. Le dije a Kai que lo pensaría y se lo haría saber mañana. Después, fui a cargar la batería de mi móvil a la cocina.

No esperaba que me invitaran a salir en una cita tan rápido. Soobin tenía razón sobre una cosa, ese sitio funcionaba rápido. Pero en serio, ¿qué se suponía que debía hacer cuando un chico de aspecto caliente que parecía agradable y normal sugirió ir a cenar? ¿Decir: no, gracias? ¿Tengo que dejar de salir con otros por mi nuevo compañero de cuarto? Eso sería una locura.
Dudaba que Beomgyu hubiese rechazado a alguien simplemente porque existía la posibilidad de reprogramar nuestra sesión fallida de sexo.

Después de llenar un vaso con agua, me puse de pie en el fregadero, tomando pequeños sorbos. No era como si Beomgyu siquiera supiera sobre mi cita. Estaba trabajando por las noches, y probablemente me iría y regresaría antes de que supiera algo. No es que tuviera que esconder a mi cita de él; estaba perfectamente en mi derecho de salir con alguien. ¿O no?

Dejé el resto del vaso en el fregadero, luego agarré mi teléfono y le respondí a Kai, haciéndole saber que saldríamos mañana en la noche. Tener eso resuelto debería haberse sentido bien, pero en cambio solo me hizo sentir más confundido.

Mientras me preparaba para irme a la cama, esperaba que este fin de semana me aclarase qué hacer con Beomgyu.

Tenía una fascinación malsana con él, y no vi que eso terminará en cualquier momento con nosotros viviendo bajo el mismo techo.

(...)

  Mi cita fue un desastre.

Está bien, eso no fue del todo justo. La cena fue buena y la conversación también, pero no teníamos nada de química. Fue como hablar con mi primo o con un compañero de trabajo. No hubo chispa ni electricidad entre nosotros. Al menos no, como pasaba con Beomgyu.

Saqué la servilleta de mi regazo, me limpié la boca una vez más y la puse sobre la mesa a mi lado.

—¿Terminaste?—Kai preguntó.

Asentí y le indiqué al mesero que trajera la cuenta. Había revisado discretamente mi teléfono debajo de la mesa. Mientras más vino bebí en la cena, mejor fue la idea de intentar llegar a casa a tiempo para ver a Beomgyu.

Y si nos fuéramos ahora, tendría veintitrés minutos antes de que se fuera a su turno nocturno en el hospital.

Kai atrapó la cuenta tan pronto como el mesero la dejó.—Yo me encargo. Gracias por acompañarme a cenar.

—¿Estás seguro? No me importa dividirla—le ofrecí.

Él asintió.—Fue un placer.

Le sonreí. Realmente era un buen tipo.

Mientras saldaba la cuenta, utilicé el baño, comprobando mi apariencia en el espejo. Revisando no tener comida en los dientes, me encontré con Kai en la parte delantera del restaurante.

Él me llevó a casa, hablándome una vez más sobre su trabajo como analista financiero.

Reprimí un bostezo. Seguramente dos personas podrían encontrar más de qué hablar que de hojas de cálculo e inversiones. Pero no me importó lo suficiente como para intentarlo, así que asentí con la cabeza.

—Gracias por esta noche—le dije cuando se detuvo en la acera frente a mi casa.

—Te acompañaré hasta tu puerta—sugirió.

Asentí con la cabeza, lo seguí por las escaleras hasta mi pequeño porche, y puse una sonrisa educada en mis labios mientras él terminaba su historia sobre las declaraciones de ganancias del último trimestre.

¡Vamos! El auto de Beomgyu seguía estacionado al frente, lo que significaba que estaba adentro.

Pero entonces, Kai se inclinó, su aliento mentolado se abanicó sobre mi mejilla, e hice lo único que se me ocurrió.

Levanté mi rodilla rápidamente, encajándola entre sus piernas.

—¡Uff!—Cuando se dobló por el dolor, su frente se estrelló contra mi nariz.

—Auch.—Me ardia la nariz donde me había golpeado.

—¡¿Por qué diablos hiciste eso?!

No tenía ninguna respuesta. Cuando pellizqué el puente de mi nariz, mi mano se volvió roja. Mierda. Mi nariz sangraba y Kai todavía estaba doblado por la mitad, agarrándose la entrepierna.

—Lo... lo siento tanto—tartamudeé.

La puerta se abrió y la mirada de Beomgyu se posó sobre mí, luego sobre el rubio a mi lado, y de nuevo hacia mí. Específicamente, en la sangre corriendo por mi nariz. Sus ojos se volvieron asesinos mientras lo miraba.

—¡¿Qué diablos le hiciste?!—gruñó, acercándose más a Kai, de manera intimidante.

Agarrando el firme bíceps de Beomgyu, di un paso entre ellos.
—Fue solo un malentendido. Él no me golpeó. Nos topamos con la cabeza.

Los ojos furiosos de Beomgyu sobre Kai no se apagaron. Me costaba culparlo por no creer en una situación increíble.
¿Quién diablos falla tan duro al besarse que termina con la nariz ensangrentada? Dios, yo era un gran desastre.

—Vamos, hyung. Entremos.—beomgyu me ofreció su mano y la tomé, dejándolo alejarme del chico en mi porche.

—Puedes tenerlo, amigo. ¡Buena puta suerte!—Kai espeto, bajando los escalones y volviendo a su auto.

Una vez adentro, Beomgyu encendió la luz en el vestíbulo, inclinando mi barbilla e inspeccionándome cuidadosamente.

—mierda—maldicio  en voz baja. Pude ver el tic en su mandíbula mientras mordía, su mirada todavía trazaba mi forma—. ¿Duele esto?—Presionó un punto sobre mi frente.

Negué con la cabeza, quitando su mano.—No realmente, estoy bien. Es solo un poco de sangre en la nariz.

—Ven, siéntate.—Tomando mi mano, me llevó a la sala de estar y se paró sobre mí mientras yo me sentaba en el sofá.

—¿No tienes que ir a trabajar?—pregunté.

Beomgyu estaba vestido con su uniforme, azul claro esta vez. Maldición, hacia que incluso unos pantalones con cordón se viesen sexys. La camisa de algodón tenía un ligero cuello en V, era un simple corte en realidad, pero la piel suave y bronceada y el hueco de su garganta visible lo era todo. Esa pequeña mirada, esa provocación de la piel desnuda, era un millón de veces más sexy que todo el insulso flirteo de Kai combinado. Quería lamerlo, chuparlo, olerlo...

Santa mierda, Taehyun, cálmate.

No me había sentido tan fuera de control desde que era un adolescente. Realmente necesitaba liarme, y no, no en la polla de Beomgyu.

Pero mis hormonas me mantuvieron como rehén. No pude evitar ver su trasero flexionarse mientras se retiraba al baño.

Segundos después, regresó con una caja de pañuelos, retiró varios y me los dio.

—Sí, pero primero necesito estar seguro de que estás bien. No me iré cuando podrías tener una conmoción cerebral.

Bufé, sosteniendo un fajo de pañuelos contra mi nariz.—No tengo ninguna conmoción cerebral. No fue nada. Solo torpeza combinada con vino y una pizca de autopreservación.

Se sentó a mi lado, acariciando mi mejilla suavemente.—¿Me estás diciendo la verdad? ¿Solo te golpeaste la cabeza? ¿Él no...?

Traté de asentir y negar con la cabeza al mismo tiempo.—Trató de besarme y entré en pánico.

—¿Por qué entraste en pánico?—Su mirada era dura y estaba fija en la mía.

Su atención se sintió increíble, los ásperos dedos, la preocupación en sus ojos. Quería quedarme en este momento para siempre. Mi corazón latía constantemente bajo su mirada preocupada. Si esto era lo que se sentía ser un paciente del Dr. Choi Beomgyu, mierda, anótame ahí.

Tragué saliva.—No quería besarlo. Solo salí en esa estúpida cita porque...

—¿Por qué?—Su postura estaba tensa, pero sus palabras eran suaves.

Porque él no eras tú. Porque estoy más pendiente de ti de lo que tengo derecho.

Tragué saliva de nuevo.—Porque nunca pudimos terminar lo que comenzamos.

—No pudimos follar, así que pasaste a otro y ahora estás saliendo con el?

Su contacto visual directo fue demasiado, y encontré mi mirada derivando al piso entre mis pies. Dios, cuando lo dijo así, soné como un idiota.

—Esquivamos una bala, ¿verdad?—Quería parecer tranquilo y seguro, pero mi voz salió más temblorosa de lo que esperaba. Aclarándome la garganta, comencé de nuevo—. Nos interrumpieron. Ni siquiera tuvimos sexo oficialmente, y ahora ambos podemos seguir adelante. Hubiese sido un gran error. Además, de acuerdo contigo, me habría enamorado irremediablemente y todo habría terminado en desastre.

—Si eres demasiado cobarde para terminar lo que comenzamos, bien por ti, pero no me incluyas en tu suposición. Hubiese sido divertido, y lo sabes.

Mis mejillas se calentaron. No podía dejar de pensar en él desde entonces. La forma en que se había sentido su musculoso cuerpo encima de mí, la fuerza contenida en sus caderas cuando presionó un poco hacia adelante, la forma en que siseó cuando sintió lo apretado que estaba... Me estremecí solo de pensar en eso.

—¿Es esto lo que realmente quieres? ¿Salir con algún idiota que conociste en línea?—preguntó.

—Sí, eso es lo que realmente quiero.—Era una mentira. Una total puta mentira que se sentía amarga en mi lengua.

Por mucho que anhelaba los beneficios que venían en una relación: afecto, intimidad, apoyo, sexo, estaba aún más aterrorizado de  volver a dar mi corazón a alguien.

Pero no le diría eso a Beomgyu Había sido una aventura divertida, una distracción, pero no podía ser nada más. Tenía grandes planes en los que necesitaba concentrarse, y Soobin nunca lo toleraría. Además, estaba casi un noventa y nueve por ciento seguro de que a Beomgyu no le interesaba en absoluto una pareja estable.

Su mano se apartó de mi mejilla, y sus labios se separaron mientras me evaluaba.
—No puedo dejar que salgas con alguien que no sabe cómo besarte sin que termine en una nariz ensangrentada.

Debería haber dicho algo rápido como: Tú no decides con quién salgo. Pero lo que salió fue:
—Eso es cierto.

El rubor en mis mejillas se extendió. No solo me sentía como un idiota, sino que ahora Beomgyu sabía cuánto lo ansiaba, si no lo sabía ya. Para ser un hombre jodidamente crecido, me sentía totalmente infantil e inmaduro.

—Llegaré tarde al trabajo. Lo solucionaremos mañana.

Asentí y lo vi ponerse de pie, mi corazón aún latía fuerte. ¿Resolver esto? Su miembro enorme y mi muy apretado ya-sabes-qué juntos eran como una especie de ecuación matemática.

Se inclinó y pasó una mano por mi mejilla.—¿Seguro que estás bien, hyung?

—Lo estaré—Tan pronto como la vergüenza y autocompasión desaparezcan.

Con una última mirada de preocupación en mi dirección, asintió y se dirigió hacia la puerta.—Llámame si necesitas algo, y no te olvides de cerrar.

Colocando mi cabeza entre mis manos, dejé escapar un largo suspiro. Había arruinado la única cita que había tenido en más de un año y corrí a casa por nada. Todavía no sabía a dónde iba esto con Beomgyu, y no iba a averiguarlo ahora.

La adultez era tan mala como todos decían. Excepto si fueras Choi Beomgyu. Todavía tenía esa esperanza brillante y radiante, la cual irradiaba en sus preciosos ojos. La creencia de que algo grande estaba en el horizonte esperándolo, y tal vez, así era.

Quería deleitarme con ese sentimiento, sumergirme en su presencia con la esperanza de que algo de su optimismo y pasión se desvanecieran en mí. Porque en este momento, mi vida era un completo desastre.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro