Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

11. Taehyun

—Más vale que estés muerto o muriendo.—Abrí la puerta con un arranque de furia.

Soobin estaba parado en mi puerta, su puño aún posicionado para tocar. Si tan solo hubiera sabido lo que había interrumpido, lo que estaba pasando en el interior de la habitación a solo seis metros de distancia...

¿Qué diablos? La vergüenza ardió a través de mí con la vista de la cara rojo brillante de mi mejor amigo, repleta de lágrimas.

—Oh Dios, hyung. ¿Qué pasó?—Lo halé dentro, y él prácticamente se lanzó a mis brazos con un sollozo roto.

Me tomó varios minutos de persuasión para lograr sacarle unas palabras, esperando pacientemente mientras él tragaba e hipaba, para entender que había tenido una pelea con su novio.

Lo llevé al sofá y le dije que se sentara mientras buscaba una caja de pañuelos.
No era una mentira, pero tampoco era toda la verdad. Me apresuré hacia la habitación de Beomgyu para decirle que se vistiera presentable.

—¡Beomgyu!—susurré, mirando a través de la puerta abierta. Él todavía estaba tendido en el centro de la cama, desnudo, con su dura polla sobresaliendo en su vientre
—. Tu hermano está aquí—le medio susurré medio grité.

—¡Joder!—Saltó de la cama, agarrando sus pantalones del suelo y metiéndose en ellos a la velocidad del relámpago.

Me apresuré a agarrar los pañuelos y me reuní de nuevo con Soobin en la sala de estar. Afortunadamente, no mostró ningún indicio de sospechar que su hermano estaba justo dentro de mí hace solo treinta segundos. ¡Jodido infierno! Era un terrible amigo.

Le entregué un puñado de pañuelos, me senté a su lado para esperar mientras sonaba su nariz y se tranquilizaba. Eso tomó varios minutos de respiración profunda.

Sujeté su mano.
—¿Qué rayos pasó?—Aunque no fuera un fan de Yeonjun, Soobin realmente lo amaba.

Lo que sea que fuera seguramente se les pasaría en un día o dos, una vez que ambos tuvieran la oportunidad de calmarse.

—El me ha estado engañando durante meses.

O tal vez no...
—¿De qué estás hablando?—pregunté.

Beomgyu salió de la habitación luciendo recogido y tranquilo. Gracias a Dios. Encontró mis ojos rápidamente mientras le daba un abrazo a su hermano.

—¿Estás bien, hyung?

Soobin tomó una respiración y asintió una vez.

—Lo estaré una vez que logre sacar a ese mentiroso de mi vida.

—¿Qué pasó?—pregunté, tratando de ignorar la respuesta de mi cuerpo a la proximidad de Beomgyu.

Hice una nota mental para inscribirme a la primera oportunidad que tuviera en esa estúpida aplicación de citas sobre la que mi amigo me había estado acosando.

Soobin tomó una respiración profunda.—El estaba teniendo una aventura.—Hablaba con calma, pero su expresión era de dolor y sus manos eran puños en su regazo—. Todo-todo fue una mentira... todas las veces que dijo que tenía que trabajar hasta tarde, o ir a la oficina un domingo. Había estado con otro hombre por meses. Un divorciado con dos niños... no es que eso importe.

Todo el aire salió de mis pulmones. Esa fue la última cosa que hubiera esperado oír.

—Vi algunos mensajes en su teléfono... No estaba husmeando; estaba puesto justo ahí en el mostrador. Y cuando la confronté, el lo admitió todo.

—Joder.—Beomgyu se elevó a sus pies, dirigiéndose hacia la puerta.

—¿A dónde vas?—Soobin gimió.

El pelinegro se puso sus zapatos y agarró las llaves de su auto en el mostrador.
—Voy a hablar con el.

Soobin se levantó de un salto y agarró el brazo de su hermano.
—Detente y piensa por dos segundos, Gyu.
Por mucho que me encantaría que hablaras con el, no vale la pena meterte en problemas.

Algún día vas a ser un cirujano de renombre mundial. Y eso me hace mucho más feliz que cualquier otra cosa.

Los ojos de Beomgyu se estrecharon en los suyos y soltó una respiración profunda, con las fosas nasales flameando.

Nunca lo había visto tan enojado. Claro, había visto su lado protector un millón de veces mientras crecíamos, pero no con tanta ferocidad. Era jodidamente caliente.

Después de unos tensos momentos, Soobin logró convencerlo de abandonar su plan, y Beomgyu se sentó a mi lado una vez más.

El humor divertido y coqueto que habíamos compartido antes se había ido, expulsado por la tensión rabiosa que llenaba la habitación.

En la siguiente hora, Beomgyu y yo nos turnamos para consolar a binnie, diciéndole que estaba mejor sin Yeonjun, y reforzando la confianza en sí mismo.

No estaba seguro de que estuviera funcionando, pero al menos él ya no lloraba, y estaba asintiendo a lo que le decíamos.

Pronto estuvimos bebiendo vino, comiendo palomitas y viendo la última película de terror que habíamos alquilado. Aunque soobin todavía estaba emocionalmente devastado, se había recuperado lo suficiente como para poner una cara valiente.

Ya le había escrito a Yeonjun y le dijo que se asegurara de que el y sus cosas se hubieran ido para la mañana.

Estaba inmensamente orgulloso de él.

—Te quiero, hyung—le dije, dándole a su mano un apretón.

En algún momento más tarde, me desperté con una gran mano empujando mi hombro.
Mis ojos revolotearon al abrirse, y encontré a Beomgyu de pie frente a mí. A través de mi bruma soñolienta, noté que la televisión estaba apagada, todos los aperitivos y bebidas habían sido limpiados, y binnie dormía en el sofá con una manta envuelta a su alrededor.

—Vamos—susurró, ofreciéndome su mano. Acepté, dejándolo halarme hasta ponerme de pie.

—Creo que me quedé dormido durante la última película.

—Tú y él.—Señaló a su hermano. Colocando un brazo alrededor de mi cintura, sonrió—. Te tengo.

Me condujo hasta mi habitación pero se detuvo en el umbral, como si no quisiera invadir mi espacio. Un nudo de preocupación se formó en mi interior. Antes había estado tan ansioso, ambos lo estábamos. Pero ahora las cosas se sentían turbias.

—Entonces, ¿qué pasa ahora?—pregunté.

—Él es fuerte. Estoy seguro de que va a estar bien.

—No estaba hablando de Soobin... Me refiero a nosotros.

—Oh, claro. Te refieres a...—Sus cejas se elevaron coquetamente.

—Sí.

—Ese fue probablemente el peor caso de ereccion constante que he tenido jamás, pero lo entiendo. Mi hermano te necesitaba. Eres un buen amigo, hyung.

Oh sí, un grandioso amigo... Prácticamente estaba montando a su hermanito hace unas horas.

Sin embargo, asentí y solté un pesado suspiro.

—¿Tal vez otro día?

—Si eso es lo que quieres—murmuró, inclinándose para presionar un suave beso en mi mejilla
—. Pero voy a trabajar en las noches de los próximos días. Puede que no me veas mucho.

—Bien. Buenas noches—susurré, entrando a mi dormitorio.

No tenía idea de cómo nuestro encuentro medio-terminado cambiaría la atmósfera alrededor de la casa, o cuando podríamos repetirlo. Pero lo que pasó después fue totalmente inesperado.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro