Que iluso
Estoy que me como las uñas al escuchar lo que ella dice.
—¿Qué es lo que recuerdas? —pregunta su madre emocionada.
—Recuerdo cuando —Karina empieza a hipar en un mar de llanto.
Se levanta y corre a mi recámara.
—Iré a hablar con ella, no se preocupen —pido intentando mantener la calma.
Me dirijo a ella y abro la puerta. Karina yace abrazada a sus piernas, sentada en medio de la cama.
—Karina, todos estamos preocupados —confieso, más yo que ellos, pues yo le mentí y la he besado y visto casi desnuda—. Dime en que te puedo ayudar.
—En nada —musita.
—Dijiste que recordaste algo ¿qué fue? —pregunto mirándola con preocupación.
Ella me ve de reojo y luego vuelve a esconder su rostro de mí. No soy una persona que suele ser cariñosa y empalagosa. Para consolar, soy el peor de todos, pero me conmueve verla así por ese idiota. Me acerco a su lado, me siento junto a ella y la abrazo.
Karina suelta sus piernas y se abraza a mi cuerpo, esa es una buena señal de que al menos a quien no ha recordado es a mí y nuestro breve pasado. Ambos caemos tumbados en la cama, mientras ella sigue escondiendo su rostro en mi pecho.
Acaricio su espalda y su cabeza, ella no deja de llorar y me preocupa. ¿Qué habrá recordado para que esté así?
—Cuando quieras hablar, aquí estoy —afirmo.
Ella intenta calmarse, pero pasan largos minutos cuando por fin deja de llorar.
—Prométeme que no se lo dirás a mis padres —insiste y eso me pone más ansioso.
—De acuerdo, no les diré nada.
—Tampoco me juzgues, recuerda que esto pasó antes de ti —advierte.
Por un momento creo que se pondrá de pie, pero no lo hace, solo se acomoda en mi costado.
—No tengo por qué hacerlo, Karina. Tú tienes un pasado, tanto como yo tengo el mío —aseguro, mostrándole un grado de confianza dónde ella se sienta segura.
—Vale, no sé cómo decir esto, pero lo diré. Un poco antes de casarnos, yo sentía que algo pasaba y en un arranque de desesperación intenté acceder a tener sexo —explica ella y por una razón que desconozco me siento mal con lo que me dice—. Él me empujó, me dijo que era una zorra. Recuerdo que caí y me golpee la cabeza, tenía sangre. Ramón se dio cuenta y me pidió perdón, me dijo que yo tenía la culpa porque él estaba estresado por la boda.
Me sentía mal por haberlo tratado tan mal, que ahora estoy seguro de que merecía más que lo que le di.
—No es cierto, no fue tu culpa —afirmo estrechándola con mayor calidez—. Él es un idiota y eso es maltrato. No merecías eso y también no merece que le des un minuto de tu tiempo.
—Ahora lo entiendo, sé que lo que hizo está mal, pero yo creí que lo amaba. Estaba preocupada por su distanciamiento y supuse que esa era la solución. Qué equivocada estaba, él me había dejado de desear porque ya estaba con mi amiga —responde pasando su brazo libre por encima de mi abdomen y abrazándome—. ¿Crees que recuperaré la memoria?
—Sobre lo de Ramón y tu ex amiga, son unos idiotas que no merecen que pienses en ellos. Sobre tu memoria, eso espero —declaro con temor—. Sin embargo, quiero que sepas que hay algunas cosas que vas a recordar que no te van a gustar.
Ella se levanta un poco como para verme más de frente.
—¿Cómo qué? —pregunta.
—Como que tomaste mi tarjeta de crédito e hiciste muchas compras para el departamento —comento desviando la conversación.
Debo ser más prudente cuando estoy con ella. Karina es una mujer sumamente inteligente. Ahora más que nunca siento que recuperará la memoria y me va a matar. Si no lo hace, quizás me golpee por eso, mínimo.
—¿Hice eso? —pregunta pensando que es una broma.
La abrazo de vuelta a mí y sonrío.
—No, solo bromeaba —miento pensando en todo lo que está pasando entre nosotros y que quizás sea un sueño—. Creo que debes volver dónde tus padres, pero antes piensa que les dirás.
—¿Volver a México? —pregunta confundida.
Ahora que ella lo dice, el que vuelva a México sería una muy buena opción. Quedaría liberada de mi mentira y yo seguiría con mi vida. La que, por cierto, está detenida desde que se accidentó.
—Si eso quieres, podrías marcharte —ofrezco la alternativa—. Aunque realmente me refería a la sala, ellos se quedaron preocupados cuando te vieron llorar. Ve, yo tengo que llamar a la oficina mientras tanto.
Karina se sienta en la cama y luego se pone de pie, todo lo hace lentamente, como si no quisiera alejarse de mi lado. Bueno, al menos eso es lo que me parece.
—De acuerdo, por favor, averigua si aún tengo trabajo —comenta a manera de broma, pero por la línea que se marca entre sus cejas cuando está preocupada, es que me doy cuenta de que no es del todo broma.
Me siento en la cama recargándome sobre el respaldo de esta, ella se acerca y me da un beso tierno en los labios para luego salir.
Ella cierra la puerta. Un maldito día en casa y ya la he besado apasionadamente dos veces. Se la ha llevado pegada a mi cuerpo, nos abrazamos, besamos y actuamos como personas que están en una relación desde hace años.
Hay cierta familiaridad en todo esto, una que me agobia y me preocupa, porque ciertamente no he planeado tener nada, con nadie, ni a corto ni mediano plazo.
Tomo mi móvil y llamo a Cindy.
—¡Hola! —saluda al descolgar su móvil.
—Hey, ¿qué tal va todo ahí? —pregunto casual.
—Además del hecho de que estoy cubriendo tu puesto y el de Karina desde su accidente y me estoy volviendo loca, todo bien —dice con sarcasmo.
—Volveré el lunes, como lo acordamos —expreso—. ¿Qué han dicho de ella? ¿Sabes si puede volver?
Cindy guarda silencio y luego resopla un poco. Casi puedo verla frunciendo el ceño.
—¿Sabes si ya recuerda algo? —pregunta.
—No sabría decírtelo, pero ella es inteligente, deja que vuelva, aunque sea como parte de mi equipo de trabajo, quizás eso le ayude a recordar —sugiero con la esperanza de que ella abogue por su causa.
—Yo no soy quien toma la decisión, lo sabes —recuerda lo obvio.
—Lo sé, pero puedes mover los hilos...
—Es más fácil que llames a tu padre y se lo pidas —me interrumpe, creo que está molesta por el tono en que lo dice
Medito un poco sobre cómo proceder a continuación, lo mejor será que vaya directamente a la empresa.
—Sé que es un momento difícil, te lo recompensaré, lo prometo —aseguro a sabiendas de que hemos abandonado nuestros puestos—. Es mucho lo que tienes sobre tus hombros y es injusto para ti. Hablaré con Michael al respecto, gracias, Cindy.
—Adiós —dice para luego colgar.
Es más que claro para mí que no tiene muchos ánimos de charlar o que está enojada por algo que me pierdo. Lo mejor será que vaya a la empresa y averigüe qué está pasando.
Me levanto, guardo mi móvil y me preparo para salir. Creo que podría gastar un poco del dinero que tengo guardado y comprar un auto. Ciertamente, esto de andar en taxi ralentiza todo.
—Hey —saludo a los presentes que están conversando en la sala, no tengo ni la menor idea de si ella les dijo o no la verdad sobre lo que pasó con Karina—. Tengo que salir, debo ir al trabajo. Mi número está anotado en el refri, sí necesitan cualquier cosa.
—¿Puedo ir contigo? —pregunta ella poniéndose de pie.
—Lo mejor, por ahora, es que yo vaya solo —advierto.
Ella me hace un puchero que me causa risa.
—El lunes debo volver a trabajar, tengo que hacerme cargo de unas cosas antes de volver. Prometo no tardar —aseguro besando su frente—. Señor, señora, se quedan en su casa.
—Gracias, Kenneth —dice su madre—. Prepararé algo rico de cena para cuando vuelvas.
—Eso promete, muchas gracias —respondo sonriendo—. Vuelvo más tarde.
—Adiós —me despide Karina.
—Cuídate muchacho —dice su padre y le agradezco para luego salir.
Voy pensando en que es lo que le diré a Michael, no quisiera verlo, pero dadas las circunstancias, es lo mejor. Karina debe recuperar su trabajo y una vez que esto suceda podré terminar esta farsa y así no tener que "casarme" con ella.
Cuando llego al lobby me encuentro con Ramón sentado en uno de los sofás de recepción.
—¿Qué diablos haces aquí? —cuestiono amenazante.
—Estoy esperando a hablar con Karina —dice con mucha seguridad poniéndose altivo—. ¿Y eso a ti qué?
Lo tomo de su suéter alzándolo del suelo, furioso.
—Mira maldito idiota, Karina no es la mujer que conociste. Ella sabe de la demanda que tú y tu estúpida novia le han puesto. ¿Pensaste que no se enteraría?
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