Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

15. Bienvenida a casa

—¿Sabes qué fue lo que pasó con Ramón? —pregunta Karina en el trayecto al departamento.

—Sí, y no, pero eso es algo de lo que no me gustaría hablar por el momento. ¿Te parece si lo hablamos después? —pregunto contento, pero la verdad es que no sé cómo abordar ese tema.

Me gustaría hablar con las locas de sus amigas antes de siquiera decirle algo a ella respecto al baboso con patas.

—Bueno, entonces me puedes explicar ¿qué es lo que yo hacía en esta empresa? —cuestiona con curiosidad.

—Creo que eso sí puedo hacerlo. Verás tú habías sido contratada para ser la nueva jefa administradora de recursos humanos. La verdad es que apenas tenías dos días en empresa. Era tu segundo día cuando pasó el accidente y apenas estabas conociendo la forma de trabajo —explico y noto como su semblante decae.

—Eso sí, qué es mala suerte... pero, ¿cómo fue que me accidenté? Solo me dijeron que me caí de unas escaleras, ¿por qué diablos subiría yo unas escaleras, habiendo elevador? —se pregunta.

Me río porque es claro que ella no es muy fan del ejercicio, y por lo que veo ni la vieja Karina, ni esta Karina. Lo que al parecer es algo que no ha cambiado en ella y me da gusto saber que sigue fiel a sus convicciones.

Por tonto que parezca.

—Bueno, habíamos ido a comprar unas cosas para el departamento. Tú me quitaste mi tarjeta de crédito y veníamos molestándonos mutuamente. No, tú estabas molesta conmigo y por no querer subir al elevador empezaste a subir por las escaleras. Yo te seguí mientras conversábamos, pero estabas terca en seguir caminando por ese sitio tan cerrado —explico mientras pienso en todo lo sucedido. ¿Si tan solo lo hubiera obligado a salir de las escaleras, tal vez esto no hubiera pasado?—. En algún punto, te comenzaste a sofocar, te dije que saliéramos de ahí, pero no, tú ibas muy decidida a darme la contraria.

Creo que eso es lo que hacemos, si tú dices blanco yo digo negro, si tú dices Rosa yo digo azul, y en conclusión era eso. Llegó un punto en el que te tomaste del barandal y empezaste cómo a marearte, yo había tomado distancia para que no te sintieras tan agobiada por mi presencia, pero cuando me di cuenta de que te desvanecías, corrí hacia ti y apenas alcancé a agarrarte. Desgraciadamente, te golpeaste la cabeza.

—Definitivamente. Eso es muy mala suerte —se lamenta mirando por la ventana—. ¿Y se puede saber cómo es fue que nos comprometimos? —pregunta mirándome por un breve momento para después regresar su vista a la calle.

—Bueno, considero que la forma en lo que te lo pedí no fue épica, pero si tú quieres, si estás decidida, podemos romper el compromiso hasta que logres recordar —sugiero arrepintiéndome inmediatamente de mis palabras. Karina aprieta los labios y no dice nada, se lo está pensando.

Me pregunto, si a la vieja Karina le atraje, aunque sea un poco como para pensar en algo más conmigo.

—No, está bien. Dejémoslo así y veamos qué pasa, quizás mañana despierte y lograr recordar todo, ¿no crees? —pregunta con curiosidad a lo cual me río.

Si mañana ella despertara y recordara todo lo que conoce de mí y todo lo que ha pasado en estos días, seguramente me ganaría el golpe en la cabeza.

O quizás me ganaría el no esperar que ella me pague, bueno, maldición, reflexionándolo bien, Karina no tendrá cómo pagarme. Así que prácticamente yo compré todas las cosas del departamento y ella no va a poner un solo dólar al respecto.

—Llegamos —informo cuando el taxi estaciona afuera del edificio—. El lugar es de la empresa, la mayoría de los habitantes de este sitio son trabajadores de la compañía. Tanto en las oficinas como en el campo —explico al bajar.

Cuándo entramos a recepción, los padres de Karina ya están ahí.

—Papá, mamá, me da mucho gusto verlos. Me alegra que estén aquí —expresa ella con mucho cariño en español.

—A nosotros también, hija. Te aclaramos que estaremos aquí no mucho tiempo, tu hermana Karla está por graduarse y tenemos que asistir a su graduación Si no vamos, no nos lo perdonaría.

—Wow Karla graduándose siento que he perdido mucho tiempo de mi vida —expresa con tristeza.

Subimos al elevador y eso nos lleva a nuestro último piso.

—Pueden caminar, es la última puerta —informo y Karina entra junto con sus padres cuando les abro.

—¿Qué es esto? —pregunta ella al ver la nota en el refri cuando le dije que era una Stalker.

—Lo siento, era una broma que tú y yo teníamos —miento por el bien de esta farsa—. Ese es mi número de teléfono, cualquier cosa puedes llamar ahí y yo te responderé de inmediato.

—¿Y dormimos juntos? —pregunta ella. Su mamá y su papá se voltean a ver un poco avergonzados por la forma en que Karina lo dijo—. No, me refiero así dormimos en la misma habitación, o... ay, Dios... perdón, papá, mamá, perdón —tartamudea.

—No te preocupes, hija, entendemos completamente a qué te refieres —dice Martina con una sonrisa nerviosa.

—De hecho, no, tú tienes tu propia habitación y yo la mía —aclaro— Eso es lo bueno de nuestra relación, no nos sofocamos mutuamente.

La reacción que ella tiene no le esperaba, ¿acaso es decepción lo que veo? Dios santo, esta mujer es todo un misterio.

En estos últimos días he descubierto muchísimo de su forma de ser. Me gusta más ahora.

Quiero creer que antes se reprimía por el hecho de que pensaba que ambos no teníamos nada que ver. Pero ahora que ella piensa que en realidad estamos comprometidos, es más expresiva en lo que siente, ¿será que realmente siente algo por mí o solamente es la ilusión de un viejo pensamiento ya anidado en su subconsciente?

Alejo mis pensamientos bobos y las conduzco a su habitación.

—¡Ay, hija, es hermosa! Es una bonita habitación —dice su mamá.

—Bueno, en realidad no ha tenido mucho que acomodar —explico mirando lo vacía que está la habitación—. Solo teníamos dos días en Chicago, así que bueno, es lo que hay. Bienvenida a casa Karina.

Ella me regaló una hermosa sonrisa antes de que le dé espacio con sus papás.

Salgo de la habitación pensando en lo último que le dije "bienvenida a casa". Eso suena tan íntimo, aun así, me gustaría que en algún momento de mi vida alguien me dijese eso. Siento que no pertenezco a ningún lugar.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro