El ambiente de tristeza que invadía Hogwarts por la muerte de Cedric Diggory pareció haberse disipado para darles a los alumnos de Durmstrang y Beauxbatons una calurosa despedida. Yo llevaba todo el día más callada de lo habitual, pensando en el momento en que tendría que decirle adiós a Viktor, y mis amigos parecían haberlo notado, aunque ninguno me dijo nada. De hecho, Ron parecía feliz.

Suspiré. Estábamos los tres en el abarrotado patio del colegio, mirando cómo a nuestro alrededor la gente se abrazaba, se estrechaban la mano...

Entonces dos muchachas de pelo plateado y uniformes azules se acercaron a nosotros.

-Adiós, Hagui- se despidió Fleur mientras le estrechaba la mano a mi amigo-. Ha sido un placeg conocegte. Nos volveguemos a veg, espego.

Pues yo esperaba que no... Ron, para variar, la miraba con fascinación. Justo cuando la muchacha estaba a punto de marcharse seguida de su hermana pequeña, esta le cogió de la manga y le dio unos tironcitos, señalando a Ron con la cabeza.

Yo las miré confundida, pero entonces Fleur asintió y la pequeña Gabrielle se volvió para darle a Ron un beso en la mejilla. Aún pensaba que él había ayudado a salvarla del lago. Sonriente se apartó a un lado, y para mi sorpresa Fleur besó a mi amigo en la frente, haciendo que él cerrase los ojos mientras se ponía rojo. Aquello me molestó mucho, pero bueno, esa sería la última vez que lo haría, ¿no?

-Au revoir, Gon- dijo dedicándole una sonrisa malditamente perfecta.

Y entonces las dos "muñequitas de porcelana" se fueron por fin, atrayendo las miradas de los chicos a su paso. Ron rebosaba felicidad. Crucé los brazos mirándolo con ceño cuando noté una mano dándome suaves golpecitos en el hombro. Me giré y vi a Viktor. El momento había llegado... Yo estaba nerviosa: no sólo era una despedida, sino que teníamos que hablar de lo nuestro.

Viktor saludó a mis amigos con un gesto de cabeza y me dijo:

-Herrmíone, ¿podrríamos hablar... a solas?

Asentí con la cabeza y, perdiéndonos entre la multitud, llegamos a una esquina. Viktor me cogió de la mano.

-Este currso contigo ha sido el mejorr de toda mi vida- dijo con dulzura.

Notaba mi corazón latir con fuerza. Para mí también había sido un año maravilloso, pero esto llegaba a su fin...

-Toma- Viktor hurgó en su bolsillo y sacó un trozo de pergamino- Esto es parra ti. Escrríbeme, ¿vale?

Lo abrí. Era su dirección. Reí mientras me metía también la mano en el bolsillo de mi túnica. Yo había hecho lo mismo.

-Tú también- se lo entregué.

Nos quedamos en silencio, yo mirándome los pies intentando contener unas lágrimas que querían salir.

-¿Qué va a pasarr con nosotrros ahorra?- preguntó Viktor.

Y aquella pregunta era la que yo estaba esperando, la que yo temía... Me atreví a levantar la vista para mirarlo a sus oscuros ojos. Él parecía que ya sabía la respuesta.

-Las relaciones a distancia no funcionan- contesté, e intenté regalarle una sonrisa para no hacer esto muy dramático, pero lo era.

Viktor sólo asintió y se quedó en silencio mirándose los pies. Llevé mi mano a su barbilla y levanté su rostro dulcemente para que me mirara a los ojos y supiera que esto me dolía tanto como a él.

-Te voy a echar mucho de menos, Viktor- susurré.

Era la verdad. A pesar de mis confusos sentimientos, a pesar de mis inexplicables celos por Ron... Lo había querido, tal vez incluso lo seguía queriendo, pero mi corazón estaba preparado para decirle adiós. Era lo mejor. Y entonces las lágrimas comenzaron a resbalar por mi cara.

-Yo también, Herrmíone- dijo él, y me abrazó con fuerza.

Yo le devolví el abrazo. No sé cuánto tiempo estuve rodeada por sus cálidos brazos soltando algunas lágrimas, pero se estaba tan bien así... Un cañonazo nos advirtió que el barco de Durmstrang estaba listo para zarpar.

Nos separamos y me sequé las lágrimas con el dorso de la mano.

-¿Amigos?- preguntó Viktor tendiéndome una mano.

Me reí. Parecía un niño pequeño haciendo eso, pero aun así se la estreché.

-Amigos- repetí.

Y entonces nos dirigimos hacia donde estaban Harry y Ron, yo intentando que en mi cara no hubiera ninguna expresión porque me daba vergüenza que mis amigos me vieran así por un chico.

-Adiós, Harry Potterr- se despidió Viktor mientras le estrechaba la mano a Harry.

-Nos vemos, Krum- contestó Harry amablemente.

Ron bufó y entonces Viktor se volvió y también le tendió la mano. Mi amigo parecía sorprendido. Tras unos segundos aceptó estrecharle la mano, aunque ambos tenían un gesto serio.

Viktor se giró, me dedicó una última sonrisa y se dispuso a marcharse cuando...

-¿Me firmas un autógrafo?- gritó Ron tan rojo como su cabello y extendiendo un trozo de pergamino.

Harry y yo nos miramos con los ojos como platos, pero no dijimos nada. Viktor se giró también sorprendido pero agradado y le firmó un autógrafo a Ron. No había manera de comprender a mi querido pelirrojo...

Y tras esto, los alumnos de Durmstrang se metieron en el barco y las alumnas de Beauxbatons en el carruaje gigante.

Harry, Ron y yo corrimos para coger sitio en un balcón. Llegamos a uno que estaba vacío justo a tiempo para ver cómo el barco se sumergía en el agua y el carruaje se perdía en el cielo azul, volando... Se habían ido, se había ido...

-Que distinto será todo ahora, ¿verdad?- se me escapó.

Bajé la mirada y una última lágrima me surcó la mejilla. Harry me puso una mano en el hombro y lo miré.

-Sí- dijo mientras asentía.

Él no era bueno diciendo cosas que te hicieran sentir mejor, pero nos conocíamos tan bien que con sus ojos verdes me dijo todo lo que necesitaba oír, y tenía razón. Este año en Hogwarts llegaba a su fin. Habían pasado muchas cosas, pero la vida seguía y quién sabe lo que me depararía el destino el próximo curso. Conseguí esbozar una amplia y sincera sonrisa y Harry pareció satisfecho. Entonces agarré a mis amigos de la mano (me estremecí al sentir el contacto de la de Ron) y los tres nos dirigimos al Gran Comedor para celebrar el tradicional banquete de despedida...