NADIE PUEDE SENTIR TANTAS COSAS A LA VEZ Ron, 5º año
-Bueno, y ahora a acabar los deberes- dije mientras me tumbaba en la alfombra de la Sala Común de Gryffindor.
Me acomodé, saqué una pluma y la tinta y me quedé contemplando a Hermione con una radiante sonrisa en la cara. Tras un rato ella me miró molesta.
-¿Qué?- soltó.
-Que voy a acabar los deberes- repetí.
Normalmente aquella frase y una carita lo más tierna posible me bastaban para que ella me ayudase a hacerlos (o me los hiciese directamente) aunque después me ganase una buena bronca por su parte.
-No, Ron, hoy no- exclamó enfadada-. ¡Hazlos tú por una vez!
-¡Pero es que entonces los tendré mal!- protesté.
-Pues te aguantas- me espetó ella-. Además, yo también tengo cosas que hacer.
Y dicho esto sacó un rollo de pergamino larguísimo y una pluma. Aquello me dejó sorprendido: ¿Hermione haciendo deberes a aquella hora de la noche? No tenía sentido, pero al final no tuve más remedio que resignarme y hacer los deberes yo solo.
Y así nos tiramos media hora, los dos en silencio mientras ella escribía a toda velocidad lo que a estas alturas descubrí que era una carta mientras yo resoplaba cada dos por tres dudando cada palabra que ponía.
De repente Harry entró por la puerta y se dejó caer en la butaca que había junto a Hermione.
-¿Por qué has tardado tanto?- pregunté confundido.
Hacía más de media hora que habíamos terminado la reunión del Ejército de Dumbledore y él no había aparecido hasta ese momento. Mi amigo no contestó.
-¿Estás bien, Harry?- preguntó Hermione examinándolo de arriba a abajo.
Harry simplemente se encogió de hombros. Aquello era rarísimo.
-¿Qué pasa?- pregunté ya un poco preocupado mientras me incorporaba un poco para contemplarlo mejor-. ¿Te ha ocurrido algo?
Pero mi amigo siguió sin contestar; tan solo se encogió volvió a encoger de hombros.
Cuando parecía que no conseguiríamos sacarle nada, Hermione tomó las riendas de la situación.
-¿Es Cho? ¿Te ha abordado después de la reunión?
Abrí mucho los ojos y miré a Harry, que sorprendido asintió lentamente con la cabeza. Reí en voz baja: creo que ya sabía qué había pasado... De repente Hermione me miró con seriedad y paré inmediatamente para no mosquearla.
-¿Y... qué quería?- pregunté con indiferencia.
Si Harry no era capaz de hablar, yo estaba dispuesto a sacárselo todo poquito a poco.
-Pues...- comenzó Harry-. Pues... ella...
Levanté las cejas. Venga tío, ¡venga! "Que lo diga, que lo diga" pensaba en mi mente, pero fue Hermione la que habló.
-¿Os habéis besado?- preguntó bruscamente.
Me incorporé tan deprisa que derramé el tintero que tenía a mi lado, pero no me importó. Lo único que quería era la contestación de Harry.
-Bueno, ¿qué?- dije impaciente.
Por Merlín, si yo besase a alguien no daría tantas vueltas para contarlo, o por lo menos para contárselo a mi mejor amigo.
Harry nos examinó detenidamente con una extraña expresión en la cara y volvió a asentir lentamente.
-¡Toma!- exclamé haciendo un ademán de triunfo con el puño.
¡Lo sabía, si es que lo sabía! Y sin saber por qué comencé a reír a carcajadas. Así que Harry ya había vivido su primer beso, ¡qué fuerte! Tenía que contármelo TODO.
Cuando Hermione me lanzó una mirada de profundo disgusto paré un poco mi risa y volví a mirar a Harry.
-¿Y qué? ¿Cómo ha sido?- pregunté curioso.
Tenía que saberlo, tenía que saber cómo era besar a alguien.
-Húmedo...- contestó tras unos segundos.
¿Cómo que húmedo? ¿Qué significaba aquello? Aquella contestación no era para nada lo que yo esperaba oír.
-Porque ella estaba llorando- aclaró rápidamente.
Mi sonrisa se apagó un poco. ¿Llorando? Patético...
-¿Tan malo eres besando?- pregunté irónicamente, aunque la cara de Harry adoptó al momento una expresión de preocupación.
-No lo sé... Quizás sí...- murmuró.
-Claro que no- contestó de repente Hermione sin dejar de escribir.
Noté una punzada en el estómago. ¿Qué significaba "claro que no"? ¿Cómo podía saber Hermione si Harry besaba bien o no? ¿No se habrían...? ¿Ellos no se habrían...?
-¿Cómo lo sabes?- me apresuré a preguntar.
-Porque últimamente Cho se pasa el día llorando- respondió Hermione tranquilamente. Suspiré aliviado mientras ella seguía hablando-. En las comidas, en los lavabos... En todas partes.
Aquello hizo que volviera a sonreír.
-Y tú, Harry, creíste que unos besos la animarían, ¿no?
¡Qué máquina, el tío!
-Ron- dijo Hermione muy seriamente, aunque sin levantar la vista del pergamino-, eres el ser más insensible que jamás he tenido la desgracia de conocer.
Aquello me dolió. ¿Así que era insensible? Perdona, pero no. Yo no era insensible, las chicas son muy raras.
-¿Qué se supone que significa eso?- repliqué indignado-. ¿Qué clase de persona llora mientras están besándola?
Es que aquello no tenía sentido. ¿Llorar mientras te besan? Se supone que debería de ser un momento alegre, ¿no? Al parecer Harry pensaba lo mismo que yo, porque preguntó con desesperación:
-Sí. ¿Quién?
Hermione nos miró con lástima, no sé por qué, mientras los dos esperábamos que ella nos diese una explicación lógica.
-¿Es que no entendéis como debe de sentirse Cho?
-No- contestamos Harry y yo a la vez.
Hermione suspiró y dejó la pluma sobre la mesa, y yo presté toda la atención posible para ver si aquella explicación podría ayudarme un poco a comprender a las mujeres.
-A ver, es evidente que está muy triste por la muerte de Cedric.
Conforme ella hablaba, mi mente intentaba procesar toda la información. Hasta ahora, todo tenía sentido.
-Supongo que, además, está hecha un lío porque antes le gustaba Cedric y ahora le gusta Harry, y no puede decidir cuál de los dos le gusta más.
"Así que le pueden gustar dos a la vez", pensé. "Mierda, esto se complica".
-Por otra parte, debe de sentirse culpable, porque a lo mejor cree que es un insulto a la memoria de Cedric besarse con Harry y esas cosas, y también debe de preocuparle qué dirá la gente si empieza a salir con Harry.
Aquello ya comenzaba a confundirme bastante.
-De todos modos, lo más probable es que no esté segura de lo que siente por Harry, porque él estaba con Cedric cuando éste murió, así que todo es muy complicado y doloroso. ¡Ah, y por si eso fuera poco, teme que la echen del equipo de quidditch de Ravenclaw porque últimamente vuela muy mal!
Cuando Hermione acabó su discurso Harry y yo nos miramos confusos; parecía que aquello, más que ayudarlo, le había hecho sentirse peor, porque estaba bastante pálido.
-Nadie puede sentir tantas cosas a la vez. ¡Explotaría!- concluí tras un rato.
No, a ver, es que aquello era IMPOSIBLE.
-Que tú tengas la variedad de emociones de una cucharilla de té no significa que los demás seamos iguales- me reprochó Hermione con frialdad.
Por Merlín, ¿pero qué le pasaba a esta conmigo? Me había dicho insensible, que no tenía sentimientos... Al final opté por no volver a abrir la boca.
-Fue ella la que empezó- explicó Harry-. Yo no habría... Vino hacia mí y... cuando me di cuenta, estaba llorando desconsoladamente. Yo no sabía qué hacer...
-No me extraña, Harry- comenté espantado.
La verdad es que era una situación bastante rara, no sé qué hubiera hecho yo...
-Lo único que tenías que hacer era ser cariñoso con ella- aclaró Hermione levantando la cabeza impacientemente-. Lo fuiste, ¿verdad?- insistió con un deje de histeria.
-Bueno- contestó Harry no muy convencido-, más o menos... Le di unas palmaditas en la espalda...
Hermione resopló, aunque yo no veía mal lo que mi amigo había hecho.
-Bueno, supongo que pudo ser peor- se resignó Hermione-. ¿Vas a volver a verla?
-Me imagino que sí. En las reuniones del ED, ¿no?
Joder Harry, que hasta yo había pillado lo que Hermione quería decir. ¡Qué mal estaba mi amigo!
-Ya sabes a qué me refiero- contestó Hermione dando golpecitos con el pie, supongo que para contenerse y no gritarle a la cara.
Hubo un momento de silencio en el que Harry pasó de estar pálido a estar rojo, aunque no dijo nada.
-No te preocupes- continuó Hermione volviendo a enfrascarse en la carta-, tendrás oportunidades de sobra para pedírselo.
Yo contemplé a Harry con el ceño fruncido. Estaba tan... raro.
-¿Y si Harry no quiere?- insinué.
Harry hizo un extraño movimiento con la cabeza que no supe comprender, así que la que contestó fue Hermione.
-No seas tonto. Hace siglos que a Harry le gusta Cho, ¿verdad, Harry?
De nuevo nos sumimos en un silencio. Entonces noté un cosquilleo en el hombro y me giré para ver cómo un trozo de pergamino que llegaba ya hasta el suelo me caía sobre el hombro.
-Oye, ¿para quién es esa novela que estás escribiendo?- le pregunté a Hermione incorporándome para leer lo que ponía.
Ella levantó rápidamente el pergamino para que no lo viera y dijo con naturalidad:
-Para Viktor.
La sangre comenzó a hervirme.
-¿Viktor Krum?
-¿A cuántos Viktor más conocemos?
Me miró con el ceño fruncido un par de segundos y luego siguió escribiendo echando la carta hacia otro lado, lejos de mí. Solté un leve gruñido casi inaudible y me puse a terminar los deberes, aunque no estaba para nada concentrado. Así que el pelón de Vicky y Hermione seguían en contacto... Claro, cómo no se me había ocurrido que estaban las cartas. Aunque no se vieran en persona, ahí podían decirse cualquier cosa. Cualquier cosa... ¿Qué estaría escribiéndole Hermione? Ni todas las cartas juntas que ella me había mandado en todos estos años eran tan largas como aquella. Necesitaba saber lo que ponía, necesitaba saber si Hermione lo quería... Pero bueno, lo mejor era relajarse un poco con aquello: mira Harry, besa a una chica y está peor que antes. Casi era mejor no estar enamorado... pero no podía evitarlo.
Nos pasamos casi media hora más allí en silencio, Harry sumido en sus pensamientos, Hermione en su carta y yo en mis deberes, aunque de vez en cuando levantaba la vista para contemplar a mi amiga para intentar averiguar lo que estaba escribiendo por su expresión (me encantaba su cara de concentración).
-Buenas noches- dijo ella de repente bostezando.
Recogió sus cosas y subió al dormitorio de las chicas. Yo miré mi redacción mal hecha y me encogí de hombros. Ya nada se podía hacer, así que me levanté para irme a la cama seguido de Harry.
-No sé qué habrá visto en Krum- comenté malhumorado mientras subíamos las escaleras.
A pesar de que no pensaba confesar mis sentimientos ni siquiera a Harry, sí quería saber su opinión. Sólo esperaba que no se me notase demasiado que estaba celoso.
-Bueno- dijo Harry deteniéndose a pensarlo-. Es mayor que nosotros, ¿no? Y es un jugador internacional de quidditch...
-Sí, pero aparte de eso...- lo corté exasperado antes de que siguiera. Sus palabras estaban haciendo que me hundiera más-. No sé, es un protestón y un imbécil, ¿no?
-Un poco protestón sí es- contestó Harry, y sonreí.
Al llegar a los dormitorios nos pusimos los pijamas y nos metimos en la cama en silencio. Dean, Seamus y Neville ya estaban dormidos. Me tapé con las mantas en mi cama de dosel y cerré los ojos pensando en Hermione.
-Buenas noches- le dije a mi amigo en voz baja.
-Buenas noches- contestó.
________________________
¡Hola, gente bonita!
Espero que estéis disfrutando este fanfic. Como ya expliqué, lo escribí hace más de 10 años; sé que es muy mejorable, pero me trae muy buenos recuerdos.
Os invito a pasaros también por mi perfil, donde encontraréis otros fanfics (Glee), relatos cortos ('La cíngara', 'Mi dulce marinero'...) y mi novela juvenil ('Diario de unos adolescentes'), para la que pido un poco de apoyo.
Gracias y que paséis un estupendo día.
Besos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro