MÁS DESPACIO, LAVENDER... Ron, 6º año
Cuando la luz del Sol entró por la ventana dándome de lleno en la cara no tuve más remedio que despertarme. Tras bostezar y estirarme, miré a mi alrededor y vi que el único que seguía durmiendo en su cama era Neville: mis otros compañeros habían bajado ya a desayunar. Como era sábado no me di mucha prisa en quitarme el pijama y asearme un poco. La verdad es que no me apetecía salir del dormitorio, pero mi estómago rugía pidiendo comida.
Al cabo de unos quince minutos salí de mi cuarto y bajé las escaleras hacia la Sala Común, que estaba vacía: la gente estaba desayunando o en los jardines del colegio. Entonces miré a izquierda y derecha para asegurarme de que no estuviera allí; no me apetecía empezar el día con Lavender enganchada a mi cuello.
Finalmente di una carrera hasta el retrato de la Señora Gorda y bajé al Gran Comedor con paso ligero. Una vez allí busqué a Harry entre las cabezas de la mesa de Gryffindor, pero entonces comprobé que una chica de pelo enmarañado estaba sentada con él. Obviamente, viendo eso acabé sentándome solo en una esquina, pero por un momento incluso pensé en acercarme a ellos... Echaba de menos los ratos que pasábamos los tres juntos, la echaba de menos a ella...
Una tostada con un huevo frito encima apareció en mi plato, pero apenas le presté atención. No podía dejar de lanzarle miradas a Hermione para ver cómo seguía riéndose, cómo hablaba y cómo se la veía feliz... sin mí.
Suspiré y justo cuando estaba a punto de llevarme un trozo de tostada a la boca alguien me tapó los ojos desde atrás.
-¡Adivina quién soy!- dijo una vocecilla entre risitas tontas.
-Hola, Lavender- contesté secamente.
No hacía falta ni que lo preguntase, obviamente que era ella, ¿quién si no? Entonces las manos dejaron de cubrir mi rostro y mi novia se sentó a mi lado con cara de descontento.
-Vaya, Ron, ¿qué te pasa?- preguntó preocupada.
-Nada...- mentí-. Ah, hola Parvati- le dije a la chica india que se sentaba con cara de pocos amigos en frente de nosotros.
Se la veía de muy mal humor desde que Lavender encontraba más interesante pasar el tiempo besuqueandose conmigo que chismorreando con ella. Parvati no me contestó, simplemente se cruzó de brazos y miró hacia otro lado.
-Ay, mi Ro-Ro...- suspiró Lavender tiernamente, y me dio un corto beso en los labios.
Hice un amago de sonrisa y me puse a comer. Estaba conteniéndome, no podía arriesgarme a mirarla con Lavender al lado. "Contrólate, Ron, ¡contrólate!", me dije, pero no pude. Al final no tuve más remedio que mirar otra vez a Hermione. ¿De qué se estaría riendo? Pero entonces ella me vio y su cara adoptó una expresión de enfado. Totalmente colorado, me apresuré a volver a concentrar toda mi atención en mi plato, pero pude ver de reojo cómo mi amiga... bueno, cómo Hermione salía con paso firme del Gran Comedor seguida de Harry, que iba casi corriendo tras ella.
¡Bah, en el fondo todo aquello era absurdo! Cuando Hermione era mi amiga lo que más me preocupaba era tener novia, y ahora que la tenía me preocupaba más que Hermione volviera a ser mi amiga... Tenía la cabeza hecha un lío. Se supone que yo quería olvidarme de ella, que estaba muy enfadado por lo de Viktor y que ahora estaba rehaciendo mi vida con Lavender. ¡Eso es! Estaba con Lavender y eso era lo que más me importaba en ese momento: ella.
Continué desayunando mientras charlaba animadamente con mi novia sobre las clases y el fin de semana. Entonces ella se me acercó y me susurró al oído:
-¿Qué te parece si damos un paseo por el castillo?
Me encogí de hombros mientras me terminaba la tostada y Lavender me cogió la mano y tiró de mí. Arrastrando los pies me fui con ella y dejé que me llevase escaleras arriba sin saber a dónde. Finalmente, tras subir seis pisos, llegamos a una parte del castillo que solía estar vacía. Yo había pasado por allí muy pocas veces.
-¿Por qué me has traído aquí?- le pregunté mirando a mi alrededor sorprendido, y como toda respuesta ella me besó.
Cerré los ojos y le correspondí al beso intensamente sin saber por qué. Ella comenzó a recorrer mis brazos con la mano hasta que ambos acabamos apoyados contra una puerta. Tras un rato, entre cada vez más salvajes besos y abrazos la abrimos y nos metimos en un aula vacía que nunca se usaba. Detrás de nosotros la puerta se cerró haciendo un ruido ensordecedor, pero yo estaba demasiado concentrado besando el cuello de mi novia.
-Oh, Ro-Ro- susurró Lavender risueña.
Me cogió la cara con ambas manos y volvió a besarme apasionadamente en la boca. Pero de repente noté cómo sus manos bajaban hasta mi pecho y comenzaban a juguetear con los botones de mi camisa, y al momento lo comprendí. No sé qué fue lo que me hizo perder la cabeza en aquel momento y seguirle el juego porque, sin dejar de besarla ni un momento, puse mis manos sobre las suyas indicándole que me los desabrochase. Y así lo hizo. Al cabo de un par de segundos mi camisa estaba tirada en el suelo del aula, pero aún conservaba la corbata de Gryffindor. Entonces ella cogió mis manos y las puso sobre su cintura. Yo ya sabía qué tocaba ahora, así que comencé a desabrochar también su camisa de abajo a arriba. Los últimos botones literalmente fueron arrancados por mi novia, y entonces dejé de besarla y abrí los ojos para contemplarla. Jamás había visto a una chica en sujetador.
Lavender se rió ante mi cara de asombro, pero ella también se había puesto roja. Y sin más me lancé de nuevo y la besé si cabía aún más apasionadamente. Aquello era tan... no sabría describirlo, pero me encantaba. Había algo que me impulsaba a querer arrancarle toda la ropa del tirón. La levanté y la senté sobre una de las mesas.
Cuando ella enredó sus manos entre mi pelo y me mordió suavemente la oreja, un pequeño gemido se me escapó sin poder controlarlo de mi garganta.
Lavender soltó una pequeña risita y enroscó sus piernas alrededor de mi cintura. Yo puse mis manos en su espalda y le besé desde el cuello hasta los labios entre los gemidos de ambos. Buscaba... reconozco que lo que andaba buscando era el cierre de su sujetador, pero temblaba de nervios y no conseguía a alcanzarlo. Al fin lo encontré, pero no había manera de abrirlo con una sola mano. Me paré un segundo separándome de ella, que respiraba entrecortadamente, y puse toda mi concentración en abrirlo con ambas manos. Finalmente, con un débil "crak", el cierre se soltó y los tirantes cayeron de los hombros de Lavender, aunque no revelaron nada porque ella no tardó en pegarse a mí de nuevo.
Entonces sus manos se dirigieron a la cremallera de mi pantalón. No tuvo problema alguno en bajarla, y entonces noté que intentaba meter su mano dentro de ellos y me sentí incómodo.
Abrí los ojos y entonces lo vi... Reconozco que Hermione tenía buena mano para dejar marcadas a las personas que no eran de su agrado porque mis brazos, al igual que la cara de Marietta Edgecombe el año pasado (que había estado llena de granos varios meses) estaban marcados con los arañazos que me habían hecho sus pájaros al atacarme hacía ya más dos meses. Cerré los ojos con fuerza para intentar borrar el recuerdo de la cara de mi amiga llena de dolor y desprecio hacia mí para seguir concentrándome en mi novia, pero no pude. Sólo me venían imágenes de Hermione a la cabeza, e incluso por un momento pensé que era ella a la que estaba desnudando en aquel momento. Y lo comprendí... En aquel momento comprendí que estaba cometiendo una locura, que no debía continuar con lo que estaba haciendo, que no podía dar este paso con Lavender... Que la única persona a la que deseaba a mi lado era a Hermione Jane Granger.
-Más despacio, Lavender...- conseguí murmurar.
-Como tú quieras, Ro-Ro...- contestó ella, y comenzó a hacer movimientos más lentos.
Por un segundo estuve a punto de dejarme llevar de nuevo, porque se estaba muy bien así, pero el recuerdo de Hermione volvió a inundar mi mente. Agarré los brazos de Lavender con fuerza y los aparté de mí.
-No, lo que quiero decir es que... Que vayamos más despacio, ¿vale?- aclaré-. No estoy preparado para esto.
La cara de Lavender perdió al momento todo el color rojo que había adquirido. Bajó la mirada y se soltó de mis brazos para agarrarse el sujetador antes de que se le cayera del todo. Una solitaria lágrima recorrió su redonda cara.
-Ey, Lav- dije tiernamente levantándole la barbilla.
Tampoco me gustaba verla a ella así, aunque no entendía qué le pasaba. Ella apartó su cara de mis manos, se levantó de la mesa y se alejó de mí para recoger su camisa y vestirse en silencio. Yo hice otro tanto mientras la miraba atónito. Me iba arrepintiendo por momentos de lo que acababa de hacer (suerte que paré más o menos a tiempo), pero intenté permanecer lo más normal posible. Pero entonces...
-No será por Hermione, ¿verdad?- preguntó con voz chillona, aunque sé que intentaba contener el llanto.
-¿Qué?- solté sorprendido.
-¿Esto tiene algo que ver con Hermione Granger?
No contesté. Claro que tenía que ver con Hermione, pero no me veía capaz de decírselo. Seguramente me estaba comportando como un cabrón; tal vez estaba jugando con los sentimientos de Lavender, pero no sabía qué hacer. Lavender me gustaba, ¡claro que me gustaba!, pero...
-Ron, ¿tú me quieres?- dijo mirándome fijamente a los ojos-. ¿Me quieres o no me quieres?
Me quedé helado ante esa pregunta. Estaba claro que no podía contestarle que sí, pero también mentiría si le decía que no, porque algo sí la quería. ¡No como a Hermione, por supuesto! A Hermione la amaba, y ahora estaba completamente seguro de aquello.
-Estamos juntos, ¿no?- contesté tras un rato.
Ella asintió sonriente y, agarrándome de la mano, salimos del aula y nos fuimos dando un paseo hacia los jardines, pero yo me sentía el ser más rastrero y miserable del mundo.
Ahora no podría volver a mirar a Hermione a la cara, pero tampoco podía seguir jugando así con Lavender. Suspiré: tenía que dejarla, pero ¿cómo? Era muy difícil, y más después de lo que acababa de pasar.
En serio, ¿por qué tuve que madurar tan tarde? ¿Por qué no pude darme cuenta antes de que no importa tener 17 años y no tener novia? ¡La de tonterías que estaba haciendo y todo por no haberme tragado mi orgullo y haber hablado con Hermione sobre lo de Viktor! Si hubiera tenido pantalones para confesarle mis sentimientos a mi amiga....
"Hermione, espero que algún día puedas perdonarme por todo esto....".
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