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CONVERSACIONES ANTE UN ESCARABAJO Hermione, 4º año

Tosí un par de veces porque había tragado agua y me acerqué nadando trabajosamente hasta unas escaleritas. Apenas recordaba qué hacía ahí cuando de repente noté unos fuertes brazos que me empujaban ayudándome a salir del agua. Giré la cabeza y vi que era Viktor. ¡Claro, la segunda prueba! Cada campeón tenían que rescatar a un ser querido del fondo del Lago Negro, y yo era la persona a la que Viktor debía salvar. La verdad es que me ruboricé cuando me lo comunicó la profesora McGonagall. "Creo que usted es bastante importante para el señor Krum, Granger", me había dicho. Ron gruñó, y entonces la profesora le comunicó que Harry debería salvarlo a él. Obviamente no podíamos contarles esto a los campeones, pues debían adivinarlo ellos solos.

-Hermione, ¿estás bien?- me preguntó Seamus cuando me puse en pie sobre la plataforma de madera.

Asentí con la cabeza, aunque la verdad era que tenía mucho frío y estaba calada hasta los huesos. El chico me pasó una pequeña toalla por los hombros y se volvió para seguir hablando con Dean. Cuando Viktor salió del agua los chicos de Durmstrang comenzaron a aclamarle, y él levanto un puño de manera triunfante.

-Cinco minutos después de la hora...- escuché que Seamus le comentaba a Dean.

Decidí acercarme a Neville para preguntarle cómo iba la cosa y si Harry y Ron habían salido ya, pero entonces unas manos firmes me agarraron del hombro y tiraron de mí hacia atrás.

-Señorita Granger, señor Krum, síganme por favor- ordenó la señora Pomfrey, y nos condujo a un lugar apartado con varios bancos de madera.

Diggory y Cho, ambos envueltos en unas gruesas mantas, estaban sentados bastante acaramelados. Fleur estaba rodeada de un corrillo de amigas y parecía estar llorando, pero a parte de ellos no había nadie más. Algo había salido mal... La enfermera revisó que Viktor y yo estuviésemos bien nos dio también un par de mantas sin parar de hacernos preguntas y ofrecernos cosas, pero yo apenas le prestaba atención. Mis amigos no estaban allí, y cada vez que intentaba abrir la boca para preguntar por ellos era interrumpida por alguien.

-¿Dónde están Harry y Ron?- exclamé frustrada tras varios intentos, haciendo que varias personas girasen la cabeza para mirarme.

-El señor Potter y el señor Weasley no han subido aún- contestó madame Pomfrey solemnemente, y volvió a sus tareas.

Abrí los ojos aterrada y Viktor me pasó un brazo por los hombros. ¡Nosotros habíamos llegado tarde, ellos deberían de estar ya aquí!

-Herrmíone, trranquila, estarrán bien- me calmó Viktor-. Ven.

Me guió hasta una esquina y me miró a los ojos. Ni siquiera aquellos penetrantes ojos negros consiguieron relajarme. Aunque yo lo miraba intensamente, mis otros sentidos estaban puestos en las oscuras aguas del lago esperando la llegada de Harry y Ron.

-¿Sabes una cosa, Herrmíone?- me preguntó Viktor-. La pista que había dentrro del huevo de orro decía que teníamos que encontrrarr lo que más valorramos en el fondo del lago... Y desde entonces estuve convencido de que deberría rrescatarrte a ti- explicó dulcemente, haciendo que me sonrojase-. Yo... Yo había pensado que tal vez este verrano... si no tienes nada que hacer, clarro... podrrías venirr a visitarrme a Bulgarria... Si quierres...- terminó un poco nervioso.

Sonreí y le acaricié suavemente la mejilla.

-Me encantaría...- susurré, aunque en el fondo dudaba que eso fuera posible.

Él me devolvió la sonrisa, puso su mano sobre la mía (que seguía en su mejilla) y continuó hablando:

-He estado pensando sobrre lo de la otrra noche en el baile- dijo, y se me aceleró el corazón. No habíamos vuelto a hablar del beso a pesar de que yo apenas podía pensar en otra cosa-. Yo jamás había sentido algo así porr alguien, Herrmíone, y...- aparté la mano de su cara y lo miré a los ojos, poniendo ahora los cinco sentidos en él-. Eh... Herrmíone, tienes... tienes un escarrabajo en el pelo.

-¿Qué?- pregunté sorprendida. Aquello no era lo que esperaba, la verdad.

Viktor dirigió su mano a mi pelo y cogió un gordo bicho negro con unas extrañas marcas alrededor de los ojos. Me lo mostró y lo tiró al suelo, lejos de nosotros. Por las barbas de Merlín, ¿qué hacía aquella cosa en mi cabeza?
Había sido una situación tan ridícula que comencé a reír, aprovechando el momento para echarle otro vistazo a las escaleritas... "Ron, Ron, ¿dónde estás?"

-Te quiero- dijo entonces una voz, y paré de reírme al instante.

Por un momento imaginé esas palabras saliendo de los labios de mi amigo pelirrojo, no sé por qué, pero cuando levanté la cabeza vi a Viktor colorado y mirándome sin apenas pestañear.

Yo no sabía qué decir o qué hacer. Aquello no me lo esperaba para nada a pesar de que nos habíamos besado. No sé qué cara había puesto, pero Viktor parecía triste. Tal vez debería haberle dicho lo mismo o lanzarme y darle otro beso, pero...

-Lo siento- se disculpó.

Entonces volví en mí misma.

-No, no, Viktor, si yo...- no pude continuar.

¿Yo también? ¿Estaba totalmente segura de eso? Llevaba días pensando que lo amaba, pero ese "te quiero" saliendo de los labios de Ron había sonado tan bien...

Aun así Viktor pareció entender que yo TAMBIÉN, porque me cogió la mano y comenzó a acercar su rostro al mío lentamente. Y entonces sucumbí y me dejé llevar, pero cuando nuestros labios estaban a punto de encontrarse de nuevo...

-¡Potter, Potter!- se oyeron unos vítores.

Puse mi mano sobre el pecho de Viktor apartándolo rápidamente y giré la cabeza. Entre la multitud de gente que se agolpaban en las escaleras divisé unas gafas, un pelo pelirrojo y otro casi plateado.

Gabguielle!- exclamó Fleur Delacour, que pasó corriendo como un rayo hacia el grupo de gente.

Miré a Viktor y él pareció entenderme porque dijo:

-Lo entiendo, son tus amigos.

Así que salí corriendo detrás de Fleur, me abrí paso a codazos entre la gente y me abalancé sobre Harry, que estaba sentado en el suelo temblando y totalmente empapado de agua. Me había tenido tan preocupada...

-¡Harry! ¿Estás bien?- me quité mi manta y se la eché por encima. Mi amigo asintió-. ¡Oh, muy bien Harry, lo hiciste! Averiguaste el modo y todo por ti mismo...

Harry hizo una mueca. Yo sabía que le había costado mucho descifrar el huevo y averiguar cómo enfrentarse a la prueba, pero finalmente lo había logrado y me sentía muy orgullosa de él. Lo besé en la cabeza y me levanté para abalanzarme sobre Ron, pero entonces mis ojos se volvieron dos finas rendijas al ver cómo Fleur lo besaba en la mejilla dejándolo con cara de imbécil y rojo perdido.

-Mercy...- soltó Ron tocándose la mejilla cuando la francesita de las narices se hubo marchado.

Y con el ceño fruncido y los brazos cruzados me di la vuelta sin hacerle ni puñetero caso. En serio, ¿cómo alguien podía llegar a comportarse de forma tan estúpida por una chica... poco más guapa que el resto? Bueno, al menos yo tenía a mi querido Viktor...

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