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Objetos perdidos

Y aquí el último capítulo antes del epílogo.  Gracias por todo <3!!!!

Si habrá segunda parte y se llamará Warrior.

Disfruten ^^

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Capítulo 38

KATHIA (P.D.V)

Abrí los ojos poco a poco y tuve que volver a cerrarlos. Veía borroso y nada de lo que había a mi alrededor parecía claro. La cabeza me iba a estallar, sentía las manos, las piernas y el culo dormidos. El cuello también me dolía.

Solté un gemido al intentar colocar bien la cabeza. La había tenido en todo momento en una posición incómoda.

Abrí los ojos de nuevo y aunque por un momento todo pareció borroso otra vez, poco a poco la vista empezó a volver a la normalidad.

Miré a mi alrededor.

Me encontraba en algo parecido a un almacén. Ví sillones y alguna que otra televisión. Miré hacia arriba y encontré a personas caminando en los salientes. Algunos estaban apoyados en las barras y miraban hacia abajo mientras se fumaban un cigarro y otros caminaban de allá para acá.

Recordé lo que había pasado.

Habíamos estado en la parte delantera de la casa mientras Byron gritaba, cuando Michael,Sean y Paul cayeron al suelo. Lo último que vi fue caer a Mel antes de sumirme en una negrura.

El corazón empezó a ponerseme a mil. Nos habían cogido.

Frenéticamente intenté levantarme de donde había estado sentada, cuando noté que mis piernas y mis manos habían estado amarradas a una silla. 

Oí un gemido a mi lado y rápidamente giré la cabeza. Justo a mi lado se encontraba Mel, mirándo rápidamente a todos lados. Pude ver como la comprensión alcanzaba sus ojos y como poco a poco empezó a ponerse más y más pálida.

- Mel -Dije en un susurro.

Rápidamente giró su cabeza hacia a mi y vi la confusión en su mirada, al igual que el miedo.

- ¿Qué ha pasado?¿cómo hemos llegado aquí? -Preguntó en un tono de voz igual que el mio.

- Nos han cogido.

La vi ponerse más pálida si es que eso era posible.

- ¿Y Sean?¿y los demás? -Preguntó mientras intentaba calmar su respiración.

Había estado tan asustada que nisiquiera me había detenido a pensar en ellos. 

¿Estarían bien?¿dónde estaban?¿por qué no estaban con nosotras?

- No.. no lo sé -Dije en un pequeño tartamudeo.

Nos quedamos en silencio por un momento y la oí coger aire a la misma vez que yo. Estabamos intentando relajarnos. Nos habían entranado para nunca entrar en pánico ante una situación como ésta. 

Teníamos que ser fuertes y afrontar lo que se nos venía encima.

- Tenemos que intentar salir de aquí -Dijimos las dos a la vez.

Nos miramos y sonreímos.

Si, estabamos en una MUY mala situación. Pero nos teníamos la una a la otra y teníamos la confianza suficiente en nosotras para pensar que podíamos salir de allí.

- Me cago en la puta -Dijeron.

Rápidamente viramos nuestra cabeza hacia el lugar de donde provenía esa voz. De los sillones que había visto antes, una cabeza asomó.Y luego otra, así hasta ver 5 cabezas mirándose confusamente.

- ¿Qué coño.. -Empezó Sean pero cuando su mirada reparó en nosotras. Se puso de pie rápidamente.

Todos los demás miraron en nuestra dirección y pude ver como Byron se ponía pálido antes de levantarse y empezar ha andar con paso rápido hacia nosotras.

- Quietos -Gritó una voz desde la parte de arriba.

Por un momento me había olvidado completamente de ellos. El mero hecho de haber visto que aquellos chicos, pero sobretodo Byron, estaban bien.. me había hecho olvidar donde estabamos.

Todos alzamos la cabeza y nos encontramos a al menos doce hombres apuntandonos con sus armas.

- No.. -Empezó a decir uno de los hombres antes de que una puerta se abriera y empezasen a entrar coches dentro. Todos los hombres de la parte de arriba bajaron las armas y volvieron a sus posiciones.

Las manos empezaron a sudarme, el corazón iba a mil.

Los coches pararon y las puertas del primer coche que había entrado se abrieron. Por un momento lo único que fuimos capaz de ver fue unos zapatos de punta bajándose del lado del conductor y unos zapatos de tacón negros del lado del acompañante.

Las puertas se cerraron y por un momento estuve a punto de soltar un suspiro antes de vovler a tensarme de nuevo.

Las personas que se habían bajado del primer coche no eran ni más ni menos que Robert y Erika Wayland. Los padres de Byron.

BYRON (P.D.V)

Realmente estaba a punto de sufrir un ataque al corazón cuando vi todos aquellos coches entrar en el almacén.

Cuando vi a mis padres bajar del primer coche, un suspiro colectivo procedente de mis hermanos y de mi, llenó aquel maldito almacén.

- Papá,¿qué está pasando aquí? -Preguntó Travis acercándose a ellos.

Mi padre levantó una mano y Travis se paró a medio camino. Miró hacia nosotros con el ceño fruncido y luego volvió la vista hacia nuestros padres.

- ¿Qué pasa? -Preguntó esta vez con cautela sin moverse un solo centímetro. 

Aquella situación me estaba dando mala espina. 

De todos los demás coches empezaron a bajarse personas de mi familia, también amigos que había tenido durante toda mi vida y sus familias.

Miré hacia atrás y clavé la vista en Mel y Kathia. Estaban amarradas a una silla mirándo fijamente la situación que estaba dándo lugar delante de mis narices.

Kathia dirigió la mirada a mí y frunció el ceño con preocupación.

¿Qué pasa? deletreó sin hacer ningun ruido. Yo solamente moví la cabeza en señal de negación. No sabía lo que estaba pasando.

- ¿Qué está pasando? respóndan -Dijo Paul posicioandose al lado de Travis y mandando una rápida mirada hacia atrás donde se encontraban Kathia y Mel.

Por un momento la rabia me hinundó, pero tomando una larga bocanada de aire me relajé. Aquel no era momento para tener un ataque de celos.

- ¿Qué qué pasa? -Dijo nuestro padre soltándo una carcajada seca.

Un escalofrió nos recorrió a mi y a mis hermanos. Aquel tono que estaba usando era el mismo que usaba cuando estaba muy enfadado. Nunca pasaban cosas buenas cuando usaba aquel tono y aquella carcajada seca.

- No se.. ¿qué puede estar pasando? ¿lo explicas tu, cariño? -Preguntó dirigiéndose a nuestra madre.

Ella nos miró severamente.

Tengo que admitir que jamás había visto una mirada tan seria en nuestra madre. Nunca. Y eso nos produjo otra ola de escalofríos.

- ¿Se atreven a preguntar que está pasando después de desaparecer durante casi una semana y con dos fugitivas de la mafia? -Preguntó en un tono bastante calmado mirándonos fijamente-¿se atreven a preguntar que está pasando después de haber estado en un fuego cruzado en una carretera?

Tragué. Aquello no me estaba gustando. Miré a mis hermanos y tenían la misma expresión que tenía que tener yo en aquellos momentos. Confusión, desconfianza.. todo a la vez.

- ¿Ha sido necesario tener que dispararnos con somníferos? -Pregunté cruzándome de brazos.

- Si, ha sido necesario porque sabía que ninguno de ustedes iba a dejar que cogiesemos a las chicas -Dijo nuestra madre.

Me tensé.

¿Coger a las chicas?¿por qué ibamos a oponernos? 

Solamente nos opondríamos si quisieran hacerles algo malo.

- ¿Coger a las chicas?¿qué mierda está pasando aquí? -Preguntó Sean.

- Vamos ha devolver objetos perdidos -Dijo nuestro padre antes de fijar su mirada en Kathia y Mel.

- ¿Qué? ¡NO! -Grité dándo un paso hacia delante.

Todos me miraron intensamente.

- No voy a permitir que esos italianos les pongan una sola mano encima -Dijo Travis cuadrándose de hombros.

- ¿Qué?¿acaso no sabes lo que hizo? -Preguntó nuestro tío dirigiéndose a él.

- Fue en defensa propia -Dijo Michael.

- Eso es lo que ella les ha contado, no significa que sea la verdad -Dijo nuestro padre.

- Es la verdad, hemos visto las pruebas -Dijo Paul descruzándo los brazos.

- No vamos a permitir que las toquen -Dije- y no es una amenaza, es un hecho.

Mi madre me miró fijamente, al igual que mi padre y unas pequeñas sonrisas se extendieron por sus rostros.

- Vas a ser genial,Byron -Dijo nuestro padre antes de que se oyesen los motores de unos coches fuera del almácen.

- Cójanlos y tráiganlas -Dijo nuestro padre antes de vernos rodeados por nuestros primos y amigos.

Todo fue demasiado rápido, en un momento mis hermanos y yo estabamos de rodillas en el suelo con las manos exposadas a las espaldas y unos hombres estaban cogiendo a Kathia y a Mel que nisiquiera estaban oponiéndo resistencia.

- ¡No! -Rugí mientras intentaba levantarme, pero un golpe me hizo caer hacia delante y encima de mi noté a Malcom, uno de mis mejores amigos sentado encima de mi.

- Byron, esto es lo mejor -Susurró en mi oído- ellas volverán y todo ésto habrá acabado.

- No, no es lo mejor -Rugí removiendome debajo de él.

Odiaba a Kathia con todas mis fuerzas porque había besado a mi hermano. Pero la amaba también con todas mis fuerzas por la persona que era, por la persona que fue y por todos los momentos que habíamos pasado juntos.

- Tus padres están haciendo esto porque habían puesto precio a sus cabezas, tu y tus hermanos estaban en peligro solamente por el hecho de haberlas ayudado a escapar -Dijo.

- Las conoces, te llevas bien con ellas.. ¿por qué lo haces?¿por qué las vendes?-Pregunté mientras dejaba de oponer resistencia.

- Solamente mira -Se limitó a responder.

Alcé la vista desde aquella tan incómoda posición y observé como las agarraban mientras el almacén se empezaba a llenar de más gente.

KATHIA (P.D.V)

Miedo. Eso era lo que sentía. Pero no por mi. Tenía miedo por Mel, porque ella no se merecía estar donde estaba, ella no tenía nada que ver con lo que yo había hecho.

- Vaya, vaya, vaya -Dijo la voz de mis peores pesadillas.

Levanté la mirada y miré fijamente al hombre que de pequeña me había tratado a las mil maravillas y que desde el último año me perseguía para darme caza. 

Mi tío Mauro.

- ¿Pero qué nos ha traído la tierra Americana? pero si es la Joya Benedetti y la pequeña princesa de los Carusso -Dijo con una sonrisa cruel mirándonos a las dos.

Ni Mel ni yo dejamos entrever nuestra emociones a pesar de que las dos estabamos cagadas de miedo.

El primer cachetón que me partió el labio no lo vi venir.

Escuché gritar a los hermanos Wayland.

Pasé la punta de mi lengua por la herida que me había hecho.

- Vaya Mauro, has dado con fuerza -Dije mientras le miraba fijamente a los ojos con una pequeña sonrisa.

Le quería. Si, a pesar de que él me odiaba y deseaba matarme con todas sus fuerzas, yo le quería porque era mi tío y yo tenía parte de culpa por el dolor que veía en sus ojos. Por la muerte de Alex,su hijo. Aunque él se lo había buscado, yo era quien había hecho que dejara de latir su corazón, pero la persona que tenía delante era quién realmente tenía la culpa, mi tío era quien le había hecho sentir odio hacia a mi y era por culpa de él que lo había matado.

El culpable siempre es el que aviva la llama.

- ¿Con fuerza? Kathia, esto no es ni una décima parte de lo que vas a sentir después de que te llevemos devuelva a Italia -Dijo antes de darse la vuelta y dirigirse hacia los Wayland.

Miré a Mel y en sus ojos vi miedo,pero no por ella, si no miedo hacia a mi.

- Una -Deletreó con sus labios.

Fruncí el ceño.. ¿una qué?

- Dos -Volvió a deletrar.

Entonces lo pillé estaba contando.

- Tres -Susurré yo antes de clavar mi codo en el hombre que tenía detrás. Él se inclinó hacia delante por el dolor. Cogí su cabeza entre mis manos y la llevé hacia mi rodilla. Sentí su nariz crugir por el dolor y cuando levantó la cabeza le propiné un puñetazo en el ojo, un rodillaso en los huevos y cuando le quité el arma de la cintura, le pegué un tiro en la cabeza. Un tiro que se unió al que le pegó Mel al otro tio.

Nos dimos la vuelta y levantamos las armas apuntando.

Teníamos a más de cincuenta personas apuntandonos también. Pero no me importaba.

- ¿Quién es el siguiente? -Sonreí mientras le quitaba el seguro a la pistola.

- Kathia -Rugieron. Giré mi mirada hacia el poseedor de esa voz. El hombre que más quería en este mundo.

Y lo que vi me hizo crecerme un poquito más, en sus ojos no vi censura u odio. Vi orgullo.

Mi padre seguía queriéndome.

- Papá -Dije con una gran sonrisa.

Él también tenía un arma en la mano, pero a diferencia de todos los demás, él no estaba apuntando a nadie. Solamente me miraba fijamente con una gran sonrisa.

Derepente una de las puertas del almacén fue echada abajo y varios coches empezaron a entrar en el almacén.

Puertas se abrieron y cerraron y de ellas aparecieron personas que jamás creí ver de nuevo.

Marcello,Bruno,Jev,mis hermanos y bastantes chicos del equipo de fútbol de la universidad.

Después de una serie de golpes más, los Wayland estaban en pie y estaba apuntando con sus armas mientras se acercaban a nosotras.

- ¿Estás bien? -Preguntó Byron en mi oído.

- Ahora, perfectamente -Dije mientras agarraba su mano y me pegaba a él.

Antes había tenido mis dudas. Y antes pensaba que amaba a Paul, pero no, no lo hacía, solamente me quedaba cariño para él.. pero a Byron... a Byron le amaba.

- ¿Qué es esto? -Gritó mi tío ante todo lo que estaba pasando- Francesco,Gianluca.. ¡vengan aquí!

- No Mauro, ella es nuestra hermana -Dijeron antes de posicionarse a mi alrededor.

Lágrmias empañaban mis ojos. Lágrimas de felicidad. Estabamos rompiendo todas las reglas y estaba feliz. 

Y antes de que una guerra se iniciase. Dos personas hicieron aparición delante de todos ellos.

Dos personas de un rubio casi blanco, ojos azules y sonrisas angelicales.

Mi madre y.. mi madre y Ettore.

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