Capítulo 4
Capítulo 4
BYRON (P.D.V)
Me arreglé como siempre: vaqueros un poco caídos, una camisa blanca ajustada, mi chaqueta de cuero negra y unas botas de motorista.
- Hola -Saludó Sean cuando apareció en la cocina.
- Buenos días –Saludé sonriente.
- ¿Por qué tan feliz?
- Pues porque tengo una amiga, la verdad es que es bastante increíble ¿Quién lo diría? hazme caso, si hace una semana me hubieses dicho que yo tendría una amiga ¡me hubiese reído en tu jodida cara, hermano! es completamente increíble -Dije mientras cogía las llaves de la moto.
Él me dio una mirada de escéptica y luego cerró la puerta de nuestra casa.
- Tira anda, ¡tira! -Dijo cuándo empezó a bajar las escaleras, yo solamente pude sonreír.
Yo, Byron Wayland, el chico al que la mitad de las chicas de la universidad y de mi barrio odiaban, ¡tenía una amiga! eres jodidamente increíble ¿quién lo diría? Por algún extraño motivo nunca había sido capaz de tener una amiga. Amigos hombres a montones, pero amigas... nunca.
- ¿Quieres dejar de pensar en que tienes una amiga? -Preguntó Sean mientras abría su coche- es lo más normal del mundo tener a alguien del sexo opuesto como amiga. En serio, ¿qué bicho te picó? ¡Es lo más normal del mundo!
Yo solo pude reír.
Subí a mi moto y con una gran sonrisa arranqué con dirección a la universidad... ¡Estaba deseando verla! ¡Estaba deseando pasar el día con ella!
KATHIA (P.D.V)
Me terminé de maquillar y sonreí a mi reflejo. Llevaba puesto unos pantalones negros ajustados, unos tacones de cuña blancos de Alejandro Ingelmo, una camisa blanca ajustada de manga hueco con una chaqueta de cuero negra.
- Waoh... vas sexy -Dijo Bridgit cuando entró a la habitación, yo sonreí.
- Gracias.
Me lo había planchado y mi pelo castaño con mechas californianas caía recto hasta la mitad de mi espalda.
- Parece que el maquillaje que siempre llevas, resalta más con esa ropa -Dijo.
Era verdad, para ir a clase únicamente me pasaba kohl en los ojos, me echaba un poco de rímel y de vez en cuando me echaba un poco de brillo, pero hoy parecía que resaltaba muchísimo más. Mis ojos verdosos brillaban y mi sonrisa estaba totalmente perfecta debido al blanqueado que me había hecho en los dientes.
- Que suerte tienes de tener los dientes completamente rectos, yo todavía tengo que esperar un año más para poder quitarme estos malditos brackets -Dijo Bridgit mientras se pasaba el kohl en los ojos.
- Es lo bueno de haberme puesto los aparatos con once años -Sonreí inconscientemente- además, con brackets o sin ellos tienes una sonrisa muy bonita y además eres muy guapa... ¿qué más da? ligas mucho.
Ella rio dándome la razón.
- Bueno, nos vemos a la tarde -Dije mientras salía de la habitación.
- Adiós -Oí antes de cerrar la puerta.
BYRON (P.D.V)
Me bajé de la moto y tras dar cinco pasos, Sean me alcanzó.
- Me pregunto cómo será el día de hoy para ti -Dijo Sean con una pequeña sonrisa, yo solamente negué con la cabeza.
Estaba absolutamente ansioso por pasar tiempo con Kathia pero debía ser paciente, éramos solamente amigos y no quería asustarla con mi actitud...
- Hola Byron -Dijo una chica al pasar por mi lado con una sonrisa, yo no pude hacer otra cosa que devolvérsela.
Era alta y delgada, no tenía muchas caderas, ni tampoco tenía una agradable parte trasera, pero era bastante mona y tenía unas piernas interminables, su pelo negro le llegaba hasta un poco más abajo de la mitad de la espalda y tenía unos bonitos labios con forma de corazón.
- Hey, quieto -Dijo Sean agarrándome del brazo cuando iba a seguirla.
- ¿Pero qué haces? -Pregunté frunciendo el ceño- ¿has visto lo buena que está? tengo que seguirla... será mi nueva conquista.
- ¿No te cansas nunca? -Preguntó Mel apareciendo de repente.
- No, no me canso nunca -Sonreí.
- No tienes ningún tipo en específico, ¿no? Si te gusta, vas a por ella.
- Es guapa y tiene unas piernas interminables, eso es lo único que me interesa –Repliqué.
Por mi cama había pasado toda clase de chicas: rubias, morenas, pelirrojas, altas, bajas, delgadas, no tan delgadas... me lo había pasado bien y toda chica aunque no fuese excepcionalmente preciosa, sabía montárselo bien entre mis sábanas y eso era lo que importaba. Además, una chica con bastante seguridad como para pasar cerca de ti y hablarte coquetamente, aseguraba diversión.
- Eres de lo que no hay -Dijo Sean con una pequeña sonrisa.
- Lo sé hermano, lo sé. Oye Mel, ¿y Kathia? -Pregunté mientras jugaba con las llaves de la moto.
Antes de que Mel me contestase las llaves se me cayeron, me agaché a recogerlas y cuando estaba dispuesto a levantarme, unos tacones blancos aparecieron en mi visión; empecé a subir la mirada y no pude evitar sonreír excesivamente al ver las magníficas piernas que llevaban esos tacones. Mi mirada siguió subiendo y me encontré con unas caderas bonitas y desde mi posición, podía decir que un culo exageradamente apetecible. Mi mirada siguió ascendiendo y una chaqueta de cuero entró en mi visión, seguida por una blusa blanca ajustada que dejaba a la vista que bajo ella no había grasa. Más arriba una parte delantera que me hizo la boca agua para al final encontrarme con la blanca sonrisa de Kathia.
Casi me caigo de culo.
Joder con la niña -Pensé mientras me ponía en pie de nuevo.
- Ahora mismo estaba preguntando por ti –Saludé.
- Bueno, aquí me tienes.
No podía quitarle la vista de encima, ¡estaba jodidamente buena!, ayer cuando habíamos salido a comer había notado lo guapa que estaba incluso con unas nikes, ¡pero admitámoslo! los tacones blancos le estilizaban las piernas de una forma increíble.
Relájate Byron, respira, es tu amiga ¡recuérdalo! -Pensé.
Dios, pero es que está tan buena -Volví a pensar.
- ¿A dónde vas a ir así vestida? -Preguntó Mel haciendo que yo dejara de pensar rápidamente en lo buena que estaba, para interesarme por su destino.
- Tengo algunos asuntos que resolver -Contestó ella mirando a Mel fijamente.
Parecía que en unos segundos todo se había paralizado para ellas y que se estaban comunicando simplemente con la mirada diciéndose más de lo que Sean o yo pudiésemos imaginar.
- Vale -Dijo Mel.
- ¿A dónde vas a ir? -Quise saber.
- Tengo temas que resolver, ¿Tengo que recordarte que soy una estudiante extranjera? -Dijo.
- ¿Qué asuntos? –Pregunté. Mel estaba visiblemente tensa y pude ver que la irritación de Kathia empezaba a subir, claramente no le gustaba que le hiciesen preguntas sobre su vida.
- Tengo temas pendientes que resolver y que no son de tu incumbencia, así que ahora me voy. Mel por favor toma apuntes -Dijo después de darle un beso en la mejilla- No te preocupes.
- No me preocupo -Dijo Mel casi en un susurro, pero fue un susurro lastimero.
¿Qué estaba pasando allí? Miré a Sean, él ya me estaba mirando con la misma expresión de confusión que seguramente tenía yo.
- Adiós, chicos -Dijo Kathia con una sonrisa pequeña y tensa, muy tensa.
¿Qué demonios estaba pasando?
- Mel, ¿qué ocurre? -Pregunté cuando ella se alejó.
Por un momento me perdí en el movimiento de sus caderas ¡la maldita estaba condenadamente buena!
- Nada, simplemente tiene asuntos que resolver con la universidad y el banco -Dijo ella con un tono de voz preocupado.
- ¿Por qué no la has acompañado? -Pregunté.
- Porque hay cosas en las que yo no pinto nada. Así que vámonos a clase, ella va a estar bien -Dijo, pero parecía que lo decía más para convencerse a sí misma que a nosotros.
- ¿Qué pasa? -Pregunté a Sean cuando Mel se adelantó para entrar a clase.
- No lo sé, te juro que jamás he visto a Mel así de rara. Es... extraño, ¿viste cómo se comunicaban con la mirada? yo te conozco más de lo que te piensas y sé que tú a mí también, pero esos casos de comunicación con la mirada jamás lo habíamos hecho. Pero ellas... fue como si supiesen exactamente lo que la otra piensa -Dijo con el ceño fruncido mientras caminábamos.
- Sí, ha sido raro... pero bueno, las mujeres son raras ¡no hay quien las entienda! y menos a las Europeas -Sonreí.
???? (P.D.V)
No veía nada, todo estaba oscuro. Una bolsa me cubría la cabeza y notaba la humedad allí donde estaba.
Cuando oí pasos acercándose a mí, no pude evitar asustarme, eran pasos de varias personas y venían en un silencio arrollador. Oí la puerta de la celda abrirse y luego como una persona se acercaba a mí.
No iba a asustarme, no iba a acobardarme. Había esperado esto durante mucho tiempo, solamente había tenido suerte este año. Era cuestión de tiempo que me encontraran.
La bolsa desapareció de mi cabeza y la poca luz que había allí fue extremadamente molesta y me cegó por un momento. Llevaba varias horas sin haber visto algún tipo de luz.
- Vaya, vaya, vaya. Pero mira a quién hemos encontrado por fin –Dijo Mauro, el hombre que tenía delante. Lo conocía perfectamente. Igual que a los tres chicos que tenía detrás- Todo esto es tú culpa, si nos hubieses hecho caso.
No había cambiado nada desde la última vez que lo había visto.
- El tiempo se ha acabado, hemos encontrado una pista –Dijo. Me tensé y vi como los chicos también se tensaron.
Ellos habían estado conmigo desde el principio, pero no podían ponerse en peligros. Ellos eran una pieza importante en esta partida de ajedrez en la que en vez de proteger al rey, protegíamos a la reina.
Sabía lo que significaba que el tiempo se había acabado, lo sabía perfectamente. Había recibido una nota hacía una semana en la que alguien había escrito esas palabras, de nada me hubiese servido intentar escapar, al final me encontrarían, siempre lo hacían.
Igual que encontrarían a la reina y a su peón.
El tiempo se había acabado.
No podíamos hacer nada.
La verdadera partida había comenzado.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro