Parte 3: Sombras de otro tiempo
ROMPIENDO EL SELLO
PARTE 3: SOMBRAS DE OTRO TIEMPO
El joven levantó la mirada al instante. Sus ojos brillaban como si cada palabra que ella decía tuviera un peso especial. Por un momento, parecía que todo lo demás en el mundo se detenía.
—Si, justo de esa forma —se acercó más a ella. La examinó con cuidado. La joven frente a él vestía un conjunto de ropa muy extraño de color rosa, parecía estar a juego. —Tu casa es muy rara, ¿Dónde está el fogón? Tu atuendo es muy revelador, puedo ver tus muslos y piernas, así como tus brazos —mencionaba con el ceño fruncido en desaprobación, —¿Cómo puedes iluminar tan bien está zona con una vela ahí? —Apuntó al techo, a la lámpara.
Uraraka miró también el techo y suspiró, el dolor de cabeza seguía como una punzada, sabía que su sueño había sido perturbado y que tardaría horas en volver a su cama.
Lo más importante: ¿Cómo le iba a explicar a un yokai las cosas fantásticas que la tecnología ofrecía a los humanos?
Parecía un niño de preescolar, con las típicas preguntas de "¿Por qué el cielo es azul? ¿Por qué la luna me sigue? ¿Por qué el sol brilla? ¿Por qué?".
Uraraka suspiró cansada, pasó al lado del yokai y abrió un cajón de uno de los muebles de la cocina. Sacó una pequeña cajita de píldoras, después abrió el refrigerador y se sirvió un vaso de agua y se tomó la píldora.
Él miró más extraño como el objeto grande al abrirse sintió una pequeña brisa de aire frío.
—¿Eres una bruja? ¿Una sacerdotisa malvada? —Preguntó cruzándose de brazos. Uraraka se sintió ofendida.
—Soy una humana. Mi nombre es Uraraka Ochako, soy estudiante universitaria, tengo 18 años, 19 en unos días —puso sus manos en su cadera. —Trabajo en el museo donde llegan reliquias antiguas para exhibirlas, también estatuas y ahí te vi... —él arrugó sus cejas confundido. —Eras una estatua, y... por lo poco que leí de ti en la carpeta que mi jefe me dió... —se tocó su cuello, no sabía cómo decirlo, —has estado atrapado por siglos, Deku.
—¿Q-qué? —El susurró se escuchó como si se ahogara con su propia saliva.
Dio unos cuantos pasos hacia atrás, chocando con la pared de madera. Y se dejó caer de rodillas al suelo, en sus ojos reflejaban la confusión, el dolor y la aflicción. Uraraka mordió su labio inferior, caminó hacia él y puso su mano en su hombro, Uraraka notó cómo tembló ante su suave toque, arrugando sus cejas con tristeza y parte de su kimono, igual que en su sueño se veía un poco desgastado.
—Lo siento... —le dijo con su dulce voz, mostrándole que empatiza con su dolor.
Deku la miró, a esos cálidos ojos color chocolate. Y por primera vez en mucho tiempo, no vio el miedo, el odio o la tristeza. En esa jovencita, sus ojos reflejaban sinceridad, amabilidad y sobre todo, la comprensión.
El yokai pasó saliva, pero no era la misma sensación de ahogarse, sino de tener la boca seca. Luego ella pasó su mano por su espalda dando una cálida sonrisa. Un trueno rompió el silencio en la cocina, Uraraka se espanto y su cuerpo dió un brinco, pero él, Deku la miraba embelesado y tomó su mano, no le importa el trueno, había estado acostumbrado a escucharlos, pero, el sonido en lugar de ser aterrador, fue más como una melodía.
Uraraka después de pasar por el susto miró la mano de Deku sujetarle con fuerza dándole la impresión de que no quería que ella se alejara. Comenzó a llover, empañando las ventanas.
—No anunciaron que habría tormenta —dice con una sonrisa nerviosa para romper el silencio. Él parpadeó y soltó el agarre del brazo. Uraraka inconscientemente tocó la misma zona que el sujetó.
—Culpa mía —susurró él mismo mirando el cristal con las gotas de la lluvia que él había provocado. —Aun no entiendo que hago en tu casa —respondió con seriedad. —Y también si sabes quién soy, —hizo una pausa, tomó aire, tenía que saberlo, esa joven le causaba curiosidad. Ella lo miró atenta esperando a que siguiera, la mirada intensa sobre su persona la sonrojó. —¿Por qué no me tienes miedo? Te recuerdo que soy un yokai.
—Sé lo que eres —le respondió en el mismo tono serio. —Y no te tengo miedo, quizá sí debería de hacerlo, de temerte. He leído sobre otros yokais y fueron mercenarios, pero tú no me das esa sensación de estar en peligro, así que no voy a huir —sonrió un poco —este es mi departamento, me voy a quedar aquí. Sé que debes estar muy confundido y yo también, mañana iremos a mi trabajo para saber las respuestas.
—Tu eres diferente, Ochako —le dijo con una sonrisa. Ella se sorprendió. —¿Dije algo fuera de tu agrado?
—Nadie me habla por mi nombre. Trato de que no lo hagan, no me gusta encariñarme con las personas. —Le da la espalda y busca entre la alacena de la cocina una bolsa.
—¿Por qué no?
—Simplemente no —hace una mueca que Deku no pudo ver. —No puedo permitirme encariñarme con las personas y que esas personas se encariñen conmigo, así evito un dolor —toma la bolsa, se gira y la lleva en su pecho.
Deku asiente comprendiendo sus palabras.
—Tu filosofía está mal.
—¿Mi qué? —Arquea una ceja. Él asiente con una sonrisa.
—No puedes controlar todo, créeme. Lo he intentado desde que tengo memoria. No puedes evitar lo que una persona piensa o siente respecto a ti. Evitar el dolor es una tontería, como si quisieras evitar la muerte; algo imposible. En esta vida vas a llorar, a sufrir —ella frunció el ceño.
—Ok, gracias, supongo —abrió la bolsa en un gesto rudo, pues se molestó con lo que escuchó.
—Pero también vas a reír, a sonreír, a amar —Uraraka sintió una presión en su pecho. No, no quería amar. —Es parte del ciclo y solo lo tienes que aceptar. No puedes esperar a que la lluvia pare, tienes que caminar bajo la lluvia y disfrutarla, ver lo positivo y aprender de eso.
Uraraka rio un poco, rompiendo la ilusión de la inspiración de Deku. Él no dijo nada, solo la vio reír, no parecía una risa burlona con fines de arrogancia, simplemente era una risa.
—En serio no pareces un yokai, eres más como el tipo de espíritu bondadoso que protege. Bien, gracias por tus palabras, las voy a tomar en cuenta «más o menos». Estabas husmeando por mis cajones, debes tener hambre, ten —le puso la bolsa de mochis en su pecho, él la sujetó. —Son mis favoritos, pero los voy a compartir.
El estómago de Deku rugió. Ambos rieron, Deku tomó un pequeño mochi, disfrutó del pequeño aroma dulce, lo examinó con cuidado y dió un mordisco.
—Huh —dijo al terminar de saborear —vagamente recuerdo está textura, me gusta.
—Me alegra, seguro en tu tiempo debió de existir una versión muy primitiva del mochi.
—¿Entonces ya no usan el fogón y las velas? ¿Duermes en tatami o en un futón? —Preguntaba con la boca llena, Uraraka sonrió con ternura, le gustaba la emoción que tenía.
Uraraka caminó llegando a la sala, dónde solo había un sofá para dos, una televisión plana pequeña, de unas 32 pulgadas, una pequeña mesa cuadrada con dos sillas. La cocina es estrecha y apenas podrían caber dos personas.
—En ninguna —respondió, vio la desilusión en el rostro del yokai. —Tranquilo, aún se siguen usando, pero muy poco, tengo una cama alta, imagina que tiene muchos futones apilados, así es —el asintió entendiendo y no dejaba de comer. —No se usan velas o aceite, es electricidad.
—¿Eletri-qué?
Uraraka tomó el control remoto y encendió la televisión. La imagen clara junto al sonido apareció, en la pantalla se estaba transmitiendo un anime, muy típico que no importa a qué hora se encienda, Japón siempre transmitirá anime.
—¡¿Qué?! —Corrió a la pantalla. Sus ojos brillaban de curiosidad y emoción. Tocó la pantalla y sus dedos conectaron con el vidrio, mostrando unos pequeños rayos. Uraraka arrugó las cejas, —¡Ochako es una caja mágica! Los dibujos se mueven y hablan, tienen vida, mira, mira —apuntaba la pantalla, dejó la bolsa de mochis en el suelo. —¡Wow, puedo sentirlo!
—¿Sentirlo? —Uraraka tomó asiento en el sofá. —Hace un momento ví que salían como unos pequeños rayos, así como la estática.
—¿Estática? ¿Qué es? —Preguntó con una amplia sonrisa. Ella negó.
—No, ví eso cuando tocaste la pantalla, ¿Cómo qué sentiste? ¿Qué sentiste? —Se encorvo en el sofá esperando la respuesta.
—¡Ohhh! Si —chasqueó los dedos al comprender su duda. Giró la cabeza buscando algo, pero no quería causar problemas, por lo que tomó otro mochi de la bolsa. Lo colocó en su palma y con su mano libre apuntó al mochi. —Observa bien, Ochako —sacó la lengua y un rayo pequeño y verde impactó en el mochi, dejándolo en un color carbón.
—¡Ahhh! —Se llevó sus manos a sus mejillas. —¡Ya recordé lo que leí! Deku, —lo miró a los ojos —eres el demonio de los rayos. Aquel que trae los truenos y la lluvia, pero el dios Katsuki te selló.
Uraraka llevó sus piernas hacia su pecho y colocó su mentón en sus rodillas, una posición que le gusta hacer cuando está pensando. Por otra parte, Deku, el yokai se quedó en silencio, cerró sus ojos, tratando de recordar.
Por supuesto que sabía quién es Katsuki, lo conoce muy bien, o algo así, han tenido sus encuentros, pero para el dios, Deku no es su amigo ni enemigo, se mantiene neutral. La vez que se conocieron fue en un lago, Katsuki había derrotado a un yokai en forma de lobo, muy grande y salvaje para ser un simple lobo, ese yokai había asesinado a una familia solo por tener hambre, devorar una o dos vidas, bueno, en palabras del dios, son cosas que pasan, pero matar a los demás solo por capricho, no, tenía que interferir.
Y por Deku, quien los yokais lo despreciaban por no tener el instinto asesino para hacer atrocidades lo marginaban, por eso su vida era tan solitaria. Los humanos huían o lo enfrentaban tan solo por ser un yokai, a pesar de que Deku los ayudará en traer la lluvia para favorecer la aldea y así tener cultivos, pero, un demonio siempre será un demonio.
Esa vez en el lago, Katsuki lo derribó, a Deku, en un hábil y rápido movimiento. A veces se encontraban por simple coincidencia, para Deku, ese dios era como un amigo, a veces conversaban, pero Katsuki no eran nada, no tenían ningún tipo de relación.
Quizá por eso mismo fue tan fácil para Katsuki sellar a Deku.
Fue entonces que abrió sus ojos.
—Ochako —le llamó, tenía la vaga certeza de saber que había ocurrido.
—Uraraka —le corrigió.
—Si, Kacchan me selló —ella arrugó las cejas. Le sorprendía que le pusiera un apodo cariñoso, extraño, si resulta ser el causante de su no-muerte. —Pero, lo hizo siguiendo una orden. De dónde vengo, existen las personas con poderes espirituales, de hecho cualquier humano la tiene, solo con un entrenamiento intenso o en contacto con lo anormal, está energía despierta, por eso las mujeres se convirtieron en sacerdotisas, protegían los templos de los demonios y los monjes realizaban los exorcismos, pero solo sirven con los yokais muy débil. Para los yokais más fuertes, los monjes o sacerdotisas realizan un conjuro para llamar a un dios.
Uraraka escuchaba atentamente.
—Pero, ¿Por qué te sellaron? ¿Por qué ya no hay más yokais en el mundo? A menos... —se llevó su mano a su boca, pasó saliva y sus ojos reflejaban miedo, —Deku, las estatuas que hay en el museo, ¿Eran como tú? Mejor dicho, ¿Son demonios sellados por un dios?
—Si... —alarga la vocal sintiendo pena. —Desperté, me preocupa que los demás también lo puedan hacer. Es imposible que se rompa el sello. Una vez, ví a Kacchan sellar a una mujer mitad araña, me dijo que es imposible que el yokai rompa el sello por sí mismo.
—Oh no —se llevó sus manos a su cabeza y estrujaba su cabello. —Definitivamente esto es malo, podría ser el inicio de una nueva era. Tenemos que ir mañana al museo. Pero... —dejó de estrujar su cabello y lo miró a esos ojos esmeralda, —¿Es personal, verdad? Está bien, si no me quieres decir por qué acabaste como estatua, de igual forma —se pone de pie —confío en tí, Deku —le sonrió y le estiró su mano para qué él la estrechará —encontraremos respuestas, evitemos que los yokais regresen y tú estarás libre.
Llovía a cántaros, algunos relámpagos se asomaban por las nubes, el cielo estaba agitado, así como el corazón de Deku. Era una muy extraña mezcla, se sentía agradecido de que esa chica de rostro redondo y mejillas sonrojadas lo tratará con tanta amabilidad, pero tenía miedo, era un sentimiento desconocido, muy lindo, y lo que tanto había deseado, la agitación de su corazón viajó hacia su estómago.
Le estrechó la mano. No podía dejar a la señorita así, le dio alimento y lo ayudaría a entender que había pasado con él.
—Gracias, Ochako —sonrió genuinamente. Ella sonrió un poco agitada y apretó un poco el agarre.
—Es Uraraka —su tono sonó a una advertencia que fue ignorada olímpicamente por el yokai. —Solo no te enamores de mí. Así es como inician los mangas, tienen una misión y después los protagonistas se enamoran mientras salvan al mundo, no sucederá.
—¿Manga? —Aun sujetando la mano de la chica. Decidió examinarla aún más, Uraraka lo notó y se sonrojo, —¿A las señoritas ahora les gusta mostrar el cuerpo? Se ven lindas tus piernas, pero haciendo eso solo vas atraer malos hombres.
Lo siguiente que Deku sintió en su rostro fue la rigidez de un cojín. Su cara quedó roja, Uraraka se zafó del agarre, su rostro tenía un muy marcado rojo en sus mejillas.
—¡Basta! —Apretó su puño. —Y yo que creía que eras inocente. Esto es un pi-ja-ma, ¿Lo entiendes? Se usan para dormir y son cómodas. Dónde vuelvas a decir comentarios así, buscaré un amuleto en un templo y te lo pondré en la cara para que te cause un exorcismo.
Deku se rio.
—Ochako, te dije que solo un dios podría sellar a los demonios fuertes, tu papelito solo me haría cosquillas, pero está bien —puso una mano en su pecho. —Te prometo no volver a decir nada.
Por órdenes de Uraraka, Deku durmió en el sofá con las luces encendidas, al principio ella se negó, muchas veces, pero Deku fue muy insistente. Le confesó que estar a oscuras le hacía recordar estar sellado; pues los primeras horas o posiblemente dias —incluso más que eso— Deku estaba consciente, sus pensamientos era lo único que escuchaba, si a eso se le podría decir, pero no podía ver nada más que un velo de oscuridad, la nada misma, no quería volver a repetirlo.
Por lo mismo durmió con las luces encendidas. Uraraka no quería, porque representaba un incremento en las facturas, su madre le ayuda con los gastos, pero Uraraka se niega, su relación no es la mejor, solo la adecuada, pero la joven es ahorrativa.
Uraraka ya no tuvo más sueños que involucran al yokai de los rayos.
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¡Volví! Sip, al final decidí publicar dos capítulos en esta semana. Si, qué más da, no importa.
Todo sea para terminar cuánto antes (?
No quiero afirmar nada pero quizá esté Oneshot -super largo- tenga unos 10 capitulos dependerá si las partes las dejo largas o cortas.
Jajaja guarde un fanfic, que trata sobre la redención de Víctor de la película El Cadáver de la Novia, la autora preguntaba si querían capítulos largos de unas 72 mil palabras, ¡Dios! Y yo tengo alrededor de 20,000 palabras -hasta ahora- me estaba cuestionando si publicarlo todo en un solo capítulo jajaja.
Si no pongo todo el Oneshot en una sola parte es porque se me hace tedioso leer todo en un solo capítulo, y luego estoy yo que me gusta hacer muchos párrafos, luego siento que se aburren y no quiero eso.
Solicite una portada para este fanfic -que es un Oneshot largooo-, así que se va a cambiar dentro de algunas semanas.
Una vez que pides portadas para tus fics ya no hay vuelta atrás jajaja
Nos leemos la próxima semana.
Pd: lamento las faltas de ortografía u.u
Pd ²: La imagen de arriba (muy arriba) es la portada anterior.
- Eclipsa, fuera 💜
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