Rompiendo el caparazón de vacío
Jaja, no se crean, no se cancela. De todos modos ni soy autora favorita, ni llevo meses sin actualizar (solo uno). Pero bueno, no lo hago más largo y les dejo el capítulo de hoy... 19/20 :)
Las luces del atardecer se reflejaban en el cielo gris, tiñendo las nubes de tonos cálidos que no lograban disipar la pesadez en el ambiente.
Tras aquella lluvia de recuerdos, parecía que ambos se habían quedado sin más que decir, Owayne quiso armar alguna frase, pero Seere se le adelantó.
—Siempre pensé que sería mejor no volver a enamorarme —comenzó Seere en voz baja, casi como si hablara consigo mismo—. Que eso me protegería. Que no tendría que volver a sentirme vacío o culpable. Pero no funcionó. Porque aquí estoy, sintiendo algo que no creí volver a sentir.
El pecho de Owayne se llenó de una mezcla de emociones: ternura, tristeza y una necesidad casi desesperada de encontrar las palabras adecuadas para calmarlo.
—Y está bien —dijo suavemente, acercándose lo suficiente para que su voz sonara reconfortante—. Amar no te hace débil, ni te hace menos digno. Lo único que demuestra es lo valiente que eres al sentir de nuevo.
—No sé si puedo hacerlo bien. ¿Y si tienen razón? ¿Y si lo único que hago es lastimar a las personas que amo? Es como si todos tuviesen razón y al final lo que le ofrecí a Taylor era solo...
Antes de que pudiera continuar, Owayne lo abrazó. El gesto fue tan repentino que sintió cómo Seere se tensaba al principio. Pero poco a poco, el cuerpo del otro cedió, y terminó hundiendo el rostro en su cuello.
—No es así —susurró Owayne, apretándolo con firmeza, como si con eso pudiera borrar sus dudas—. Nadie más que tú puede saber cuánto entregaste. Lo que importa es que lo hiciste con el corazón, con la verdad que eras en ese momento. Eso no es algo que pueda medirse.
Seere se separó ligeramente del abrazo, sus ojos centrándose en él con una tristeza serena.
—Pero siempre hubo algo que faltaba —murmuró, desviando la mirada—. Algo que tú no ves, pero que terminarás notando tarde o temprano. Y cuando lo hagas...
—Una vez leí —dijo, atrayendo su atención— que el amor tiene la forma correcta en diferentes maneras. Aunque tú no lo notes, creo que la manera en que diste todo por él sí fue suficiente.
—¿Y si lo que hago por ti no lo es?
—Tal vez todos pensamos, en algún momento, que podríamos haber dado más, pero el amor tiene que ser perfecto, solo real.
—Quizás a mí me tome más tiempo... —susurró—. Hace mucho que decidí no sentir.
—Hay espacio para todas las formas de amor en las personas, Seere —respondió Owayne con calidez—. Así como yo amo a mi padre, a Neal, a mis amigos...
—O a Shailon —lo interrumpió Seere, esbozando una sonrisa casi desafiante.
Owayne parpadeó, desconcertado.
—¿Cómo sabes sobre Shailon? —preguntó, con un tono que oscilaba entre la incredulidad y la sorpresa.
Seere ladeó la cabeza. Su mirada, ahora más tranquila, parecía esconder algo más profundo.
—Quizás porque lo conocí antes que tú lo mencionaras. —Hizo una pausa, entrelazando sus dedos—. Es el perro al que salvé de ser atropellado cuando terminé en el hospital donde conocí a Taylor... y donde te conocí a ti.
Las palabras de Seere se deslizaron con calma, pero para Owayne fueron un huracán. Su mente comenzó a hilar imágenes y recuerdos dispersos mientras se dejaba caer sobre la cama junto a Seere.
—¿Tú y yo...? —musitó—. ¿Nos conocíamos desde antes?
Seere lo miró con una sonrisa ambigua, una que Owayne no supo descifrar, mientras su corazón palpitaba más rápido ante la revelación.
—Aunque supongo que fue un evento demasiado irrelevante para recordarlo.
—Siempre fuiste tú —dijo Owayne en voz baja, como si, al pronunciar las palabras, estuviera descifrando un misterio que había permanecido en su mente durante años—. En ese entonces, cuando todo abrumador y oscuro Shailon fue mi ancla. Cada vez que lo veía sentía que no todo estaba perdido. Tú me diste eso sin saberlo.
—Curioso... —murmuró, con una ligera sonrisa—. Cuando decidí ser voluntario, fue porque vi algo en ti, Owayne. Algo que decía que no todo estaba perdido. Y eso me motivó a dar ese paso, a ayudar a los demás.
Owayne no supo cómo abarcar los sentimientos que le inundaban, miró el halo de luz que entraba por la ventana e iluminaba el rostro de Seere. Sus ojos azules se veían de un color más intenso y el carmín del atardecer combinaba con sus mejillas. Puso sus manos en estas y atrajo su rostro hasta casi unir sus labios con los suyos.
—Nunca te lo dije... pero siempre me pregunté por qué, después de todo eso, me sentí tan solo. Tal vez porque en esos tiempos tan difíciles me olvidé de lo que realmente importaba. Pero ahora... saber que desde entonces nuestras vidas ya estaban unidas, de alguna manera, hace que todo esto sea aún más especial.
Seere lo miró, y su sonrisa se transformó, suavizándose de tal manera que Owayne casi podía ver la serenidad que había llegado con las palabras de ambos.
—Es extraña la coincidencia que nos llevó a encontrarnos de nuevo.
Owayne asintió lentamente, sintiendo cómo su corazón se aliviaba un poco más.
—Estoy agradecido de que haya sido así. Agradecido de que, aunque no lo sabíamos, ya estábamos ahí el uno para el otro.
El aliento de Seere vibraba entre sus labios. Owayne se impulsó para alcanzarlo y rozar sus labios con los suyos en un beso que poco a poco se fue profundizando. Las manos de Seere ascendieron hasta sus mejillas y las acunaron con los pulgares y Owayne, con un suspiro ahogado, se entregó por completo a esa conexión que ahora sentía como si siempre hubiera estado destinada a ser.
Su corazón latía con prisa y un deseo imposible de ignorar crecía en su interior. Deseaba tocarle. Sus manos se dirigieron a la curva de su cadera y sintió a Seere estremecerse cuando se colaron debajo de su camiseta y tocaron directamente su piel.
Cuando el hormigueo en su entrepierna se hizo presente intentó apartarse, pero Seere le sujetó por la nuca, impidiéndolo.
—Está bien si continúas —susurró con una voz ronca y sensual que le erizó los vellos.
—Está bien si no te fuerzas a continuar —pronunció con la respiración entrecortada, intentando que su corazón latiera menos rápido.
Seere posó sus húmedos labios hasta su mandíbula, cerca de su oído.
—Deberías dejar de pensar que me estoy obligando a hacerlo.
Sintió su respiración cortarse cuando entendió que Seere estaba permitiéndole continuar. No deseaba que sus sentimientos se malinterpretaran y diera la impresión de que lo único que había buscado era satisfacer una necesidad carnal.
—¿Estás seguro?
—Incluso en una situación como esta te las ingenias para arruinar el momento —le sonrió con sarcasmo.
—Lo siento.
Owayne se levantó para confirmar que la puerta permanecía cerrada, en cuanto colocó el pestillo dio la vuelta, asegurándose de atesorar la escena: Seere sobre la cama le parecía más hermoso de lo que lo recordaba, sus ojos tenían un brillo inusual.
Apagó la lámpara y se deshizo de su camisa. Se situó encima de él y apartó con ternura un mechón de su frente.
—Te amo, Seere —manifestó y luego depositó un casto beso sobre la comisura de sus labios.
Su amante agachó un poco la cabeza, pero Owayne levantó su rostro dispuesto a repetirlo. Comenzó el ósculo de forma suave y lenta, y al notar que Seere se dejaba hacer experimentó mordiendo sutilmente su labio inferior.
Recorrió la cavidad con ahínco y sintió los latidos de su pecho acelerarse, a la par que sus pulmones exigían aire, contrariando el pensamiento de que solo la esencia de Seere bastaba para llenarlos.
Después de todo lo que habían sufrido, lo único que deseaba era poder hacerlo feliz, al fin y al cabo, él ya lo era.
Derribó a Seere, quedando él encima. Miró con detenimiento el bello semblante de la persona que amaba. Entrelazó sus dedos con los de Seere y comenzó a besar su clavícula. Seere mordió su labio, pero Owayne soltó su mano para pasar el pulgar sobre su boca.
Juntó sus frentes y respiró con dificultad. Tragó saliva y su índice comenzó a colarse por debajo de la camiseta de Seere, deslizándola hasta que quedó con el torso desnudo al igual que él.
Tomó la mano de Seere y comenzó a recorrerla con sus labios, hasta introducir su dedo corazón en su boca y lamerlo. Seere apretó los ojos, pero en ningún momento pidió que se detuviera.
Con delicadeza, Owayne trazó un recorrido del pecho de su amante a su ombligo, y luego descendió hasta la parte inferior de su vientre. Sintió el toque de las manos de su amante apretando sus hombros.
—Está bien —manifestó besando su frente, notando como las irises azules se escondían bajo los párpados temblando—. Sabes que puedo detenerme en el momento en que me lo pidas.
Seere negó y llevó su mano encima de su pantalón. Owayne advirtió que, al igual que él, estaba excitado y con cuidado desabrochó la prenda y la apartó.
Contuvo sus impulsos y repartió caricias por sus mejillas mientras con su boca descubría las curvas que trazaban los labios de Seere.
Coló su mano por debajo del bóxer, sintiendo la fina capa de vello entre sus dedos, comenzando a inquietarse y despojándose de la última prenda.
—Supongo que por fin podré contar el total de tus perforaciones —comentó divertido Owayne.
—¿Creías que era mentira?
—No, pero me alegra confirmar que no mientes.
Se abrió espacio entre sus piernas y se inclinó para comenzar a repartir besos en sus muslos. Seere echó la cabeza hacía atrás e intentó reprimir un quejido sensual.
—Está bien —susurró volviendo a dirigirse a sus labios— quiero escuchar tu voz.
Desplazó su boca hasta el cuello de su pareja y le mordió, haciendo que fuera imposible seguir ocultando sus jadeos.
—Justo así.
Luego del juego previo, y en el límite de su autocontrol, terminó de desvestirse. Situó las piernas de Seere a ambos lados de sus caderas, quien, por reflejo, las cernió alrededor de su cintura.
Tomó su mano y la besó en el dorso, acercó sus rostros lo suficiente hasta que sus respiraciones se mezclaron.
—Seere, puede que esto duela un poco, por eso necesito que relajes tu cuerpo, vale.
Él solo asintió con la voz entrecortada, apretando los ojos mientras le sentía entrar dentro suyo. Owayne supo que seguramente estaba soportando el dolor, puesto que las uñas de Seere se encajaban en sus hombros.
—¿Estás bien? —preguntó una vez dentro, intentando descifrar algún atisbo de incomodidad o dolor.
En cuanto el mayor asintió, comenzó un vaivén con cautela, aumentando progresivamente la cadencia. Su interior se encendió al mirar la perfecta expresión de éxtasis en el rostro de Seere.
Era como si su cuerpo se moviera por sí mismo, sus sentidos estaban nublados en la irrealidad de sensaciones. Aunque no tenía tanta experiencia dejó que sus instintos le guiarán.
Los movimientos y sonidos de ambos inundaban sus sentidos. En cuanto escuchó su nombre pronunciado por la voz entrecortada de Seere dejó de estar en sí. Paseó sus labios por todos los lugares a su alcance y contempló las caricias de su amante, que parecían más vividas de lo que seguramente serían.
Una placentera sensación le anunció que la consumación estaba próxima. Sintió los brazos de Seere rodearle y se empujó más a él, hasta que un escalofrío recorrió su espina dorsal.
—Te amo Seere, te amo, te amo, te amo —repetía incesante.
—Owayne, —pronunció, sujetando su cabeza entre sus manos— también te amo.
Ante aquella declaración una enorme sonrisa se dibujó en su rostro y las lágrimas de felicidad inundaron sus ojos.
Aquella noche en que se entregaba a la persona que amaba, algo que no hubiese imaginado también se volvía real.
Y al primero que se queje del lime en vez de lemon lo bloqueo >:v. No es cierto, tranquilos, son libres de expresar su amor y su odio, me pongo nostálgica porque ya estamos llegando al final, el próximo capítulo es el último de la primera temporada.
Gracias a todos y muy en especial a mi amado novio que, aun en contra de su voluntad, me ayudó a terminar el capítulo y a corregir algunas cosillas. Amor, si lees esto -otra vez- eres el mejor :)
También mil gracias Ro, te dedico el capítulo, no solo por ser una escritora estupenda y una lectora maravillosa, sino porque eres una inspiración (sí, la frase de "El amor tiene la forma correcta en distintas maneras" es propiedad suya, así que vayan a leer y denle amor)
Nos leemos la próxima.
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