Pasaron varios días antes de que las cosas regresaran a la normalidad. Ambos se esforzaban para que su relación funcionara, tal y como lo habían acordado.

Justo cuando todo parecía felicidad para ellos, una nueva inseguridad llegó a Owayne un día que recibió un mensaje de su hermano. En él expresaba que deseaba verlo, ya que tenía una buena noticia que deseaba darle en persona.

Desde entonces había estado más distraído que de costumbre, y la ansiedad en su pecho crecía cuanto más se acercaba el día del encuentro.

Sus piernas se balanceaban mientras esperaba a Chris, quien, tras notar su actitud, le obligó a verlo luego de las clases. Owayne miraba sus pies colgar en la fuente en la que se hallaba sentado, con los pensamientos hechos un caos.

—¿Por qué estás tan distraído?

Owayne se irguió al escuchar aquella voz y miró a Chris que llegaba hasta donde él. Se levantó y comenzó a caminar a su lado.

—Supongo que no soy bueno disimulando.

Owayne le miró nervioso por el rabillo del ojo. Continuaba pensando en las palabras que quería expresar, pero antes de lograr encontrarlas una chica se acercó hasta donde ellos, repartiendo algunos volantes.

—Hola, amigo —se dirigió únicamente a Chris—, te invito a la apertura de un nuevo bar, es hoy en la noche, habrá cerveza gratis.

—Seguro, gracias —se limitó a responder, tomando el volante y pasando de largo.

—¿Sabes? —insistió la chica situándose frente a él— si después de la apertura te quieres divertir estoy disponible. Es más, si ahora tienes algo de tiempo...

—Lo siento —la interrumpió—, vengo acompañado —declaró señalando a Owayne.

El desagrado inundó el rostro de la chica, quien no tardó en dirigirles una mueca de incomodidad.

—¡Qué asco! ¿Acaso eres gay?

—No, no lo soy, pero no te emociones porque tampoco soy coprófilo, por si no te queda claro: de las personas que gustan de la mierda porque veo que eso es lo que eres tú.

La chica abrió los ojos enormemente a causa de la furia y dejando caer los volantes, se abalanzó sobre él.

—Ey, ey, tranquila —pronunció con burla enganchando sus dedos con los de ella y haciéndola aullar de dolor cuando apretó—. Creí que venías en son de paz, ¿por qué no sigues trabajando, linda? seguro que alguien más aceptará tan "agradable" compañía.

Owayne intervino y les separó, pero apenas tocó a la chica, esta le empujó con repulsión.

—¡No me toques, maldito raro!

La poca gente que había no tardó en enfocarse en ellos y los murmullos entrometidos se volvieron audibles. La chica, sabiendo que estaba llamando la atención, levantó un puñado de volantes y se marchó.

Chris también comenzó a andar, ignorando al resto de personas, sabía que la autoestima de su amigo era frágil y encontrarse con personas como aquellas le hacía la vida más difícil.

Estuvo por decir algo, pero Owayne se le adelantó.

—Deberías ser más gentil, era una chica.

—Y una mierda, me da igual si fuera hombre o mujer, no me apetece ser amable con alguien que no lo es. Quizás así aprendan a cerrar un poco la boca.

Owayne bufó en rendición, después de todo sabía que Chris hizo aquello por él.

—Me recuerda a la vez que nos conocimos —sonrió con nostalgia—. Le dijiste exactamente lo mismo a aquellas chicas ¿No tienes más frases?

Chris también rio al notar que su amigo parecía un poco más alegre.

—Sí, pero las usaré cuando esta ya se haya hecho famosa —encogió los hombros y sacó un cigarro de su caja para ponerlo en su boca y luego encenderlo.

Owayne infló sus cachetes para evitar que se le escapara una carcajada.

—Sí, claro.

—¿Y bien? Luego de la desagradable distracción supongo que estás listo para decirme por qué has estado tan fuera de ti últimamente.

Owayne soltó un suspiro prolongado y miró a su amigo.

—Necesito un consejo, pero supongo que es demasiado obvio.

—Lo sé —se rio y tomó asiento en uno de los bancos, indicándole a su amigo que hiciera lo mismo— ¿Y? ¿Cuál es el problema?

—Neal me dijo que vendría.

—¿Eso es todo? —cuestionó arqueando una ceja—. No me digas que la preocupación es porque Seere lo conozca.

Owayne agachó la cabeza y asintió con la mirada perdida en el suelo.

—Sé que Seere es diferente, pero no hay alguien entre mis exparejas que no se haya sentido atraído por él. Es difícil, ¿entiendes? —explicó, con un dejo de frustración en su voz.

—Lo que entiendo es que eres un jodido inseguro —Chris soltó un chasquido y le dio otra calada a su cigarro antes de desecharlo—. Hay quienes vemos más que el físico, si me dieras a elegir a mí me quedaría contigo sin importar lo atractivo que sea tu hermano.

Owayne desvió la mirada, avergonzado por la franqueza de su amigo.

—Piensa en ello pequeña bestiecita, la inseguridad no es atractiva. Eres maravilloso, métete eso en tu cabeza y ten más confianza en ti mismo.

Owayne esbozó una sonrisa y asintió. Aunque aún se sentía abrumado por sus preocupaciones, el apoyo sincero de su amigo le ofrecía un rayo de esperanza.

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Owayne despertó con un leve sobresalto cuando una voz suave lo llamó al oído.

—Owayne... ya es hora —murmuró Angel, con tono suave.

Confundido y todavía adormilado, Owayne se incorporó rápidamente, frotándose los ojos mientras trataba de despejarse.

—Buenos días, Angel —saludó, somnoliento—. ¿Qué te trae por aquí tan temprano?

Con una sonrisa, Angel se apartó ligeramente y tomó asiento en el sofá.

—Hoy por fin conoceré a Neal. Estoy tan emocionada que ni siquiera pude dormir. Solo espero que el insomnio no me haya arruinado la piel —exclamó con preocupación dando pequeños toques en sus mejillas.

Aún arrastrando el sueño, Owayne se inclinó hacia Seere, cubriéndolo con delicadeza antes de levantarse, sin hacer ruido, y sentarse junto a Angel.

—Tómalo con calma, Neal vendrá más tarde.

En ese momento, Seere, que hasta entonces permanecía dormido, se movió ligeramente en la cama. Owayne lo miró un segundo y se dio cuenta de que el sueño había comenzado a abandonarlo por completo.

—¡Nada de calma! Será mejor que me apure, si quiero estar lista —dijo, más animada.

Seere despertó con una expresión ligeramente confusa y miró a Angel.

—¿Qué haces aquí? ¿Y por qué se supone que vistes como mujer cuando pretendes llamar la atención de alguien que es gay?

El rostro de Angel fue un poema. Pero pronto Owayne intervino.

—No hay problema —señaló —. En realidad, Neal es pansexual.

Angel sonrió triunfante, pero Seere no pareció impresionado.

—De todos modos, Angel es demasiado feo como para que alguien se fije en él —murmuró.

—¿Yo? ¿Feo? —cuestionó, indignada—. Primeramente, soy una dama, y, además, te recuerdo que tú eres el feo en la familia.

—Sí, sí, como sea. Ve a seguir siendo lindo a otra parte.

—No tengo otra parte a dónde ir, incluso me tomé el día libre. ¡Oh por Dios, yo solo quiero conocer a Neal!

—¡Ya basta! —espetó Seere poniendo los ojos en blanco. Se levantó de la cama y acompañó a Angel a la salida—. Neal no vendrá hasta la tarde, así que sé creativo y encuentra otro lugar para molestar.

—Está bien, estaré abajo esperando y... —Antes de continuar Seere le cerró la puerta en la cara.

—Parece muy emocionada —comentó Owayne— ¿Tú no lo estás?

Seere se encogió de hombros.

—Supongo que está bien conocer otra parte importante de tu vida.

Owayne guardó silencio, dividido entre el alivio por el aparente desinterés de Seere y las persistentes dudas que lo acosaban.

Un recuerdo en particular lo llenó de tristeza. Recordó vívidamente aquellos días a los diecisiete años, cuando creía haber encontrado algo especial. Era la primera vez que sentía que una relación podría funcionar, que él podría ser suficiente.

La relación fue breve pero intensa. Sin embargo, todo cambió cuando el chico descubrió que su hermano era el famoso June. A partir de entonces, las conversaciones y las miradas se desviaron hacia él, dejando a Owayne sintiéndose invisible y desplazado.

El dolor se intensificó cuando el chico dejó escapar una pregunta que cambiaría todo. "Si me enamorara de tu hermano, ¿qué pasaría?". Fue entonces cuando Owayne supo que su relación había llegado a su fin, eclipsada por la sombra de su hermano.

Regresó a la realidad donde Seere terminaba de arreglarse. No quería que lo mismo sucediera con él. Nunca había sentido la felicidad tan frágil. Necesitaba respirar, pero no encontraba una excusa para salir.

—¿En qué piensas? —preguntó Seere desde el espejo.

Su mandíbula fue cerrada de lleno al saber que estaría mal si le contaba sobre esas inseguridades.

—En nada en particular —respondió y apartó la mirada, luchando contra la vergüenza y el dolor que le provocaba revivir aquellos momentos de inseguridad.

Seere, percibiendo su angustia, se acercó con delicadeza y colocó su mano fría sobre la mejilla de Owayne, instándolo a mirarlo.

—Deja de evitarme ¿Qué te ocurre? —preguntó con suavidad, pero por algún motivo, el corazón de Owayne vaciló y se encogió dolorosamente.

—En serio no es nada importante. Sabes que siempre me preocupo por pequeñeces.

Seere, suavizando su expresión se puso en cuclillas para quedar cerca de él y tomó su mano.

—Adelante, para eso estoy: para que compartas conmigo incluso las cosas que consideras insignificantes. Prometimos enfrentar juntos nuestros problemas, ¿recuerdas?

—Lo siento —murmuró Owayne, dolido. Y se abalanzó sobre Seere, recargando la cabeza sobre su pecho.

Pegó su cuerpo al de Seere, sintiéndose vulnerable mientras los dedos de su amante se hundían en su cabello.

—No quiero obligarte, pero si te sientes listo, puedes contarme lo que sea que llene tus pensamientos —dijo Seere, entrelazando sus dedos con los de Owayne.

—Es solo que... —titubeó Owayne, sin saber por dónde comenzar—. Siempre ha sido así. Neal es alguien que aprecio, pero es él a quien todos miran, la razón por la que mis relaciones anteriores fracasaron. Me asusta que te des cuenta de que él es mejor.

—¿Mejor para quién? —murmuró acariciando su cabeza—. A mí me gustas tú, y eso es lo único que importa. No permitiré que tus inseguridades te consuman, porque para mí eres perfecto tal como eres.

El rubor tiñó las mejillas de Owayne, pero una chispa de esperanza brilló en sus ojos.

—Seere...

—No me importa lo que piensen los demás o cómo hayan sido tus relaciones anteriores. Yo te elegí a ti, y te elegiría una y otra vez.

—No sabes cuán afortunado soy por ello.

—Yo soy el afortunado. Creo que la única persona que no se da cuenta de lo perfecto que eres, eres tú.

Un suspiro de alivio escapó de los labios de Owayne, disipando las últimas sombras de duda que habían oscurecido su corazón.

—Son tan adorables —exclamó Angel con voz melosa desde el marco de la puerta—. Ahora ¿podemos apresurarnos para que conozca a Neal?

Owayne dejó escapar una risa suave, sintiendo una ligereza que no había experimentado en mucho tiempo. Le dedicó una sonrisa a Angel y luego miró a Seere con renovada determinación.

—Sí, creo que es hora de seguir adelante —respondió, sintiendo cómo la seguridad crecía dentro de él. Seere le devolvió la sonrisa y lo despeinó juguetonamente antes de enderezarse.

—Vayamos.

Owayne asintió y caminó al lado de ambos, abrazó a Seere con fuerzas y besó su cabello cariñosamente. Y el brillo de melancolía en sus ojos desapareció. Sus anteriores relaciones estaban en el pasado, y se juró que ahí se quedarían, sin volver a hacer ruido en su cabeza.

No hubo capítulo la semana pasada, pero sí esta. Aprécienlo porque me costó demasiado >:"v tuve un mini bloqueo para escribir la parte entre cuando Angel se va y cuando Seere le pregunta a Owayne qué le ocurre ¡Todo lo demás estaba listo desde la semana pasada!, no sé si quedó bien pero igual y en algún futuro lo edito, justo recién leí que es mejor tener una obra terminada que perfecta :3

Muchas gracias por seguirla acompañando llegué a 8.5K leídos y es mucho más de lo que hubiera imaginado:"3 mil gracias por seguir aquí, espero sigan amando la obra, que como bien saben, está en sus últimos capítulos.

Los adoro, gracias por soportarme y recuerden que cualquier sugerencia pueden hacerla con confianza uwu