Capitulo 23 || Disipando sombras.
De alguna extraña manera, los gemelos Gaminnorumn y Asmita Vir-Heze se hicieron muy amigos desde una edad muy temprana y, aunque con el tiempo el gemelo mayor se separó un poco, eso solo sirvió para que los otros dos jovencitos se unieran mucho más.
Todo mundo sabía que, donde Defteros fuera, Asmita estaría allí, lo que también aplicaba a la inversa, por lo que era una gran sorpresa ver a uno sin el otro, aunque mucho no ocurriese. Todos creían que esos dos tenían algo más allá que esa "hermandad" que ambos proclamaban tener, ya que no había ocasión en que el gemelo menor se despachara con un "Es mi hermanito menor" al querer disipar dudas sobre lo que los unía realmente, y aunque mucho no les creían cuando ambos se presentaban fraternales, esos pensamientos poco exactos acabaron cuando, de buenas a primeras, en plena cena familiar, con su hermano, su cuñada y su padre, Defteros dio a conocer su gran idea para que dejasen de preguntar o creerse tal o cual cosa.
-Voy a conseguirle novia a Asmita
A la única persona que le hizo gracia tal comentario, fue a Chris, pero solo por ver a su novio ahogarse con el agua que bebía y a su suegro quedando con la expresión de incredulidad más grande que pudo haber visto antes.
-¿Qué tú vas a qué?- Apenas si hizo el comentario Abel, cuando pudo bajar de su nube de sorpresa.
-Voy a conseguirle una novia a mi budita.- Volvió a soltar lo más calmado, mientras no despegaba su mirar de su plato de comida. -Creo que va siendo hora de que tenga alguna chica bonita a su lado. Digo, un poco, porque no quiero que me opaque, pero si ya va siendo hora de que salga con alguien más.
-Pensé que tú y él...
-¡Es precisamente por eso que le quiero conseguir una novia! Todos piensan que somos pareja o algo parecido y no es así, así que, para seguir evitando tener que caer en las mismas tediosas y estúpidas explicaciones de que no hay nada más que amistad entre él y yo. Él es como un hermanito pequeño para mí y como hermano mayor, creo que me corresponde el papel de hacer de casamentero.
-¿Y tú cuando te vas a casar?- Cuestionó su hermano dejar de lado su extrañez.
-Un problema a la vez, Aspros. Chris, ¿Alguna amiga que se quiera unir al grupo?
La joven muchacha Walden solo se lo quedó mirando, tal y como los otros dos hombres lo miraban, pero no pudo hacer más que dejar salir una risita de confusión, pero de diversión también, además de que, ese demonio podía decir y hacer cuanto quisiera y engañar a quien se le antojase, pero a ella sí que no lo hacía. Aun así, iba a seguirle un poco el asunto, solo para ver hasta donde llegaría.
-Creo que sé a quién pudo llamar.- Solo comentó aún con su sonrisa en su cara, contagiando a su cuñado, que se veía realmente emocionado con toda la situación.
Yuzuriha llegó a acoplarse a la vida de Asmita y, por consecuente, de Defteros, en menos tiempo del que creyeron. Ella y el hindú, se habían vuelto totalmente inseparables, y dicha situación, llevó a la jovencita a ser inseparable con Defteros, quien la adoraba con el alma y también comenzó a llamarla su "hermanita menor", por lo que nadie se atrevía a tratar de hacerle algo a ninguno de los dos, solo por ahorrarse un mal rato con el gemelo.
Todos los malos entendidos se vieron desaparecidos por completo cuando la relación de los jóvenes se hizo pública, y aunque aún había personas que no creían mucho en esa relación, sino que era más una pantalla para tapar la relación real que existía en ese trio, en la cual, la mujer no tenía nada que ver, pero también se vieron sofocados dichos malos comentarios, cuando Asmita hizo públicos al padre de Yuzuriha que quería quedarse con ella, para siempre, formar una familia y hacer su vida a su lado y que, en ese momento, frente a una gran concurrencia, en una celebración de la familia Crane, Asmita le pidió matrimonio a su novia, dejando a todos más que encantados con la valía y valentía del jovencito, pero también, dejando a Chris con la certeza de que, lo que había pensado meses atrás, cuando su cuñado le pidió ayuda, era más que cierta.
El rostro de aquel a quien llamaban "demonio", estaba adornado con una enorme sonrisa, tan real como cada gesto o seña que hacía, pero Chris todavía podía seguir viendo más allá de los gemelos y entendía bien lo que cada sonrisa y mirada decía.
-Hazlo antes de que sea tarde.
-Ya es tarde.- Solo le respondió con ese tono de derrota que sabía, no podía esconderle a alguien que lo leía mejor de lo que nadie más lo hacía.
-No tanto como para compartir la misma cama, al menos una vez.- Defteros solo la miró, como desconcertado, pero un poco de esperanza se alojaba allá, en lo más profundo de sus ojos. -Trataré de hallar la forma para que se queden solos y cuando así sea, no lo desaproveches.
-No lo voy a hacer, te lo aseguro.
Se miraron unos pocos segundos, como compartiendo un secreto más oscuro que aquel que planeaban llevar adelante, aunque cuando Chris planeaba irse, el rubio la detuvo, jalándola levemente del brazo, solo para susurrarle un apenas audible "gracias". Fue algo simple, algo tan cotidiano cuando se intercambian favores, que tranquilamente podría haber pasado como una palabra más para ella, pero era la primera vez que su cuñado le dirigía tales palabras, por lo que, en parte, agradeció estar por hacer lo que iba a hacer, ya que al menos, consiguió lo que hacía años buscaba... Una palabra de agradecimiento de parte del demonio.
*
*
*
Apenas si salió del hospital, no quiso perder tiempo e intentó ir en búsqueda de Asmita y Yuzuriha, pero estaba en un estado tan deplorable y poco fácil de esconder, que los pocos que se encontraban junto a él le impidieron de todas las rotundas maneras posibles que no se escapara de ninguna forma, por lo que le fue completamente imposible marcharse hacía donde deseaba, pero apenas si logró ponerse de pie sin que nada le doliera, no dudo en volver a imponer ese miedo del que siempre estuvo orgulloso y se fue hacía el último lugar donde oyó que, aquellos dos que buscaba hace mucho tiempo, estarían.
De Canadá a Zandvoort, miles de kilómetros, casi seis mil, entre escala y escala, casi diez horas de viaje, pero cuando el avión aterrizó en los Paises Bajos, sintió como si de verdad, su corazón volviera a latir. Un latido pausado y casi inconsistente, pero apenas si sus brazos se estrecharon alrededor del delicado cuerpo de Asmita, pudo reconocer que finalmente había vuelto a ser él mismo y que nada podría salir mal. Desde el fondo de su alma lo deseaba, pero el apuro no le hizo notar que, ese abrazo, iba a ser lo único que estaría bien.
Apenas si se separó un poco, lo mínimo como para acerca a la rubia al abrazo, se dio cuenta de que Asmita se aferraba con un poco de fuerza y miedo a su antebrazo, casi clavando sus uñas, aunque tuviera un largo abrigo puesto y no pudo preocuparse al ver esa actitud, por lo que le tomó del rostro, tratando de sacarle toda palabra posible acerca de ese extraño acto, pero no tuvo la necesidad de siquiera sacar a relucir ni un poco de aquel interrogatorio que su mente había planeado, ya que Asmita abrió sus orbes claros, lo más posible que pudo, dejando ver que estaban mucho más claros, casi transparentes, totalmente diferentes a los que lo habían mirado con amor una noche, hacía años atrás.
-¿¡Pero que te pasó!?
-Forma indicada. Manera precisa.- Solo pudo balbucear, a la par de que una triste sonrisa a medias se le escapaba.
-¿Y eso tiene que significar algo?- La desesperación lo estaba atacando, sobre todo ante la pasividad de ambos frente a él, por lo que tuvo que medio apelar a su brusquedad para que le dijeran que era lo que estaba pasando. -¡Asmita me dices ahora que te sucedió! ¡¿Estás ciego?! ¡¿Me estás jugando alguna clase de truco horrible?! ¡Yuzuriha me dices en este momento que significa esto!
-No estoy ciego, bueno, no del todo.- Volvió a decir con toda esa paz que siempre lo caracterizó, sin dejarle tampoco, oportunidad a su esposa, para decir algo. -Bueno, no tanto, siendo un poco gracioso. Aún puedo distinguir sombras y algunas veces se me hace fácil ver figuras nítidas, pero poco a poco se van alejando más y más, lo que significa que la respuesta, al menos a media, a tu pregunta es sí, me estoy quedando ciego.
Las palabras se le murieron en medio de la garganta y no logró sacar ni mitad de media palabra, de todas las que se le cruzaban por la cabeza. A decir verdad, ninguna de las preguntas o cuestiones que tenía para hacer eran válidas, salvo una sola y esa era saber que había pasado para que llegase a esa situación.
-¿Qué fue lo que sucedió?
-Más bien, quién.- Apenas le dijo por lo bajo, la mujer. -Por eso él te decía de que fue la manera precisa y la forma indiciada. Piensa un segundo... ¿Quién es la persona en este mundo que hace todo bien, o al menos trata de hacerlo y no se detiene hasta que lo logra? ¿Pero que, cuando no lo logra, se desquita de la peor manera posible?
Unos segundos apenas, pensativo fue lo que transcurrió en total silencio, pensando y procesando las dos preguntas que acababa de hacerle y cuando cayó en la realidad, solo quería arrancarle cada centímetro de lana y piel a ese borrego.
-¿Cómo los encontró?
-No sabemos cómo, pero localizó una de las cartas que le mandamos a Shaka y aquí lo tuvimos apenas un día después de que enviamos esa postal.
-Trató de sacarnos hasta la última explicación acerca de cómo es que acabamos aquí, porque habíamos abandonado a Shaka y todo eso, pero como no quisimos decirle nada de nada, enloqueció como nunca antes pasó y... Bueno, para hacer corta la anécdota, había una tetera con agua hirviendo, recién sacada del fuego, sobre la mesa y me la arrojó directo a la cara. Sin decir nada antes, ni siquiera amenazar con hacerlo, solo lo hizo.
-Toda esa cosa caliente, al no tener tiempo para reaccionar o cubrirse, le fue directo a la cara, los ojos más precisamente y, al parecer sin estar contento con eso, teníamos a mano una botella de alcohol pues estaba curándome unos cortes que me hice por accidente, y bueno, creo que trató de arrojármelo a mí, pero de nuevo todo acabó en la cara de Asmita, que apenas si podía tener abiertos los ojos por el agua y ahora le caían alcohol puro, por tratar de que no me hiciera daño a mi. Según los médicos, es increíble y raro que algo así pase, aunque suponen que el segundo liquido fue el que acabó por complicar todas las cosas, pero pasó y ahora él depende todo el tiempo de mí.
El gemelo guardó silencio total, no solo porque lo necesitaba para procesar toda esa historia y ver lo increíblemente sádico que podía llegar a ser esa persona que parecía una blanca paloma que no hacía daño a nadie, pero vaya que las apariencias sí que logran engañar a las personas.
-¿Cuánto te quedarás?- El rubio lo sacó del trance en que estaba enredado y no dudo en darle una respuesta total y definitiva, de la cual no lo harían retroceder ni cambiar de parecer.
-No me iré. No voy a dejarlos en esto solo, mucho menos sabiendo que cada vez necesitas más y más ayuda.
-No estoy invalido.- Dijo algo indignado, pero Defteros no lo trató de calmar, porque sabía que estaba en todo su derecho de sentirse así.
-Te entiendo y no te trató como uno, pero ya tienes que admitir que Yuzuriha no puedo con todo sola. ¿Qué tal si ella tiene que salir por algún equis motivo, te tiene que dejar solo y te acaba por pasar algo? No dejaré que mis hermanitos la pasen mal solos. Si puedo ayudarlos, en lo que sea que suceda, así lo haré.
Las palabras que dijo, conmovieron a ambos muchachos y una vez más, un muy necesario abrazo se dio entre los tres, dejándose llevar, se hundieron en sus sentimientos y la joven pudo llorar en paz, dejando ir toda la angustia que la situación le había provocado y llorar de alivio también, porque ahora sabía que podía irse de un sitio a otro, si lo necesitaba, sabiendo que, al regresar a casa, su esposo estaría a salvo, más que bien cuidado.
Por su propio lado, Asmita estaba feliz porque volvería a tener a su gran amigo de la vida a su lado, pero un poco de miedo tenía, ya que no podía asegurar de que nada de lo que pasó apenas unas noches después de que se comprometió, volviera a suceder, aunque Yuzuriha estuviera allí, ya que bien sabía que, el hecho de que ella estuviera en el cuarto contiguo, no los detuvo la primera vez.
En cuanto a los pensamientos del demonio de la familia Gaminnorumn, solo se resumían en ansiar que llegue el día en que Degel los volviese a convocar, solo para poder aparecer libremente ante Shion y arrancarle los ojos de una manera más cruel de lo que él le hizo a Asmita.
Y si tenía que esperar veinte años, entonces los esperaría, pero él no iba a dejársela pasar y no lo olvidaría nunca.
*
*
*
Dejó a Degel en emergencias y se aseguró de que los otros dos dementes también ingresasen, aunque eran llevados por ambulancias y no por él, ya que se marchó a prisas con el francés, pues su salud le parecía más importante, pero se quedó cerca de la entrada mirando como los paramédicos ingresaban corriendo con Poisson y el mayor de los Diamonds.
Iba a quedarse allí, aunque fuera del edificio, pero se quedaría a esperar a que Camus o Zaphiri Aeneas aparecieran, ya que quería esperar noticias con el primero o recibir noticias del segundo, aunque todos sus planes de espera, se les esfumaron por completo cuando su celular sonó y vio un mensaje de Shaka, bien sabiendo donde el pequeño rubio se encontraba, con esas tres dulces palabras que tanto ansió que le llegaran, mucho más desde que volvió a verlo, pero nunca pudo hacer, porque solo levantaría más sospechas todavía.
"Aquí está Belier"
Sus colmillos se notaron y hasta asustó a un niño que pasaba corriendo despreocupado por allí.
Después de tantos años de calma y autocontrol, que la situación ameritaba, el demonio había resurgido y esta vez, iba a ser mucho, muchísimo peor que antes.
*
*
*
*
Planeaba subir el sábado, pero como a mi familia le encanta planear cenas (pequeñas, por la situación mundial) sin avisarme, entonces no podré, así que estaré ocupada y no podré, por eso lo subo ahora y mañana y viernes, los dos fics que faltan.
Espero tengan linda noche 💖💖
¡Besos! ¡Les quiero!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro