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"You're still the one..."

"Porque después de todo estos años, 

Aún sigo sintiendo todo cuando estás cerca de mí" - All these years.

Taehyung sabe que ha sido un cobarde por mucho tiempo.

Pero, ¿cómo dejar de serlo? Es lo que se pregunta mientras baja sus ojos al tatuaje en su muñeca, tratando de encontrar una respuesta a la pregunta de por qué ha conservado esa fecha sobre su piel. Una respuesta que no tenga que ver con todo el amor que en algún momento despertó en él Jeon Jungkook. Una respuesta que no implique a su corazón.

Es un recordatorio... de todo lo que perdí.

Alza sus ojos tras ese pensamiento, al otro lado de la puerta está el hombre que se oculta en aquella tinta, el hombre del que escapó y al que, inevitablemente, ha terminado por regresar. Necesita cruzar esa puerta. Necesita enfrentarse a él para darle, por lo menos, un cierre a su corazón luego de todos esos años. Necesita decirse a sí mismo, estado frente a él, que ya puede dejar ir su recuerdo en paz.

Porque... ¿cómo se puede amar a alguien que no está?

Es por eso que toma aire y abre la puerta, el suave clic retumbando en sus oídos mientras camina los pasos que lo separan de la única persona que Taehyung lleva tatuada más allá de su corazón, la única persona a la que quisiera borrar hasta que no quede ni el más mínimo resquicio de que, en algún instante, pasó por su vida.

Uno, dos, tres pasos...

El clic resuena de nuevo cuando la puerta se cierra tras él, nota como el cuerpo del hombre frente a él se tensa levemente, pero no se gira. Taehyung sabe que lo reconoce, conoció lo suficiente a Jungkook como para asegurarlo. Sin embargo, no consigue evitar el preguntarse qué tanto ha cambiado Jungkook durante los años en que han estado lejos uno del otro. ¿Algo más, aparte de su físico, han sido drásticamente modificado?

¿Conserva algo del Jungkook del que se enamoró en su adolescencia? ¿O este Jungkook también trató de quitarse a la fuerza sus recuerdos para no tener que cargar con ellos?

.- ¿No deberías estar adentro? Es, después de todo, una fiesta en tu honor...

Su voz le sobresalta, no porque le ha tomado desprevenido, sino porque suena exactamente igual a como recordaba. Era la misma voz que durante noches enteras habló con él por teléfono, noches en las que se quedaban dormidos en la madrugada aún con el teléfono descolgado. Esa voz era exactamente igual a la que, durante su cumpleaños número 18, le cantó 'Feliz cumpleaños' luego de escabullirse en su habitación a media noche.

Esa, era la voz que por años había relacionado con el amor.

.- Me abruman las fiestas – responde, tratando de lucir desinteresado mientras se acerca otro poco, pero aun manteniendo la distancia suficiente como para sólo ver su espalda – Sobre todo cuando son hechas en mi honor.

.- Vaya, pensé que ahora estarías encantado con ello... - la voz se pinta con diversión y Taehyung se revuelve el cabello, sintiéndose más ansioso de lo que se ha sentido en los últimos años – Ahora eres un modelo famoso, deberías de estar acostumbrado.

Percibe la frase tintada de rencor y dolor, aquello no dicho entre los dos: .- Nunca podré acostumbrarme a ello... no soy ese tipo de persona.

Jungkook, quien se aferra a la barandilla para no girarse, cierra los ojos mientras trata de controlar los latidos de su corazón. ¿Cómo es posible que Taehyung le afecte tanto tan sólo estando a un metro de él? ¿Cómo es posible que todo lo que creyó haber olvidado estuviese de golpe ahí, justo en su espalda y hablándole sobre la persona que era?

No sabía quién era.

No conocía a ese Kim Taehyung, no quería conocerlo. Hacerlo significaría buscar las similitudes con el chico que amó durante sus primeros años, sería comparar su rostro con los recuerdos ligeramente borrosos de aquel rostro a centímetros del suyo antes de que le diese un beso. No, no quería conocerlo, que entrase de nuevo a su vida como si así se borrasen cuatro años de historia juntos, años de separación.

¿Alguna vez te dije 'te amo'? No, no lo hice... ¿puedo decirlo ahora?

La verdad, dentro de todo, era que conocerlo sería aceptar que el Taehyung que amó ya no existía, así como tampoco existía el Jungkook que el mayor llegó a amar. Aceptarlo significaba que todo había terminado, que las heridas habían cicatrizado y que no tenían derecho sobre la piel del otro.

Jungkook sabía que eso era lo que debía hacer, aceptarlo... se lo había prometido.

.- No, no lo eres...

Es todo lo que dice antes de enderezarse y darse la vuelta, el humo del cigarrillo nubla levemente su vista antes de que puedan verse fijamente, frente a frente luego de tres años, cuatro meses y 23 días. Luego de haberse visto envueltos en lágrimas y en dolor, al fin estaban frente a frente. Taehyung guarda silencio, detallando con mejor precisión al hombre frente a él, al hombre que escondió al niño que vio crecer casi toda su vida.

Su cabello estaba un poco más largo y unos pequeños reflejos rojos brillaban bajo la tenue luz de la luna, su rostro conservaba aquellas facciones delicadas y refinadas que tantas veces acarició y aunque su cuerpo era más alto y musculoso, Taehyung analizó con gusto que su figura curvilínea seguía siendo la misma. Incluso con los dibujos de tintas que se perdían bajo su ropa.

Jungkook seguía siendo hermoso.

Por su parte, el menor no puede evitar sentir que se asfixia. Taehyung es más alto de lo que recuerda e incluso, parece uno o dos centímetros más alto que él. Su cabello, que había creído negro, en realidad es de un gris oscuro que en marca muy bien sus facciones, su rostro más delgado y limpio de imperfecciones. Todo él grita elegancia y poder, su postura derecha y su porte delgado, pero tonificado. No tenía mucho que ver con el Tae del pasado: un poco más relleno, de cabello rubio y con espinillas en su rostro.

Sin embargo, más allá de detallarse físicamente, había una búsqueda en la mirada del otro. Una búsqueda de reconocimiento.

Aquí estoy... aquí estamos de nuevo.

La memoria es un asunto asombroso. Habían pasado años desde la última vez que estuvieron frente a frente, desde aquel momento en que todo terminó por romperse entre ellos y ninguna de las promesas tuvo valor suficiente como para sostenerlos. Años, meses y días... pero ambos recordaban aún el calor abrasador de aquella tarde, el sol que brillaba en lo alto y el aire espeso en el ambiente.

Ambos podían sentir todavía las emociones que fluyeron en ellos en ese momento: la ira, la tristeza, la decepción, el amor.

Sí, la memoria era un asunto fascinante. La memoria era la que había hecho que se encontrasen en ese momento, que necesitaran ver al otro tan sólo para reafirmarse la idea estúpida de que se habían superado, de que el tiempo y la distancia había sanado las heridas hechas por los trozos filosos de su rota relación.

Tan estúpidos y silenciosos como para inundarse de memorias sin decir una sola palabra. Las risas de cuando eran niños, los juegos en el patio trasero, los primeros roces en la adolescencia, los besos y caricias, las promesas y palabras de repletas de 'te quiero' no dichos. ¿Por qué? ¿Por qué no podían, simplemente, olvidar?

Habían vivido bien estando lejos. Habían sobrevivido.

Entonces, ¿por qué?

Jungkook es el primero es alejar la mirada, porque los recuerdos no sólo pesan por todo lo pendiente entre los dos, sino también por el insoportable peso de su secreto. ¿Taehyung podía ver a través de su máscara? No había sido capaz de ello en la adolescencia, así que esperaba que ahora, hechos ambos unos hombres adultos, siguiese sin poder leer aquello en sus ojos.

Pídeme que te diga la verdad... pídeme que te rompa el corazón con ella.

Para Taehyung la situación es diferente, embargada por los 'y si hubiera...' de los que había huido desde que se fue de Corea. Sabe que no vale la pena pensar en ello, lo aprendió con el tiempo y estando lo suficientemente lejos como para pensar sin estar nublado por el amor. Sus recuerdos estaban pintados de miedo, de cuestionamientos sobre sí mismo y de preguntas sobre hasta qué punto podría vivir de amor.

Déjame pedir perdón. Sólo una vez, por no haber sido capaz.

Ninguno, sin embargo, dice algo sobre el silencio que se ha interpuesto y como los recuerdos parecen flotar entre ellos. Ambos ponen sus mejores máscaras de desinterés y el otro se las cree, porque es más fácil vivir de esa forma: asumir que se han dejado atrás, que por más doloroso que les resulte, es mejor no tener oportunidad de volver atrás. Ambos están dispuestos de vivir de las mentiras, de creerse sin dudar las del otro.

Lo suyo había sido un amor de adolescente, uno que no hubiese sobrevivido en la adultez.

.- Taehyung, cuánto tiempo – rompe al fin el silencio Jungkook, recostándose contra la barandilla mientras alza su mirada de nuevo hacia el mayor.

.- Lo mismo digo, Kookie...

Una sonrisa perezosa se instala en los labios del menor: .- Oh, nadie me dice así ya. Demasiado infantil.

Taehyung se repasa los labios con la punta de la lengua, pensando en cómo esa respuesta está infectada de veneno: .- Ya veo, ha pasado mucho tiempo entonces.

.- Supongo... - es una respuesta escueta, casi susurrada, mientras siente el peso de esa aseveración clavársele como una pequeña daga, se lleva entonces el cigarrillo a la boca, necesitado de la nicotina.

Los ojos del mayor se abren con sorpresa, dejándole ver su pupila cubierta por un lente de contacto transparente: .- ¿Fumas? ¿Desde cuándo?

.- No sé, perdí la cuenta – se alza de hombros como respuesta, luchando con lucir desinteresado en la conversación, en el momento, en el otro - Ah, pero no le digas a mi hermano, me joderá sí sabe que volví a ello.

Taehyung se ve tentado a decirle algo, pero se pierde por un instante en la imagen que proyecta Jungkook en ese momento. Un joven despreocupado, recostado bajo la luz de la luna, con su piel adornada en tatuaje y un cigarrillo entre los labios. No era esa la imagen que había imaginado de Jungkook ante su regreso.

No era lo que había imaginado nunca para el menor de los dos.

¿Qué era lo que había pasado? ¿Cómo había cambiado tanto? ¿Había cambiado de esa forma él también? Taehyung había pasado por diferentes colores de tinte, había entrenado para tonificarse y cuidado su piel de manera rigurosa. Había hecho lo que necesitaba para convertirse en el adulto que necesitaba y esperaban que fuera.

¿Por qué, entonces, Jungkook había decidido ese cambio?

.- Fumo porque me relaja – se siente en la obligación de explicar el menor, ante el silencio del mayor. Sin embargo, se reprende mentalmente por hacerlo, porque no tiene por qué.

Taehyung sacude su cabeza, dejando que su cabello se desordene: .- No deb...

Sin embargo, no alcanza a terminar de hablar antes de que el sonido de la puerta abriéndose y cerrándose les interrumpa. Pasos apresurados rompen la distancia y ninguno de los dos entiende bien qué es lo que pasa.

.- Mierda, amor, ¿en serio? – la voz de otro hombre se cuela entre ellos, al igual que un brazo tatuado que sin reparo jala del cigarrillo de Jungkook para lanzarlo lejos.

Jungkook parece relajarse mientras Taehyung fija su vista en el hombre que ha aparecido de repente. Lo reconoce como la persona con la que el menor llegó a la fiesta, aquel que no tenía miedo de tomar la mano de Jungkook frente a alguien. Su cabello es de color negro profundo y tiene rizos en las puntas, su piel pálida está incluso más adornada de tatuajes que la de Jungkook, quien le sonríe al hombre con verdadero cariño.

Taehyung quiere decir algo, pero las palabras mueren en su garganta cuando ve como Jungkook se aferra al brazo del hombre, mirándolo por entre sus pestañas con una sonrisa que parece una mezcla entre la coquetería y el amor. Una sonrisa que Taehyung recuerda porque en el pasado, aquel maldito pasado, era quien las recibía.

.- ¿En qué quedamos esta tarde? – pregunta con voz cansada el hombre, tirando el cigarrillo al suelo y pisándolo para apagarlo.

Jungkook sonríe divertido: .- ¿Qué no fumaria en la fiesta?

.- Exacto, entonces por qué mierda lo estás haciendo – el hombre frunce el ceño, sin entender la diversión en el rostro del menor.

.- ¡No estoy en la fiesta! – Jungkook hace entonces un puchero que a Taehyung le revolvió el estómago - ¿Ves? Estoy afuera, Bae...

El menor retrocede ligeramente y abre sus brazos, mostrándole que están en el espacio abierto y que la fiesta está en pleno apogeo tras la puerta de cristal, lejos de donde se encuentran. Taehyung quiere bajar la mirada, no ser testigo de la manera tan casual y natural en la que Jungkook se desenvuelve con ese hombre, sin embargo, resulta incapaz de hacerlo.

El hombre suspira antes de sonreírle: .- Sigue portándote así y no voy a follarte esta noche.

Taehyung tose, sobresaltado por esa frase. Ya no eran las palabras muriendo en su garganta, sino él asfixiándose por completo.

La frase ha sido explícita y lo transporta ligeramente a las tardes en las que Jungkook y él se detenían por respeto a la promesa que habían hecho. La frase le dice la verdad que, no sabía, iba a dolerle más que ver a Jungkook sonreírle a otro hombre: alguien más se llevó aquel momento único de la primera vez del menor. Alguien más tuvo lo que él alguna vez deseo obtener y todo era, sin duda, su culpa.

Al final, te fallé... era de esperarse.

¿Acaso él le había sido fiel a Jungkook? Taehyung tampoco había guardado su primera vez para el menor, se había entregado a otras personas en los últimos tres años. Scarlett había sido, entre ellos, la única mujer que logró hacerle sentir algo más de culpa y asco, fue ella quien pareció recoger los pedazos a punta de besos y caricias.

Jungkook en brazos de otro. Él sosteniendo a otra entre sus brazos.

.- No digas eso frente a la gente – interrumpe sus pensamiento la voz avergonzada del menor, quien golpea al hombre en su brazo con suavidad.

.- Oh, mierda... ¿tú eres Taehyung? – el hombre se gira hacia él, como si recién lo notara y le dedica una sonrisa de disculpa por la forma en como se ha comportado - Es tu fiesta de compromiso, ¿no?

Por un momento quiere preguntarle cómo le ha reconocido, pero Taehyung tan sólo asiente con una sonrisa tensa: .- Si...

.- Taehyung, te presentó a mi novio, BaeYul – dice entonces Jungkook, dedicándole una sonrisa que le causa dolor.

Mi novio... Taehyung fue en algún momento su novio.

Jungkook, por su lado, trata de sostener la sonrisa en sus labios, observando el gesto desinteresado de Taehyung. ¿Acaso esperaba algo distinto? Taehyung había seguido adelante, hasta el punto de casarse pronto; no debía de esperar algo más que un asentimiento aburrido o unas palabras vacías de emoción.

Alguna vez fuiste tú, Tae... Mi novio.

.- Mucho gusto, he escuchado de ti por parte de Jimin y Namjoon – rompe el silencio BaeYul, dedicándole una sonrisa amigable a Taehyung, porque no tiene razón para odiarlo ni estar molesto con él, porque él sólo es el apoyo de Jungkook y sabe que el chico frente a él también fue víctima de su propio miedo - Los demás no son muy elocuentes.

¿Y tú, Jungkook? Nunca hablaste de mí...

.- Y-yo no escuché de ti – se fuerza a responder, sonriéndole al hombre llamado BaeYul; porque sabe que aquel hombre lo único que ha hecho es amar a Jungkook como sabe, el menor se lo merece.

BaeYul se rasca la nuca, ligeramente avergonzado por ello: .- Ah, eso es porque no somos muy cercanos a ellos ya. Desde que vivimos juntos, este adorable hombre no me deja salir mucho.

Su tono es divertido y busca romper la tensión, pero parece incrementarla cuando Jungkook le golpea el brazo con suavidad, pero con una sonrisa descompuesta en sus labios: .- Cállate, Bae...

.- ¿C-cuánto llevan juntos?

.- No tenemos una fecha como tal... - la pregunta le toma por sorpresa, a ambos, por lo que es el tatuador quien trata de responder - Sólo sé que este chico me encantó desde que entró a tatuarse un lindo conejito en un hombro.

Jungkook sacude su cabeza, cada vez más tenso: .- Deja de ser un tonto – le riñe aumentado su sonrisa antes de girarse hacia él – Tres años, Taehyung. Vamos a celebrar tres años juntos.

Tres años...

¿Tan poco tiempo te tomó superarme? La pregunta baila en los labios de Taehyung al mismo tiempo que siente el dolor escalar por su cuerpo, incluso puede sentir su muñeca arder ahí donde tiene tatuada la fecha de nacimiento del hermoso hombre frente a él. El hombre que, en algún tiempo, Taehyung creyó suyo.

Me tomó mucho más tiempo; es lo que quiere decirle y casi puede leer en los ojos de Jungkook que aquello no dicho entre los dos se hace más presente que nunca.

Sin embargo, el sonido de la puerta vuelve a romper con el silencio, sólo que está vez Taehyung reconoce la fragancia en el aire de manera instantánea. Incluso más rápido que el replique de los tacones sobre la madera. Se gira de golpe, agradeciendo que no tiene que ver más a Jungkook en brazos de ese hombre, que no tiene que enterarse de cómo el menor enterró su recuerdo en menos de cinco meses.

.- ¿Mi amor?

Scarlett le mira con curiosidad, unos pasos lejos de la puerta. Taehyung se ve tentado a decirle lo hermosa que está esta noche y que lamenta no haber ido en su búsqueda desde el principio. Sí lo hubiese hecho, tendría más partes de su corazón de las que tiene ahora. Los fragmentos rotos se los ha llevado el viento nocturno junto al humo del cigarrillo de Jungkook.

.- ¿Me buscabas, princesa? – le responde, dedicándole una sonrisa cuando ella se acerca.

Scarlett es tan bella que le ciega, es tan ella que, cuando sostiene su mano, Taehyung siente que puede darse media vuelta y enfrentar la imagen de Jungkook amando a alguien más. Se siente capaz de decir que ama de manera incondicional a la mujer que ahora deja un beso suave sobre sus labios. Puede mentir porque le ama, pero nunca de manera incondicional.

De esa forma sólo podría amar a Jungkook.

.- Tu madre te estaba buscando y yo ya me sentía un poco cansada de la multitud – es lo que dice ella cuando la toma por la delgada cintura, apenas y sintiendo el pequeño bulto en su vientre - ¿Crees que podemos ir a descansar ya? El médico dijo que no podía esforzarme.

Taehyung asiente porque recuerda las palabras del médico advirtiendo del embarazo riesgoso al que Scarlett está sometida y a pesar de cualquier cosa, Taehyung ama a su hijo de manera real y sincera. Ser padre era uno de sus sueños, por tanto, debía cuidar de ella con dedicación.

.- Ya subiremos a la cama, mi amor – le responde depositando un beso en su mejilla, entonces se gira hacia los dos hombres que le miran con interés – Pero primero déjame presentarte.

Es una mujer hermosa.

Jungkook es incapaz de negarlo, lo que hace que entierre sus uñas en las palmas de sus manos. Ella es todo lo que los señores Kim siempre desearon como la pareja de su hijo mayor; su cabello largo, sus ojos claros y su cuerpo detallado en aquel vestido. Esa era la mujer por la que Taehyung renunció a él. La mujer con la que soñaban sus padres y que Jungkook no podría igualar, aunque deseara.

Pero no lo deseo... ya no.

.- Jungkook, BaeYul... Ella es mi futura esposa, Scarlett – les llama con amabilidad Taehyung, su mano aferrándose a la cintura de Scarlett con lo que ellos entienden como posesión, pero que para él no es más que una forma de mantenerse a flote – Mi amor... él es Jungkook, un viejo amigo y BaeYul, su novio.

Scarlett sonríe y se inclina como ha aprendido que debe hacer. Sus ojos detallan a los hombres que Taehyung le presenta porque no es tonta, porque sabe cuál de ellos es Jeon Jungkook sin tener que esforzarse por saberlo La mirada y la postura de Taehyung lo dicen todo. Pero, ¿quién era en realidad Jungkook para Tae?

.- Mucho gusto – finge un coreano pastoso – Los amigos de mi Tae, son amigos míos.

Jungkook no tiene palabras, no tiene más que un corazón roto que apenas late y es por eso que BaeYul habla por los dos en un perfecto inglés: .- Un gusto y les deseamos muchas felicidades en este nuevo camino que es el matrimonio. Espero pronto sean una familia.

Entonces, el mundo vuelve a detenerse.

Porque Jungkook nota la mano de Taehyung acunar el vientre de la mujer, quien sonríe con verdadera ilusión mientras asiente. El mundo se detiene porque puede recordar sus palabras exactas: "¡Lárgate! ¡Ve y consíguete una mujer! ¡¿Quieres ser papá?! Pues ve y consíguete una vagina. A mí déjame en paz."

No, no... por favor, no.

.- En realidad, ya somos una familia – responde la chica, también en inglés – En menos de ocho meses seremos tres.

Sus ojos vuelven a encontrarse y los recuerdos se quiebran de golpe.

Se quiebran en millones de cristales.

Justo como sus corazones. 

¿Ese recuentro... Fue como lo imaginaron? ¿Qué creen que pase ahora? ¿Pueden notar como ninguno de los dos sabe realmente, ni supo, los sentimientos del otro?

Quisiera leer sus teorías. :3

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