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Capítulo 3

SeokJin no entendía como alguien podía hacerle sentir de esa manera, una manera tan asquerosamente posesiva, como si quisiera que una persona fuera solo para él y nadie le hablara, tocara o mirara; nadie más que él.

Justo eso le ocurría con Kim NamJoon.

Pensaba que desde el día que ese tal Jimin se había retirado de su casa roto y desilusionado por el interés de NamJoon hacia él, se iría y dejaría a NamJoon y a la pequeña guerra que había ocurrido aquella noche, pero en verdad era como si eso hubiera hecho más fuerte su relación con NamJoon, su NamJoon.

NamJoon había estado distante toda la noche mientras veían las películas, únicamente miraba su celular y esperaba mensajes del pelirosa o sino es que una llamada. Cada vez que Jin le quería hablar o tan siquiera tocar, le alejaba y seguía mirando su celular. Y sí, Jin había quejado al final de la noche y lo único que le había respondido había sido "Hyung, lo siento pero no me gusta ser la segunda opción", cosa que en vez de haberle hecho sentir enojo, realmente le había hecho sentir culpabilidad.

Ni siquiera Jin se entendía a sí mismo, ni siquiera quería hacerlo. Ya habían pasado meses y NamJoon no mostraba los resultados que Jin quería, no le miraba más allá, no le tocaba o hablaba con intenciones de más, era odioso, el chico más difícil con el que Jin había tratado.

Por el tiempo que llevaba con NamJoon, SeokJin se había dado cuenta que era el chico más tierno y caballeroso que pudo haber conocido, siempre solía ser tímido, se disculpaba por todo y se culpaba de todo. Sí una abeja moría dentro de su casa, inventaba alguna excusa para decir que él la había matado al no haber abierto las ventanas y dejarla ir o si una hormiga moría decía que era un tonto por no haberla visto y se quedaba con ello el resto del día. Y más que odioso, a Jin le parecía la cosa más tierna que podía existir en el planeta. Todo a pesar de su buen formado cuerpo y su masculinidad natural, NamJoon era muy tierno.

Por eso Jin lo odiaba.

Odiaba que NamJoon le hiciera sentir la necesidad de estar con él de todas las formas existentes, odiaba que cada vez que le besara sintiera esa necesidad de abrazarle y nunca dejarle ir, odiaba querer asesinar a Jimin cada vez que le veía cerca de él y se les veía felices juntos, odiaba que solo lo quisiera como un amigo; odiaba que NamJoon fuera tan NamJoon.

—Hyung, el nuevo está aquí. —le informó Taehyung -su hermano- a Jin con cansancio mientras lo miraba apoyado en el marco de su puerta refiriéndose a Nam. Sonrió y cerró el pequeño bote de vidrio del pinta uñas rosa—¿Le digo lo mismo que al otro chico, que estas ocupado? —Jin negó con una pequeña risilla recordando cómo su cita había llegado una hora atrás y le había dicho que no podía salir con él, repitiendo lo que había hecho la noche anterior para no verle y tener una excusa para ir a ver a NamJoon y ver películas con él.

Porque sí, en verdad quien había dejado plantado a la cita había sido Jin y no él.

—Dile que pase.

Y así fue, no pasaron mas de cinco minutos y NamJoon ya se encontraba sentado frente el castaño, mirándolo en silencio mientras terminaba por pintar sus uñas con cuidado.

—Perdón hyung. —SeokJin alzó la vista y le miró a los ojos por primera vez desde su llegada. NamJoon se encogió en el pequeño puff y juntó sus manos—Ayer te ignoré y es que estaba enojado, no pod-

—¿Por qué estabas enojado Joonie? —el moreno tragó seco y suspiró.

—Jimin, fui cruel con él por algo que no valió la pena. —Jin sonrió forzado al saber a lo que se refería—Jimin y yo ya teníamos planes, no debí cambiarlos por ti, tú estabas ocupado esa noche con alguien y dijiste que ni siquiera me fuiste a ver por gusto así que fue algo realmente cruel. Por eso estaba enojado.

Y lo había olvidado, también odiaba a NamJoon por ser alguien tan dolorosamente directo.

—Solo vine a decir eso, que lo siento hyung. —Jin vio como NamJoon se levantaba y sacudía su pantalón—Me tengo que ir a trabajar, te veo luego hyung. —terminó por dedicarle una hermosa vista de sus hoyuelos resaltar sus mejillas lo cual lo hizo querer correr hacia él y besarle esas pequeñas imperfecciones que le hacían ver tan tierno.

SeokJin le miró antes de que se fuera, miró su sonrisa tan reluciente y amigable, los dedos de sus manos enredados entre sí y su cabello bien peinado con su para nada atractivo uniforme de la cafetería donde trabajaba.

—¿Piensas despedirte así nada mas de tu hyung? —dijo el castaño en broma con una sonrisa burlona, esperando ver a NamJoon nervioso y sonrosado como siempre que se le insinuaba.

Más simplemente Jin quedó impresionado al momento de que sintió sus labios chocar contra los de él, uno muy corto e impresionantemente cálido el cual había hecho vuelco en el corazón de SeokJin que de un momento a otro parecía que se saldría de su pecho de tan fuerte que latía.

SeokJin se había quedado con una línea recta e sus labios, no entendía nada en ese momento, no entendía cómo es que NamJoon le había besado después de los constantes rechazos que le proporcionaba, haciéndole pensar que reamente terminaría en una cita con un psicólogo, y no necesariamente en una cita para un acoston como lo hacía todos los fines de semana—¿Por qué me has besado? —NamJoon le miró con un rostro confundido y Jin solo le sonrió de manera burlona tratando de no demostrar los verdaderos sentimientos que recorrían su cuerpo en el momento—Pensé que los amigos no se besaban Joonie.

NamJoon se encogió de hombros y pasó una de sus manos por su nuca—Podemos ser la excepción, ¿No? —Jin rió bajo al entender su punto—Pensé que te había dicho que no me resistiría. A veces digo mentiras y cambio de opiniones y pues, no veo que haya algo malo en unos besos.

—...

—Bueno me tengo que ir, adiós hyung nos vemos luego. —NamJoon le sonrió una vez más y salió sin decir más.

Entonces SeokJin sabía que debía llamarle a su cita.

O eso pensaba.

SeokJin se apresuró y abrió la puerta hasta llegar donde NamJoon que sacaba las llaves de su bolsillo con lentitud. El mayor le tomó del brazo y le paró con una sonrisa coqueta la cual iba desapareciendo poco a poco al ver como NamJoon le miraba confundido y con una leve sonrisa dando a luz sus hoyuelos, así Jin maldiciendo mentalmente por los efectos del moreno en él.

—NamJoon, ¿Es necesario que vayas a trabajar hoy?

—No lo creo, voy de apoy-

—Perfecto, serás mi cita. —el menor no tuvo tiempo a responder porque Jin ya le había empujado al asunto de piloto y le había cerrado, y SeokJin sentándose en el asunto de copiloto con una enorme sonrisa y abrochando su cinturón.

—Hyung... ¿Estas bien? Pensé que ya tenías una cita. —preguntó el moreno manteniendo compostura y tratando de no sonreír como un adolescente enamorado al saber que Jin, el gran Kim SeokJin le había escogido como cita a pesar de que éstos eran amigos.

—¿A caso eso importa? —NamJoon frunció el ceño confundido, entonces Jin rodó los ojos—Serás su remplazo, tienes el honor de ser escogido por Kim SeokJin. —el castaño miró la reacción de NamJoon, bajando la mirada y asintiendo sin ganas. El moreno arrancó el auto y empezó a manejar sin dirección alguna.

NamJoon apretó el volante con fuerza entre sus dedos y sintió su pecho doler debido a la respuesta; realmente le dolía como aquel lindo castaño era con él, y le impresionaba como su personalidad era tan diferente a su hermoso físico digno de un modelo, de una famosa obra de arte esculpida por los mejores conocedores en belleza natural.

Entonces NamJoon recordaba aquello que tanto le repetía su madre: "Las personas hermosas están podridas por dentro". Aunque NamJoon no creía aquello, parecía que lo vivía con Jin y su constate molestar.

Pero SeokJin por otro lado se moría por dentro, quería pedir perdón y decir la verdad para verle sonreír y hacer desaparecer aquella expresión decaída que siempre le provocaba a ser brusco con él. SeokJin sabía que no era culpa de NamJoon ser como era, no era su culpa que aquel apuesto moreno de hoyuelos alegres fuera tan adictivamente diferente frente a los demás hombres.

NamJoon no tenía la culpa de ser especial.

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