Maratón: Final/Final

NamJoon golpeaba su frente contra la mesa de su escritorio y mordía el lápiz entre sus dientes con fuerza, pensando en qué hacer, en qué escribir. El moreno había decidido escribirle algo como una canción a Jimin, donde pudiera decirle lo mucho que le era importante en sus momentos difíciles y lo mucho que le quería, y que le quería consigo.

Mas era imposible, complementa imposible.

Apenas había tomando el lápiz entre sus dedos y tomando su pequeña libreta de música, había quedado en blanco, simplemente no tenía inspiración para Jimin. Y es que cada vez que pensaba en palabras románticas, llenas de amor y deceo, SeokJin aparecía en su mente como reflejo, dejando a Jimin a un lado y dando un paso al chico que le había rechazado horas atrás.

"Nadie elige de quien se enamora, NamJoon" recordaba a cada momento las palabras de su mejor amigo, retumbando en su cabeza y haciéndole sentir culpable sin siquiera decirle a Jimin que aceptaba salir con él.

—No pensé que fuera tan difícil. —gruñó NamJoon tomando el lápiz y lanzándolo al otro lado de la habitación con fuerza. Se levantó de su asiento y tomó las llaves de la casa sobre su escritorio junto con su celular. NamJoon realmente odiaba todo lo que tenía que ver con el amor, nunca había tenido suerte con él y ese era un claro ejemplo.

NamJoon decidió ir a su instituto -a pesar de que posiblemente tendría problemas por ello así un profesor le veía- y buscaría a Jimin para llevarlo a su casa mientras de paso le invitaba algún helado para en definitiva, hacerle le invitación en la noche a cenar y por fin decirle su repuesta.

Caminó durante alrededor de vente minutos, y llegó al gran instituto donde estudiaba, Jimin, Jungkook y él. NamJoon buscó con la mirada entre todos los estudiantes que ya habían salido de clases, buscaba a un chico de baja estatura y cabellera rosa entre los estudiantes, al igual que a un chico alto a su lado, ya que Jungkook no se le despegaba durante sus tiempos libre ya que claramente era un grado menor que Jimin.

—¿NamJoon hyung? —el mencionado volteó y miró a un Jungkook confuso el cual le miraba de pies a cabeza—No pareces enfermo, ¿Por qué faltaste hyung? —NamJoon le sonrió y revolvió su cabello haciendo al menor sonreír y quejarse por el repetido acto.

—Tuve cosas que hacer, nada importante. ¿Has visto a Jimin por aquí? —JungKook bajó la mirada y asintió.

—Se fue hace cinco minutos al baño, no tarda en venir.

Y como lo predijo, un pelirosa emocionado corrió hacia NamJoon y le abrazó por la espalda con fuerza mientras NamJoon sentía como sus pequeñas manitas se dirigían a su cuello y Jimin se montaba en su espalda. NamJoon rió y le tomó por los muslos para cargarle por completo.

—Estaba preocupado cuando te busqué en el receso y no te encontré, me preocupé demasiado.

—Sí, no he podido venir pero, te lo compensaré llevándote a casa e invitándote un helado. —Jimin sonrió y sintió muchas veces.

—Pero hyung, me prometiste que iríamos juntos a comer en la nueva pizzería hoy luego de salir de la escuela. —dijo el menor de los tres con tono apagado y bajando la mirada. NamJoon se sintió culpable.

—Jungkookie, te hablo más tarde, ¿Sí? Mañana nos vamos juntos lo prometo, también yo pago en recompensa.

—Hyung, el dinero no es lo que me interesa, eres tú... —murmuró Kook apretando sus puños.

—Tranquilo Kookie, estás en mi primer lugar de mejores amigos. —le dijo bajándose de la espalda de NamJoon y depositando un casto beso sobre la frente del menor—Nos vemos luego. —JungKook asintió decepcionado y se dio la vuelta ara empezar a dirigirse a su casa, solo.

NamJoon miró la escena y le pidió perdón mentalmente. Sabía que JungKook era alguien que Jimin sí merecía, pero NamJoon reamente lo necesitaba para poder olvidar a Kim SeokJin y sacarle de sus pensamientos.

—Hey Jimin, ¿Qué te parece ir por un helado? Hay unos muy buenos a unas calles de aquí.

—Me parece muy bien hyung. —respondió con una enorme sonrisa y achinando sus ojitos por la infinita sonrisa de felicidad.

NamJoon le observaba, Jimin no dejaba se sonreír y saltar leves suspiros, mientras con sus manos apretaba parte de su mochila mientras daba pequeños saltitos los cuales a NamJoon se le hacía demasiado tierno. Jimin era muy tierno.

Al momento de que el par de jóvenes llegaron a la heladería, Jimin trató de sacar su billetera lo cual NamJoon claramente no permitió y terminó sacando la suya para pagar los helados que pedirían.

—Uno de fresa con queso por favor. —pidió Jimin emocionado mirando como el adulto le sonreía amable y tomaba un cono para poder introducir el helado pedido. NamJoon terminó pidiendo un helado de chocolate y fresas y pagó el par de postres mientras agradecía al señor amable y salía del pequeño lugar con Jimin.

—Jiminie. —le llamó NamJoon riendo al ver como el menor hacía un puchero al ver como su helado empezaba derretirse—Estoy libre esta noche, y pensaba en invitarte a cenar. Yo puedo pasar a buscarte y de ahí podemos ir a cenar donde quieras, tu mandas.

Jimin sonrío y se detuvo al momento de que llegaron frete la casa del pelirosa—Me parece una muy buena idea, me has convencido. —le respondió con una leve sonrisa—Entonces nos vemos en la noche, ¿A las ocho?

—A las ocho está bien. —respondió NamJoon llevando una de sus manos a al mejilla de Jimin y acariciándola levemente. El pelirosa sintió sus mejillas arder y con rapidez se colocó de puntitas para plantar un casto beso sobre la mejilla de NamJoon.

—Gracias por el helado NamJoon hyung, nos vemos. —se despidió corriendo hacia su casa y dejando a NamJoon confundido frente su casa.

NamJoon solo podía pensar: ¿Por qué no sentí lo mismo que cuando Jin hyung me besa?

Y salió del lugar camino a su casa, aun mas confundido y sintiendo su corazón con un triste palpitar.

[...]

—¿Estas de broma verdad? —preguntó Yoongi pasando al departamento de SeokJin con un rostro adormilado—Primero Hoseok me llama alarmado porque había matado por accidente al pez de su hermana, y luego tú con que querías que viniese, no te hubiera hecho caso porque ganas de no verte me sobran pero, todo por NamJoon.

—Perdón, sé que me odias y todo eso pero, necesito tu ayuda para saber que decirle a Namjoon. —dijo estándose en el sofá y dándole un sorbo a su café que se encontraba entre sus manos.

Yoongi se palmeó la frente. Simplemente no podía creer que los dos fueran igual de tontos.

—Mira SeokJin, NamJoon estaba igual, me preguntaba como si yo fuera el enamorado de los dos. Solo escribe lo que sientes, piensa en él y lo primero que venga a tu mente es lo que escribirás, no hay vuelta de hoja. —Yoongi miró el reloj e insultó en voz baja—No sé qué tan inspirador seas pero por si no sabes, faltan menos de quince minutos para que NamJoon vaya a buscar a Jimin.

SeokJin miró la hora y abrió los ojos con exageración.

—¿¡Por qué el tiempo no se detiene un rato!? —exclamó colocándose unos tenis blancos y tomando un saco café el cual no parecía ser de su estilo, suponiendo que era de su compañero de departamento—Mierda, no llegaré a tiempo en taxi ni caminando. —se quejó corriendo por la sala y tomando las llaves de su departamento.

—Yo te llevo. —el mayor le miró con una ceja enarcada—Tengo auto y puedo llevarte, como te dije, me interesa NamJoon y Jimin, no lo hago por ti. ¿Quieres o no?

—Vámonos. —dijo apurado y saliendo del departamento con rapidez.

SeokJin no entendía que le ocurría pero sus manos estaba temblando al igual que sus piernas, su corazón nunca había latido con tanta fuerza y su subconsciente nunca le había dicho tantas veces un "Estas haciendo lo correcto".

Miró sus uñas e hizo un pechero al notar como se encontraban realmente hechas un asco al no poder tomarse atención luego de que NamJoon le había llenado la cabeza desde que se le había confesado de aquella manera en la calle.

Maldito NamJoon. Pensó rodando los ojos y mirando a la ventana, notando como después de diez minutos gracias al tráfico, llegaba a casa de NamJoon.

SeokJin no lo pensó dos veces y abrió la puerta para luego practicante correr a la puerta de su casa y tocar el timbre con ímpetu, esperando a que el moreno le abriese, mas no consiguió respuesta alguna. Le gritó y nada. SeokJin sintió que el aire le faltaba. Miró a Yoongi y éste le llamó.

—No está, ya se fue Yoongi. —dijo Jin sintiendo como el aire por alguna razón le faltaba y sus manos temblaban cada vez más—Mejor llévame a mi departamento...

—Sube al auto. —demandó Yoongi—NamJoon va caminando a casa de Jimin así que seguro está a medio camino, igual es muy lento.

SeokJin hizo caso y con rapidez subió al auto, viendo por los alrededores en busca de NamJoon.

Y entonces fue cuando el corazón de SeokJin se paralizó y su cuerpo se quedó inmóvil.

Vio a NamJoon agitando sus manos, acomodando su vestimenta y acomodando su cabello. Se notaba que iba a ser especial ya que usaba un hermoso traje negro, sabía que Jimin era de familia adinerada así que le invitaría a cenar en algún restaurante impresionante para poder hacerlo todo a su nivel.

Pero reaccionó al momento de que NamJoon empezaba a caminar a pasos lentos hacia la entrada de la gran casa directo a tocar el timbre. SeokJin bajó con rapidez y corrió esquivando algunos carros detenidos del otro lado de la calle.

—¡NamJoon! —el mencionado se detuvo y tragó en seco. Había reconocido aquella voz y al pensar en SeokJin, su corazón se había alocado y su respiración se había vuelto pesada.

¿Que hacía SeokJin el casa de Jimin? Se preguntaba.

—J-Jin hyung... yo estoy ocupado y de verdad no puedo salir ahora. —dijo NamJoon nervioso viendo como Jin se acerva a pasa rápidos a él.

—Cállate NamJoon. —murmuró cerrando los ojos y abrazando a NamJoon con fuerza mientras aspiraba su aroma, tan fresco y tranquilizador.

Mas NamJoon no le correspondió al abrazo, estaba en estado de shock y no entendía por qué Jin hacia eso, por qué se había aparecido de aquella manera justo cuando le iba a dar fin a todo.

—Hyung, vengo por Jimin, podemos hablar después y-

—NamJoon, me gustas, te quiero y necesito conmigo. —NamJoon le miró a los ojos y sintió su corazón latir con fuerza y sus ojos brillar tanto como los de SeokJin al momento de decir lo que sentía—Soy igual de malo con las palabras, soy malo con las relaciones, soy malo con el tema e tratar a la gente, de hacer que no me odien o desespere pero, realmente quiero decirte que soy un tonto, que sí, como dijiste en la canción, no me interesa nadie más que yo, solo me preocupo por mi felicidad y yo... realmente lo siento NamJoon.

NamJoon miró atrás de él, directo a la puerta de la casa de Jimin, y luego miró a SeokJin que terminó por tomar sus mejillas entre sus manos y hacerle acercar sus rostros con demasía casi a estar cerca de besarse.

—Sigue a tu corazón NamJoon, enséñame a no ser egoísta, aprendamos juntos a ser románticos y a cómo llevar una relación por primera vez; te lo ruego NamJoon. —murmuró cerca de sus labios—Sí quiero ser tu novio, quiero que me quieras tanto como yo. —el moreno no respondió y bajó la miraba pero Jin le tomó el rostro e hizo que le mirara a los ojos— ¿Quieres ser mi novio, Kim NamJoon? —preguntó con los ojos llorosos al sentir como NamJoon no respondía a su abrazó y apenas y parpadeaba, sine expresión alguna.

Por favor di algo.

NamJoon sonrió levemente y llevó una de sus manos a los cabellos castaños de Jin para acariciarlos haciendo a Jin cerrar sus ojos y soltar una pequeña lagrima, pensado que NamJoon le rechazaría, que le dirá que no y le humillaría como tanto se merecía.

Pero en vez de eso, NamJoon limpió sus lágrimas y juntó sus labios con los de SeokJin con delicadeza.

El par de jóvenes se besaba. Un beso muy tierno y no existía ninguna agresividad por parte de ambos. SeokJin y NamJoon podían sentir como sus corazones latían con fuerza debido a la emoción y los nervios.

No se necesitaban palabras para saber respuesta del moreno ante la declaración de SeokJin.

Yoongi miraba desde el auto con una enorme sonrisa mientras sacaba su celular y marcaba el número de Hoseok el cual no tardó en contestarle con emoción ya que Yoongi nunca le llamaba.

—Sabes, estoy libre esta noche y no tengo nada que hacer, ¿Qué te parece si voy tu casa y te enseño a tocar el piano un rato? —preguntó Yoongi prendiendo el auto y avanzando, dejando a la pareja feliz solos y disfrutando del momento.

—¡Me parece increíble Yoongi hyung! Compraré botanas. —aceptó con emoción, y Yoongi se fue del lugar.

Lo último que pensó antes de irse fue: Mi trabajo aquí ha terminado.

[...]

NamJoon cayó en el sofá de su salón con SeokJin encima de él. Se había deshecho de su ropa con facilidad y rapidez, con sus cuerpos acalorados y sus corazones acelerados. Sus risas y sonrisas iban y venían a pesar de que los dos realmente parecían un par de jóvenes necesitados de atención, haciendo un momento romántico y especial, uno en el cual los dos se amaban sin control y límites.

Los jadeos resonaban por la habitación al igual que diferentes susurros casi inentendibles de parte de ambos, encontrándose en un completo cielo, sin pensar en nada más que la felicidad y lo mucho que se desmostarían que se manan uno al otro durante aquella noche.

Al final NamJoon se había escapado de allí con SeokJin, habían corrido a casa del moreno para apenas cerrar la puerta, juntar sus labios con fiereza así sintiendo la adrenalina y pasión subir por sus cuerpos.

No faltaba describir más, no faltaba narran lo que venía a continuación; solo quedaba sonreír y disfrutar del fruto de una tierna, torpe y apasionada relación entre Kim NamJoon y Kim SeokJin. Solo quedaba decir que Kim NamJoon no estaba arrepentido de enamorarse de SeokJin, no más. Al contrario, NamJoon disfrutaría del castaño y le daría el amor que se merecía.

—Te quiero NamJoon, demasiado.

—Yo te quiero más hyung —respondió sonriendo entre el beso y acariciando la cintura desnuda de SeokJin bajó su cuerpo, delineando sus curvas y besando su frente—, no sabes cuánto.

Sí, NamJoon no se arrepentía de haberse enamorado de aquel chico que jugaba con todos a su alrededor, que se divertía a su manera, de aquel chico tan delicado y hermoso, tan extravagante y exótico, de aquel chico que por primera vez le había hecho sentir el verdadero enamoramiento por primera vez en su vida. NamJoon no se arrepentía de gustar de aquel hermoso chico de labios rosas.