Con la facilidad de tener el usuario de twitter del alfa de la cafetería, quizá jimin stalkeo un poco, tan solo un poco al alfa.

hoy le pido su número, hoy le pido su número, hoy le pido su número.

era lo que repetía el cerebro de jungkook una y otra vez, llegando a un gracioso bucle.

sentía su lobo querer salir de su interior y tomar el control de la situación, pero ya lo conocía, su lobo era peligrosamente cursi cuando de omegas lindos se trataba. en realidad, solo ha sido realmente cursi una vez, la única vez que jungkook dejó tomar el control a su lobo y fue grabado mimando a su pareja para "dañar su reputación" lo que logró solo darle más "popularidad" en el colegio.

tomó un pequeño respiro antes de entrar a la cafetería, miró inmediatamente al lugar donde debía de estar el omega de cabellos rubios, sintió a su lobo bajar las orejas en decepción cuando no lo vio.

- ¡hola buen día! - saludó una pelinegra, que se encontraba en la caja.

jungkook se acercó a ella.

- buen día, ¿que desea ordenar?

- buen día, ehh, ayer.. ayer había un omega aquí.. yo quería saber si él vino hoy..

- ¿uh? mmmm, ¿puede describirlo? no vine ayer y no se quién se encargó de la caja. - soltó una risita avergonzada.

- uh si, es bajito.. cabello rubio.. nariz pequeña.. - miró fijamente a la chica, quien con la pequeña descripción chasqueo los dedos y asintió.

- ya se de quien habla, ¿desea que él lo atienda?

- si no es mucha molestia, si.

- listo, enseguida viene, tiene suerte de que haya venido hoy.

jungkook esperó pacientemente a que el lindo rubio saliera por la puerta color crema. miró los postres que se mostraban en la vitrina y lamió sus labios, todos se veían tan exquisitos, su decoración era simple pero la presentación hacía derretir el paladar de cualquiera. era simplemente imposible salir de la cafetería sin comprar uno de esos luego de verlos.

- uh.. hola.

el alfa elevó la mirada rápidamente.

- hola.. bonito.

jimin quiso gritar cuando escuchó de nuevo esa palabra, sus mejillas se colocaron rojas, era increíble como con una palabra podía sonrojarse y era increíble como ese alfa podía ser tan confianzudo y llamarle de esa manera.

- ¿querías hablar conmigo?

- no, solo quería que me atendieras tú, quedé encantado contigo... - le sonrió.- con tu servicio.. si.

jimin sonrió en agradecimiento.

- entonces, ¿que deseas ordenar, jungkook?

- media caja de galletas de avena y media caja de galletas de chocolate.. y mmmm uno de esos. - señaló un postre de la vitrina.

- listo.

jimin no quiso irse, por lo que paró a uno de los chicos que pasaba por su lado.

- seungmin, por favor tráeme media caja de galletas de avena y media de chocolate, y una rebanada del pastel red velvet.

- enseguida.

- gracias seungmin.

jimin se volteó nuevamente hacía jungkook, el alfa lo miraba atónito.

- ¿sueles mandar a tus compañeros?

- a veces, técnicamente puedo hacerlo pero no abuso.

- ¿eres el gerente?

- soy el jefe. - ríe.- el dueño de la cafetería.

jungkook abrió un poquito su boca, dejando ver cuan sorprendido estaba.

- luces muy joven..

- tengo 20.

- ¿qué? luna, eres muy joven.

- ¿que edad tienes tú?

- 24.

jimin jadeó sorprendido.

hoy era el día de ambos sorprenderse por cosas del otro.

- y te estoy tuteando, lo siento.

- no importa, llámame como quieras.

- te diré jungkook, solo jungkook. - sonrió en chiquito.

- está bien, mmm ¿haces pedidos a domicilio?

jimin soltó un sonido afirmativo mientras recibía las dos cajas con el pedido del alfa, tomó una bolsa con el logo de la cafetería y las guardó.

- entonces, ¿puedes darme tú número? ya sabes para hacerte algún pedido.. - rascó su nuca.

jimin se quedó mirándolo y luego río. - claro, déjame anotarlo por ti.

jungkook asintió rápidamente. debido a la rapidez de sus acciones, casi deja caer su teléfono.

jimin anotó su número y dejo que él lo agendara. le entregó la bolsa con delicadeza y cobró de los billetes que el pelinegro le entregó.

devolvió el suelto y agradeció por la compra con una sonrisa.

- gracias por la compra jungkook, espero disfrutes.

- gracias bonito, ten buen día. - le sonrió a la vez que alzaba ambas cejas.

jimin quiso gritar ante el atractivo gesto pero lo disimuló con una pequeña sonrisa. apenas el chico abandonó la cafetería, soltó un largo suspiró y tocó su pecho, la presión lo estaba matando.

pero sonrió, porque el alfa lo hacía sentir bien, y bonito.

cómo dato, existe un número para realizar los pedidos a domicilio, sabiendo que era una excusa, jimin no se negó a darle su número ahora solo esperaba a que el alfa de anime a hablarle.