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24

LEAN EL CAPITULO ANTERIOR POR SI NO RECUERDAN EN QUE SE QUEDÓ

Todo estaba mal en estos momentos. Vivir repentinamente con mi tío al cual no conozco para nada mas que solamente cuando pensé que era tan solo un extraño que conocí en una fiesta y lo peor de todo, que creí que era lindo y podría ser agradable pero por supuesto que no. Lo odio y más porque estoy segura, de que es el culpable de todo esto. Mi padre ha pasado todo este tiempo diciéndome lo mucho que lo odia y que piensa que es malo para mi conocer a mi familia y ahora, ahora toma la decisión de llevarme a vivir acá.

Ni oportunidad tuve de despedirme de James o hablar con él una ultima vez antes de dejar mi casa. En fin, dudo mucho que el quiera saber dónde estoy porque ahora me odia, pensando que tan solo lo utilicé y que no lo quiero cuando si, lo hago y mucho y arruiné todo al nunca contarle como es que se dieron las cosas. Y por lo que vi anoche, el estaba con Olivia y va en serio y no puedo creer cómo es que no le importo en lo absoluto. 

Todo el camino, no hablé en lo absoluto, tan solo estuve viendo por la ventana y esperando a que llegáramos a la horrible mansión. Y si, dicho y hecho era el lugar mas enorme que mis ojos habían visto. Y me bajé del carro lo más rápido posible cuando Sirius me alcanza y me detiene justo en la puerta.

- no quiero que me odies. - coloca la mano sobre la puerta para que no pueda abrirla y lo miré molesta.

- no quiero estar aquí. - hace una mueca y me da a entender que no me quedaba de otra. - ¿podemos al menos irnos tu y yo a otro lado? No tiene que ser James parte de la ecuación pero por favor, no me dejes aquí.

Parecía que lo estaba considerando, podía verlo en su mirada y tenía mucha fe en que terminara escuchándome y entendiendo la situación pero Regulus abre la puerta y arruina por completo el momento. 

- Morgan. - este sonríe de lo mas forzado y yo lo miro molesta. - siempre es un honor el verte.

- solo... déjame pasar de una vez por todas. - dije de mala gana mientras me cruzaba de brazos y este se queda viendo de su hermano. - ustedes hablen lo que quieran, como sea, pero ocupo ya no estar aquí afuera.

- vendré a verte ¿de acuerdo? - Sirius me detiene una ultima vez y me da un beso en la frente. Lo abracé, porque de verdad quería seguir con el y arreglar las cosas pero es algo tarde y esta es al menos la mejor opción por ahora. - te amo.

- yo igual. - hice una mueca y Regulus cierra la puerta detrás nuestro para por fin, ambos quedar dentro de la casa. 

Me le quedé mirando un buen rato, tanto como el a mi. Mientras ambos nos analizábamos, no podía dejar de pensar en lo atractivo que el era. No me gustaba en lo absoluto, no soy una psicópata, pero me sorprendía cómo alguien podía tener un rostro tan hermoso como aquel. Se veía por obvias razones mucho más joven que mi padre y llevaba ropa oscura y mucho mas elegante que cualquier otra persona que haya visto. 

Dejé de verlo y tomando de mi maleta y mi mochila, caminé por el lugar para ver de lo que era la mansión Black. Llena de pinturas con imágenes de las personas que creo que son mis abuelos y de el. De tapetes enormes y chimeneas por cada habitación. Un eco impresionante y nada de television ni un patio en el cual jugar.

- ¿no ves televisión? - pregunté volteando a verlo. 

- ¿debería? - se ríe de mi y eso fue bastante grosero y molesto de su parte. - creo que ni tu deberías.

- ¿qué me dices de un patio? ¿dónde solías jugar? - caminé hacia la parte trasera de la casa que daba la puerta a la salida y había una alberca y un gran jardín con arboles por todos lados. - bueno, al menos es lindo.

- si te refieres a un lugar en el cual puedas jugar basquetbol, lo siento, no puedes hacerlo en esta casa. - lo miré molesta. - si quieres jugar algo, tendrá que ser quidditch.

- no gracias, solo me divierte verlo, no jugarlo. - admití y me crucé de brazos.

- ¿Te gustaba ver el partido? ¿o te gustaba ir con James? - mi sonrisa se borra en cuanto el dice aquello. - seguramente tu crees que eres especial porque James te invitaba a esos lados con sus amigos pero créeme, hablas con el mas grande mujeriego.

- no voy a hablar de eso contigo, gracias. - le empujé con mi hombro y subí las escaleras para llegar a la que sería mi habitación. El me alcanza y me retira la maleta y la mochila de la mano. - pero...

- Kreacher con gusto lo hará. - y se lo entrega a un elfo domestico que sale de la nada y me asusta lo suficiente como para dar un paso atrás y chocar con el. Toma de mis codos y me detiene.

- gracias. - pero aun así me suelto y seguí caminando, siguiendo del elfo y Regulus detrás nuestro. - ¿están mis abuelos en casa?

- ellos no viven aquí todo el tiempo, solo vienen de repente... como mis primas. Bueno, tus tías por supuesto.

- quisiera conocer a todos.

- y lo harás. - entramos a la habitación y me encuentro con el lugar mas oscuro y curioso de todo el mundo. Porque no era una habitación fea ni mucho menos, pero si una muy... elegante y al mismo tiempo tenebrosa.

- ¿al menos puedo abrir las cortinas? - reí.  - parece aquí que es la habitación de un vampiro. 

Intento abrirlas pero este con su varita las vuelve a cerrar y coloca un hechizo para que no pudiera abrirlas.

- la cena se sirve todos los días a las ocho de la noche. - dice mientras camina hacia la salida junto con su elfo. - ¿alguna otra duda?

- no se si quiero quedarme encerrada en la habitación todo el día... al menos déjame salir o invitar a mis amigos.

- no vienes de vacaciones preciosa. - me sonríe. - este se supone que es tu castigo por actuar mal ante la espalda de papi.

- Sirius no me mandó aquí con el propósito de que me castigaras, era porque quiere que me aleje de James. - lo miré molesta.

- sea como sea, ha funcionado y yo no quiero tener que lidiar contigo así que si me disculpas...

- tarado. - dije una vez que vi que este iba saliendo y se voltea para verme. - oh ¿no me escuchaste? lo vuelvo a repetir, eres un tarado.

- lo que puedes hacer, y es solamente si gustas es ir a la biblioteca. - lo miré con disgusto. - ay mas entretenimiento que ver a demasiados sujetos sudados correr por un balón.

- pelota, Regulus. Es una pelota, no un balón. - y me acerqué a donde el estaba para cerrarle la puerta en el rostro y no tener que verlo mas. 

Odiaba esto. No va ni una hora y ya estoy siendo de lo mas infeliz.

...

Pasaron unas tres o cuatro horas y no hice absolutamente nada. Literalmente ver la habitación y observar cada esquina en el lugar. Lo mas interesante que encontré, fue un album de fotos y por lo que veo, no era de Regulus, sino de mi padre. Fue algo lindo ver de sus fotos y mas porque en todas salía James tan precioso. Me hizo extrañarlo. Quererlo aquí y hacer que todo fuera como antes.

Me hizo apreciar cada momento que viví a su lado. Desde el día uno, el se esforzó en que yo pudiera ser feliz. Me hacía la cena, me invitaba a su noche de películas con Harry y siempre hizo de todo para que yo pasara un buen rato como dejarme ver todas las noches el canal de deportes y dejarme practicar. Es un amor de persona y lo quiero... y quiero estar con el, mierda. ¿Por qué tuve que arruinarlo todo?

Ahora estoy con el idiota de mi tío que no hace mas que dejarme morir de hambre y... bueno, esa decisión la he tomado yo. No fui a la cena al as ocho y ahora que son las nueve, tengo miedo de bajar y darme cuenta de que ya no puedo comer nada mas. 

Pero no perdía nada intentándolo por lo cual, fui. Bajé las escaleras y entré cuidadosamente a la cocina donde no había nada, literalmente nada. La alacena estaba vacía. De mala gana, camino hacia la biblioteca que el había mencionado y entro, cerrando la puerta detrás mio.

- ¿qué tal estuvo tu cena? - me pregunta sin siquiera voltear a verme porque su vista estaba fija en un libro.

- gracioso. - dije de mala gana y fui a sentarme en uno de los sofás que estaban en el medio. El lugar era hermoso, tengo que admitir, estaba lleno de muchas repisas y espacios para almacenar libros que cubrían por completo la pared. - ¿qué lees?

- ¿te interesa?

- en lo absoluto, pero estoy aburrida. - me puse de pie para acercarme a donde el estaba y me senté en el ventanal donde el estaba solamente que del otro lado. Me pone los ojos en blanco cuando me ve. - oye, esto no me hace tan feliz al igual que a ti.

- entonces no lo intentes, no vamos a ser amigos, no vamos a terminar siendo una hermosa familia... solo estas aquí para cumplir un mes lejos de tu casa y es todo.

- eres mi familia. - le dije bajando de su libro. - quieras o no, eso es un hecho. Así que... contéstame. 

- okay. - este se ríe. - eres algo mandona, puedo verlo. 

- te hice reir, wow. No puedo creerlo. Debo ser muy buena en esto. - este niega con la cabeza y me entrega de su libro. - Anna Karenina.

- tan solo el mejor libro en todo el mundo. - este dice. - te diría que lo leas pero es bastante largo y pesado para ti.

- ¿me estas subestimando? 

- linda, parece ser que no has leído nunca un libro por gusto. - es verdad, pero no me gustaba que me lo dijera. - puedes empezar con otro.

- pues um... - me puse de pie y me puse a checar de los libros que estaban cerca pero la mayoría no me sonaban en lo absoluto, el tiene razón , yo no tengo nada de cultura ni conocimiento de libros. Pero hubo uno, uno que me llamó la atención lo suficiente como tomarlo y enseñárselo. 

- increíble cómo es que encontraste uno que considero que es perfecto para ti. - me acerqué de nuevo a el y le entregué el libro. - La fabrica de chocolate es bastante entretenido. 

- he visto la película y me gusta.

- pero es muy diferente, en serio. Pero se que te va a gustar, al menos espero. - me lo regresa y el toma de entre mis manos el pasado de Ana Karenina. 

- ¿de qué trata tu libro?

- ¿quieres saberlo? ¿en serio te importa?

- estoy aburrida Regulus, estoy terriblemente aburrida que ya no sé qué hacer con mi vida y solo han pasado tres horas. Ayúdame a no morir.

- no me agradas. 

- genial, ya somos dos en esto. Perfecto, seamos los mejores enemigos de todos pero tengo que sobrevivir y solo lo haré con tu ayuda.

- Ana Karenina es simplemente oro porque trata de un amor imposible... un amor prohibido.

- justo mi especialidad. - bromee con el tema de James, puesto que se que a Regulus no le importa.

- si... supongo que a mi también me gustan de esos. - quisiera saber a quién se refiere pero no era el momento. - en fin, si terminas ese libro de la Fabrica de Chocolate, podrás leer este.

- oh wow, pero grande honor... gracias. - fingí emoción. - de acuerdo, es lo más que tengo de entretenimiento ahora que se que no ves television.

- no hay nada bueno en television.

- Friends.

- ¿qué demonios es eso? - alcé las cejas sorprendida y es que es tan solo el programa de televisión mas grande y famoso en todo el mundo. - p0or favor dime que no es muggle.

- lo es, si. 

- asco. - dice dejando su libro sobre la mesa y se pone de pie para seguir caminando por el lugar. - en verdad Morgan, tu no puedes tolerar cosas como esas.

- cierto, olvidaba que eres... así. Mi padre me llego a decir que por eso no quería que te conociera, Pero te aseguro que es un gran programa de television. 

- me alegro que no haya television aquí para que no tengas que verlo. - camina hacia la salida y esta por irse, supongo que fue una gran conversación por el momento. - espero que te guste tu libro.

-gracias.

- la cena estará fuera de tu puerta por cierto, de tu habitación. - no esperaba aquello, ese acto de bondad así que no dije nada. El solamente se retira y yo me quedó ahí con el libro en mis manos. 

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