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Consideraba este un momento hermoso. Uno siempre cuenta como su primer beso con la persona que le gusta es bonito y Perfecto y queda marcado como el recuerdo más característico para uno. En mi caso, mi primer beso con James no fue para nada lindo. Nos dejamos llevar por la pasión y por alguna razón, el deseo y ganas que ambos sentíamos por el momento pero que estaba tan guardado por lo prohibido que era aquello. Esta vez, el beso al menos para mi, lo representaba todo. El miedo, la angustia de saber que alguien podría saberlo, pero a la vez lo tierno y perfecto que era todo sin necesidad de estar con ese sentimiento de desesperación. Esta vez era diferente, era con... cariño. James me tomó muy sutilmente de las mejillas, con ambas de sus grandes manos cubriendo mis mejillas para dejar nada de espacio entre ambos y poder tener sus labios sobre los míos.

Sus besos tan lindos y con cariño pero aún con esa sensación de que genuinamente lo estaba deseando mucho. Podía sentirlo porque aún y cuando hacíamos todo por no hacer ruido y que nadie supiera que estábamos aquí adentro, podía escuchar su respiración agitada. Por mi parte, yo estaba realmente sintiéndome nerviosa por una parte, porque ahora sabía que Olivia estaba en la misma mansión y en cualquier momento buscaría a James, pero ahora estaba feliz de saber que el sentía lo mismo que yo y que ambos deseábamos un segundo beso. Uno donde ambos ya estábamos decididos a arriesgarlo todo y dejarlo ser. Ya no quería besar a James porque de esa manera podría hacer que mi padre lo odie. Besaba a James porque era el hombre que loca me volvía y que me ha gustado por ya un tiempo. Solo que no quería verlo.

Porque ¿cómo podría gustarme James Potter? Esta todo en su contra para que no me guste. Hablamos de un hombre mayor, uno el cual fácil podría ser mi padre porque cierto, también es el mejor amigo de mi padre. Son tan buenos amigos que el ha confiado por com9to mi vida en manos de este y claro, sin tener la más mínima idea de que en estos momentos, nos besábamos. Y lo peor de todo, que no era la primera vez. James está intentando hacer su vida, seguirla, con Olivia y la verdad es que la chica me agrada por lo cual lo hace peor todo esto. Porque me iré a vivir con mi padre en unos días y no volveré a vivir bajo el mismo techo que James.

Y no se que es lo que el vea en mi, no tengo ni la más mínima idea pero yo le gustaba y saber eso tan solo me volvía loca. Me hacía sentir bien conmigo misma, quiero decir, tan solo le gusto al hombre más lindo que he conocido en toda mi vida. Sabiendo así que el no debería sentirse atraído por mi, sabiendo que soy la hija de su mejor amigo y que está saliendo con alguien, aún y con todo ello, el estaba perdiendo la cabeza en estos momentos tan solo tomándome entre sus brazos y besándome con harta pasión. Tomé de su mano y nos encaminé a la pared donde se encontraban todos los libros, mientras más lejos de la puerta mejor y fui yo quien lo besaba esta vez.

Pasaba sus manos por mis hombros, bajando a mis brazos y acariciando de estos con un poco de duda pero a la vez con esa misma tentación de la vez pasada. Baja su mirada y empieza a besar de mi cuello, ante tal sensación no pude evitar no gemir. Pareciera que fuera una cadena pues al el escucharme disfrutar del momento, este empieza a jadear y besarme con más fuerza, sosteniéndose de mi cintura y pegando mi cuerpo al suyo.

- deberíamos... - dije mientras pasaba mis dedos entrelazados por su cabello. - deberíamos irnos. - James deja de besarme, y con la respiración agitada voltea a verme. Sonreí ante ello, lucía tan lindo con sus anteojos empañados. - quiero esto una y otra vez pero sin miedo a que alguien habrá de esa puerta.

- oh Morgan, soy el peor. - este aprieta sus labios hacia dentro y me pasa el cabello por detrás de las orejas. - pero estoy loco por ti.- emocionada de escuchar aquello, abrazo de su cuello y estoy por besarlo de nuevo, sus manos se colocan sobre mis piernas y por debajo de mi vestido, este me eleva un poco y mi espalda queda directo con el librero. Duele un poco pero realmente no me importaba en el momento pues, estaba agarrada de él.

Estaba por besarlo cuando se escucha como están por abrir la puerta y James me baja de inmediato.

- me esconderé. - dije y corrí detrás del sofá que está después del escritorio y Justo, la puerta se abre y se muestra Olivia.

- lo sé, debes odiarme, me aparezco después de ya unas horas y Justo cuando te dije que no podría acompañarte pero lo siento. El trabajo me tenía loca y luego fui a ver a mi amiga que lleva tiempo... - Ella se detiene. ¿Por qué se detiene? Me asomé para ver que es lo que pasaba. - ¿estás bien? Te ves agitado.

- solo... vine a tomar un poco de aire fresco es todo.

- te ves demasiado guapo. - Ella le sonríe y abraza de su cuello para empezar a besarlo. No quería ver esto. - no quisiera que nuestra noche se arruine... te extrañé. - veo como ella empieza a desabrochar de su camisa y muy molesta, me puse de pie y me fui. El azotar la puerta quizás fue algo delatador pero prefería interrumpirlos.

Cuando salgo, choco claramente con el mismo chico que estaba anteriormente en la biblioteca. El de cabello oscuro y tés clara.

- ¿ya tan pronto te vas? - este me pregunta y yo asiento con la cabeza. - creí que venias con James.

- y me voy a ir sin el. - fingí una sonrisa y estaba por irme cuando este me detiene y me toma de la muñeca. Confundida, me volteo a verle y este lo que hace es acomodarme los tirantes.

- un poco delatador el cómo vienes saliendo con tu vestido por todos lados. - me dio tanta pena aquello. - ¿cuantos años tienes?

- me tengo que ir. - no gracias, no iba a vivir este momento tan incomodo y mucho menos con un desconocido. Mejor me salí de la mansión y me teletransporte a la casa.

...

- veo que has tomado un baño. - James abre de la puerta de mi habitación, donde yo me hallaba sentada enfrente de m peinador, tan solo secando mi cabello con la toalla. Este se coloca detrás mío y lo miraba por el espejo.

- después de haberte acostado con Olivia, te sugiero que tú también tomes un baño.

- no hice nada con Olivia. - Se inclina un poco para que pueda verlo, para estar a la altura del espejo. - pero te fuiste demasiado pronto e hiciste tus deducciones.

- no estaba de humor para la fiesta de todas maneras. - voltee la silla para poder verlo de frente. - ¿te arrepientes de lo que ha pasado?

- un poco, si.

- no esperaba para nada esa respuesta. - estuve por voltearme de nuevo pero este me detiene y me toma de los brazos mientras se inca para verme a mi altura, estando yo sentada claro. - si tanto te arrepientes entonces, olvida todo y...

- me arrepiento porque yo no debería sentir nada por ti, Morgan. No está bien.

- James... me voy a ir en cualquier momento a vivir a casa de mi padre. Y de Remus. - recordé de repente aquello. - no quiero que este termine, no quiero... - suspiré hondo. - James, me gustas mucho.

- quizás estás confundiendo el sentimiento y no lo sabes.

- no, se perfectamente que es lo que siento. Y para empezar, no soy una niña. Soy una persona adulta por si lo olvidabas. Se que todo esto es una locura, créeme, no eres el único aquí perdiendo la cabeza. Yo también siento culpa. - realmente no, no tanta. - pero si ambos estamos en esto... la culpa es simplemente menos.

- me gustas mucho, Morgan. - sonreí ante ello y estuve por besarlo pero este me detiene y lo miré con confusión. - ¿quieres cenar?

- ¿no te gustaría mejor terminar lo que empezamos? - pregunté con emoción pero este toma de mi mano y me pone de pie. Inclina el rostro un poco y une sus labios con los míos. De nuevo con ese beso lleno de miedo y duda y que por ende termina siendo un beso con tanta delicadeza que lo hace aún más Perfecto. Sentía las mariposas en mi estómago, ante el leve tacto de sus manos en mis hombros y más cuando esté beso termina y este me sonríe. - de acuerdo... quiero un sándwich.

- un sándwich será. - tomé de su mano y ambos bajamos las escaleras juntos.

Estuvo de más decir que esta fue una noche como cualquier otra para ambos. Ya era la costumbre, nuestra cena juntos y ver algún partido de basquetbol que estuvieran pasando por el momento. Solo que ahora, me sentía con la confianza de poder recostarme sobre el mientras veíamos la televisión o simplemente besarlo. Adoro besarlo. Siento que mi pasatiempo favorito podría convertirse en saborear los labios de James Potter. Y es que, yo he teñido novios y parejas y besos en fiestas que al final no significan nada para mi. Nada de compara con esto.

...

Nos quedamos dormidos esa noche en el sofá después de haber cenado e inclusive con la televisión encendida. Pero en cuanto me despierto, fue hermoso para mi verlo a mi lado. Tenía sus lentes en la mesa y el control ya se encontraba en el suelo después de haberse quedado dormido. Corrí al baño en ese momento para lavarme los dientes, peinarme un poco y por supuesto que fingir que tengo ese brillo natural al recién despertar, usando corrector y rubor. Bastante rubor. Un poco de bálsamo labial y regresé al sofá para acomodarme a un lado suyo.

- buenos días. - este me dice mientras empieza a estirarse y frotarse los ojos, yo en cambio tan solo le sonreía. - wow, en verdad eres hermosa. - supongo que mi plan funcionó, y me acuesto encima suyo para empezar a besarlo.

- ¿tienes algo que hacer hoy? - le pregunté mientras levantaba mi torso pero aún estando yo encima suyo. Este apoya sus manos en mis caderas y empieza a acariciarme las piernas. - podríamos... salir.

- realmente no recuerdo si tengo algo que hacer hoy. - este se queda pensando y se pone de sus anteojos. Fue ahí donde empecé a moverme encima suyo, claramente ambos con ropa, pero se que el lo sentía y le gustaba por cómo se mordía el labio inferior mientras me veía. - creo que si hay algo. Algo que tenía que hacer.

- quisiera quedarme aquí todo el día. - suspiré hondo y este se endereza para estar ambos sentados y me acomoda bien para que siga estando sobre su regazo, sonreí ante ello. El no me contesta nada ante ello pero empieza a besarme. Besos pequeños y sutiles por mi mejilla y bajando a mi cuello. - no quieres tocarme ¿cierto?

- tal vez no ahora. - levanta ambos hombros y lo miré con asombro. - no es por ti, te consta que no es así. Me refiero a que... - baja la mirada para verme en mi camisón. - si lo hago, no creo poder controlarme ahora mismo.

- entiendo. - asentí con la cabeza. - no comparto el sentimiento si te soy honesta, pero te entiendo. - el ríe cuando yo digo eso y es ahí donde yo empiezo a besarlo a él. Pasé mis manos por debajo de su camisa, y pude sentir terribles mariposas en el estómago al acariciar de su fuerte abdomen. Era perfecto, en cada aspecto. Me detuve para verlo y este me toma de la parte trasera de mi cuello para unirme bruscamente a él y me empieza a besar.

Me encantaba saber lo mucho que me deseaba, lo loco que lo traía y saber que no puede controlarse cuando se trata de mi. Estaba yo recostada sobre el sofá y este encima mío. No me había tocado aún, el seguía en pie con su promesa y su forma de tratar de controlarse lo cual me desesperaba un poco ya que, lo necesitaba ya. Pero no dejaba de ser un gran momento. Esto. Nosotros dos. Quedábamos a la perfección.

- ¡papá! - escuchamos cómo está por abrirse la puerta y este se levanta de golpe. Lo miré con preocupación y ambos volteamos a ver hacia la puerta donde Harry se mostraba. - ¡Morgan! - se emocionó aún más al verme y James de inmediato se levanta y yo también del sofá. - ¿a que jugaban?

- um... - empecé a decir, tratando de buscar una respuesta a lo agitados que estábamos y en eso, entra Lily. Quien claramente fue por su hijo y nos mira a ambos. Aún y cuando no tuvimos sexo, era demasiado delatador el ambos encontrarnos en ropa para dormir y con la respiración agitada después de aquello.

- buenos días, Lily. - James le sonríe y ella tan solo nos mira, sabiendo lo mal que estaba esto.

- okay... um... Harry. - tomé de su mano. - vamos a jugar afuera en lo que tus padres hablan. - dije volteando a ver a James y este asiente con la cabeza. - cuéntame ¿cómo es Hogwarts?

Reí nerviosa y salí al patio trasero para evitar seguir viendo a Lily juzgándome y queriendo vomitarme gracias a ello.

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