Te conocí una vez, en otra dimensión
—¡NO PUEDO CREER ESTO!—Exclamó Jessica jalando sus propios cabellos.—¿¡COMO PUDISTE HACER ESTO, MJ!? ¿¡EN QUÉ ESTABAS PENSANDO!? ¿SABES CUANTAS VECES PUDISTE HABER MUERTO? ¡Y ANOCHE TE DISPARARON!
—¡PUES NO SOY LA ÚNICA EN ÉSTA FAMILIA QUE TIENE UNA DOBLE VIDA SECRETA!—Gritó MJ, indignada.—¡no puedo creer que seas una agente!—bajó la voz un poco ante la posibilidad de que alguien las oyera.
Jessica gruñó y fue hacia las ventanas, hizo a un lado las cortinas y observó, como si se asegurara de que no hubiera nadie observándolas desde afuera del edificio.
—Por lo menos yo tenía una buena razón para empezar una doble vida.
—¿¡Y mi razón no fue buena!?—MJ gruñó.—¡vi una oportunidad y la tomé, Jessica! ¡Ayudo a la gente, hago que ladrones, asesinos y degenerados terminen en la cárcel! ¡He salvado a personas! ¡Estoy haciendo algo bueno!
—¿Y desde hace cuanto tiempo lo has estado haciendo, eh?—MJ no sabía si alguna vez había visto a su hermana tan enojada.—¡contéstame!
—¡Tres meses!—exclamó.—¿y qué hay de ti? ¿Desde hace cuanto tiempo trabajas para Shield? ¿Siquiera sigues siendo una detective? ¡Yo le cuento a mis amigas historias sobre «mi hermana la gran detective»! ¡ellas piensan que eres una heroína! ¡Piensan que salvas vidas! ¿Acaso mamá y papá saben de esto!
—¿¡Acaso te gustaría que supieran sobre lo que tú has estado haciendo!?
Michelle bajó la mirada y apretó los puños.
—No...
—Entonces, ahí tienes tu respuesta.—Jessica se pasó una mano por el cabello y soltó un largo y pesado suspiro.—no puedo creer que metiste a los Avengers en esto, Michelle, ¡los Avengers!
—¿Acaso pensaste que lo tenía planeado?—se cruzó de brazos.—hace tan solo treinta minutos que me enteré que mi compañero de clases es el hijo de Black Widow...—una idea pasó por su mente, como si se hubiera dado cuenta de algo.—¿Acaso tú lo sabías?
—¡Por supuesto que lo sabía!—Jessica se apretó el puente de la nariz.—¿por qué otra razón se mudarían aquí una agente, un joven Avenger y la princesa de Wakanda? El tener a una agente de Shield cerca sería un medio de seguridad.
—Admito que tiene sentido...—Se cruzó de brazos.—pero aún así... ¿por qué te convertiste en Agente? Pensé que tu sueño era convertirse en detective.
Jessica apretó los puños y apartó la mirada.
—Hace cinco años... la última vez que vi a Héctor, él me reveló que él era un agente de Shield, y me inspiré para convertirme en una también. Pero aún así seguí con todo lo necesario para convertirme en detective, pero digamos que el ser detective es... como un trabajo de medio tiempo para mí. Cuando no estoy trabajando en casos de Shield, me concentro en completar mi trabajo e intentar encontrar a personas perdidas como detective.—soltó un suspiro, y miró el amuleto que Michelle no se había quitado desde que dejó el departamento de los Romanoff.—quítate esa cosa en este instante, Michelle.
—¡No!—exclamó dando un paso hacia atrás y cubriendo su amuleto con sus manos.—¡es mío! ¡Héctor me lo envió a mí! ¡Hasta el Capitán América dice que puedo quedármelo! ¿Se supone que él es tu jefe, no?
—Yo tomo órdenes de Nick Fury, Michelle, no de el Capitán América.—dijo en un susurro lo suficientemente bajo para que sólo Michelle la escuchara, pero aún así sonó enojada.—¿sabes qué? ¡Está bien! ¡Como quieras! ¡Sigue siendo una súper heroína, ve por la noche y acaba con villanos, pero no esperes que sea yo quien pague por tu funeral una vez mueras por ésta tontería!
—¿Y cuantas veces has sido tú la que estuvo a punto de morir?
Jessica le dio la espalda a su hermana.
—A tu habitación, Michelle. Papá y Mamá no están, yo soy la adulta aquí, así que tienes que escucharme a mí.
Michelle apretó los puños, sintiendo sus garras clavarse en las palmas de sus manos. Soltó un gruñido y fue corriendo hacia su habitación, cerró la puerta tan fuertemente que pudo haberte roto.
Suspiró intentando calmarse, se sentó en la cama y se quitó el amuleto. Sintió el dolor llegar a su cuerpo a causa de la herida que todavía no había sanado, pero por lo menos ya no dolía tanto como antes, y ya era capaz de levantarse y caminar. Suspiró y se acostó en la cama, cubrió su cara con una almohada y gritó lo más fuertemente que pudo en un intento de dejar salir toda su ira.
Abrazó la almohada contra su pecho una vez terminó, sintiendo el dolor en su garganta.
Volvió a levantarse al escuchar un sonido, unos toques en su ventana. Se levantó un poco e hizo a un lado la cortina, y por un momento toda la ira que sentía se desvaneció al ver a Peter afuera de la ventana, sentado en la plataforma de la escalera de incendios. El chico le sonreía. Abrió la ventana, dejando que él entrara.
—¿Qué haces aquí?—Preguntó MJ.
—Pues para mi suerte mis tíos convencieron a mi mamá de no castigarme ya que técnicamente no fui yo quien fue a investigar a la Mansión de un millonario y le terminaron disparando.—Michelle rodó los ojos.—además Shuri me pidió que viniera a darte esto.—se inclinó adentro de la ventana y tomó algo de la plataforma, al salir se lo dio a Michelle y ella soltó un suspiro al ver su mascara de White Tiger.—lamento el que tuviéramos que cortar tu traje, es que había que tratar tu herida y...
—Peter...—abrazó la máscara contra su pecho.—no lamentes nada. Tengo que agradecerles a ti, a tu mamá y a Shuri por haberme salvado la vida, y lamento el haberles traído tantos problemas. De cualquier manera... estoy en deuda con ustedes.
Peter le sonrió de una forma que hizo que Michelle sintiera algo cálido en su pecho. Dejó la máscara encima de la cama y se levantó, lo dudó durante unos momentos, pero se acercó al chico, y lo abrazó, escondiendo su rostro en el pecho del chico. Sintió cómo Peter se sorprendía, pero aún así le devolvió el abrazo y él le acarició sus rizos pelirrojos. Durante un momento, Michelle pudo escuchar el corazón de Peter latir.
—Creo que... con todo lo que ha pasado recientemente... tú y yo no hemos tenido oportunidad de hablar...—dijo ella, levantando la mirada.—todavía hay que ver qué haremos, ahora que sabemos que Felicia es Black Cat y que Octavius trabaja para Frisk.—la expresión de Peter cambió al escuchar el nombre de Felicia, como si preferiría no haberse acordado de todo ese tema. Él suspiró.—... creo que deberíamos buscar un lugar seguro para hablar, digamos que los sentidos de mi hermana se agudizan cuando está enojada. Podría escucharnos.
Peter rió ligeramente.
—Vayamos al techo, ¿crees poder trepar por las escaleras?
—Soy una tigresa fuerte, ya ni siquiera me duele.—le sonrió, a pesar de estar mintiendo, y Peter volvió a reír.
Ambos salieron por la venta del cuarto de Michelle y subieron al techo a través de la escalera, Michelle no pudo evitar preguntarse cuánto tiempo pasó inconsciente en el departamento de los Romanoff, al ver que el atardecer lentamente llegaba a su fin, dando paso a la oscuridad de la noche.
Se sentaron en el borde del techo una vez llegaron, y durante los siguientes minutos hubo silencio total entre los dos, pero no el tipo que era incómodo, si no uno agradable, como si ambos disfrutaran de aquella pequeña paz antes de la tormenta.
—¿... Como es que estás segura de que Felicia es Black Cat?—Preguntó Peter, sacando del bolsillo de su sudadera una cajetilla de cigarrillos, prendió uno y le dio una calada.
—¿Acaso la haz visto recientemente?
Él negó con la cabeza.
—No desde aquella cita que tuvimos. He hablado con ella por llamadas y mensajes, pero solo eso. Dijo que se enfermó y que su padre no le dejaba salir por eso, y que no le dejaba ir a la escuela.
Michelle suspiró y pasó una mano por su cabello.
—Cuando fui a la Mansión Frisk, vi a Felicia, y ella tenía una enorme cicatriz en su mejilla, la misma que yo le hice a Black Cat una noche que tuvimos una pelea.—Peter la vio sorprendido.—admito que después de verla así, me sentí culpable, y después de pelear contra los secuaces de Frisk, antes de que me dispararan, yo intenté ofrecerle ayuda, estaba muy asustada, y tenía heridas hechas por Frisk, pero ella me miró con odio y me dijo que por mi culpa jamás volvería a ser hermosa, y que por mi culpa él jamás la armaría.
—¿A quién se refería con él?—Preguntó Peter, confundido.
—¿Sinceramente? Creo que se refería a ti.
Peter pareció que se había dado cuenta de que cometió un error.
—Mierda...
—Sí...—suspiró.—¿ella es tu novia o algo?
—No, pero... hace un tiempo, la llevé a una cita y después de eso fuimos a mi departamento... me acosté con ella.
Michelle se quitó una de sus pantuflas y la usó para golpear a Peter en el rostro.
—¿¡Y eso por qué!?
—¡Nunca te acuestas con una chica en la primera cita, Romanoff! ¡Les das esperanzas!
—Parece que eso fue exactamente lo que hice...—suspiró y se pasó una mano por atrás del cuello.
—Tienes que aclarar las cosas con Felicia antes de que sea demasiado tarde, la próxima vez que la veas, si se puede.
Peter suspiró y le sonrió a Michelle.
—Tienes razón, tigresita.
Michelle se sonrojó al escuchar ese apodo.
—Así que...—apartó la mirada, intentando ocultar su sonrojo, y se acomodó un mechón de cabello detrás de la oreja.—¿ella te gusta o qué?
—La verdad es que no...—le dio una ultima calada al cigarro antes de aplastarlo contra el borde del techo.—digo, ella me atrae, lo admito, y lo disfruté cuando lo hicimos...
—Mucha información...
—Pero... ella no me gusta, tan solo la veo como una amiga...—se acostó encima del techo.—creo que parte de mí jamás dejará de verla como aquella pequeña niña que iba por los pasillos del orfanato usando orejas de gato y cantando La Vie en Rose.
—¿De verdad ella hacía eso?—preguntó MJ, acostándose al lado de Peter. Era difícil imaginarse a la chica más codiciada de Midtown High haciendo algo como eso.
—De verdad.—Peter rió.—su voz era tan dulce, que algunas veces, cuando me sentía mal, por cualquier razón, le pedía que me cantara para que me tranquilizara...—sonrió con nostalgia.
Michelle sintió en su pecho una punzada de culpabilidad.
—Lamento el que tu amiga de la infancia terminara siendo una ladrona.
Peter le sonrió con compasión de la misma forma en la que Natasha lo había hecho hace tan solo unos minutos, a pesar de que se sentía como horas.
—Yo también lo lamento...—cerró los ojos y suspiró.—después de que Natasha me adoptó... estuve tan decidido a empezar una vida nueva y abandonar la anterior, que quise cortar lazos con todo lo que me relacionara con mi anterior yo, eso incluyó el no acercarme al orfanato en el que pasé mi niñez, y por lo tanto, abandonar a Felicia. Fue como si hubiera querido que Perrie Parker muriera, y que solo quedara Peter Romanoff.
—Perrie Parker... ¿ese es tu deadname?—Peter asintió.
—... Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que lo dije en voz alta, o que alguien lo dijo...
—Entonces... si no hubieras tomado el apellido de tu madre... ¿tu nombre hubiera sido Peter Parker?
—Huh... no suena tan mal, ¿no crees?—Dijo, despegando sus ojos de las estrellas del cielo para ver a MJ.
Una vez más, ella sintió una sensación cálida y agradable en el pecho.
—Peter... si Felicia no te gusta...—se sintió sonrojar.—¿hay alguien que te guste ahora mismo?
Peter se sonrojó y se sorprendió por la pregunta, pero sonrió.
—¿De verdad... quieres que te lo diga?—Preguntó, mientras que se acomodaba de modo que él y Michelle estaban más cerca del otro. La chica tragó saliva.
—S-Si quieres...—se sorprendió al sentir la mano de Peter acariciando su mejilla, y cerró los ojos, relajándose ante esa caricia.
—De acuerdo... pero tienes que prometerme el que no te asustarás, ¿de acuerdo?
—Después del día que tuve... ya nada puede asustarme.—brome, y escuchó cómo Peter reía para luego suspirar.
—Michelle... MJ... tú y yo... nos conocimos antes, pero no aquí, no en ésta realidad.
—... ¿qué...?—Preguntó ella, abriendo los ojos y levantándose un poco, Peter apretó los labios.
—Mira... sé que suena loco, y estás en todo tu derecho de no creerme, pero... existe un multiverso. Y nosotros vivimos en él... ésta realidad... ésta dimensión, es conocida como la tierra #122503, y, una vez, después de que uno de los inventos de mi tío Bruce saliera mal... yo... terminé en otra dimensión. En la tierra #676. Ahí... conocí a otra versión de mí, a una muy diferente, pero, también te conocí a ti... a la Michelle Jones de esa dimensión... la MJ de esa dimensión estaba dañada, y rota en varios sentidos, y durante mi estadía ahí, la conocí mejor, la consolé y, según ella me dijo, ayudé a sanar su roto corazón... me enamoré de ella, de esa versión alterna de ti... y antes de volver a mi dimensión, me pregunté, si volvería a verla, a verte, en ésta realidad... cuando te vi por primera vez... en el salón de clases, aquel primer día en el que llegué junto con Shuri... sentí como si hubiera visto un fantasma, y después del tiempo que hemos pasado juntos... no solo como Peter y Michelle, si no también como Spider-Man y White Tiger... me he dado cuenta de que... creo que me gustas, Michelle Jones.
—... Peter Romanoff, hoy no solo me enteré de que el chico más popular de mi escuela es el hijo de Black Widow, si no también que él es Spider-Man, que ve a los hombres de los Avengers como sus tíos, y que mi hermana es una Agente de Shield... el que tú me digas que vivimos en un multiverso, y que te enamoraste de una versión alterna de mí, es como si me dijeras que el agua es mojada.
Ambos rieron mientras que se levantaban, volviendo a sentarse en el techo.
—... Entonces... ¿qué dices?
Michelle sonrió tímidamente.
—Que después de todo lo que ha pasado... creo que, tal vez... tú también me gustas, Peter Romanoff.
Una vez más, le acarició la mejilla a Michelle.
—¿Puedo...?
Ella asintió lentamente, y él sonrió y se inclinó para besarla.
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