𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐓𝐑𝐄𝐂𝐄𝐀𝐕𝐎 (𝐩𝐭. 𝟐): erythroxylon
Nota: Editado (2022)
Nueva York, Nueva York, Estados Unidos – mayo de 2020
Poco después de las 10 llegaron al escondido departamento en SoHo, ambos vestidos completamente de negro, gorra, lentes y una mascarilla clínica cubriendo nariz y boca. El ensordecedor sonido de la voz de Post Malone en Go Flex sonaba a través de las bocinas, inundando el lugar.
En el amplio lugar, para los estándares de Nueva York, las luces naranjas, proveniente de las tiras led del techo, se reflejaban en las paredes, representando el ambiente que estaba a su alrededor. Había más personas de las que Taehyung pensaba, aunque no era el mejor para calcular las medidas, sabía que la sala no medía más de siete metros por cuatro y una cuenta rápida a los asistentes, sabía que alrededor de veinte personas estaban en ella, entre los cuatro que jugaban Smash Bros. en la televisión, los siete espectadores, posiblemente esperando su turno, y el resto que se esparcía en parejas y tríos por el lugar de ventanas cerradas, algunos bailando, otros fumando o solo hablando, cada uno con un vaso rojo lleno de cualquier licor que se encontraron por ahí. Vio a su querida, quien ya traía su cabello libre, sacarse las sombras que cubrían sus ojos y la mascarilla para guardarla en el bolsillo de su pantalón deportivo, con una sonrisa, saludó a un par de chicas de la esquina; una de ellas tenía el cabello rubio liso y corto, un poco más abajo de su mentón y era más alta que él, la otra era una peliroja de rizos muy poco marcados, se veía del tamaño de su querida, ¿acaso era requisito medir más de 1.75 para acercarse a Marlon?
—¡Lize! —Saludó Marlon sonriente acerándose un poco más a sus amigas, dio un abrazo a la más alta, cuyo nombre parecía ser Lize. Le pareció que tenía un rostro conocido, quizá en alguna cartelera o en alguna tienda de ropa, está seguro qué Marlon le mencionó que era modelo.
—Mi vida, ¡feliz cumpleaños!
Marlon agradeció y saludó a la chica de al lado. Teniéndola más de cerca, la reconoció, ella también era cantante, tenía varias de sus canciones en su lista aunque Jin solía escucharla más que él.
—Tae, te las presento, ella es Lize —Habló y Tae dio la mano a la más alta. —Y ella-
—Oh, ya nos conocimos, ¿no? —Interrumpió la cantante. —Eres el chico de BTS, en los Billboard...
—Sí, nos tomamos una foto juntos.
—Uy, cuidado que Lize es celosa —Bromeó la actriz sonriendo y tomando del brazo a Taehyung, quien estaba celosa era otra. —Te quiero presentar al resto.
La pista había cambiado, dejando sonar la misma voz al ritmo de Circles.
Tal vez esto no era tan malo. Si ignoraba el olor a alcohol y el humo del cigarro que se estancaba por la mala ventilación, era divertido. Por lo menos, Marlon se veía emocionada presentándolo a sus amigos, y si lo pensaba bien, lo que estaban haciendo en ese momento es lo que hacía cualquier joven normal de su edad, salir de fiesta, divertirse, y jugar videojuegos en medio de la sala. Bajaría un poco el volumen de la música si pudiera elegir, pero no puede, por lo cual prefirió intentar divertirse con la que sería su mujer bailando, tomándola por la cintura y aguantándose las ganas de sacarla de ahí y desnudarla en algún hotel de Nueva York.
Marlon susurró a su oído y lo tomó de la mano acercándolo un poco más a las ventanas semiabiertas donde un grupo pequeño se encontraba fumando.
—No jodan, tienen las ventanas casi cerradas —Agradeció que el grupo se haya alejado en cuanto llegó, abrió lo más que pudo el pequeño ventanal intentando que circulara un poco más la ventilación, se recargó en el muro y tomó uno de los cigarrillos comunales. Su acción sorprendió a Taehyung, hasta este punto no sabía que la nicotina era uno de sus vicios, uno de los menos inofensivos que tenía la mujer. Sus labios formaron una línea observando los larguiruchos dedos largos de su futura mujer acariciar con solo la fuerza necesaria para encender el artefacto plateado que estaba entre sus manos, la flama calentando el vicio hasta que ya no fue necesario y una inhalación profunda que inundó su rostro con placer y relajación. Marlon se permitió disfrutarlo, sentir el humo llenar sus pulmones tocando ese punto en ellos como él tocaba sus puntos más débiles en el sexo.
—¿Quieres? —Ofreció la mujer después de quitarse el dolor de cabeza que le estaba provocando la falta de nicotina y otras sustancias en su cuerpo.
Taehyung bajó la mirada al cigarrillo, Marlon tenía el filtro apuntando a los labios del joven que mantenía sus labios entreabiertos. Decir que la imagen que tenía frente a él no le parecía jodidamente atractiva, que no le excitaba que el humo decorara tan bien el aura alrededor de ella era una total mentira. Había probado cigarrillos electrónicos antes, y aunque los tradicionales nunca habían sido de su agrado, bajó ligeramente a él, dando una calada fuerte, sintiendo lo que ella había sentido apenas unos segundos antes, dejó salir el humo de sus labios rosados. Sin quitar la mirada de la pelinegra, descansó su peso en su pierna izquierda, recargó su mano en la ventana, por encima de la mujer que lo miraba expectante y sacó el cigarrillo de sus manos para sostenerlo entre sus propios dedos huesudos. Lo puso entre sus labios, y aspiró el humo hacia su interior una vez más, dejó que los residuos salieran por su nariz y cuando la mujer esperaba tener su adicción de regreso, Taehyung la apagó en el muró al lado de ellos.
—Aún no lo terminaba. —Reclamó la mujer indignada.
—No deberías fumar.
—Tú lo hiciste, ¿no fumas tú también?
—Te hace daño —Evadió la pregunta.
Aunque la vista de ella haciéndolo le gustaba, no le gustaba que pudiera pasarle algo o llegar a desarrollar una enfermedad a causa del humo.
Queriendo molestar, Marlon escabulló su mano izquierda a la cajetilla que aún tenía un par de cigarrillos en ella, tomó uno y lo colocó en posición, lista para encenderlo nuevamente.
—Marjorie —sentenció el más alto, levantando una ceja y a Marlon le pareció tan gracioso que no pudo evitar reír.
—Eres un exagerado —dijo y dejó el vicio envuelto en papel blanco de lado haciendo que Taehyung suavizara la mirada, permitiendo a su sonrisa asomarse.
Una chica de cabellos esmeralda, que si no mal recuerda su nombre era Nabbie, se acercó a saludar y susurró algo al oído de Marlon quien solo dijo que seguido de un lo siento. Nabbie seguía insistiendo, haciendo puchero y Marlon solo veía a Taehyung. que no sabía muy bien que estaba pasando, de reojo.
—Por lo menos acompáñame, Lize y su novia están allá.
Taehyung, quien ahora estaba a un costado de Marlon volteó para ver a las mencionadas cerca de los baños del lugar. Marlon miró a Taehyung, y mordió ligeramente su labio, pensando en que hacer.
—¿Te molesta si la acompaño unos momentos? —preguntó insegura—. Será rápido.
—Para nada, cariño.
Nabbie sugirió que Taehyung hablara con Golden Goods, otro de los mejores amigos de Marlon, era un pintor en ascenso que alegaba que sería el próximo Pablo Piccaso, comenzando ambos nombres y apellidos comenzaban con la misma letra (Aunque Golden no era su nombre, sino Walter) y con los cinco minutos que estuvo con él en lo que Marlon iba con sus amigas, se dio cuenta que era un pretencioso, oportunista y odioso.
—Aquí entre nos, hermano, ¿hace cuánto sales con Romaneé?
Taehyung bebió de su vaso. Con la espalda pegada a la pared y viendo lejos de él no respondió.
—Te sacaste la lotería hermano.
Al escuchar eso obtuvo la atención de Taehyung quien lo miró curioso pensando que por fin Golden Goods diría algo que no fuera una estupidez.
—Porque esa tipa si que sabe coger.
Apretó la mandíbula. Su mirada cambió, la furia era visible detrás de sus cejas, el dueño de aquel comentario creyó que no le importaría, hasta que vio al extranjero acercarse a él.
Bebió de su copa de refresco con alcohol barato, y lo lanzó de lado. Dejó al pintor solo, con ganas de arruinar su rostro y su nariz recta. Solo deseó no tener que verlo en su vida.
Atravesó el cuarto ahora iluminado en tonos rojizos, con una que otra persona a punto de caer dormidas por el estado de ebriedad en el que estaban, las ignoró y pasó a través de ellas hasta llegar al pasillo por el que Mar se había metido, observó que una de las puertas estaba entreabierta, risas femeninas salían de él junto con una luz verde que iluminaba una mínima parte del pasillo. Se aceró, cauteloso, tratando de escuchar si la risa de su mujer se hacía presente.
—Anda, solo una —La voz que identificó como la de Lize se escuchó intentando susurrar, estaba borracha.
—No, no puedo, ya hice una antes de la Met —Era la voz de su mujer. Frunció el ceño confundido, necesitaba el contexto de esa conversación.
—No seas aburrida —Protestó otra voz que no reconoció del todo, probablemente era Nabbie —Ya está servida.
Se acercó un poco más, teniendo una vista de la que le gustaba gracias al espejo, aunque no era lo más claro; era ella.
La pelinegra reía y negaba mientras sus amigas seguían diciéndole que lo hiciera, se hacía ideas en la cabeza, ideas que no le gustaban y esperaba no fueran reales. Pero sus temores y peores ideas se materializaron cuando notó que su mujer se agachaba, probablemente al lavabo del lugar y escuchaba un fuerte olfateo seguido de palabras altisonantes de la mujer y risas de sus acompañantes.
—Una más —dijo una voz ajena a la actriz.
Vio a Marlon tallar su nariz y decir que no más, pero la de cabellos de colores acercó su uña a la fosa nasal de la mujer tapando la otra e hizo que inhalara la sustancia que alojaba en ella.
Taehyung cerró con fuerza los ojos, no queriendo ver más.
Sintió un nudo en el estómago, náuseas y sus manos sudar.
En alguna ocasión llegó a hacerlo el mismo, cuando su agenda era más apretada y esa era la única forma de mantenerse despierto, una muy breve época oscura de la cual no quería volver a saber. No quería volver a vivir aquello a través de ella.
Algunos conocidos de él lo hacen en las fiestas, "ponerse en ambiente", según las palabras de los adictos, pero por lo que escuchó, era posible que fuera algo que Marlon hacía con frecuencia.
Y tenía razón.
Ante los ojos de Taehyung la culpa es de sus amigas que la presionaron para hacerlo nuevamente cuando ella se había negado, no quería pensar ni por un segundo que Marlon lo hacía por voluntad propia, ella era una víctima para él, y en cierta parte es razón, pero no es una víctima total de ellas ni de su equipo de trabajo, es a lo que se ha visto obligada para aguantar largas jornadas de trabajo entre entrevistas, viajes, premiaciones, fiestas, la presión de ser ahorcada hasta casi morir en set, el desgaste emocional de ser abusada por alguien que confiaba era su amigo. Se introdujo a eso y a calmantes excesivos cuando el alcaloide cobraba su cuenta, era un círculo vicioso al cual ella no le veía salida, quizá porque no la estaba buscando.
Confirmó que era un problema cuando abrió sus ojos y notó que la puerta estaba un poco más abierta que antes, y tuvo una mejor vista de la mujer agachada consumiendo con lo que parecía ser un billete enrollado todo lo que había frente a ella y sus "amigas", lejos de alejarla, solo reían y se burlaban de ella como si fuera un espectáculo.
Apretó su puño, molesto, y se hubiera ido y dejarla ahí, de no ser porque Marlon le importaba más que cualquier cosa que pudiera hacer, y porque la quería proteger, trató de calmarse, nunca le ha gustado actuar sin pensar, y nada en su mente estaba claro, excepto por una cosa, tenía que sacar a todos o sacarla a ella de ahí y debía evitar que Marlon sospechara que la vio, por ahora. Encararla en ese estado de forma abrupta podría arruinarlo todo.
Escuchó la puerta abrirse por completo, se alejó un poco y divisó de reojo a la mujer de sus sueños salir riendo de ahí. Antes de que ella pudiera notar su presencia, Taehyung se apresuró a llegar con Golden, quien no era santo de su devoción, –en ningún momento desde hace 15 minutos que lo conoció lo fue– pero era la única persona que conocía en la fiesta y que creía podría tener algo de poder sobre los cuerpos de la misma.
—Te daré quinientos dólares si sacas a todos de aquí.
—Que sean mil.
Taehyung giró los ojos y sacó de su billetera la cantidad que le pidió en billetes de cien.
—Que sea rápido y sé discreto.
—De acuerdo, cuidado con la drogadicta esa, no se te vaya a morir—Escuchó la burla como un eco. Como si escuchara su voz en una pesadilla y al despertar, aquello siguiera sonando fuera de ella.
Taehyung se quedó helado al tiempo que sentía su sangre hervir y sus ojos con un aguar discreto. Memorias de su pasado, de ella y de Marlon. Sobre todo de Marlon. Pensó en qué demonios se habrá metido esa mujer, ¿qué estaba mal con los amigos de ella ? ¿Acaso todos eran pedazos de mierda andantes? No podía ser bueno estar más alrededor de ellos.
La perspectiva de sus amigos empeoró más cuando escucho a la peliverde, Nabbie, tomar fotos de Marlon con una cámara desechable.
—Estoy segura de que las puedo vender a TMZ.
—No deberían hacer nada de esto —dijo la peliroja de rizos entre apenada y riéndose—. No me sentiría bien si me lo hicieran.
—Es Marlon, para eso le paga a Klein.
Taehyung tuvo suficiente. Tomó la cámara de las manos de la mujer y la guardó en su chaqueta.
—Largo, de aquí.
Las mujeres protestaron, pero Taehyung fue rápido.
—¡Ahora! —gritó.
Molestas, le hicieron caso y Taehyung fue rápido para tomar a Marlon, quien estaba cegada y ajena a cualquier cosa que sucedía a su alrededor debido a la oleada de euforia sucediendo en su cerebro.
Le partió el alma y el corazón verla en ese estado, fuera de contacto con el mundo y la realidad, totalmente perdida.
—Taehyung —habló Marlon, sentía una intensa felicidad ficticia. Su cuerpo jamás había absorbido tanta cantidad de materia. Intentó besarlo, pero Taehyung se opuso. Trató de no alterarla, pues sabía que las cosas podían terminar terriblemente mal.
—Espera cariño —hablo con una voz suave—. Esperemos más tarde, ¿de acuerdo?
—¿Qué? ¿Por qué? —reaccionó de repente. El sonido de un golpe final del videojuegos y festejos comenzó a inundar el lugar de repente —¿Pasó algo? —preguntó sintiéndose de pronto asustada, con un sentimiento de paranoia inexplicable apoderándose de su cuerpo.
—No, no cariño —La tomó con delicadeza por los brazos—. Alguien ganó, está todo bien.
Marlon intentó zafarse de Taehyung pero éste no se lo permitió, la tomó por la cintura y susurrando en su oído se la llevó de regreso al pasillo. Se encontraba vacío. La distrajo como pudo, rogando porque todos se fueran lo más pronto posible, hasta que 10 minutos después ya no estaban.
—Muero por tenerte —Volvió a besarlo.
Él sentía que al hacerlo estaba abusando de ella. Pero no sabía que hacer. Si paraba temía que ella se molestara, si continuaba, no iba a ser mejor que cualquiera de las escorias de sus amigos.
De pronto, el imaginarla a ella envuelta en humo de tabaco tampoco le pareció atractivo. Ni siquiera se sentía excitado. A pesar de que su cuerpo le decía una cosa, su mente estaba completamente fuera de sí, ¿qué hacer?
—Vayamos a tu cuarto, cariño.
No tenía la intención de hacer nada, solo quería intentar aislarla de cualquier peligro.
—¡No! ¡Bailemos!
Corrió hacia la sala y encendió la música a todo volumen. Él intentó bajarla, pero ella protestó. Comenzó a reír, viendo la sala vacía a su alrededor.
—Desaparecieron —continuó riendo—. Estoy sola.
—Estás conmigo.
Livin' on a Prayer sonaba por todo el lugar y Marlon cantaba la letra de toda la canción al lado del estéreo, sentada en el piso bajo él. Taehyung no pudo evitar pensar que si tan solo esa variable fuera diferente, podría estar disfrutando el momento como ella disfrutaba cantar las mismas palabras que Bon Jovi. Se sentó al lado de ella y la abrazó.
Pudo contar como alrededor de una hora y después de muchas canciones de rock los efectos de la droga comenzaban a bajar en ella. Ya no estaba tan parlanchina, aunque por curioso que pareciera la mayoría de las cosas que dijo, Taehyung ya las sabía. Ahora se encontraban sentados en el sofá, las luces habían cambiado a morado y una luz de noche proyectaba estrellas verdes en el techo. Coldplay era ahora la banda sonora y Marlon miraba hacia arriba, perdida en sus propias estrellas y pensamientos. Se sentía algo culpable, algo irritada, inquieta, preguntándose si él se dio cuenta. La euforia y felicidad habían durado solo una hora para tener consecuencias que durarían mucho más.
Quería llorar.
—¿Tienes hambre? —preguntó Taehyung—. Cenaste muy temprano.
Asintió. Moría de hambre, no necesariamente por lo que él dijo.
—Buscaré algo.
Fue a la cocina y buscó en el refrigerador hasta que encontró pizzas de caja congeladas, las puso en el microondas y menos de diez minutos después ya se hacía con ellas en la sala.
—No es de un restaurante cinco estrellas, pero funciona.
Marlon comenzó a comer, aún se sentía algo ida y el sentimiento de culpa de hace rato comenzaba a aumentar seguido de paranoia. Pero luego sintió los brazos de él a su alrededor.
—Feliz cumpleaños —Besó su cabeza. —Ya son las 12. —le dedicó media sonrisa y le mostró la hora en su celular. Marlon notó como en el collage de fotos que tenía de pantalla, estaba la que se tomaron la primera vez que se conocieron en Londres.
Marlon dejó salir un corto suspiro seguido de una sonrisa.
—¿En verdad me quieres?
El cuestionamiento le tomó por sorpresa, pero la respuesta la tenía siempre a la mano: —Sí, en verdad te quiero.
—¿Por qué?
—Eres inteligente, interesante, amable. Me haces sentir bien... y estás muy bonita —la veía a los ojos, estaba siendo sincero y eso lo podía notar incluso en ese estado. —Marlon, no sé en que estás metida. No sé que está pasando —intentó ser cuidadoso con sus palabras—. Vi..., aquello en el baño.
Marlon contuvo la respiración y quería llorar. Sintió que había arruinado absolutamente todo y pensó que él ya no la tomaría, que le daría vergüenza estar con alguien como ella. A pesar de las luces bajas, notó como sus ojos se le comenzaban a llenar.
—Cariño, no. —la abrazó fuerte—. Te quiero ayudar.
No dijo nada, solo comenzó a llorar. Parecía que Clocks sonaba más fuerte, casi opacando los sollozos de la mujer. El besaba su cabello en un intento por consolarla. Marlon intentaba dejar escapar su dolor, todos ellos, en realidad. La fantasía que sentía le había quebrado a Taehyung, él, los productores que estaban encima de ella, la relación falsa que querían ponerle, la prensa, los fotógrafos que la seguían en la calle, la posibilidad de que si alguien se enteraba de que en ese momento estaba abrazada llorando de Taehyung se lo quitarían de encima, todo era demasiado para contener en su cuerpo.
—¿Por qué me quieres ayudar?
—Mar —La tomó del rostro y la sostuvo frente a él, cara a cara, la miró directo a los ojos intentando contener sus propios sentimientos dentro y solo dijo —. Porque en serio te amo. Te amo y nunca pensé que iba a amar a alguien así. Me haces sentir cosas que no puedo explicar. Me siento triste cuando no te hablo, me gusta escuchar tu voz, me gusta estar contigo, me gusta cuando estamos a solas en una habitación. Amo lo que haces, como lo haces, amo que eres talentosa y que te preocupas por mí. Eres graciosa, y siempre me escuchas, me aconsejas, y quiero tenerte cerca de mí siempre. Porque quiero amarte, quiero que me dejes hacerlo y para eso debo ayudarte, debo cuidarte.
Marlon lo veía sin poder creer todo lo que acaba de escuchar. La música había parado por completo, como si ella también estuviera en conmoción por la confesión de Tae.
—Yo- yo.
—Está bien si tu no te sientes igual, solo déjame ayudarte, por favor.
—Soy un desastre.
—Eres el desastre que quiero... —dijo y media sonrisa triste apareció— Por favor, déjame ayudarte.
Marlon comenzó a sentir como todo lo que tenía encima de ella comenzaba a querer salir en una descarga inmediata.
—Taehyung, Ethan me hizo algo en el set —se rompió en llanto otra vez. Pronunciar su nombre le daba nauseas. —Estaba drogado e hizo- hizo... —Levantó sus manos hacia su cuello buscando el verbo y la conjugación adecuada—. Me ahorcó —dijo al fin—, y pensé que iba a morir. Te lo juro que creí que todo terminaría ahí, y Harvey me amenazó, no puedo decir nada, me hicieron firmar cosas y cosas y ya no sé que hacer, Taehyung, siento que todo se está desbordando y la única cosa que me hace sentir segura eres tú, pero tengo miedo de que nos separen, y yo no sé qué hacer, no sé qué hacer, no sé qué hacer, no sé qué hacer.
—Yo estaré contigo —la sostuvo entre sus brazos, Marlon no dejaba de repetir una y otra vez que no sabía que hacer y con cada palabra él la abrazaba más fuerte. Intentando mantenerla pegada a él, buscando de alguna forma mantenerla a salvo, buscando en su propia mente cómo hacer para darle esa protección que ella debía tener, pero era difícil, porque en ese momento, él tampoco sabía que hacer.
Nota de Autora (es algo larga, pero importante): Me gustaría recordar que no es mi intención idealizar o promover el uso y abuso de diferentes sustancias como el alcohol y mucho menos opioides, alcaloides (tanto legales como ilegales) o cualquier sustancia psicoactiva que pueda ser mencionada o a la cual se le pueda hacer referencia en esta historia.
La protagonista de esta historia tiene un serio problema de adicción que bajo ninguna circunstancia debería ser idealizado y sus decisiones no deberían ser tomadas como ejemplo. Si tú o alguien que conoces tiene problemas con sustancias, te recomiendo buscar ayuda. En México, el IAPA ofrece ayuda telefónica, virtual, confidencial y gratuita a residentes de la CDMX. A nivel nacional pueden consultar La Línea de la Vida (01 800 911 2000 o [email protected]) para buscar asesoría.
Y por último me gustaría también recordar que es una obra de ficción y la representación de Marlon puede no ser 100% apegada a la realidad, yendo desde que nunca he tenido contacto con alguien así y tampoco con este tipo de sustancias. Sin embargo, busqué y traté de informe con distintos artículos, publicaciones, estudios e incluso gente comentando sus experiencias en foros para tratar de hacerlo lo más pegado a la realidad posible, gracias.
Por favor, manténganse sanos y responsables, gracias por leerme y el apoyo que le dan a esta historia, los aprecio mucho.
LM
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