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𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐒𝐄𝐗𝐓𝐎 (𝐩𝐭. 𝟐): 𝗃𝗃𝖺𝗃𝖺𝗇𝗀𝗆𝗒𝗎𝗇

Hannam the Hill, Seúl, Corea del Sur – junio de 2022.

A este punto, el departamento olía como un hospital.

Toda la mañana, desde el momento en que Taehyung salió por la puerta principal, Marlon despertó y ha estado limpiando como desesperada.

La habitación; la sala; la cocina; cada uno de los baños.

Sillas, desde las patas hasta el respaldo. La barra, incluso por debajo de la base. El refrigerador que, a pesar de tener un mínimo de comida, fue limpiado y desinfectado a fondo.

Si se mantenía ocupada, no habría tiempo para pensar.

Su estómago gruñó, daba esa sensación de que picaba. Llevaba ya un par de horas despierta haciendo ejercicio por la casa así que era normal que su cuerpo pidiera por alguna recompensa para mantenerse parado y activo. Se sintió perder el equilibrio, así que tomó la barra de la cocina como apoyo para no caerse, dio un respiro hondo.

¿Será que...?

—No, solo han pasado unos días —se dijo a sí misma calmando sus nervios mientras en su cabeza se repetía una y otra vez; "todo va a estar bien, todo va a estar bien, si quiero..."

Tomó una ducha rápida, lo más rápido posible antes de que le diera tiempo de pensar y al finalizar se dirigió a la sala con la esperanza de que Jin no tardara con su alimento. De un pequeño cajón debajo de la tele tomó una bola de estambre lila y un par de ganchos, decidió que con eso ocuparía su tiempo. Comenzó tejiendo una trenza básica y después miró al frente.

La mesa.

La mesa no estaba centrada con la televisión.

Miró abajo. El sofá tampoco.

—Maldita sea, mierda—gruñó molesta.

Se levantó dispuesta a reacomodar su sala maldiciendo por no haberlo notado antes, ahora todo se sentía contaminado.

—¡Pizza! —se escuchó una voz a lo lejana que tocaba el timbre de su puerta.

—¿Huh? —guardó todo lo que se encontraba fuera.

Debía ser Jin con su comida, aunque le extrañó la broma pues él suele ser bastante serio con ella, igual que la mayoría, pero para su sorpresa, al abrir la puerta no se encontraba otro más que su dealer.

—¡Marlon-ah! —habló Jungkook abrazándola.

El joven se encontraba frente a su puerta. A diferencia de la mañana, ahora se encontraba luciendo su cabellera suelta ondulada hasta los hombros, y sus aretes en la ceja y nariz.

Marlon lo saludo de la misma forma, contenta por ver a quien alimentaba su vicio cada que podía. Le invitó a pasar y Jungkook no pudo evitar notar lo limpia y brillante que se veía el departamento.

—Que extraño se siente un departamento tan limpio, el nuestro siempre está hecho una mierda —comentó el de cabellos largos. —¿En la sala? —preguntó refiriéndose a donde dejaba la comida.

—Uhm, solo... —No dejes que te domine, está bien. —Sí, en la sala.

—Te acompañaré, no hay nadie en el departamento y me siento solo. No te molesta ¿verdad?

—No, no me molesta.

Pero a Taehyung probablemente sí.

Marlon miró la sala dudosa, se sentía incómoda de tener un desperfecto así y le era imposible no notarlo ahora que sabía que estaba ahí.

—Ayúdame a mover el sofá y yo muevo la mesa.

Jungkook la miró extrañado y Marlon le explicó lo que pasaba, el joven solo se echó a reír pues le parecía que nadie en la existencia, más que ella, podría haber notado que la sala estaba dos centímetros más a la izquierda de lo que debería.

—Tiene que ser perfecto —susurró Marlon en respuesta a los cuestionamientos de él, aunque el de cabellos crespos no le escuchó.

Una vez todo listo y con Marlon contenta se sentaron en la pequeña mesita frente al otro, Jungkook dándole la espalda a la puerta y Marlon al enorme ventanal que amaba. 

—Hacía mucho que no la veía, Señora Kim, ¿cómo ha estado de salud? Porque veo que de la cabeza está loca. —Marlon sonrió ante el apodo con el cual la molestaba a veces y por el ultimo comentario que el maknae había hecho.

—Estaría mejor con una cajetilla de cigarros —comentó mientras ponía un poco de jjajangmyun en su boca.

—Ah, ah —balbuceó el menor recordando lo que tenía en su chaqueta.

De ella sacó una cajetilla y la puso sobre la mesa, de la otra bolsa sacó otra, una más de sus pantalones y tres de los bolsillos interiores.

Los ojos de Marlon parecían brillar con mayor intensidad al tener seis cajetillas frente a ella que cuando aceptó ser madre.

—Eres un dios —habló tomando el producto al cual era adicta metiéndolo en el cajón que sabía que Taehyung no revisaría, aunque solo los tendría ahí por el rato en lo que las trasladaba a sus macetas. Pensó en lo genial que sería que le creciera un árbol de cigarros.

—¿Por qué estás solo en el departamento?

—Todos se fueron con sus familias o parejas, por los días libres.

—¿Por qué tu no? —preguntó curiosa. Al ver la cara de vacilación del hombre llegó a deducciones. —¿Qué te encontró Marie ahora? —preguntó en modo de burla haciendo referencia a la "novia" de Jungkook, era difícil saber su título, regresaban y terminaban cada dos días.

—Una francesa en mi cama que me decía oppa.

Marlon cerró los ojos queriendo borrar la imagen mental que él había formado en su cabeza.

—Demasiada información..., demasiada ¿oppa? ¿de verdad? —Jungkook rio y Marlon cada vez comenzaba a sentirse más relajada.

Las pláticas que solía tener con Jungkook no eran habituales, lo veía muchísimo menos que a Tae, pero hablar con él se sentía como hacerlo con un viejo amigo. Él solía ser muy tranquilo, despreocupado y aunque a veces ella no tanto, por un ratito, se adaptaba a él.

—¿Taehyung no te hacía llamarlo así?

—¡No! Sería como llamarlo papi, está raro, no sé.

—Eh, eh, eh. Lo decía con acento francés, oppa, oppa —habló imitando aquella mujer. —Y papi también es bueno—sentenció.

—Bueno, te juzgo en secreto —dijo dando un sorbo al té que le había brindado Jungkook. —¿Entonces Marie..., terminaron o?

—No, quiere casarse.

—Le pones el cuerno y la niña quiere casarse..., ok..., interesante, mi regalo de bodas será terapia.

Jungkook negó con una risilla en sus labios.

—Pésimo regalo, no estarás invitada —bromeó. —Igual, no tengo ganas de verla hoy y creo que iba a salir con unas amigas.

—Ya veo.

Jungkook solo asintió y por un momento se dedicó a observar a la mujer que comía frente a él. Tenía los ojos hinchados, como si hubiese llorado. Se preguntó si algo había pasado con Taehyung, o si quizá vio una película muy triste, pero tenía miedo preguntar por qué tan directamente.

—Y...., ¿cómo está la vida de casada? ¿La recomiendas o sigo aferrándome a la soltería?

—Por el bien de tu futura mujer, quédate en la soltería, por favor —bromeó poniendo sus manos juntas a modo de ruego. —Pues..., está bien, Taehyung quiere que tengamos un bebé —habló apática.

—Si, me lo mencionó en la mañana. Felicidades por ello —hablo, aunque él no supiera si era lla decisión correcta, pero no le gustaba meterse en las relaciones ajenas ni opinar respecto a las decisiones de otros, no lo involucraba a él, así que no era su asunto.

Sus amigos le preocupaban, pero no lo mostraría en ese momento.

Marlon solo dio una mueca que aparentaba ser una sonrisa forzada en respuesta.

—Entonces ¿no hay nadie en su departamento? ¿Cuántos quedan ya? Tae me dijo que algunos se habían mudado.

—Sí, Suga y Hoseok ya están fuera.

—¿Qué no hay un título por el cual deberías llamarlos? —inquirió curiosa, pues recordaba que cuando visitó a los padres y la familia de Taehyung, éste le había explicado los honoríficos y la importancia de ellos.

—No pasa nada, Señora Kim, no están aquí.

—Dios mío. Bueno, Suga y Hoseok ¿se mudaron juntos?

—No, están en los mismos edificios de aquí, pero Hoseok se fue con su hermana y Suga se mudó con su novio.

—¿Ya? —Preguntó emocionada. —Taehyung me contó cuando Suga les dijo que salía con él, tiene poco más de un año ¿no? Sí, porque fue cuando... —Y recordó lo que había pasado hace un año y medio; sintió un escalofrío recorrerle la espina dorsal y solo sacudió su cabeza alejando esos pensamientos. —Umh, cuando, sí, Taehyung y yo solo éramos novios.

—Lo recuerdo. El día que Yoongi salió del closet fue un escándalo en la empresa, los directivos no sabían que hacer, a PD le dio prácticamente igual pero el resto de los directivos moralistas se preocupaban por escándalos que afectaran su cartera, pero después Taehyung se casó en secreto con la estrella más popular de Hollywood, se olvidaron de Suga y asunto resuelto.

Marlon soltó una risa incómoda.

—Perdón —susurró la mujer.

Jungkook negó con las manos.

—¿Perdón? Gracias por subir la barra, desde entonces casi nada de lo que hagamos lo ven como malo.

Marlon dejo un suspiro, no quería dejarle ver que se había puesto algo incómoda por el comentario.

—Es una broma, por cierto. Fue muy valiente lo que hicieron. —habló sin darse cuenta de que sus comentarios anteriores la habían hecho sentir mal. —Hyung jamás le había respondido a ningún directivo o mánager. Ni siquiera a RM. Fue impresionante, de vedad se ve lo enamorado que está de ti.

¿Valiente? Curioso que lo vieran como valiente cuando todo se desencadenó a partir de un acto de cobardía, había sido todo, menos valiente.

—Por la mañana nos fuimos juntos y no dejaba de hablar de nombres para bebés..., llámalo Jungkook, quiero que su primogénito se llame Kim Jungkook.

Marlon fingió una risa pero en realidad no estaba escuchando lo que su amigo le estaba diciendo. Éste lo notó, así como notó que la mujer comenzaba a comer prácticamente en automático y no se daba cuenta que empezaba a dejar pequeñas manchas de la salsa de frijol negro al rededor de sus labios. Jungkook le pasó una servilleta, pero Marlon estaba algo distraída, cuando intentó agarrarlo soltó los palillos manchándose más ahora en las manos y un poco de su ropa. Se movió un poco hacia atrás y maldijo por lo bajo. Su acompañante se acercó a ella, para ayudarle a limpiarse a sí misma, una acción inocente que desde el ángulo de Taehyung parado en la puerta, podría ser interpretado como algo más serio.

El esposo de Marlon carraspeó llamando a la atención de los más jóvenes quienes inmediatamente se separaron del otro.

Taehyung no tenía idea que Jungkook le haría una visita.

—Taehyung —reaccionó la mujer. —Jungkook estaba ayudando a limpiarme, se me cayó esto en la salsa y me manché, se estaba haciendo un desastre —explicó un tanto nerviosa, queriendo sonreír para aligerar el ambiente pero no parecía ser posible.

—Muy considerado de él, y muy impropio de ti..., nunca has sido así de descuidada —dijo con una voz suave, calmada, le había tomado un momento a Jungkook darse cuenta de que probablemente estaba molesto, así que se levantó del suelo y se acercó a saludar a Taehyung. —No sabía que vendrías tú, le pedí a Jin que lo hiciera.

—Tenía que salir y yo me ofrecí..., es-espero no te moleste hyung.

—Oh, ¿lo trajiste? —preguntó acercándose a pasos lentos.

Marlon comenzó a morder sus labios nuevamente, sin poder ver a Taehyung quien aparentaba estar calmado y como si nada, pero ella sabía perfectamente bien que no era así.

—Sí.

—Te lo agradezco mucho Jungkook —le dedicó una sonrisa. —Entonces, eso quiere decir que ya has terminado con tu tarea ¿no es así?

—Taehyung-hyung, no quería molestar, perdón.

—Oh, no Jungkook, para nada —movió sus manos en modo de negación— no lo malinterpretes, no. Solo pregunto si ya terminaste de entregarle la comida a mi mujer.

El menor solo asintió y Taehyung se movió a un lado su cuerpo abierto hacia la puerta. Jungkook entendió perfecto y se dirigió a ella. Marlon se levantó de su lugar y lo acompañó hasta la salida, agradeciendo por el día de hoy y susurrando una disculpa.

Cerró la puerta, quedando sola con Taehyung quien ahora estaba en la sala guardando la comida sobrante en una bolsa, sin siquiera preguntarle a la pelinegra si había terminado, aunque después del espectáculo montado, no tenía apetito en lo absoluto.

Marlon se quedó observándolo, sus ojos picaban y sentía como poco a poco iban llenándose, decidió mirar a otro lado. Mordió su mejilla interior con el propósito de que la acción evitara que las lágrimas cayeran, pero lo único que logró fue lastimarse más y que un sabor metálico se sintiera en su cavidad.

—Tae... —llamó al castaño.

Él no contestó.

—Tae —habló una vez más. —Taehyung solo me estaba ayudando a limpiar.

—Sí, ya me lo explicaste y te entendí. —dijo mientras se dirigía a la cocina con el resto de la basura que acababa de recoger.

—¿Entonces... po-por qué? —preguntó con el corazón en la boca; nerviosa de cuestionarlo pues no debía hacerlo. —Es Jungkook, sabes que es tu amigo y nunca haría nada impropio. Y yo..., yo soy tu esposa y...,

—Sabes que no me gusta que estés sola con hombres —habló desde la otra habitación conjunta.

—Pero es Jungkook —repitió su argumento. —No es como que lo viera más que a mi esposo.

—No es eso, Marjorie. —dijo dando pasos hasta la mujer que ahora se encontraba en la sala, tensa observando cada uno de los movimientos del hombre que ahora se dirigía a él. —Él era tu amigo ¿no?

Marlon asintió, aguantándose las ganas de no llorar.

—Por eso no me gusta, Marjorie. No me gusta que estés con otras personas, con otros hombres sin mi presente..., así no te puedo cuidar, cariño. —habló dulce una vez quedó frente a ella. —No te pido muchas cosas. Eres libre de hacer lo que quieras aquí y de hablar con quién quieras, puedes hablar con Jungkook, y convivir con él, pero necesito estar yo ahí para cuidarte.

—Pero es Jungkook. —susurró con su voz casi rota, lagrimas cayendo y mil recuerdos que prefería mantener encerrados en lo más profundo de su cabeza. —Perdón.

—No, no, no, no llores —habló tranquilo enredándola entre sus brazos y cerca de su pecho. —Entiendo que estar acá puede sentirse extraño, pero te juro que solo quiero protegerte. Es mi único propósito..., por favor, trata de entender el miedo que yo siento

—Es... Ju-

—Lo sé, mi amor. Es Jungkook, pero no deja de ser hombre, y si no estoy, no puedo protegerte de ellos.

Marlon seguía sollozando, Taehyung sabía perfectamente bien porque lo hacía y también sabia perfectamente en quien y en qué estaba pensando. Lo único que podía hacer ahora era abrazarla y sostenerla, como el día en que volaron juntos de Los Ángeles a Corea.

—Perdóname, cariño —dijo separándola un poco de ella para besar su frente. —Sé que me porté muy grosero, le pediré disculpas a Jungkook también. Solo, me asusté, ¿me perdonas?

—S-sí.

Nota: Sin editar (2021)

Gracias por leer. ♡

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