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𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐒𝐄́𝐏𝐓𝐈𝐌𝐎: 𝖼𝗈𝗇𝗌𝗎𝖾𝗅𝗈

Set de Grabación "La escondida", Punta Mita, México – finales de noviembre de 2019

—Vaya, a estos cabrones los pusieron en mejor locación que a mí.

Marlon veía atenta al teléfono donde su publicista, John Ralph, le mostraba las extravagantes habitaciones de hotel en el cual la casa productora de la película que grababa en ese momento, Harvest Moon. Habían puesto a varios productores, empresarios y a uno que otro inversionista.

Miró por ultima vez la exageración de los lugares y siguió de brazos cruzados, disfrutando del bonito paisaje opacado por los remolques que tenían la función de camerinos y otras cosas para la comodidad de los actores y equipo de producción mientras sucedía la grabación, dándole la espalda al set en sí.

—Considerando que te vas a llevar cuatro por la película, tu locación está bien. —replicó su publicista.

—Con el Óscar pudieron ser nueve.

—Si no te gusta tu sueldo háblalo con tu manager. —habló el de lentes sin apartar su vista de aquellos hombres que miraban fascinados el set que había sido construido. Regresó su mirada al frente, observando el mismo cielo que Marlon admiraba. —Sabes que esos "cabrones" son parte del comité de los Óscar y los Globos de Oro, ¿no es así?

Marlon canturreó en respuesta.

—Ahora veo porque los quieren consentir.

—Puede que te den la nominación.

Marlon giró su cabeza a el rápidamente. Tenía por fin su atención.

Durante varios años de su carrera había estado persiguiendo la estatuilla dorada. Todo mundo se la prometía pero nadie se la daba, los Globos de Oro y demás premios acumulando polvo en su estante no la llenaban lo suficiente.

En la industria del entretenimiento el talento es importante, por su puesto que lo es..., pero más importante son los contactos que se tengan y cuanto dinero se mueva, no es ningún secreto.

La mujer suspiró.

—Ya lo he escuchado muchas veces. —dijo pretendiendo que no era la gran cosa y sacó de su vestimenta de época un paquete de cigarros, encendió uno dándole una gran calada y guardó el resto.

—Richard te puso el ojo. Está invirtiendo dinero como loco en publicidad. A todo mundo le habla bien de ti y solo te ha visto una vez. —Richard Harvey era el pez más gordo en Hollywood. Tenerlo a él de tu lado era tener a todo el comité de tu lado—. Así que te quiero sonriente en la cena de esta noche, así ni tendrás que convivir con Rubín. —terminó de decir el de menor estatura.

Era extraño.

Aún sabiendo la verdad sobre los Óscar, cualquier premiación en realidad, ganarlo era la máxima ilusión de Marlon. Realmente no era por más dinero, ya tenía suficiente. Quizá era por la validación y credibilidad que le daría ante el público. Quizá era una prueba de su influencia y de su importancia en la industria. Quizá solo era un pedazo de metal que no significaría nada.

Pero lo quería, y lo iba a conseguir.

Un miembro del equipo de producción le hizo llamado a escena. Tiró su cigarrillo aplastándolo en el suelo y comenzó su camino.

—Suerte. —animó su publicista. Ella solo levantó la mano en respuesta y desapareció de su vista.

No faltaba mucho para la hora de aquella importante cena.

Se reuniría con el director, los productores ejecutivos, inversionistas y muchas personas importantes para su carrera. El único que no le molestaría ver era su coestrella, Ethan Miles. Al resto se tendría que acostumbrar.

Bañada en perfume de lirios y grandes roles en su cabello, miraba atenta a la caja que Harvey había enviado para ella.

Un vestido negro de la casa de diseño Versace, aún no lo sacaba pero con solo ver el enorme escote de corazón reconoció el modelo. En una ocasión lo rechazó para una alfombra, aunque no era una puritana, el vestido era demasiado revelador para su gusto.

Ya había usado vestidos cortos antes, de hecho, el vestido que usó en aquella fiesta con Taehyung apenas y le cubría, pero no contaba con ese escote tan marcado, le preocupaba que fuera una exageración.

Lo sacó contemplándolo. No recordaba que fuera de pierna abierta, la versión larga del vestido si, no era algo exagerado, pero en sí era muy corto, un poco más y terminaría mostrando hasta sus pecados.

Suspiró frustrada.

—¿Es en serio? —se dirigió a su publicista.

—Pidió que usaras eso —le respondió Ralph con algo de pena.

Laura veía desde la puerta de la habitación de hotel, jugando con su labio por el nerviosismo.

—¿Cree que soy su escort o algo así? Esto es inaudito —habló la pelinegra dejando el vestido de lado sin ningún cuidado.

Sacó un cigarrillo de su cajón y salió al balcón dispuesta a consumir su desestresante favorito.

—No es feo. —intentó consolar Laura.

—Marlon, solo es un vestido.

—No. —Inhaló fuerte de su vicio recién encendido— Lo que yo iba a usar, lo que está colgado en la puerta del baño es solo un vestido ¿de acuerdo? —Exhaló para rápidamente volver a inhalar con desespero la nicotina. —Eso —Señaló las prendas encima de la cama—, es un cuarentón aprovechado y desperado por tener algo que ver.

—Tal vez solo le pareció bonito.

—John, por favor, tu igual que él tienes pene y sabes bien que ese no es el caso.

John suspiró algo avergonzado por el comentario de ella. No la obligaría a nada, nunca lo había hecho.

—Bien, solo mantenlo en mente. E intenta mantenerlo de tu lado.

Marlon asintió apagando su cigarrillo en el barandal de aquel balcón.

—¿Kathleen llegará hoy para la cena? —preguntó adentrándose nuevamente en la habitación, pero se detuvo al escuchar la respuesta del hombre.

—Su vuelo se retrasó y yo tengo que regresar a Los Ángeles en una hora, ella quizá llega a medianoche

—¿Qué? ¿Estaré sola con más de ocho hombres usando probablemente eso?

John solo pudo hacer una mueca que mostraba claramente lo apenado que estaba de tener que dejarla sola en esa situación.

Marlon volvió a salir a su balcón, indignada y con mayor necesidad de nicotina.

—Ethan va a estar ahí, y el director también. No estarás sola.

—Bueno, Ethan es un respiro. Aunque se ha portado extraño últimamente. Probablemente sea por las próximas escenas. —habló más para si misma que para los presentes.

—Estará bien, Marlon. —le intentó animar el de pequeña estatura desde la puerta del balcón. —Y ya sé que no lo quieres, pero usa el vestido, estoy seguro de que te verás excelente en él. Tal vez ocupes usar algo diferente a lo de siempre y, solo es una noche. Ethan te trata como una hermana, siéntate al lado de él y no te preocupes por los demás. —le intentó convencer con una sonrisa sincera— Anímate, todo irá bien.

Marlon aún no estaba convencida. Miró a Laura, quien permanecía aún en su lugar con la mirada baja. Tenía su cabello rubio recogido en una perfecta coleta y usaba lo habitual; un traje formal-casual en negro (hoy sin el saco por el calor que hacía en México) y sus tenis blancos, los más cómodos que había, según ella.

John se despidió de ambas féminas y salió del lugar, dejándolas solas.

Marlon aún con su bata y con su maquillaje sin terminar se acercó de nuevo al vestido y su acompañante también.

—¿Qué opinas de él, Laura? ¿Crees que mamá lo aprobaría? —La cuestionada rio.

—No, pero tu mamá no está aquí, Marie. —Marlon sonrió de lado, hacía mucho que no la llamaba de esa forma.

—¿Tu lo aprobarías? —preguntó mientras una de sus cejas se elevaba a la vez que daba cara a la mujer al lado de ella.

—¿Para una hija? —Marlon se encogió de hombros.

—Para tu novia.

Laura tragó en seco. Comenzó a sentir su cara arder. No sabía bien que replicar ante lo dicho por Marlon. Estaba consciente de que bien que la única intención que ella tenía era sonrojarla y ponerla nerviosa y ya lo había logrado.

—Uhm, pues —titubeó. Marlon veía atenta con una sonrisa cínica a la mujer que se esforzaba por no hacer contacto visual con ella. —N-sí, pero uhm, tu no- uhm.

Marlon no pudo aguantar y soltó una risa que hizo que Laura por fin la mirara, frunció el ceño.

—Es broma pero..., que bonita eres nerviosa. —dijo y por inercia quiso darle un beso, pero cortó el pensamiento porque Marlon no estaba segura de que era lo que sentía. Últimamente se encontraba muy confundida.

Se supone que para ella Laura solo es su empleada, una persona exageradamente ordenada que por la poca diferencia de edad terminó siendo su amiga y la mujer con la que a veces pasa sus noches solitarias.

Taehyung se suponía que solo era su acostón de una noche, uno de tantos, pero que sus acciones y atenciones parecían intenciones más lejanas a alguien que solo buscaba ser de una noche.

Cuando hablaba con Taehyung y le decía cariño, y sentía algo en su pecho, se terminaba asustando, pues pensaba en ella, y cuando pensaba en ella mientras hablaba con Taehyung quería dejar de hablarle y dejar que las cosas siguieran como tal con Laura. No se quería separar de ella, pero, tampoco era su pareja. Era muy confuso porque se decía y decía que no estaba enamorada de ella, que no la quería, pero que quizá se estaba enamorando de Taehyung. Pero, todo..., todo era muy confuso.

Marlon decía que su sexualidad no le importaba, ni lo que dijeran respecto a eso. Pero jamás lo habló con su mamá, jamás intentó salir con mujeres en público. Tal vez en el fondo si tenía miedo, pero le costaba aceptarlo y terminar de aceptarse y quizá esa misma era la razón por la cual no puede aclarar sus sentimientos respecto a Laura, quizá y solo quizá tiene miedo y lo intenta enterrar.

—Es un vestido bonito. Tiene dorado y ese color te queda bien. Creo que..., tu..., te..., verías bonita en él —susurró muy bajo apartando la mirada. Marlon abrió algo sorprendida sus ojos y una sonrisa en su rostro, parpadeó intentando procesar la información.

—Wow, jamás dices otra cosa que no sea "te ves bien" —dijo haciendo comillas en la última frase. —Me lo tengo que poner y hacer una entrevista para hablar de este suceso. Increíble. —bromeó Marjorie posando sus manos en la cintura. —Tengo que llamar a Kathleen y hacerle saber de eso, se va a morir.

—Exagerada. —dijo quedando cruzada de brazos en un puchero y rodando los ojos

Marlon quedó boquiabierta.

—¡Y ahora me insulta! Wow, debería enojarme y despedirte, pero wow. —tomó el vestido aun susurrando distintas expresiones de asombro. —Me cambiaré antes que comiences a maldecir.

Terminó usando el vestido, puesto se veía mejor de lo que pensaba. Tenía un par de tirantes gruesos con detalles dorados que tal como dijo Laura, lucían bien en ella. Aún se sentía un poco rara con él, pero iba a ignorarlo.

Se preguntó que pensaría Taehyung de ese vestido, ¿debería mandarle una foto después?

Dentro del restaurante del Hotel donde todos los empresarios se hospedaban, Marlon se sentía algo intranquila.

Todos estaban sentados en esa mesa bastante alejada de la clientela normal, celebrando cualquier cosa referente a la película y hablando de lo bien recibidos que habían sido. Marlon había intentado sentarse al lado de Ethan, pero Richard Harvey se lo impidió, convenciéndola de sentarse entre él y su hijo.

—Veo que recibiste mi regalo, reina.

—Sí, gracias, Señor Harvey, me ha agradado la sorpresa. —Decirlo así era una mentira, pero eso no evitó que Marlon lo dijera con la sonrisa aparentemente más sincera.

—Te queda perfecto, resalta muy bien tus atributos, mi amor, ¿no lo creen? —preguntó a la mesa.

La mujer del vestido negro se tensó escuchando como todos le daban halagos diciéndole lo mucho que resaltaba sus curvas, lo sexy que se veía en él.

—Pareces una mujer madura. —habló el hombre que recordaba como Carl Smith. Marlon solo pudo sonreír e intentar que no se viera forzado, que no se notara su incomodidad. —Hasta quisiera engañar a mi esposa. —bromeó haciendo que todos en la mesa se rieran, incluso Ethan, incluso Marlon, aunque le haya parecido una broma de pésimo gusto.

Las miradas lascivas y comentarios de ese tipo las podía aguantar, es triste decirlo pero, estaba acostumbrada, la han sexualizado desde que tiene 15. No conforme con esto, también está acostumbrada a los toques "accidentales" o "amistosos" que muchos hombres (y algunas mujeres, aunque muy pocas, en realidad) le hacían. Como Harvey, quien aprovechaba las risas de la mesa y la distracción para acariciar la pierna cercana a él. O como su hijo, Héctor Harvey, quien sacaba una platica sin sentido y la tomaba como excusa para invadir el espacio personal de la mujer y acariciar el hombro expuesto de ella.

Aún así, no soltaba el hilo de la conversación y no dejaba de sonreír aunque en su cabeza solo pensara en escapar y en que no debía llorar, por lo menos no aquí.

Esta noche se quedaría en ese mismo hotel.

Fue complicado zafarse de los Harvey pues insistían en que los acompañaran, pero lo logró con la excusa de que aún no terminaba de estudiar sus líneas para las escenas del día siguiente.

Dentro de la suite, que agradecía estaba en el otro lado del edificio de aquellos hombres, Laura dormía en la habitación continua. Marlon le pidió que no la esperara, pero ahora deseaba que hubiese sido así para mínimo tener a alguien con quien hablar.

Abrió el minibar y sacó una pequeña botella de champange. Se dirigió a la habitación de Laura y como una vez lo hizo en Londres sacó un par de esas pastillas que le ayudaban a relajarse. Esta vez no sería tan imprudente como para tomar de más, Laura ya la había regañado por eso cuando notó que faltaban tantas pastillas, solo tomaría la mitad. Pero sí sería lo suficientemente imprudente para combinarla con alcohol y hacer llegar sus efectos de forma más rápida.

Después de hacerlo, salió al balcón que tenía una bonita vista al mar. Sus olas eran adormecedoras y relajantes. Por su cabeza pasó todo lo que había sucedido esa noche. Ya había tomado un baño y había sustituido el vestido por un pijama de camisa larga, y sin embargo, seguía sintiendo el toque en sus piernas, hombros y la saliva que parecía que dejaban adrede en su cara al momento de las despedidas. Odiaba que la tocaran.

Era en momentos como ese en los cuales se cuestionaba su trabajo, ¿realmente le gustaba?, ¿realmente disfrutaba esa vida?

Mientras cuestionaba su vida, encendió un cigarro, este era su único consuelo en ese momento. Tomó su celular y se preguntó si debía llamarle a alguno de sus amigos, pero era sábado, los conocía bien; sabía que seguro andaban en alguna fiesta drogándose y alcoholizándose al punto de perder la consciencia. Les envidiaba por eso.

Estaba por dejar de lado aquel aparato cuando entró una notificación; era de Taehyung. Calculando la hora probablemente estaba recién levantado o en su hora de comida, no estaba segura si había tenido el día libre o no.

Le preguntó por la cena, se sorprendió que se acordara todo a pesar de estar igual de ocupado que ella, y que siempre encontrara un momento para hablarle y ponerse al corriente.

No quería entrar en detalles respecto a esa noche, pero en el momento que le dijo que se había sentido incómoda, Taehyung le marcó, escuchó la preocupación en su voz y Marlon fue feliz de tenerlo a él también de consuelo.

Nota de Autora: si gustan darse una mejor idea del vestido, es como uno que usó Jennifer Lawrence en una rueda de prensa. Pueden buscarlo como "Jennifer Lawrence Versace" y les aparecerá el que usó ella que es esencialmente igual, pero corto (no logro encontrar exactamente el que describí, perdón).

Pero en fin,

gracias por leer. ♡

Sin editar (2021)

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