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𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐐𝐔𝐈𝐍𝐓𝐎 (𝐩𝐭. 𝟐): 𝖽𝗈𝗌 𝗏𝖺𝗀𝖺𝖻𝗎𝗇𝖽𝗈𝗌 𝗉𝖺𝗋𝖺 𝖾𝗅 𝗆𝗎𝗇𝖽𝗈

Four Season Hotel, Los Ángeles, California, Estados Unidos. – Octubre de 2019

Las cosas funcionan de una manera muy peculiar en Hollywood y en toda la industria del entretenimiento en América, también era como (quizá y tristemente) funcionan muchas, si no es que la mayoría de las industrias al rededor del mundo, ¿esto cómo es? A través de una red de contactos. El amigo de mi amigo y el primo de un conocido, el hijo de... Incluso después de años dentro de la industria tenías que trabajar tu red como la más habilidosa araña. Quedar bien con todos era importante. Ayudar a otros era importante, pero también era necesario ver quien era, no puedes ayudar a cualquiera ¿será esa persona que ayudes tu competencia? ¿podrá esa persona pagarte el favor en un futuro? Si las respuestas son si y no en ese orden no vale la pena brindar la ayuda.

Pero Taehyung era amigo de Marlon. No sería su competencia, pero tampoco le ayudaría, por lo menos no profesionalmente, él la ayudaría de una forma más profunda y emocional, aunque cuando lo presentaba con Stephen Kram, el director de uno de los conglomerados de música más importantes en Estados Unidos y miembro de la Academia Nacional de Artes y Ciencias de la Grabación (ya saben, los Grammys), no lo sabía.

—Así es, jóvenes —Comentó el hombre cuyos blanquecinos cabellos le hacían aparentar mayor edad mientras daba un sorbo de su whiskey. —El campus de Hanyang en Seúl tiene un excelente programa de música, por si te interesa. Estudié ahí un semestre, fui de la generación del 97, un excelente año —Rio con la típica carcajada de un hombre rico americano. A Marlon le recordaba a una risa siniestra que había escuchado en alguna película.

Taehyung le daba miradas rápidas a la joven pelinegra que parecía estar muy concentrada en el pañuelo de bolsillo del hombre, casi perdida y solo volteando ocasionalmente para asentir y reír, igual que él.

—De cualquier forma, toma mi tarjeta, muchacho —Dijo sacando de su bolsillo una tarjeta de porte ejecutivo —Lo que necesites, llámame, ya sea para la universidad, o si necesitan algo estando aquí, algún artista, personal, ¡lo que quieran! Guárdalo bien, haz que envíen sus datos, la Academia estará interesada por tenerlos en la agenda. Excelente chico —Guiñó el ojo al castaño y con una palmadita se despidió de él, luego se acercó a Marlon y la atrajo a él, la tomó por la cintura de una forma lo suficientemente intima para incomodar a Taehyung y dejó un beso en su mejilla. Estando de espaldas al hombre más viejo, giró los ojos bastante molesta por el tacto tan confiado del hombre. A Taehyung le pareció verlo, pero no pensó mucho en ello, podría ser una confusión por las luces tan bajas.

—Disculpa, —Comenzó Marlon. —el señor Kram llega a ser bastante..., platicador.

—¿Son ustedes dos muy cercanos? —Cuestionó ignorando por completo las disculpas de Romaneé. Dio un sorbo a su copa de champagne, intentando ocultar la molestia que se asomaba por su rostro detrás de ella, molestia que Marlon pasó desapercibida por estar enfocada en la propia.

—No —Dijo dejando de lado las emociones que su cuerpo tenía, debía calmarse, estaba con él después de mucho, todo tenía que estar bien. —pero su cuñada está casada con David Rubin, director de los Óscars —Taehyung silvó como respuesta, Marlon dio una risa entre palabras asintiendo y continuó. —y ya sabes, todo un embrollo.

—Te noto tensa ¿estás bien?

—¿Ah? Sí, sí —Rio y le dedicó a Taehyung una sonrisa que intentaba no parecer actuada— es solo que hace algo de calor acá adentro. —Comentó intentando usar sus manos como una especie de abanico. —¿Quieres ir afuera?

—Uh —Vaciló por un momento —Ve con calma..., hay tiempo para que me lleves a la cama —Bromeó.

Marlon se relajó y dejó salir una risa, una genuina esta vez, fue un detalle que Taehyung no dejó pasar, con una mano dio un golpecito en el pecho de él y con la otra cubrió sus perlas con la mano pues le avergonzaba que sus encías se asomaran cuando reía de esa forma. Sonriendo inconscientemente, le habló.

—Eh, no la cubras, es tan hermosa como tú.

—Dios, decídete, ¿eres atrevido o romántico?

—Los dos —Respondió encogiéndose de hombros. —¿Segura que nos dejan ir arriba? Escuché que solo dejaban huéspedes.

—Mi casa queda algo lejos. Rentamos una habitación para poder vestirme aquí, no debería haber problema —Explicó.

Taehyung volteó a donde estaba el resto de sus amigos, estaban la mayoría en grupo de dos hablando con diferentes personas, todos concentrados en lo suyo. Miró a su manager, estaba con Namjoon y Jimin. Sus guardias de seguridad se encontraban cerca del resto de los miembros, el más próximo a él estaba a unos cuantos metros y no le prestaba atención. No quería avisar que saldría, porque aunque solo fueran quince minutos no lo dejarían. Recordó las advertencias de RM, tenía miedo de él, pero la joven bonita estaba ahí esperando por una respuesta.

—Si no quieres está bien, esto no tarda en acabar.

Taehyung negó, quería pasar un momento más a solas con ella. Estar rodeados de tantas personas no le gustaba, no podría tenerla para él solo pues sería cuestión de tiempo antes de que algún otro productor, director o cualquiera llegara para robarse la atención de la pelinegra.

—Vamos —Dijo Taehyung y la tomó de la mano esperando ser guiado por ella. Marlon se cohibió un poco por el tacto, pero lo dejó pasar. Esta vez no le molestaba que fuera él.

Volteó una vez más, nadie parecía haberlos visto, esperaba poder volver antes de que se dieran cuenta de su ausencia.

Después de unos cuantos pasillos, un elevador y varios pisos llegaron a donde ella quería; la alberca.

—¿Entonces te gustan las albercas por la noche?

—Tal vez —Se encogió de hombros. —¿A ti no?

—No lo había pensado. Si seguimos teniendo encuentros en ellas tal vez sí.

Como la primera vez que se vieron, se sentaron al lado del cuerpo de agua artificial, encima de uno de los pequeños muros que la rodeaban. Pasaron unos minutos, y como la primera vez, el silencio era la única compañía extra que tenían.

La noche estaba llena de estrellas, pero ninguna se podía ver en el cielo. Los Ángeles era tan luminosa que opacaba a aquellos astros tan hermosos. Pero la luna, la luna brillaba siendo la única protagonista de las alturas. Marlon siempre la veía como si le llevara a otro lugar. La belleza de la luna de octubre, en especial, se llevaba toda su atención. Y Kim Taehyung también la veía. Veía a la protagonista y a la belleza encarnada en ese astro, pero solo bastó un segundo para que la belleza de la luna fuera opacada por algo que para él era aún más bello; sus ojos azules y piel aperlada siendo iluminado por esa misma estrella.

En ese momento se preguntó que era, ¿sería puramente ella?, ¿sería una combinación de todo lo que ha sido la noche?, ¿o serían solo sus ojitos que de todo lo bonito se enamoran? Querer descubrir el misterio sería algo que le tomaría toda la noche, quizá más, y quería aprovechar ese tiempo con la mujer que le hacía querer ponerse a pensar.

—¿Irás al afterparty?

—No, estoy muy cansada.

—¿Ha sido un día muy largo?

—Ha sido una vida muy larga. Necesito descansar de todo, irme. Esta ciudad me intoxica —El viento sopló camuflando un suspiro.

Dio un recuento rápido de la noche, todas esas personas tocándola, abrazándola, besando su mejilla, jaloneándola y hablándole como si tuvieran toda la confianza con ella, era odioso. Ella era odiosa, porque toda la noche hizo lo mismo con otras personas, era totalmente desagradable.

—¿Sabes algo? —Comenzó a hablar Taehyung tranquilo. —No me gustan estas fiestas. Son irritantes, molestas..., todo el tiempo tengo que lamerle los pies a gente que no conozco, todo a cambio de una oportunidad que no sé si va a llegar —Pausó por un momento. El viento había hecho que el cabello suelto de la chica se desacomodara. Taehyung lo acariciaba en un intento por acomodarlo, pero era constantemente vencido por el viento, así que decidió solo mantener su mano en ella. —Pero, si a cada fiesta que fuera, estuvieras tú, las odiaría menos.

Marlon sonrió de lado. Taehyung pasó un brazo por la espalda de la joven acercándola más a él. Ella no se opuso, relajó su cuerpo y se recostó en el hombro de él.

—¿A dónde te irías?

—¿Ah? —Preguntó algo confundida.

—Si pudieras irte de aquí y dejarlo todo ¿a dónde te irías?

—Lejos.

—¿A Corea? —Bromeó.

—Quizá es muy lejos. Pero si voy a estar tranquila no estaría mal.

—Hay buen internet, y la comida es rica—Acarició su hombro.

—Suena como la vida perfecta para mí.

—Entonces está hecho. El martes te vas conmigo a Corea.

—El martes no puedo, tengo un comercial, y dos entrevistas y un photoshoot. Y entrenamiento por la tarde y como tres juntas antes del almuerzo.

—Pues el miércoles y si no se puede el jueves, o el viernes, hasta que puedas.

Marlon sonrió.

—Gracias. —Se acercó más a él buscando confort, él pasó su otra mano por el frente juntando ambas y cerrando el abrazo, teniéndola más cerca de él.

Respiraba su aroma, los lirios nunca le habían parecido un buen aroma hasta que lo asoció con ella.

—¿No te pasa que..., te quieres sentir mal pero al hacerlo sientes que no tienes derecho a hacerlo? —Preguntó

Marlon no respondió, solo cerró los ojos, sintiéndose relajar en el pecho de él, le gustaba estar así. Pero en efecto, no se sentía con derecho de quejarse. Ella escogió esa vida a final de cuentas.

—Muchas personas han invertido dinero y tiempo en mí y en el grupo. Me siento malagradecido sintiéndome triste estando en la posición que estoy.

—No eres un malagradecido por ser humano.

Se encogió de hombros no muy convencido por la respuesta de ella. Era consciente de que no era una máquina y que tenía sentimientos e intentaba validarlos pero a veces solo no podía. Para él, en esa época, lo más importante era estar agradecido con la empresa y con esas personas que estuvieron con él desde abajo, y su forma de hacerlo era esforzándose para regresarles la inversión y ser feliz con las oportunidades. Pero últimamente no era feliz.

—¿Qué es lo que hace sentir mal?

—El trabajo. Incluso las partes que solía disfrutar, no las disfruto más. Estar lejos de mi familia y no tener a alguien a quien abrazar al final del día no lo hace mejor.

—Tu familia sigue en Daegu, ¿no?, ¿por qué no te los llevas?

—Mi familia no es de Seúl, la vida citadina no es para ellos.

—¿Alguna novia? Tal vez eso te animaría un poco.

Él rio y negó por la cabeza.

—¿Interesada en el puesto?

Sonrió de lado, podría exteriorizar lo avergonzada que se sentía por dentro o como siempre, podría seguirle el juego.

—Puede ser... ¿Qué beneficios me ofrece?

Miró arriba y puso su mano en su mentón, como si lo estuviera pensando.

—Veamos —Dijo e inició un conteo con sus dedos— Tendrías estancia gratis en Corea, mensajes de buenos días y buenas noches sin falta...

—Ajá

—Y mi compañía—Se señaló a sí mismo.

—Mmm..., pero eso ya lo tengo siendo tu amiga, no veo nada que me convenza para tomar tanta responsabilidad.

Sonrió de lado y se perdió en ella, puso su mano en la mejilla de la pelinegra y la acercó un poco más a él.

—También...—Susurró dio una última mirada a sus ojos y de nuevo a sus labios y con cuidado y temor de un rechazo, la besó.

Ese beso; ese beso era el botón que necesitaban presionar para apagar el mundo como a una lámpara. Todo a su alrededor se detuvo, en ese momento solo existía ella, él. No existían las responsabilidades ni los problemas. Solo Taehyung y Marjorie.

Por un breve momento se separaron y él se sentía feliz de haber sido lo suficientemente valiente para hacerlo. Marlon mantenía los ojos cerrados, intentando grabar ese momento en su mente, tal como estaba siendo grabado por una cámara desconocida que no sabían que les espiaba.
Aún no estaba enamorada de él, pero por algún motivo, que eventualmente se lo adjudicaría al destino, quería recordar todas las emociones y sensaciones de ese momento.

—Creo qué... necesito más... referencias.

Él sonrió y volvió a juntar sus labios con los de ella. Subió su mano al hombro del castaño y poco a poco por su cuello, acariciando su nuca de vez en cuando con el dedo pulgar.

Sus besos se sentían diferentes, había rastros de timidez pero era decidido y eso le gustaba. Taehyung le gustaba. Y a él gustaba Marjorie, le gustaba Marlon, le gustaba ella y todo lo que la conformaba.

Sus besos pasaron de ser lentos y con calma, a ser un poco más intensos con cada segundo que pasaba. Se acercaron más, todo lo que la física les permitía. Acariciaban lo que podían del otro sin parecer desesperados, solo disfrutaban de ello y deseaban que el ahora fuera eterno. Mordió el labio inferior de la chica y finalizó con un beso corto. Se separó un poco de ella dejando sus frentes juntas, no quería cortar por completo ese tiempo.

—He tenido ganas de besarte desde que te vi entrando con ese vestido.

Ambos tenían la respiración algo agitada y a él se le notaba en la voz, pero a Marlon no le importó no haber recuperado el aliento por completo pues se lanzó a besarlo nuevamente, un beso que ahora si era desesperado y ansioso, ansioso por él y por su calor. No tardó en acoplarse, pues en el interior, él también se sentía igual.

—¿Por qué no vamos arriba y me lo quitas?

La idea despertó algo en él y olvidó la advertencia de Namjoon, olvidó que era V y que estaba ahí para hacer contactos. Olvidó que existía un mundo más allá de ellos dos.

Besó a la chica una vez más, esa era su repuesta, un callado sí y se levantó de su lugar ofreciéndole una mano para que hiciera lo mismo, pues en su mente solo sería un momento.

Nota de autora: solo falta una parte más del capítulo quinto. 💕

Gracias por leer. ♡

Sin editar (2021)

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