
𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐍𝐎𝐕𝐄𝐍𝐎: 717
Gangnam-gu, Seúl, Corea del Sur – diciembre de 2019.
Se encontraban en la sala del departamento de Taehyung en Gangnam, uno que consiguió para esos días en los que quisiera estar solo. No le había dado tiempo ni de dejar su maletín con ropa para tres días de lado pues el joven ya la tenía abrazada, emocionado de verla una vez más, no pensaba que la vería en lo que restaba del año así que tenerla en carne y hueso frente a ella era un pequeño estímulo de felicidad inesperada.
—Te extrañé —susurró hundido en su cuello.
Marlon dejaba ligeros besos en su mejilla, lo veía desde unos centímetros arriba, cortesía de sus botines de tacón alto, sosteniéndolo cerca.
—Yo a ti —finalmente se separaron.
Durante un tiempo, Taehyung reflexionó sobre lo que Namjoon le dijo después del incidente de la fiesta, el tener cuidado, el protegerla y protegerlos alejándose de ella. Hubo una noche en la cual se planteó dejar de hablarle, trató de hacerlo, pero su acción solo duró dos días, días en los cuales se sentía incompleto, que necesitaba a alguien más con quien hablar. No le molestaba hacerlo con sus amigos del grupo, tenía amigos aparte también, pero le agradaba tener una opinión femenina y con Marlon había logrado construir confianza que no había logrado construir con otras conocidas que tenía.
Se preguntaba por qué sería esto, quería atribuirlo al hecho de que ambos pertenecían a una industria similar, pero no parecía ser argumento suficiente; se llevaba bien con mujeres que pertenecían exactamente a la misma industria que él y la dinámica no es como la dinámica con la actriz. Cuando ha hablado sobre sus preocupaciones con compañeros usualmente recibe las mismas respuestas que daban la impresión de ser predeterminadas, tal vez porque las vivencias entre los idols solían ser prácticamente iguales lo único que hacían era identificarse entre sí, pues ninguno tenía la solución o la respuesta para mejorar su situación; todos estaban encerrados en la misma caja.
Cuando hablaba con ella, sin embargo, se sentía escuchado, se sentía bien y sentía que ella veía las cosas de diferente manera, y que de alguna forma le ayudaba a salir de esa caja, se preocupaba por el valor humano que él tenía. Irónico, pues ella aguantaba acciones inhumanas y malos tratos hacia su persona en su propia industria, pero sobre ese tema él apenas estaba aprendiendo.
Entonces, ¿se podría decir que se sentía cómodo con ella porque pertenecen a mundos lo suficientemente iguales para identificarse el uno con el otro, pero también lo suficientemente diferente para tener opiniones ligeramente distintas de cada situación y así ayudarse mutuamente? Apoyado, por su puesto, por sus propios miedos, traumas y heridas del pasado.
En fin, luego de pensarlo muy bien, decidió que seguiría hablándole, solo que sería más discreto al respecto. Le pidió a Jimin que ya no hiciera comentarios sobre ella y no volvió a mencionarla (o ver sus películas en la sala del departamento compartido). Por eso sus compañeros no podían tener ni idea que estaba con ella. El intento de RM por mantener controlada la situación, tuvo un efecto contrario y solo provocó que V perdiera un poco la confianza de decirles las cosas.
Llegaron a la cocina, y Taehyung le señaló una de las sillas altas de la barra para que tomara asiento
—¿Quieres una taza de té?
—¿Tienes de durazno?
—Mmm, creo que... ¡Sí! Acá tengo—dijo como si no se hubiese pasado toda la mañana buscando un buen té de durazno porque sabía que a ella lo bebía como loca.
Se encogió de hombros y asintió, viendo como el chico preparaba su pedido. Se encontraba de espaldas a ella, vistiendo una camisa blanca y encima un suéter gris, un par de pantalones olivo de corte recto y mocasines oscuros. Notaba como su cabello estaba más largo y oscuro, caían los rizos discretos por su frente, casi cubriendo sus ojos.
—Gracias —agradeció Marlon cuando el chico pasó la taza con la humeante bebida. —Y por recibirme también, no tenía ganas de quedarme en el hotel sola.
—No tienes que agradecer. Me pone feliz el volver a verte. —Ocultó su timidez detrás de la bebida—. Pensé que bromeabas cuando dijiste que venías en camino, no sabía que trabajabas estas fechas.
—No lo hago, pero hace como un mes convencí a mamá que se fuera de vacaciones con su pareja, entonces no estaría para las fiestas —bebió un sorbo antes de continuar—. Y pues, me ofrecieron hacer el comercial acá la semana... ¿antepasada? No sé. Pero el concepto y la marca se ven realmente interesantes y prometedoras.
—¿De qué es el comercial?
Se quedó pensando, realmente no tenía ni idea de que demonios era el comercial, ni de que marca era y poco le importaba. Solo sabía que era en Corea, en Seúl, que el comercial sería una grabación de un día y que tendía libres los días que Taehyung también y en su cumpleaños.
—Uhm —dejó su taza de lado intentando recordar algo sobre ella pero nada venía a su mente, solo que era un producto de higiene personal ¿un champú? ¿jabón facial?, ¿o corporal, tal vez?
Taehyung frunció el ceño, intentando tantear el asunto y molestarla con ello, obviamente, ese era su trabajo. Una sonrisa pícara se mostró en su rostro antes de comenzar a decir: —Entonces, aceptaste un trabajo de publicidad que te ofrecieron de último momento, al otro lado del mundo ¿y no sabes de que va?
—Uhm, claro que no, es de... —Veía el rostro de Taehyung, expectante por su respuesta, con ambas cejas levantadas como si la hubiese atrapado mintiendo. Carraspeó tratando de mantener la cara lo más seria posible y que no leyera sus verdaderas intenciones con ese comercial—. Bueno, pues es que es un producto coreano, no puedo pronunciarlo.
No le preguntaron la marca, le preguntaron el producto, no sabía ni una ni otra.
—Ah, ¿en serio?, ¿entonces tan segura aceptaste un producto que no puedes pronunciar?, ¿no lo revisaste a profundidad y analizaste bien antes de aceptar? ¡Podría ser perjudicial para tu carrera! —dijo con preocupación una preocupación fingida, exagerando sus gestos y palabras a la hora de modular—. ¿No crees que...?
—Quería verte ¿de acuerdo? —confesó por fin. —Pero me daba pena hacerlo sin ninguna excusa.
Taehyung rodeó la barra hasta llegar a la chica, a la cual la abrazó sin levantarla de su lugar.
—No necesitas ninguna excusa. Moría por verte pronto, cariño.
❈
El frío de Seúl era abrumador para alguien que estaba acostumbrado a los días soleados y a los 30º de Los Ángeles.
Para Taehyung ese día no estaba tan frío a pesar de ser de noche, la sensación de frío en su cuerpo no era exagerada, de todas formas, se cubría con una chaqueta algo grande y sus pantalones de franela, sentado en el balcón de su habitación y disfrutando de la nueva vista que tendría esos días que prefiriera estar solo y alejado de todos.
Para hacerle compañía, Marlon necesitó del abrigo más grande que encontró en el armario de él y un par de gruesos pantalones deportivos, sus calcetas de lana con pequeños renos en ellas, un par de pantuflas que le quedaban grandes y una bufanda roja cubriendo la mitad de su cara.
—¿Cómo no te congelas? —Preguntó al lado de él, sus propios brazos intentando crear más calor en su cuerpo.
Taehyung sonrió. Era de noche y solo había unas cuantas luces del alumbrado público que se filtraban a través de los delgados árboles carecientes de follaje que intentaban dar privacidad. Estaba seguro de que su nariz estaría roja muy pronto, si no es que lo estaba ya.
—Ven acá. —Podía decirle que se metiera, que se quedara cómoda en la cama en lo que él terminaba de refrescarse afuera, pero quería tenerla con él, a su lado y generarle calor él mismo, disfrutar de esos escasos momentos que podían tener juntos.
La tomó de la cintura y le ofreció un lugar en sus piernas, la rodeó con sus brazos y acunó su rostro entre su cuello. Marlon lo hizo gustosa, el adictivo aroma a pino inundando sus fosas nasales, cerró los ojos permitiéndose disfrutar del momento un poco más, alargarlo lo más posible, volver un segundo eterno.
Recordó a su padre, los pocos recuerdos que tenía de él. Solía dormirla en una vieja mecedora, abrazándola como Taehyung lo hacía, y pensó en lo raro que era sentirse así de bien con alguien, lo raro que se sentía encontrar a alguien y sentirte cómodo con esa persona, y que..., que fuera amable y buena contigo, disfrutar de la compañía, sentirse querido y que esa persona sintiera lo mismo que tu..., ¿él sentía lo mismo que ella?, ¿cómo saberlo si ella no sabe lo que siente?
Taehyung por su parte dejaba besos en su cabello, y acariciaba su hombro, pensaba en ella, llevaba días con una misma idea en la cabeza y esa era que ¿la quería?, la quería, pensaba, como se quiere a una amiga, le tenía aprecio, mucho cariño. Aunque la tocara como se toca a un amante, a alguien que deseas y no quieres apartar de tu lado, a alguien que quieres más de lo que quieres a una amiga. Sin embargo, quererla era entrar en un terreno peligroso, hablan casi a diario, en poco tiempo había tenido la confianza para contarle cosas que temía decirle a otras personas, compartir sus logros con ella se había vuelto una de sus actividades favoritas. Se besaban, abrazaban, se hablaban casi todos los días y se preocupaban el uno pero el otro. Pero su relación no tenía un título aún. ¿Debía tenerlo?
La alarma del reloj de muñeca de Marlon sonó anunciado que ya daba la media noche. Sus miradas se encontraron y con una sonrisa le dijo: —Feliz cumpleaños, Taehyung. —Posó su mano en la mejilla de él para dejar un beso en sus labios; el primer regalo de cumpleaños.
Una sonrisa se asomó ligera en él. Oficialmente tenía 24 y los había pasado con la mujer que más le gustaba, la que le hacía ver estrellas cada que le acariciaba, con quien se sentía identificado, con la sonrisa que más ansiaba preservar, más que la propia, más que la de nadie más.
—Te tengo un regalo.
—¿Ah, sí? —inquirió curioso.
—Es pequeño, pero... —Del bolso del gran abrigo sacó una pequeña caja negra con un lazo rojo y al lado del moño, una nota a mano que decía "feliz cumpleaños" en inglés y en coreano, uno muy malo que hizo sonreír a Taehyung.
—No era necesario —Tomó la caja en sus manos sin dejar de abrazarla, la bufanda de la mujer había caído un poco dejando a la vista sus labios, los cuales besó antes de abrir el presente—. Gracias.
Deshizo el moño y curioso abrió el obsequio, encontrándose con una delgada esclava plateada con una placa en ella, la tomó entre sus dedos y la observó con la escasa luz que tenía. Notó un grabado en ella, la movió hacia la luz en busca de mejor visibilidad, pudiendo entender por fin el grabado.
—¿V717? —preguntó curioso.
Marlon enrojeció, pues ahora que él lo tenía en mano le daba pena darle el significado detrás del pequeño objeto, quizá pensaría que es muy cursi o intenso..., ella misma en ese momento lo creía.
—Bueno, sí..., me da vergüenza esto —rio queriendo ocultar las temidas mariposas en su estómago. —V bueno, es el nombre que usas.
—Así es...
—Y siete uno siete, bueno...
—Julio diecisiete —habló Taehyung agregando un sutil tono de pregunta al final de la oración—, el día que nos conocimos.
—Sí... —Él sonrió de lado, con una emoción creciente dentro de sí por recordar esa fecha y con la mano que aún la sostenía por la espalda, la acercó más a él, fundiendo sus labios en un beso, sonrió en medio de él y sin alejarse completamente le agradeció por el gesto.
—Es muy bonito..., me gusta mucho.
Bajó la mirada, insegura sobre si continuar o no, había dado un significado más al regalo, le apenaba, pero si no lo decía no sería tan especial.
—Sé que..., a veces te sientes muy solo por..., tu trabajo —Hizo una pausa para aclarar su garganta, la cual comenzaba a doler un poco, quizá por el frio y la brisa que caía ligera en esa madrugada de diciembre—, también que tienes ángeles a los cuales les hablas y te mandan mensajes a través de números y esas cosas, que no entiendo del todo —murmuró desviando su mirada a sus manos sacándole una ligera risa a Taehyung—, y aunque yo no soy uno, quería dejarte el mensaje de que... —jugueteó con sus dedos, nerviosa y apenada.
No solía ser así, abrirse y decir esas cosas de esa manera era de alguna forma extraña para ella. Creyó que sería más fácil, pero se sentía como una niña de preescolar confesándole a un compañerito que le gusta.
Taehyung la veía divertido, son una media sonrisa en los labios y viendo lo que la luz le permitía, su rostro avergonzado y rojizo, le daba ternura, verla así provocaba que su corazón se sintiera latir más fuerte y que sus sentimientos se hicieran revoltijos cada vez más.
—El amor está a tu alcance..., incluso si no has tenido suerte en el pasado y... y —miró de rejo al hombre que la tenía en brazos, con una sonrisa que iba creciendo conforme la escuchaba y sintió que era la mirada más tierna que le han dado jamás—, ¡ya! ¡no me mires que me da vergüenza! —cubrió su rostro y se escondió en el hombro de él, apenada de la vida y de lo que había dicho.
—¡Qué mujer más tierna! —La abrazó con fuerza y dejó besos en todo su cabello, la acomodó con su rostro viéndole directamente al suyo y regresó a dejar besos en sus mejillas, labios, mentón, frente, en cada centímetro de su rostro.
—¡Basta Kim! —reía disfrutando de ese momento con la persona que le hacía dudar de todo, la persona con la que por primera vez en mucho tiempo quería estar.
Un par de ladridos agudos interrumpieron el momento, la mascota de Taehyung, Yeontan, había salido de su cama hacia el balcón, atraído probablemente por el ruido de afuera.
—Hola, bebé —Le habló con ternura a su mascota.
Marlon se sentó en las piernas del hombre viendo como el Pomerania daba vueltas y ladraba por atención.
—Deberíamos meternos, se puede enfermar.
Dentro de la habitación, con las ventanas y cortinas cerradas y la calefacción encendida, Marlon desnudaba a un Taehyung que yacía recostado en la comodidad de su cama.
Besaba su cuello procurando no dejar evidencia de que en estuvo alguna vez ahí, daba pequeños mordiscos sin ser brusca sacándole suspiros y jadeos roncos. Taehyung se dejaba dar todo el amor que anhelaba.
Bajo a su abdomen, besándolo, han pasado solo unos meses desde esa vez en Los Ángeles, aun así pudo notar como su cuerpo estaba ligeramente más marcado que en aquella ocasión. Su tibio aliento formaba un camino en su piel, con la punta de la nariz rozaba muy por encima bajando hasta el inicio de sus pantalones. Él la veía desde arriba, su respiración algo irregular por la expectativa, tenía en su rostro el atisbo de una sonrisa y una mirada aparentemente tranquila.
Retiró lo que le cubría dejando su miembro al aire, lo lamió desde abajo hasta llegar a la punta y poder introducirlo en ella. Taehyung tomó una bocanada de oxigeno y contuvo la respiración, extasiado por la sensación de la lengua ajena explorando su anatomía, le fue imposible resistirse a la tentación de tomarla del cabello y e impulsar su cabeza discretamente para que lograra abarcar la mayor parte posible de su falo erecto. Ladeó su cabeza, teniendo un mejor ángulo de la actriz que trataba de mantener un ritmo preciso y adecuado para el placer de él. Miró arriba, notó su pecho enrojecido por el calor que emanaba su cuerpo, sus labios entreabiertos y su expresión que intentaba no caer rendida por la excitación que estaba teniendo. La gloriosa vista que tenía y la estimulación que le daba fue suficiente para sentir su vientre bajo palpitar, aumentando su propia excitación. Cambió su ritmo, ahora bajaba y subía con mayor rapidez, tratando de llegar más profundo, una de sus manos estimulando lo que no entraba en ella. Su respiración se agitaba un poco más con cada segundo, sentía el deleite acumulándose cada vez en su hombría. Gimió su nombre, fue la motivación suficiente para adentrarlo al límite máximo que su cavidad permitía, Taehyung, quien había intentado ser considerado, lo dejó completamente de lado y comenzaba a guiar la dirección de su propio placer, totalmente a su gusto, los sonidos obscenos que hacía la mujer únicamente lograban excitarlo en demasía y construir su orgasmo cada vez más rápido. Finalmente, cuando ya no pudo más, terminó corriéndose en el mismo lugar que le había proporcionado aquellas dichosas sensaciones.
Chupó buscando dejar el menor rastro en él, y al terminar, la mujer tragó con rapidez y con su pulgar retiró cualquier residuo del fluido blanquecino, Taehyung le hizo un lugar a su lado, lugar que tomó. Se acurrucó en su pecho que aún subía y bajaba, pues su respiración apenas comenzaba a regularse.
—Perdón, al final me emocioné —Marlon soltó una risita y le respondió que no pasaba nada, que lo había disfrutado.
Taehyung le propuso continuar, para devolverle algo de lo que le había dado, pero la mujer solo quería estar acurrucada a su lado un rato más.
—¿Cuándo nos volveremos a ver? —preguntó dejando caricias en el pecho de su amante.
Soltó el aire algo decepcionado, pues era un recordatorio de que pronto regresarían a la realidad, fuera de las cuatro paredes de su departamento.
—Tenemos una presentación en los Grammy, a finales de enero.
—¿Finales de enero? —trató de recordar que tenía por esas fechas —Tengo varios compromisos en Australia y tan pronto como acabemos, comenzarán los preparativos para la gira publicitaria de Moon.
—Eso complicará más el que nos veamos.
—Sí —hizo una pausa, triste de la situación y de que tuviera que ser así —Entonces, ¿te veré hasta la Met Gala en mayo? Dijiste que estaban invitados, ¿verdad?
—Sí, te veré en mayo..., en cuat- cinco meses.
Frunció los labios para evitar que cayeran aquellas lagrimas que por alguna razón se querían escapar de sus ojos. Lo abrazó más fuerte, lo más que pudo.
—Por lo menos tendré algo a que aferrarme.
Nota de Autora: Si les está gustando la historia, pueden hacérmelo saber con su voto o comentario, lo apreciaría mucho, y así sabré que voy por un buen camino.
Gracias por leer. ☽
Sin editar (2021)
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