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𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐃𝐄́𝐂𝐈𝐌𝐎: track 15

Edificio HYBE, Yongsan Trade Center en Yongsan-gu, Seúl, Corea del Sur – julio de 2022

Las lluvias veraniegas no habían cesado en toda la semana.

Las habitaciones que siempre estaban iluminadas por los dorados rayos del sol se sentían frías con la poca luz que el cielo dejaba pasar.

Con la nueva canción de fondo, Taehyung miraba las gotas golpear y quedar en el ventanal del edificio de HYBE, hasta que estas eran muy pesadas para la gravedad y caían poco a poco hasta formar un charco con las que habían recorrido un camino similar anteriormente.

¿Por qué las cosas en su vida jamás pueden fluir como el agua de los ríos que estas gotas llenan? Él escogió esa vida, él decidió hacer la audición y firmar los múltiples contratos, fue él. Pero solo era un niño, un niño tentado por la posible fama y el éxito. Fue seducido tanto por la ambición dorada, así como por el deseo de ser alguien, de ser el orgullo de su familia, de la posibilidad de conocer y explorar el mundo. Recibió todo lo que deseaba y más, pero la factura fue muy cara.

Y ahora que había compensado su falta de felicidad con una mujer que lo quería y escuchaba, que lo esperaba en casa a final del día, las cosas no estaban bien.

Su matrimonio con Marlon no estaba bien.

Él estaba dolido y enojado, pero una palabra más acertada para los sentimientos del coreano sería estresado. Tenía la agenda más empacada que nunca, no había dormido en varios días por la ansiedad, solo había tenido dos comidas en los últimos tres días, no coordinaba en los bailes y su cabello parecía estarse cayendo.

Ella era su lugar seguro, pero todo le estaba pesando. En cada paso que daba recogía una piedra y su saco se había llenado hace mucho tiempo.

Su falta de coordinación y concentración se hizo notar una vez más cuando practicaban una de las coreografías pisó a Jimin accidentalmente y creó un efecto en cadena tumbando a dos miembros más.

—Es la tercera vez que arruinas la coreografía, ¿qué te pasa? —Reclamó Jimin algo molesto, tratando de calmar el dolor de su pie con su mano, Suga solo lo miraba con asco sin ninguna razón aparente.

En cualquier otra ocasión, esto no hubiera sucedido. En cualquier otra ocasión, Taehyung solo se hubiese disculpado, quizá hasta hubiese tratado de ayudarlo.

Pero esta no era cualquier ocasión, en lugar de alguna opción pacífica, Taehyung se molestó.

—Deja de joderme, idiota —Escupió con el ceño fruncido, mirando directamente al rubio que se encontraba en el suelo con su dolor.

—¡Taehyung! —llamó la atención RM; fue ignorado.

Los presentes abrieron los ojos, sorprendidos, se miraban entre sí. Esa clase de vocabulario no era algo común en Taehyung, nunca faltaba al respeto así a sus compañeros, él no era lo que llamaban "mecha corta", Jimin sí.

El rubio se levantó, indignado por las palabras insultantes que había usado su amigo, quedando frente a él. Namjoon vio las intenciones y el enojo en él, por lo que intentó acercarse antes de que eso llegara a mayores.

—¿Qué fue lo que dijiste?

—¿Además de idiota estás sordo?

El enojo de Jimin aumentó aún más. Él no fue el que arruinó la coreografía, él no tenía culpa de nada, solo reclamó un error que su compañero tuvo, así que Taehyung hablándole de esa manera le parecía injusto y no se iba a dejar maltratar de esa forma.

Se acercó más a él. Namjoon tenía una mano en el pecho de Jimin tratando que no lo hiciera más mientras pedía que se calmaran.

Jimin hizo caso omiso al líder de la banda y empujó a Taehyung quien respondió inmediatamente de la misma manera, casi tumbándolo al piso.

Suga, Hobi y Jin se acercaron intentando separarlos verbalmente, pero Taehyung y Jimin ya habían comenzado una pelea que solo era de empujones e insultos evolucionando en manotazos entre ambos hasta que Jimin hizo un comentario sobre su matrimonio, Suga llamó la atención de Jimin, pero este no paró. Cuando el rubio estaba molesto no sabía detenerse.

—No es mi culpa que tu puta esposa haya salido.

Había dado en el blanco, en el meollo del asunto y aunque la grosería de Jimin no fue en un intento de insultar a Marlon como tal, su redacción no fue la apropiada.

—¡Cállate, imbécil! —Taehyung amenazaba con su puño, marcando sus uñas en la palma de su mano.

—Ese es todo tu problema, que no puedes controlar a esa maldita d- —No pudo terminar la oración cuando sintió el primer golpe fuerte de Taehyung en su mandíbula.

Él no era violento, siempre había odiado los golpes y cualquier conflicto, pero no permitiría que nadie dijera nada del amor de su vida.

La sala comenzó a llenarse de gritos de todos los presentes. Jimin pataleaba mientras Suga y Jin lo trataban de alejar de su oponente pues las intenciones de tumbarle los dientes se le veían en los ojos. Hobi se las arregló para sostener a Taehyung por su cuenta, sosteniéndolo en una especie de llave por la espalda, pero Taehyung no dejaba de gritarle incoherencias e insultos al que solía llamar su mejor amigo y su mejor amigo no dejaba de responderlos.

A diferencia de sus compañeros, Jungkook se alejó lo más que pudo, odiaba las peleas, le recordaba a las discusiones de sus padres y a los gritos de su novia. No le gustaba ver a sus hyungs pelear y menos de esa forma. No estaba seguro de lo que sucedía, nadie lo hacía en realidad. Pero no podía ser bueno.

—¡Deténganse! —Gritó Namjoon con toda la fuerza de los pulmones— ¡Necesito que se calmen de una puta vez!

Finalmente cesaron, sus respiraciones agitadas y rostros rojizos del coraje e incluso un par de lágrimas se asomaban por los ojos de Taehyung.

—¿Qué demonios fue eso? —Se dirigió a Taehyung directamente.

—Él-

—¡Cierra la boca! —Interrumpió Namjoon con fuerza. —¿Qué demonios pasó?

—Que él-

—¿Qué él comenzó? —Interrumpió nuevamente.

Taehyung se molestó y se soltó del agarre de Hobi, quien inseguro lo dejó ir.

Cuando se trataba de Marlon y Taehyung, Namjoon siempre tomaría el lado contrario a ellos, era de las pocas veces que no era objetivo en las situaciones. Y ni siquiera disimulaba su desagrado hacia la pareja; era lo que más coraje el daba al casado del grupo.

Se acercó a Namjoon, tenía la sangre hirviendo, las venas de su cuello y sien comenzaban a notarse por la fuerza que su mandíbula hacía. Namjoon quien siempre es imponente, dudó de sí al verlo.

—No vuelvas a interrumpirme —señaló con el dedo —. Y tú —giró a Jimin—, deja de joderme la puta vida por una maldita coreografía y no vuelvas, en tu miserable vida a poner el nombre mi esposa en tu boca sucia.

Tomó sus cosas e hizo su camino hacia la salida. Todos miraban a Namjoon esperando que hiciera algo, hasta que finalmente habló.

—Taehyung.

El mencionado lo ignoró.

—¡Kim Taehyung! —Gritó Namjoon aún más fuerte que la vez anterior.

El de cabellos castaños se detuvo y giró la mitad de su cuerpo hacia sus compañeros, con una mirada de muerte y la cabeza hecha un lío.

—¿Qué quieres?

Namjoon se acercó a él, quedando solo unos pasos al frente, ambos tenían rostros de infierno y vapor en su sangre. Taehyung tendría la regañada de su vida, eso es lo que pensaban todos, por lo menos. El coraje hizo que alimentara el sentido de valentía en RM, sabía que no podía calentarse tan fácilmente, pues él era el líder y una figura de control en la banda.

—Primero, soy mayor que tú, así que respétame.

Taehyung chistó y evadió la mirada de su "superior".

—Segundo, no estuvo bien lo que hiciste, te vas a disculpar con Jimin. Y esto lo escuchará PD-nim, no puedes estar atacando a los miembros —mencionó con una voz severa. Ya se encontraba a la defensiva, listo para neutralizar a Taehyung si lo atacaba. Ninguno se dio cuenta que Jin y Suga habían salido de la habitación en busca de guardias, tenían miedo de que Taehyung perdiera la cabeza y comenzara a atacar al resto.

Pero no parecía ser el caso, Taehyung se dio media vuelta a continuar con su camino a casa o a cualquier lugar en el que lograra sentir seguridad, a los brazos de ella, si tan solo aún viviera.

—No traigas los problemas de tu relación al trabajo.

Se quedó con ganas de decirles tantas cosas, pero no lo hizo, solo dio un portazo y se fue lejos de ese lugar.

Dentro de las colinas Marlon fumaba, deseando que la nicotina fuera más fuerte para poder calmar los nervios que había estado sintiendo durante toda la semana.

No había dejado de revisar su celular, viendo que decían las personas. Buscaba su nombre y el de Taehyung cada mañana esperando que no hubiera fotos de ambos en el complejo.

Estar en su propio balcón le producía miedo.

El portazo de la puerta principal la hizo sobresaltarse, apagó el artefacto rápidamente y observó dentro a un Taehyung que a zancadas largas se dirigía a la habitación que compartían.

Se adentró entre las cuatro paredes. Antes de ir a su habitación se quitó la chaqueta que usaba y perfumó la sala esperando que el olor se impregnara en su cuerpo, sustituyendo el del humo.

Con cuidado entró a su habitación y vio a Taehyung acostado boca abajo en la mitad de la cama, su rostro hundido ente las almohadas.

—¿Tae?

Éste no respondió, solo se quedó atrapado entre la comodidad temporánea que esa posición le proporcionaba. Marlon notó los suspiros que salían de vez en cuando, a veces entre cortados, unos más largos que los otros.

Miró el reloj y aún era muy temprano, no avisó que saldría antes ni nada similar, al contrario, por la mañana dijo que era probable que llegara más tarde de lo normal.

Amor, ¿estás bien? —preguntó sentándose a su lado.

Taehyung acomodó su rostro, viendo al lado contrario de su esposa. Amaba que lo llamara de apodos, amor era su favorito, aunque no lo usara tanto. Quizá eso lo hacía aún más especial.

Se levantó de la cama encarando a la mujer, tenía las mejillas rosadas y mojadas por todas las lágrimas que había soltado camino a su hogar del trabajo y del resto que se había tragado la tela de su almohada.

—¿Qué pasó? —Preguntó preocupada tomando el rostro de su amado —¿Por qué estás así?

El nudo en su garganta no lo dejó responder.

No le gustaba que lo viera llorar, no le gustaba hacer o decir cosas que la preocuparan, en realidad.

—Yo- —Negó, no podía decirle.

—Puedes contarme cualquier cosa. Sabes que te voy a apoyar.

—Solo, es..., no-, no fue nada. Solo, discutí con Jimin, es todo.

Eso en parte relajó a Marlon, pensó que algo malo le había ocurrido a los padres de Taehyung o a alguno de sus amigos. También porque no conocía todo el contexto de la historia y por seguro él no se la haría saber.

—¿Por qué?

—Tonterías.

Miró a su esposa.

Con su cabello algo alborotado y su ropa era tres tallas más grandes.

Cuando la conoció solo usaba ropa ajustada o cualquier cosa que resaltara su cintura. Pero luego de un año conviviendo con él, el estilo de Taehyung se le pegó.

Aún usaba ropa ajustada, cuando salían juntos en esas citas de contrabando. Quisiera tener una en ese momento, pero la situación era delicada.

El estrés que tenía era enorme, pero tenerla a ella frente a él, estando los dos encerrados en cuatro paredes lo hacía un poco más feliz.

Pero ya no era suficiente. Necesitaba más.

Por eso, la tomó del cuello y la besó como si eso fuera a solucionar todos sus problemas. Necesitaba apagar el mundo al rededor de ellos como lo apagó la primera vez que probó sus besos en aquel hotel de Los Ángeles. Y la hizo suya toda la tarde, esperando que sus plegarias fueran escuchadas y que el resultado le trajera la felicidad que no quería que se le escapara.

—Prométeme que no me vas a dejar.

Su petición la tomó por sorpresa. Lo abrazó más fuerte entre su pecho desnudo y besó su cabeza.

—No podría hacerlo.

Nota: Sin editar (2021)

LM ☽

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