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𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐂𝐀𝐓𝐎𝐑𝐂𝐄𝐀𝐕𝐎: 𝗅𝖺 𝗉𝖾𝗋𝗅𝖺

Hannam, The Hills — agosto de 2022

Era la segunda vez desde que se fue Jungkook que tenía su cuerpo encorvado frente a la taza del baño. Sus ojos rojizos y pequeños puntos de aquel color rodeaban los mismos, señal de muy pequeñas venas reventadas por el esfuerzo que hacía.

Habían pasado horas desde que la noche cayó y la luna comenzó a brillar en su lugar.

Los nervios y ansias la mataban con cada minuto que pasaba siendo la posible apócrifa razón de su malestar.

—Maldita sea —exclamó al sentir el punzante dolor en su cien, como si una flecha intentara atravesar su cráneo y destruir su cerebro.

Jaló el baño y de la cajonera, sacó el frasco naranja de tapa blanca con su nombre en él, miró la fecha y las palabras en negrita que prohibían que mujeres embarazadas lo tomaran. Tragó un par de pastillas tan pronto como pudo, y salió camino a su habitación. Eran un poco más de las 9:30 de la noche, era muy tarde para que Taehyung aún no llegara, pero su mente era incapaz de pensar en ello. En lo único que podía enfocarse era en apagar todas las luces, incluso las del pasillo y suprimir cualquier ruido que el extractor de la cocina o el aire acondicionado pudieran hacer.

Durmió un par de horas, hasta que la migraña bajó y aunque aún sentía su cabeza nublada, a comparación del episodio de hace rato, estaba bien.

Se quedó en su cama viendo la pared; sus ojos medianamente pesados y aún con las secuelas de la migraña anterior ya no tenían sueño. ¿Cómo tenerlo? Si Taehyung se repetía en su cabeza como una película atorada en un viejo VHS. Se preguntaba qué estaría haciendo, eran pasadas de medianoche y él no estaba a su lado, ¿ensayando para la gira mundial que aparentemente olvidó decirle? Era una molestia cuya creciente era constante. Recordó a Jungkook y lo nervioso que se veía cuando dijo que su esposo estaba ocupado y de pronto algo no se sintió bien, ¿había algo que de la boca imprudente de Jungkook no se escapó? Tomó su celular con la intención de marcarle, en ese momento entró un mensaje de él "Me ocupé en el trabajo". Respondió con una única palabra fingiendo verdadera su despreocupación y lo dejó de lado. El cuestionamiento no era para los textos.

Dejó su celular de lado cuando vio que no contestó y siguió pensando en Taehyung, en Clara, su mamá, en cómo sacar la conversación de ir con ella a Estados Unido y sobre la gira que él nunca le mencionó. Sobre lo enferma que comenzaba a sentirse estando encerrada entre cuatro paredes.

Se quedó dormida, o más bien, en esa etapa del sueño en la cual dices no estar dormido porque crees ser consciente de lo que pasa a tu alrededor, y en aquél momento que las imágenes de su cabeza se difundieron esa línea entre sueño y pensamiento, el sonido de la puerta abrirse y unos pasos ir hasta la habitación la regresaron al mundo. Mantenía los ojos cerrados, Taehyung abrió la puerta y escuchó cómo se sacaba la camisa y su cinturón. Se lanzó a la cama al lado de ella y la abrazó sosteniéndola cerca de él.

Sintió su respiración en la nuca y también, el cómo su mano se deslizaba a su muslo y nuevamente subía a su entrepierna por debajo del camisón verde glacial que usó para dormir. Taehyung se acomodó mejor y movió su cabello hacia un lado, acercó su rostro a su hombro y comenzó a besarlo con tranquilidad, con delicadeza. Subió un poco más su prenda, siendo un intruso de su parte trasera, amasando con el mismo cuidado que seguía los besos por su brazo, se deslizó entre sus bragas sintiendo una ligera humedad.

—Taehyung —susurró.

—Cariño.

Sintió un par de dedos colarse dentro de ella. Jadeó, pero fue rápida para tomar su muñeca.

—No, hoy no quiero, Taehyung.

El mencionado frunció el ceño. Nunca se había negado a estar con él, pero no dijo nada.

Se acomodó en su lado, tomó algo de la sábana para cubrirse bien con ella y le dio la espalda.

Marlon comenzaba a sentirse levemente culpable, siempre accedía al sexo porque le gustaba estar con él, pero por alguna razón el acercamiento de Taehyung la había hecho sentir incómoda. Como si no estuviera segura con el hombre que le brindaba seguridad. Quizá estaba siendo exagerada. Ella le había ocultado varias cosas, como el fumar o las visitas que Jungkook le hacía de repente, pero ocultar algo tan grande como una gira era demasiado. Hay muchas cosas en juego, ella, su seguridad, su salud, los planes ¿por qué hacía eso? Quería respuestas, y las quería ya porque una vez más quería vomitar.

—Tae...

—Dime.

También tenía curiosidad de saber dónde había estado todo el día, si realmente estuvo atorado u ocupado en el trabajo, si fue a algún otro lugar o si solo estaba alucinando.

—¿Hay alguna... novedad?

Taehyung tardó en responder, pensando cual de todas las novedades podría hablar con su mujer ¿de los acosadores? No, muy noche para un tema como ese. ¿De la gira? Aún no sabe cómo llegar a ese tema. ¿De la visita que le dio hoy y por eso estuvo fuera todo el día? No. Marlon no sabe mucho, y quizá se preocuparía si sabe que viajó tan lejos solo para darle una visita en el panteón. Sabría que algo está mal; como si no lo supiera ya.

—En dos días vendrán a poner las cámaras —recordó.

Esa respuesta no fue del todo agradable para Marlon, había presos con menos seguridad encima.

—¿En verdad son necesarias?

—Sí, en unos cuantos días más me iré a Estados Unidos y no puedo arriesgarte aquí sola con acosadores y fotógrafos rodeando. Así puedo tener las cosas más controladas.

—O a mí. —dijo por lo bajo, pero Taehyung solo escuchó un mascullo.

—¿Dijiste algo?

—No. Solo, preferiría no tenerlas.

Taehyung se giró, quedando con la vista al techo oscuro de su habitación, como una noche hueca. «Cuando tenga hijos llenaré sus techos de estrellas fluorescentes»

—Es por tu bien. Confía en mí, es lo mejor, cariño.

Marlon suspiró.

—Todo lo haces por mi bien.

—Sí, siempre ha sido así.

—Hablando de Estados Unidos —desvió el tema.

—¿Qué?

Marlon tragó saliva, hablar de eso con Taehyung aún le producía nervios e incertidumbre, pero al final del día el era bueno, ¿no? El comprendería.

—Mamá ha estado algo enferma. Hablé con ella hoy y dice que no es grave, pero quisiera ir a-

—No —habló de forma abrupta y volvió a girarse en la cama, dándole la espalda nuevamente.

—¿Qué? ¿Po-por qué no? —Frunció el ceño, se sentó en la cama, teniendo su vista posada en la espalda desnuda apenas visible de su esposo.

No esperaba una respuesta positiva, pero mínimo esperaba algo de diálogo antes de llegar a cualquier conclusión. Mínimo un intento.

—Tu mamá vendrá en septiembre. Cariño, ¿no es así? —habló conteniendo las ganas de hacerlo más fuerte— No vale la pena... arriesgarnos tanto si de todas formas la verás en un mes. Dices que no es grave, entonces ¿por qué quisieras ir?

—Quiero verla, extraño mi casa.

—Esta es tu casa. Hace años que no estás en Georgia.

—Pero estaré sola, todos se irán.

Taehyung contuvo la respiración un momento. La parte de Marlon quedándose sola todavía le dolía, pero no permitiría que regresara a Estados Unidos, ese no era un lugar seguro para ella. Seúl, su departamento, sí. Tampoco quería que se arriesgara a que fuera vista en el aeropuerto de la capital. Necesitaba tiempo y no lo tenía. No quería que Marlon saliera de la fortaleza segura que construyó y fortificaba para ella. De ninguna manera dejaría que su felicidad saliera de él, ¿y si no quería volver jamás? ¿Y si recaía y todo el esfuerzo que ha puesto en ella terminaba en un segundo? No podría estar pegado a ella como esa vez.

—Estaré sola en todo el piso. Jin y Jungkook también se van y-

De forma casi violenta Taehyung dio un giro más en la cama, quedando con su vista hasta la mujer, dio un suspiro que parecía más bien una exhalación de coraje e intentando mantener una serenidad que no existía, habló.

—¿Puedo saber que tiene Jungkook que ver aquí? ¿Es más importante que esté él que yo? ¿Estás ocultando algo sobre él?

Marlon se quedó callada. Analizando lo que le había dicho, mucho mejor de lo que él analizó antes de abrir su boca.

—¿De qué estás hablando, Taehyung?

El mencionado percibió el tono de molestia; su señal para callarse retractase y pedir perdón. Porque, aunque su tono de voz decía una cosa, la realidad era que no había pensado las palabras antes de hablar.

—Perdón —suspiró e inhaló una vez más, mantuvo un tono de suavidad y honestidad en sus palabras—. Estuvo fuera de lugar.

Pero a diferencia de la respuesta que esperaba, Marlon no le respondió que todo estaba bien. No le dijo que lo perdonaba o que no se preocupara. Tampoco se culpó a su misma, ni se martirió llorando hasta dormir como lo hubiese hecho antes. En su lugar, tomó su almohada y salió de la habitación; enfadada.

—Dormiré en el otro cuarto.

—Mar... —Taehyung se intentó levantar para ir tras ella, pero sus palabras lo detuvieron.

—Si vienes o me molestas me enojaré de verdad... Y tú nunca me has visto enojada, Taehyung. —sentenció y se fue de ahí.

Taehyung vio su felicidad irse por el marco y cerrar la puerta de golpe. Frustrado, gruñó y golpeó su propia almohada. Temiendo que, por intentar retenerla, se terminara yendo. 

Nota de autora: Estamos llegando a la recta final de Romaneé. Las últimas partes las iré dedicando a personas que siempre veo en mis notificaciones y que he visto han apoyado a Romaneé desde el inicio. Gracias. No sé si alcanzarán todas las personas de aquí al final, en caso de no ser así, cuando edite para corregir ortografía y redacción, procuraré hacerlo. 


Gracias, hacen mi día feliz. 

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