𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐃𝐈𝐄𝐂𝐈𝐒𝐈𝐄𝐓𝐀𝐕𝐎 (𝐩𝐭. 𝟑): xanny
Los Ángeles, California. – los primeros meses de 2021
El camino a casa era silencioso. Había marcado a Taehyung al momento de salir, pero éste no contesto de inmediato, sino minutos después cuando un mensaje de Taehyung llegó a su bandeja de entrada, varios en realidad, le preguntaba a dónde se había ido, pero no le contestó, se le quitaron las ganas de hablar con él. El delineador negro corría dejando marcas de sus lágrimas y pigmento en el maquillaje de su rostro. Un sollozo callado era el único ruido que quería tener aparición en el Mercedes aquel.
—Maldita mierda —gruñó entre dientes y tiró el objeto al suelo. Pero este quedó en la posición ideal para que aquel destello volviera a molestar. En realidad, no era muy grande, pero ella lo notaba. Y Laura juraba que mataría a alguien, así que solo lo tomó y lo escondió bajo su chaqueta.
—Está bien.
Pero no lo estaba. Marlon dio un resoplido y tiró de un aire mayor, continuó con su vista y mano apoyada a la ventana, incapaz de contener sus lágrimas.
Laura jugaba con sus manos, nerviosa, aunque no estaba segura porqué.
Los analgésicos y el alcohol, aunque poco, comenzaban a hacer efecto. Su cuerpo y parpados poco a poco más pesados, pero no lo suficiente.
Dentro de su hogar en las colinas, Laura le ayudó a entrar en su habitación. Salió unos momentos cuando Marlon le pidió privacidad y un vaso de agua.
La sensación que pasaba por su cuerpo pera extraña y a la vez muy común para ella. Era como si una mano gigante presionara su corazón y costales de cemento llenara sus pulmones. Se sentía incómoda, molesta. Su cabeza no parecía pertenecer a ella misma, al mismo tiempo que ella se sentía como una extraña para su propio cuerpo y alma rota. Apretaba los dedos de sus pies y se revolvía en la cama intentando encontrar un punto adecuado para su tranquilidad, pero parecía ser inexistente. Apretó los dientes, sintiendo un dolor que no era real en sus entrañas. Su respiración comenzaba a ser incontrolable. Los jadeos comenzaron a ser más sonoros en su habitación. Sus manos rígidas intentaban tocar su rostro en busca de un posible confort, pero no servía.
Solo había una cosa en el mundo que le podía ayudar, las benzodiazepinas de su cajón se hacían presentes en la palma de su mano. La tableta blanca y larguirucha representaba su descansar. Olvidando que no podía abusar de estas, tomó dos la primera vez, la dosis máxima que podía tomar. Las tragó con el único líquido de su habitación, potenciando el efecto. Pero después, no parecía que el frasco era suficiente ni lo suficientemente rápido. No supo cuántas, tampoco quedaban muchas, solo tomó el frasco y vació una parte de él dentro de su sistema.
—¿Aún no te contesta? —preguntaba un Jimin de cabello cenizo a Taehyung estando ambos al otro lado de la ciudad. Veía como su amigo enamorado no dejaba de ver su celular. Ellos también iban regreso a su hotel desde la premiación, en un auto diferente al resto.
—No— respondió sin más.
—Quizá se fue a alguna fiesta —intentó tranquilizar Taehyung, pero este lo miró poco convencido —O estaba cansada y se fue directo a dormir.
Pero Taehyung sabía que había algo más, estaba preocupado temiendo por el colapso que pasaba al mismo tiempo que el mantenía esa conversación con Jimin, y temía, más que nada, que estuviera alimentando sus adicciones nuevamente.
La ansiedad carcomía a Taehyung, eran gusanos en su cabeza que gritaban tan fuerte que no los podían callar mientras se alimentaban de cada parte de sus nervios y cerebro.
—Tengo miedo de que vuelva a suceder lo de...
Jimin comprendió inmediatamente a lo que se refería y estaba en cierta parte ofendido por la comparación.
—Marlon no es ella —dijo en un tono que parecía ser entre defensivo y consolativo.
Taehyung tragó mientras la recordaba, mientras recordaba cuando no contestón y la siguiente llamada que salió de su celular. Así que volvió a marcar una, y otra y otra vez, pero no tuvo ninguna respuesta.
—Vamos a ir a otra dirección —dijo al chófer.
—Debemos ir directo al hotel.
—Solo haré esta parada, tú te puedes ir después.
—Creo que estás exagerando.
—Jimin..., Mar tiene muchos problemas, no sé que está haciendo, pero prefiero exagerar a que haya otro funeral.
Su amigo frunció el ceño, molesto. Ella era un tema sensible para ambos y las comparaciones —o lo que el percibía como tal— que hacía con Marlon le parecían innecesarias y fuera de lugar. Nada ni nadie podía remplazarla y parecía que Taehyung quería proyectarla en la actriz.
—Ella... consume..., mucho. Estoy seguro de que lo sigue haciendo, aunque me diga que no. —Jimin lo miró de reojo. Entonces, ¿Marlon solo era una drogadicta y se atrevía a compararla con ella? Pero sus pensamientos no pudieron seguir más allá, porque Taehyung continuó —No quiero quedarme sin personas a quienes amar.
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Dentro de las colinas, Laura entró después de 15 minutos a su habitación. Marlon respiraba tranquila. Aún no estaba dormida, veía ida la pared de su habitación. Había quitado su vestido a como pudo y solo estaba en ropa interior. Una fina capa de sudor la cubría y moría de sed.
—Laura, necesito agua.
La mencionada se acercó de inmediato y Marlon bebió del vaso como si fuera lo último que quedaba en el mundo y volvió a acostarse.
Su asistente la veía con una línea en su rostro.
Tenía algo que hacía mucho quería decirle, algo que quería sacar de su pecho y no se atrevía a decir. Pero ahora, toda la noche la vio con alguien más, alguien que no le preocupaba del todo y también alguien con quien se veía real y genuinamente feliz y eso le asustaba. Porque, aunque Marjorie nunca fue de ella, tampoco la quería perder.
—Mar...
La pelinegra solo movió la cabeza en señal de que le escuchaba. Su asistente se puso aún más nerviosa.
—Yo...—nunca había sido buena con sus palabras ni con sus sentimientos. Nunca había tenido iniciativa con Mar, ni con nadie. Por eso cuando la actriz comenzó a alejarse de ella, ella no hizo nada para acercarse de nuevo, porque no sentía que era su lugar. Pero si la quería, como sabía que lo hacía, tenía que acomodarse en ese lugar. No pensó en si era el momento o el lugar, ella solo pensó en que quería explotar.
Se acercó a Marlon quien yacía sentada en su cama, recostada en el respaldo crema de esta. La menor de las dos solo la siguió con la mirada sin saber exactamente que sucedía, pues su cabeza estaba cada momento más cerrada y pesada.
Laura acercó su palma y la tomó por el mentón, la acercó más a si misma y besó sus labios. Sabía a alcohol, una mezcla entre tequila y vino tinto era un sabor bastante dulce a comparación con la amargura que llevaba dentro.
Marlon no se opuso, estaba muy cansada e ida para hacerlo. Tocó con la punta de su lengua su labio inferior y le dio completo acceso a ella, jugueteando mutuamente con sus bordes cereza. Laura se subió a la cama, a horcajadas de la pelinegra y la pelinegra se levantó un poco más, tomándola de la cintura y acercándola más a ella, intensificó el beso, sus respiraciones se volvían cada vez más agitadas y la desesperación comenzaba a apoderarse de la mayor de ellas.
Su asistente se separó un poco, bajó sus besos de sus labios a su mentón y después a su cuello, donde dejó pequeños mordiscos y finas marcas moradas detrás de su oreja, clavícula, hombros y finalmente sus pechos. Trató de sacar uno de ellos, pero Marlon la tomó bruscamente de la muñeca, siendo por fin consciente de lo que acababa de hacer.
—Quítate —demando en un susurro desesperado.
—Mar.
—Quítate —repitió de la misma manera, pero Laura intentó replicar una vez más. —¡Qué te quites maldita sea! —gritó tan fuerte que los oídos de quien estaba encima de ella dolieron. Se quitó con algo de miedo en ella.
Marlon la vio desde su perspectiva, el saco y camisa desalineadas, su cabello ligeramente alborotado con unos cuantos cabellos de fuera. Sus mejillas redondas sonrojadas y su mirada en el suelo. Comenzó a reír, ante la ironía de todo lo que había sucedido en su maldita noche.
—Jamás me has besado primero —comenzó a hablar— Ni una sola vez, Laura.
Ella solo mordió su labio inferior, con cierta pena y arrepentimiento, ganaría un premio al peor momento para confesarse con alguien.
—¿Por qué? —preguntó Marlon,
—Yo...
—¿Tú qué?
—Te quiero —confesó.
La actriz resopló incrédula, molesta y frustrada. Hizo una pausa viendo por un momento su reflejo en el espejo frente a su cama y negó con la cabeza.
—Yo... — Laura levantó la mirada hacia ella, se topó con los ojos azules que eran levemente iluminados por la luz de la lampara amarilla al lado de su mesa de noche—Yo no —Rompió todas sus ilusiones.
—¿Qué?
—Ya no, Laura. Ya no te quiero, yo, no te quiero. —comenzó a sentir nuevamente su respiración levemente agitada y las lágrimas correr por su rostro. Su mente seguía bajo una tormenta y no sabía que hacer, más que explotar igual que Laura. —¡Y no tienes ningún derecho a venir y decírmelo, así como si nada! ¿Qué es lo que te crees? ¡Todo este tiempo, todos estos meses haciendo lo que hacíamos!, ¿y de repente tu piensas que puedes venir a decírmelo cuando por fin te saqué de mi sistema? ¡Todo ese tiempo convenciéndome que no te quería, que no quería a nadie! ¿Para que tú solo vuelvas a besarme cuando por fin logré enamorarme de alguien más? ¡Eso es injusto! —Gritó sacando todo lo que no estaba consciente estaba dentro de ella
Recordó la primera vez que se alejó de ella, la primera vez que sus sentimientos se sentían en conflicto, cuando Laura terminó roja con las insinuaciones de Marlon y aquel vestido Versace. Pero ya nada importaba.
—¡Mar! —escuchó una voz masculina después de la puerta principal cerrarse.
Marlon estaba confundida, pero podía jurar que esa era la voz de Taehyung, ¿estaba alucinando ahora? Supo que no cuando lo vio parado en la entrada de su puerta junto con uno de sus compañeros de trabajo.
Taehyung examinó la habitación, a las dos mujeres ahí y notó como Marlon acomodaba la sabana encima de su cuerpo semi desnudo, carraspeó su garganta y miró hacia otro lado.
—¿Está todo bien? —preguntó con preocupación genuina.
Marlon asintió.
Taehyung miró a Laura y a Jimin, pidiéndoles que les dejaran solos un momento.
Ambos asintieron y se fueron. Jimin siguió a Laura la cual trató de verse profesional ofreciéndole una bebida. El de cabellos cenizos la miró con cuidado. Le llamó la atención el blazer desacomodado de la empleada y sus labios hinchados, pero más la mancha de labial rojo que tenía en el cuello de la camisa. Marlon estaba semidesnuda en su habitación y esta mujer tenía rastros del labial que la actriz usó durante la noche en su ropa. Frunció el ceño siendo víctima de sus propias suposiciones carecientes de las circunstancias que rodeaban la situación. Recordó a su amigo camino al lugar donde se encontraban ahora, como casi lloraba contándole todo y cuán difícil era porque la quería demasiado. Aunque Marlon le comenzaba a desagradar, no pudo evitar sentir lastima, especialmente por su amigo. Pero ahora, con una nueva pieza engañosa en su rompecabezas, él lo veía como si ella solo estuviera jugando y aprovechándose de él mientras se acostaba con su asistente. Pensó que ella solo martiriaba a Taehyung mientras le veía la cara y eso le llenó de coraje contra ella, un coraje que no existía al inicio de la relación de estos, pero que iba a prevalecer hasta el final, probablemente. Definitivamente Marlon no era ella. April jamás haría algo como eso.
—¿Algo para tomar? —ofreció Laura, tratando de mantener la compostura. Jimin solo negó con la cabeza.
—Tienes el cuello manchado —le hizo saber.
Laura se escondió detrás de sí misma y miro nerviosa al suelo.
—Si no me necesita, me retiro.
Y lo cumplió. Tomó todas sus cosas, no eran muchas, y se fue, dejando su carta de renuncia antes de marcharse.
—¿Qué es lo que haces aquí? —preguntó Marlon una vez se cubrió un poco con la sabana de su cama.
—Quería verte.
—No me siento bien —confesó.
—Lo sé —dijo y se acercó con cuidado a ella. Aún usaba la misma ropa que tenía en los Óscar, solo había deshecho su corbata y había dejado el saco en el auto que aún lo esperaba—. Por eso estoy aquí, cariño —Se sentó al lado de la cama, tomó el cabello de la mujer que trataba de esconderse entre las sabanas y su propia vergüenza y lo recogió a un lado, pero al hacerlo vio las marcas en su cuello.
Frunció el ceño confundido. De forma discreta miró hacia la puerta donde había salido su asistente, parecía ser la única en la habitación ¿o había alguien más? Tragó. Pero sus pensamientos no se iban a la misma ruta de Jimin, sus pensamientos temían que le hubiese hecho daño otra vez, que Ethan o cualquier otra persona se le hubiese acercado e intentado abusar de ella en algún momento que el desapareció dentro de la premiación. Miró al buró y notó el frasco con prescripción abierto, y unas cuantas pastillas regadas en la superficie, entrecerró los ojos tratando de unir cabos, miró a la joven que cada vez parecía estar más desconectada de la realidad conforme pasaba el momento.
—¿M-mar? —preguntó. Su voz temblorosa hizo un esfuerzo por no quebrarse con tan solo una silaba pronunciada. La mujer apenas pudo responder con un murmullo poco audible antes de que Taehyung continuara —¿Cuántas pastillas tomaste?
La mencionada apenas y pudo mover sus hombros en un intento por comunicar su desconocimiento ante la pregunta. Su cerebro actuaba lento, y por consecuencia, su cuerpo. Su cabeza dolía y aunque estaba consciente, no lo suficiente como para saber que le dolía. Taehyung vio la botella de vino, estaba vacía a excepción de un par de gotas que por el espesor no alcanzaron a bajar. Nuevamente la miró, nervioso, se estaba quedando dormida frente a sus ojos, o quizá era algo peor.
—Ji-jimin —habló Taehyung. —Jimin —habló un poco más alto. —¡Jimin! —gritó asustado. Con pánico y temblor en su voz rota mientras rogaba al cielo que no se haya ido. Tomó a Marlon de los brazos, con miedo. Intentó sacudirla un poco pero no sabía si esto podría empeorar, aunque no sabía que era peor que la mujer no respondiera. —¡Jimin! —gritó una vez más. Buscó desesperado su celular e intentó marcar el número 112, el número de emergencia en Corea, pero no tuvo ningún resultado.
—Mierda, mierda —susurró mientras buscaba cual era el número de emergencia en Estados Unidos. —¡Jimin! —Gritó en un último intento por que su compañero le contestara, mientras marcaba a una ambulancia. Al segundo timbre Jimin apareció por la puerta, algo agitado. Había salido al patio y de lejos escuchó a su amigo, aunque pensaba que era su imaginación.
—¿Por qué gritas?
—Volvió a pasar, Jimin.
—¿Qué? —preguntó confundido. Como en la situación hace rato, le hacía falta contexto de la situación.
Finalmente contestaron, preguntaron cual era la emergencia y pidó una ambulancia.
—Mi, mi novia, tomó medicamento y no sé cuánto, —decía desesperado, lagrimas queriendo correr por su rostro— creo que tomó alcohol porque hay una botella de vino. Necesito una ambulancia, se está quedando dormida.
—Mantenga la calma, ¿qué medicamento tomó? —preguntó la operadora.
Taehyung tomó el frasco naranja y leyó la nota a la persona al teléfono. Pidieron la ubicación, pero él no sabía de memoria la dirección. La buscó con torpeza en su celular, pero sus dedos se resbalaban, intento gritar en Hidden Hills varias veces, pero seguía siendo una comunidad con casi dos mil habitantes y cientos de casas donde buscar. Jimin se encontraba en un estado de conmoción, hundido en los recuerdos y el coraje, hasta que el llanto desesperado de su amigo lo sacó de ese lugar.
—¿Y si la llevamos nosotros? —preguntó
Pero Taehyung estaba muy desesperado buscando algún rastro del nombre de la calle por todos lados en la habitación
—Olvida eso, —Le quitó el celular y colgó— vámonos.
Enredó a Marlon completamente con la sabana y pidió a Taehyung que la cargara con cuidado y la llevara al auto donde aún esperaba el conductor. Se tomó la libertad de entrar al armario en busca de algo de ropa para la actriz —aún se encontraba en ropa interior—. Tomó un par de deportivos y una camisa cualquiera, al revolver los cajones, agradeció haber ido él por la ropa y no Taehyung, pues encontró suficientes estupefacientes para dejar sedada a la mitad de Los Ángeles, maldijo por lo bajo y regresó el contenido a su lugar mientras se repetía que ese no era su problema. Y realmente esperaba que Taehyung terminara con ese problema lo más pronto posible.
—Tae
—Mar, ¿estás bien?
—No quiero estar aquí —dijo muy apenas con palabras semiarrastradas. Su cuerpo existía en el mundo, pero su consciencia y coordinación parecía que no.
Taehyung trató de mantener la calma, una calma que no existía, pero fingía que sí.
—¿A dónde quieres ir, cariño?
Ella no contestó. Pero aún mantuvo los ojos abiertos, viéndolo a él pero viendo a nada a la vez.
Taehyung miró a Jimin correr hacia ellos, se metió al asiento copiloto y pasó la ropa a su amigo.
—Gracias.
Jimin le pidió al conductor que los llevara al hospital más cercano. El empleado dudó, ya había faltado a las ordenes de la compañía al desviarse. Taehyung ordenó con un tono menos amable con Jimin y pidió a su amigo que llamara a la compañía. Llamó a Namjoon.
El castaño notó como su amada poco a poco volvía a cerrar los ojos, dio un par de palmaditas en su rostro tratando de mantenerla despierta. La verdad, es que no sabía que demonios estaba haciendo, no tenía ni idea si lo que se había tomado la iba a matar, no sabía si solo dormiría mucho rato, no sabía si le jodería los riñones o el cerebro, solo sabía que ya no podía seguir estando con ella sin poder protegerla. Solo sabía que mantenerla aún más tiempo en Los Ángeles sería firmar la condena de la mujer de la cual estaba enamorado y a la única que le había abierto el corazón después de años. Y no iba a perderla. La iba a proteger de todo el mal, aunque fuera lo último que hiciera.
La madrugada del lunes 7 de febrero es la más borrosa para algunos, pero la más clara para Taehyung. Fue el día, o la noche, en la cual Marjorie Román casi cae en coma de no ser por la respuesta rápida de los doctores en el hospital West Hills, y de Jimin al decidir no esperar por una ambulancia. Fue el día, también, en el cual Taehyung golpeó con fuerza desesperada la puerta de la habitación de hotel de su jefe, Bang Sihyuk, a las 4 de la mañana mientras Namjoon, Yoongi y su mánager intentaban sacarlo de eso.
—Me voy a casar con ella y me la voy a llevar a Corea —Fue con lo que Taehyung recibió al hombre en pijama.
—Buenas noches.
—Empezaré con todos los tramites mañana mismo, para finales de esta semana Mar estará conmigo viviendo en Seúl, y no me importa lo que me vaya a decir.
Bang Sihyuk miró confundido a los hombres detrás de él en busca de alguna respuesta, Yoongi levantó los hombros pues lo único que sabía era que su compañero había llegado alterado, con el rostro rojo y la cara mojada buscando el número de habitación de Sihyuk.
—Taehyung... ¿De qué estás hablando?
—Ah, solo tomó demás —irrumpió Namjoon, evidentemente mintiendo— No es nada, disculpe las molestias —dijo e intentó tomar a Taehyung del brazo, pero ese lo arrebato sin siquiera voltearlo a ver.
—Esta es una conversación entre Bang-Nim y yo. No te metas, Namjoon.
Jungkook recién salía de su habitación a unas cuantas puertas de donde estaba el alboroto, cuando escuchó el ruido en su habitación estaba seguro de que hablaban coreano.
—Allí quédate, Adriane —sentenció a la mujer de su cama.
—Me llamo Gres —dijo, pero el pelinegro la ignoró y salió a donde estaba el alboroto tan pronto como reconoció la figura de sus compañeros y algunos de su propia seguridad.
Solo alcanzo a escuchar a Taehyung decirle a su jefe que no saldría de ahí sin tener una conversación con él. Preguntó a Yoongi por información, pero este sabía muy poco, aún así, más que él.
—Creo que algo pasó con su novia en los Óscar.
—¿Si seguía de novio con Romaneé?
El rapero señaló la situación, alcanzó a escuchar las palabras matrimonio, vivir juntos y le dio repelús. Pero en el fondo, estaba orgulloso de su amigo por defender lo que quería y defenderla a ella, le caía bien y veía a su amigo cada vez más feliz, más feliz que esta noche está claro, y sabía que la causante era ella. «Bien por ellos». Regresó a su habitación y aconsejó a Yoongi a hacer lo mismo y así lo hizo. Su novio, el que metió al hotel a escondidas, debía estar preocupado.
—Entonces renuncio, renuncio a estar en BTS y la compañía —sus palabras sonaron lo suficientemente fuerte para que Jungkook se parara en el marco de su puerta y Yoongi a mitad del pasillo, ambos voltearon con rapidez, se miraron por un segundo. El bullicio de la discusión de repente cesó por completo. Su jefe analizaba la situación y todas las posibilidades.
—No lo dices en serio, Ta-
—Jamás he dicho algo más en serio en mi vida. —se mantuvo firme, con una mirada directa al hombre más bajo y regordete que él aun posado frente a él.
—Está bien, pasa. Tendremos la conversación.
—No, ya no hay espacio para ninguna conversación, he tomado una decisión —dijo y se dio media vuelta, quería regresar al hospital para estar con ella.
—Sabes que no quieres dejar el grupo, Taehyung... Está bien —dijo PD acercándose a él. Estaba consciente que no podía dejarlo ir como así, no se podía permitir un escándalo y menos dejar ir a su miembro más popular— Dime que es lo que necesitas para hacer el proceso discreto y sencillo. Todo está a tu disposición. La única condición que te pido, y creo que tu también estarás de acuerdo, no quiero que nada de esto sea público.
—No se preocupe, ni yo ni ella tampoco.
Volteó e hizo una reverencia al mayor y salió del edificio siendo acompañado de guardias y seguridad que lograron que sus visitas al hospital los siguientes días pasaran bajo el radar.
Nota de Autora: ¡Gracias por leer!
PD: Que saben ustedes de corajes y sorpresas si nunca les han adivinado la trama. @Adrii0903, acertaste un poquito en eso de la otra mujer 👀.
PD2: Casi nunca pregunto cosas, pero... a este punto ¿qué piensan ustedes que será el final? Me da curiosidad saber que piensan. Pero bueno, ¡nos vemos pronto!
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