El romance que os voy a contar

no es ni mitológico,

es algo que dice este juglar,

algo mucho más que lógico.

Y es que en Galicia había un árbol,

que, por dar, no daba ni frutos.

pero tenïa una particularidad:

debilitaba a los brutos.

Y nuestro amigo Antón,

pese a advertencias un montón,

decidió talarlo ferozmente

y el árbol le tiró un machete*.

Enfadado y ridiculizado,

como alma que lleva el diablo,

golpeó el árbol con frenesí

provocando que el árbol dijera así:

―Vete de aquí y no te demores,

pues mi ira arreciará

y entonces, en ese momento

toda tu fuerza se desvanecerá.

Él, riéndose como si no pudiera parar,

se dispuso a su enemigo encarar.

―Inténtalo, arbolito,

porque mi fuerza proseguirá,

da igual lo que intentes

ella nunca me abandonará.

Ofendido por lo dicho,

una fresca brisa sopló:

su fuerza voló como un bicho.

Y el, llorando, se desacopló.

Mientras su fuerza era arrancada,

el mucho sollozaba.

Pero ya no había remedio,

su fuerza era promedio.

*Insulto